Por Javier Bravo

Delegación de Medios de Comunicación Social

 

 

En una abarrotada Catedral de Sigüenza, el pasado 2 de diciembre celebrábamos, convocados por el Sr. Obispo D. Atilano Rodríguez, el inicio del Sínodo diocesano. Seguramente será un tiempo de gracia para la diócesis.

Nuestra diócesis no es la primera ni la única que se ha embarcado en la celebración de un sínodo. El año pasado, la diócesis de Coria-Cáceres, el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada, concluía con la misa de clausura, su camino sinodal. Fue precisamente, el vicario de pastoral de la diócesis de Coria-Cáceres, Jesús Moreno, que fue secretario general del sínodo diocesano quien nos instruyó en la última jornada de la formación permanente acerca de lo que es y de la importancia de un sínodo diocesano.

Por tal motivo, es la web que la diócesis cacereña publicó para tal evento (http://www.sinodocoriacaceres.es/). Una página clara con un montón de apartados, entre los que destaca todo lo relativo al sínodo (qué es, el por qué de un sínodo, etapas, etc.). Otro apartado es el histórico donde se narran los sínodos habidos en esa diócesis. Interesante también resulta conocer los temas que se trataron y que se trabajaron durante el sínodo.

Una página, sin duda, muy interesante, que puede ayudarnos a entender mejor el camino que emprendemos y que nos llevará tres o cuatro años llevarlo a cabo. Quizá sería bueno, y seguro que se así se hará, que en la web del obispado haya un apartado especial y destacable sobre este Sínodo. De todos modos, os mantendremos informados. Seguiremos investigando más webs y aplicaciones acerca de los sínodos diocesanos. Hasta una próxima ocasión.

Por Jesús Ferreras Somolinos

(Guada Acoge)

 

 

Ya están aquí las navidades. Con ellas llegan los villancicos, las cenas de empresa, las luces en las calles, las reuniones familiares y un montón de tradiciones que adornan y enlucen estos días tan señalados.

Pero todavía quedan algunos días de preparación.  En ellos podemos prepararnos para acoger al Salvador que llega. Es una llamada a  preparar nuestros caminos al Señor que se acerca (Lc 3, 1-6), a recibir la Palabra que ya viene (Jn 1, 1ss).

En este contexto de adviento me rondan con insistencia unas sencillas preguntas :

¿Cómo y cuándo acojo? ¿A qué salvador?

¿Cómo?

Total o parcialmente; Generosa o tacañamente; Con lo mío o con lo que me sobra, ETC.

¿Cuándo...?

... me va bien o siempre;  ... me conviene o siempre; ... favorece mis intereses o simpre. ETC

¿Qué Salvador...?

...A Dios a quien no veo o a los inmigrantes a quienes sí veo (A esos  que veo, no de los que he oído que...)

... A Dios a quien no veo o a quienes sí veo que por no tener derechos son víctima de abusos laborales, sociales etc;

... A Dios a quien no veo o a quienes sí veo que son discriminados por raza (aún teniendo derechos y nacionalidad) o por pobreza (aún teniendo derechos y nacionalidad) o por género (aún teniendo derechos y nacionalidad).

... A Dios a quien no veo o a quienes sí veo que son traídas con engaños y amenazas para ser mujeres prostituidas.

Seguiremos trabajando para que nuestra actitud, sea ACOGER y punto.

 

            http://www.guada-acoge.org/

Jesús Francisco Andrés Andrés

Delegado de Pastoral de la Salud

 

 

Hace unos días celebrábamos junto al Papa Francisco y a toda la comunidad de la Iglesia la II jornada mundial de la pobreza.

En su lema leíamos “este pobre gritó y el Señor lo escuchó”. Pero hay muchos pobres, demasiados, que no tienen fuerza ni para gritar.

A nuestro alrededor, en nuestro bloque, en nuestro barrio, en nuestra ciudad... muy cerca de nosotros hay muchísimas personas que no gritan porque no pueden, pero, aún así, levantan sus manos hacia el Señor y hacia todos nosotros pidiéndonos ayuda, apoyo, acompañamiento, presencia.

Hay gritos que nos llegan por la radio, por la tele, por el periódico, por el wasap.... pero hay otros que -aun teniéndolos cerca- no nos llegan porque sus voces no tienen fuerza para gritar. Los podemos encontrar en una cama del hospital, en una casita baja del pueblo o en el tercer piso de un bloque -sin ascensor-.

En el Evangelio aparecen pobres y enfermos que se acercan a Jesús a gritos, pidiendo ayuda. Algunos incluso se atreven a decirles: “cállate, no molestes...” -como le dicen al ciego Bartimeo- pero ellos siguen y siguen pidiendo -faltaría más-.

Es hora de poner atención y aguzar el oído para escuchar esos “gritos susurrantes” que nos llegan. Miremos a nuestro lado y descubramos esos pobres que nos piden ayuda desde su silencio, desde su debilidad, de su imposibilidad de moverse, de manifestarse, de salir a gritar a los cuatro vientos: “NECESITO AYUDA”.

 

 

Por Alfonso Olmos

(director de la Oficina de Información)

 

 

El 6 de diciembre se celebra el 40º aniversario de la Constitución Española. Con ese motivo, el pasado domingo en Alovera se hacía un homenaje a la Guardia Civil, "que ha sido y es garante de nuestro orden constitucional y, día a día, permite que los derechos y libertados consagrados en el texto constitucional sean preservados y protegidos en caso de ataque o merma".

En este acto el ayuntamiento, con su alcaldesa al frente, quiso destacar y reconocer, los principios y valores constitucionales llevados a cabo por instituciones y agentes sociales, que han simbolizado el desarrollo constitucional en el municipio durante estos últimas cuatro décadas.

Entre esas instituciones se encontraban Caritas parroquial y la Cofradía de la Virgen de la Soledad, por el papel desempeñado en la promoción y cuidado de la igualdad de los vecinos de la localidad. Tanto Caritas como la Cofradía, entre otras muchas labores de carácter social, promueven un rastrillo solidario cuyo fin último es aportar dignidad a las familias más vulnerables y desfavorecidas del municipio.

La pluralidad y la convivencia han sido posibles, en gran medida, gracias a nuestra Constitución. La suma de todos los esfuerzos, de personas de diferentes signos, creencias e ideologías, hace posible la convivencia social y el pleno desarrollo de los pueblos. Y eso digno de reconocimiento cívico.

En estos días tan convulsos en todos los ámbitos, convendría hacer un ejercicio de memoria agradecida a tantas personas e instituciones, que han propiciado un ambiente de paz y concordia a nuestro alrededor, en estos últimos cuarenta años. Y, además, trabajar para construir entre todos, un mundo mejor.

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

Hoy, desde esta espesura

del mundo y sus trabajos y fatigas

de eterna noche oscura,

la luz ya la persigas

y el viaje desde tu alma lo prosigas.

 

Dejaste las intrigas

del orbe y retornaste hasta la altura

de las altas cuadrigas,

donde vive la pura

y bella voz que vida la asegura.

 

Y todos cuantos vamos

aún en los misterios meditando,

contigo nos sintamos

que estás peregrinando

al lugar que estos versos miro y mando.

 

Ha llegado hoy tu cuándo,

y muchos lo sufrimos y sintamos

llorando llanto blando,

y en ti que aún pensamos

y en las cosas que ayer no más hablamos.

 

Amigo que falleces

pero aún con nosotros estás vivo,

en mente permaneces

en tanto que te escribo

y me dejas sin ti tan pensativo.

 

Ya viento fugitivo

a esta en recuerdo línea amaneces,

por tuya la concibo

pues sé que la mereces,

y en ella para siempre te estableces.

 

Oh, bosques y caminos

que veis a su alma queda ya ir llegando,

mostradle repentinos

los versos que le expando

de parte evocación que le estoy dando.

 

Mi corazón helando

memora sus comienzos campesinos,

y el hoy desalentando

se vuela hacia los pinos

del soriano campo en enfriados trinos.

 

Aún yo le llamara

como otras tardes, a eso de las siete,

y asiento me buscara

en silla que hoy se agriete

sin ti y tu diligencia, que se aquiete.

 

El dolor me asaete

al saber que ya nunca más llegara

tu alegría, que objete

lo malo que pasara

que nunca tu actitud lo reflejara.

 

No es justo ni parezca

que la herida que aquí dejas al irte

sentido alguno ofrezca.

Quisiera aun reunirte

y quedar como siempre y recibirte

 

La puerta entreabirte

y sentir de la calle el aire helado,

y luego despedirte

con un -ya no arribado-

“hasta mañana”, al pronto agonizado.

 

Adiós ya no escuchado

que nunca más podré hablar y decirte,

pero que aquí he dejado

y puedo repetirte

las líneas de arriba que escribirte.

 

Dormido ayer estabas

y nada sospechar aún tu viaje

hacía. Pero entrabas

ligero de equipaje

en distinto lugar y otro paraje.

 

Este verso agasaje

tu vida, tu trabajo; pues llevabas

entre dolor encaje

y no lo mostrabas.

No es justo te amortaje, si alegrabas.

 

Adiós, que la he sentido

cual si tu ausencia fuera igual partida

de algo tan muy unido

a mi existencia y vida

que estés siempre a ella misma entera unida.

 

Pero aún no despida

ni tu rostro, tu vista, ni tu oído,

pues siendo recorrida

cada calle y sonido,

creeré lo hago en ti. Sin que haya olvido.

 

Volverá tu sonrisa

a sonreírme, acento de tus tardes,

e incluso más precisa

señal en que resguardes

la memoria que, aun hoy, aquí la guardes.

 

Quisiera sobretardes

nuevas que anochecieran, por divisa

tuya, e igual tus alardes

de paciencia precisa

por sobrellevar vida que no avisa.

 

A las nuevas veladas

de otros días, como antaño lo hice,

te solicito. Ajadas

serán, sin tu matice.

Nada relevo tuyo realice.

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