Por Alfonso Olmos

(Oficina de Información de la Diócesis)

 

 

Por desgracia nos hemos levantado con la triste noticia de un terrible terremoto, entre Turquía y Siria, con miles de muertos. El panorama es devastador. Ya se prevén tsunamis en diversos países y las réplicas han llegado hasta España, concretamente a la comarca catalana del Alt  Emporda, en Girona.

Todo terremoto provoca una sacudida brusca y pasajera, eso es por definición un sismo o seísmo, un movimiento de tierra, un movimiento telúrico.

Terremotos hay todos los días. A nivel personal, es muy posible que los avatares de la vida, en ocasiones, provoquen en nosotros una sacudida tan violenta, que no seamos capaces de resistir. Miedo, duda, sufrimiento, rebelión, maltrato, abuso, crisis, carestía, enfermedad o muerte. Cualquiera de estas experiencias vitales, provocan un terremoto interior en la persona difícil de aguantar.

Pero también hay terremotos a nivel social, los medios de comunicación se encargan de presentárnoslos cada día, o políticos, y si no pensad en la crispación a todos los niveles, y más en periodo de urnas. Y, lógicamente, tampoco podemos olvidar el terremoto de la guerra en distintos lugares del planeta, así como la corrupción de muchos poderosos y gobernantes que crean pobreza y desigualdad.

Los terremotos pueden ser también eclesiales. Padecemos la réplica de los abusos de otras épocas, que algunos pretenden generalizar. Escandaliza la desunión de los cristianos, que en ocasiones se convierte en división más bien. Recordemos la denuncia de San Pablo sobre la división, “yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo”. El propio papa Francisco ha tenido que levantar la voz al regreso de su viaje al Congo y Sudán del Sur por lo que algunos quieren presentar como una división interna entre él y su predecesor: “Creo que la muerte de Benedicto ha sido instrumentalizada por gente que quiere llevar el agua a su propio molino, y gente que, de un modo u otro, instrumentalizan a una persona tan buena, tan de Dios, casi diría un Santo Padre de la Iglesia. Un hombre con tantas cosas, esa gente no tiene ética y es gente de partido, no de Iglesia”. 

En fin, los terremotos siempre dejan destrucción a su paso, pero no olvidemos que la propia definición nos dice que son pasajeros. Por desgracia hacen mucho ruido y, también por desgracia, al ser pasajeros se olvidan pronto. Seguro que ahora, la Iglesia, se movilizará para estar presente por medio de Cáritas y otras organizaciones, de misioneros y cooperantes, para que la recuperación sea una realidad.

 

Por Eduardo Marques Almeida

(Conferencias San Vicente de Paúl)

 

 

 

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J.R. Díaz-Torremocha

 

 

Para quien estima la historia contemporánea, entiendo que el mundo vive hoy en una mezcla de los años 30 (época de crisis económica y de aumento de pobreza impresionantes), con los años 60 (período de una crisis extraordinaria de fe, de incredulidad en las instituciones y de relativización de los valores cristianos y de la dignidad humana).  Súmase a este escenario, la triste “polarización digital” que divide regiones, países, instituciones, comunidades y familias.  En este contexto, la Sociedad de San Vicente de Paúl debe ser una voz y un ejemplo de esperanza y de paz.  

Desde 1969, el Padre Josef Ratzinger (Papa Benito XVI) venía insistiendo en su visión de los tiempos muy duros porque pasaría la Iglesia, volviendo a ser una “pequeña comunidad” – la “Iglesia de los pequeños” -, después de un largo “proceso de cristalización y clarificación”.  Sin embargo, después de esta prueba, por el encuentro con su esencia (sus fuentes) y por el “sudor de sus Santos”, “surgiría, de una Iglesia interiorizada y simplificada, una grande fuerza (...) como una esperanza y respuesta para los hombres”.  Al inicio de la década de 70, el Padre Ratzinger desarrolló un proyecto denominado “Reconquista”, para reconquistar, apoyado en el Concilio Vaticano II, la verdad de la doctrina de la Iglesia, en su fuente y, con eso, recobrar los fieles, como se ha hecho al inicio, por los apóstoles de la “pequeña Iglesia”.   No por coincidencia, el inspirado Presidente General de la SSVP, Pierre Chouard, en la misma época, lanzó el “Movimiento de Juventud Vicentina”, para rejuvenecer la entonces “envejecida” SSVP.  

Parece que vivimos los tiempos de 1833, cuando Ozanam y sus amigos decidieron “ir a los Pobres” y fundar la SSVP.  Por consecuencia, la mejor manera de celebrar la canonización de Ozanam es responder, como él respondería, a los desafíos actuales de la SSVP, de la Iglesia y del mundo.  Nosotros debemos ser, a la vez, los seguidores y los guardianes incansables del legado de nuestros fundadores que buscaban su santificación por la Verdad del Evangelio, en la práctica de la amistad, del servicio y de la defensa de la justicia.  ¡Es fundamental, por tanto, que, en estos tiempos complicados, la SSVP vuelva a sus fuentes, al “espíritu primitivo de la pequeña Conferencia”!

Es mi convicción que el enunciado de la “misión” de la SSVP, es una respuesta contundente al mundo, porque es en él que se basa nuestra fuente, nuestra esencia y porque resistió por casi 200 años.  La SSVP es “una red de amigos que buscan la santificación a través del servicio al asistido y la defensa de la justicia social.”

Por otro lado, es imperativo considerar que la SSVP es una institución mística, con vocación global, adaptada a la acción local: considera, por tanto, la existencia de diferencias regionales y locales, em ámbitos de economía, política, cultura, idioma, organización comunitaria y pastoral eclesial.  Somos una “pequeña Iglesia”, autónoma, sin embargo, inserta en la Iglesia universal, al servicio de los Pobres y de la santificación de las almas.   Somos una llama ardiente de esperanza en la construcción de un mundo más justo y fraterno.  

Por esto, toda la estructura de la SSVP (global y local) tiene la responsabilidad de ser relevante en el refuerzo del desarrollo humano integral, tanto de “nuestros Maestros y Señores”, cuanto de los propios miembros de la SSVP.   En particular, siguiendo la inspiración de sus fundadores, debe ser el ambiente en que los vicentinos y vicentinas (en particular, los jóvenes) puedan inspirarse cuando quieran encontrar respuestas y ejemplos para el vacío de un mundo polarizado, deshumanizado y esclavizador de los Pobres.

Que Maria nos bendiga en nuestro camino de guardianes de la esencia de nuestra SSVP.  Tottus tuus, Maria!



 

Need to return to the sources!



For my brothers and sisters who like contemporary history, I understand that the world lives today in a mixture of the 30s´ (the era of the economic crisis and a consequent increase of poverty), with the 60s´ (era of a deep crisis of faith, of disbelief on the institutions and of the relativism of the Christian values and the human dignity).  We should add to this mix, the sad “digital polarization”, which divides regions, countries, institutions, communities, and families.  As a result, it is in this context that the SSVP shall be a voice of hope and peace!

Since 1969, Rev. Josef Ratzinger (Pope Benedict XVI), had insisted on his vision of the tough times the Church should struggle, becoming again a “small community”, after a long “process of crystallization and clarification”.  However, “when the trial of this sifting is past, a great power will flow from a more spiritualized and simplified Church”, through the return to her source and the sweat of her saints.  This Church would become an interiorized and simplified force, the hope and the “answer for which they have always been searching in secret”.

At the beginning of the 70s´, Father Ratzinger developed a project (which he called “Reconquering”) to recover the truth of the Church´s doctrine, at its source, and with it, attract the faithful, as it had been done by the apostles, at the beginning of the “small Church”.   Not by coincidence, the inspired President General of the SSVP, Pierre Chouard, by the same time, launched the “Vincentian Youth Movement”, to rejuvenate the “ageing” SSVP.  

It looks like we are living at the times of 1833, when Ozanam and his friends decided to “go to the Poor” and found the SSVP.  As a consequence, the best way to celebrate Ozanam´s canonization is to respond, as he would do, to the current challenges of the SSVP, of the Church and of the world.  We should be, at the same time, the untiring followers and the keepers of our founders´ legacy, who searched for their holiness through the Truth of the Gospel, by practicing friendship, service and the defense of justice.  It is fundamental, therefore, that the SSVP turns itself to its sources, or to its “initial spirit of the small Conference”, during these complicated times!

It is my conviction that the deep reflection of our mission statement is a definite answer to the world because it is based on our sources, on our essence, which have resisted for almost two-hundred years.  We are “a network of friends who seek personal holiness through service to those in need and in defense of social justice”.

On the other hand, it is imperative to consider that the SSVP is a mystic institution, with a global vocation, adapted to the local action.  It should take into account regional and local differences in economics, politics, culture, language, community organizations and ecclesial pastoral.  We are an autonomous “small Church”, but inserted at the universal Church, at the service of the Poor and of the holiness of the souls.   We are a flame of hope for the construction of a more just and fraternal world.  

As a result, any structure of the SSVP (global and local) has the duty of being relevant for the enhancement of the integral human development, both of “our Lords and Masters”, and of our own members of the SSVP.  By following the inspiration of our founders, it shall also be the environment where our members (particularly, the youth) may seek inspiration, when they look for good behavioral examples in a polarized, dehumanized and enslaver world.

May Mary protect our journey of keepers of the essence of our SSVP.  Tottus tuus, Maria!

 


 

Besoin de retourner aux sources!




Pour ces qui aiment histoire contemporaine, je comprends que le monde est aujourd´hui dans une mixture des années 30 (époque de crise économique et d´augmentation de la pauvreté impressionnantes), avec les années 60 (période d´une crise extraordinaire de la foi, d’incrédulité aux institutions et de relativisation des valeurs chrétiennes et de la dignité humaine).  Nous devons ajouter aussi, la triste «  polarisation digitale  » que divise les régions, les pays, les institutions, les communautés et les familles.  Donc, la SSVP doit être une voix d´espoir et de paix  !

Depuis 1969, le Père Josef Ratzinger (Pape Bennoit XVI) insistait sur sa vision des temps très difficiles pour que l´Église sera passée, avec la conséquence de retourner à être une «  petite communauté  » - «  l´Églises des petits  », après un long «  processus de cristallisation et clarification  ».   Cependant, quand les épreuves de cette période d’assainissement auront été surmontées, par la rencontre avec son essence (sa source), et par la sueur de ces saints, une Église plus intériorisée et simplifiée, une grande force, comme un espoir et une réponse pour les hommes va émerger.  Au début des années 70, le Père Ratzinger a développé le projet «  Reconquête  », pour reconquérir la vérité de la doctrine de l´Église, dans sa source, et, avec ça, attirer les fidèles, comme les apôtres ont fait pour la petite «  première Église  ».   Pas par coïncidence, l´inspiré Président Général de la Société, Pierre Chouard, à la même époque, a lancé le «  Mouvement de la Jeunesse Vincentienne  », pour rajeunir la alors «  vieillie  » SSVP.

Il me semble que nous vivons les temps de 1833, quand Ozanam et ses amis ont décidé «  d´aller vers les Pauvres  » et fonder la SSVP.  Par conséquence, le meilleur manière de célébrer la canonisation d´Ozanam c´est de répondre comment il aura répondu aux défis actuels de la SSVP, de l´Eglise et du monde.  Nous devons être, au même temps, les disciples et les gardiens infatigables du légat de nos fondateurs que cherchaient leur sanctification à travers de la Vérité de l´Evangile, dans la pratique de l´amitié, du service et de la défense de la justice.  Il est indispensable, donc, que, dans ces temps compliqués, la SSVP se tourne à ces sources, à «  l´esprit primitif de la petite Conférence  »  !

C´est ma conviction que la profonde intériorisation de l´énoncé de la «  mission  » de la SSVP est la réponse contondante au monde, parce qu’il est basé en notre source, notre essence, et a résisté pour presque 200 années.  Nous sommes «  un réseau d’amis qui cherchent à se sanctifier en servant les personnes démunies et en travaillant à la défense de la justice sociale. »

En revanche, il est impératif considérer que la SSVP est une institution mistique, avec une vocation globale, adaptée à l´action locale  : il faut considérer les différences locales de l´économie, de la politique, de la culture, des langues, de l´organisation communautaire et de la pastoral ecclésiale.  Nous sommes une «  petite Église  » autonome, mais insérée dans l´Église universelle, au service des Pauvres et de la sanctification des âmes.  Nous sommes une flamme d´espoir à la construction d´un monde plus juste et fraternel.

Donc, toute l´structure de la SSVP a la responsabilité d´être pertinent au renforcement du développement humain intégral, de nos «  Maîtres et Seigneurs  », autant que des propres membres de la SSVP.  En particulier, en suivant l´inspiration de nos fondateurs, elle doit être l´ambiance où les vincentiens et vincentiennes (en particulier, les jeunes) puissent s´inspirer, quand ils veulent rencontrer réponses et exemples pour le néant d´un monde polarisé, déshumanisé et esclavagiste des Pauvres.

Que Marie nous bénisse dans notre chemin de gardiens de l´essence de notre SSVP.  Tottus tuus, Maria  !

 


 

Necessidade de voltar à fonte



Para quem gosta de história contemporânea, do século passado, entendo que o mundo vive hoje em uma mescla dos anos 30 (época de crise econômica e de aumento de pobreza impressionantes), com os anos 60 (período de uma crise extraordinária de fé, de descrença nas instituições e de relativização dos valores cristãos e de dignidade humana).  Soma-se a esta mescla, a triste “polarização digital” que divide regiões, países, instituições, comunidades e famílias.  Assim, é neste ambiente que a SSVP deve ser uma voz de esperança e de paz!

Desde 1969, o Padre Josef Ratzinger (Papa Bento XVI) vinha insistindo em sua visão dos tempos muito difíceis por que a Igreja passaria, voltando a ser uma “pequena comunidade” - a “Igreja dos pequenos” -, depois de um longo “processo de cristalização e clarificação”.   Mas, depois desta prova, pelo encontro com a sua essência (sua fonte) e pelo suor de “seus santos”, “surgirá, de uma Igreja interiorizada e simplificada, uma grande força (...) como uma esperança e resposta para os homens”. No início da década de 70, o Padre Ratzinger desenvolveu um projeto chamado de “Reconquista”, para reconquistar a verdade da doutrina da Igreja, em sua fonte e, com isso, reconquistar (perdão pela repetição do termo) os fiéis, como se fez no início pelos apóstolos da “pequena Igreja”.  Não por coincidência, o inspirado Presidente Geral da SSVP, Pierre Chouard, na mesma época, lançou o “Movimento de Juventude Vicentina”, para rejuvenescer a então “envelhecida” SSVP.  

Parece que vivemos os tempos de 1833, quando Ozanam e seus amigos decidiram “ir aos Pobres” e fundar a SSVP.  Por conseguinte, a melhor forma de celebrar a canonização de Ozanam é responder, como ele responderia, aos desafios atuais da SSVP, da Igreja e do mundo.    Nós devemos ser, ao mesmo tempo, os seguidores e os guardiães incansáveis do legado de nossos fundadores que buscavam a sua santificação pela Verdade do Evangelho, na prática da amizade, do serviço e da defesa da justiça!   É fundamental, portanto, que, nestes tempos complicados, a SSVP se volte para suas fontes, ao “espírito primitivo da pequena Conferência”!

É minha convicção que a profunda interiorização do enunciado da “missão” da SSVP é uma resposta contundente ao mundo, porque ele é baseado em nossa fonte, em nossa essência e resistiu por quase 200 anos.  A SSVP é “uma rede de amigos que buscam a sua santificação através do serviço ao assistido e da defesa da justiça social”.

Por outro lado, é imperativo considerar que a SSVP é uma instituição mística com essência – vocação – global, adaptada à cultura e à ação local.  Debe, portanto, levar em conta as diferenças regionais e locais no âmbito da economia, da política, da cultura, do idioma, da organização comunitária e da pastoral eclesial.  Somos uma chama ardente de esperança na construção de um mundo mais justo e mais fraterno.  Somos uma “pequena Igreja” inserida na Igreja Universal, a serviço dos Pobres e da santificação das almas.

Por isso, toda a organização da SSVP (global e local) tem a responsabilidade de ser relevante no reforço do desenvolvimento humano integral tanto de “nossos Servos e Senhores”, quanto dos próprios membros da SSVP.   Particularmente, seguindo a inspiração de seus fundadores, a SSVP deve ser o ambiente onde os vicentinos e vicentinas (em particular, os jovens) possam se inspirar quando quiserem encontrar respostas e exemplos para o vazio de um mundo polarizado, desumanizado e escravizador do Pobre.

Que Maria nos abençoe em nosso caminho de guardiões da essência de nossa SSVP.  Tottus tuus, Maria!

La elección de un nuevo secretario general de la Conferencia Episcopal Española y el proceso del sínodo universal en las diócesis y a nivel nacional, protagonistas

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras dos años consecutivos de pandemia, las procesiones, singularmente las de Semana Santa y las de las fiestas patronales, volvieron a llenar las calles y las plazas de España. La vuelta a la normalidad, como vivida previamente a la abrupta irrupción del coronavirus sars covid 19, llegó también a la Iglesia en España.

Con todo, las secuelas del virus y de algunos hábitos entonces adoptados por necesidad, se han traducido ahora, por razones no necesarias, a una menor asistencia habitual a la misa dominical y a las mismas convocatorias eclesiales ordinarias (no extraordinarias, como las procesiones, a las que acabamos de aludir) y, en definitiva, a un cristianismo más replegado y con menor nervio e incidencia evangelizadora.



“Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”



Por ello, providencial resulta la llamada del Papa Francisco a vivir la sinodalidad, a ser Iglesia que escucha, que acoge; Iglesia en salida, Iglesia en permanente actitud misionera y samaritana, máxime, mientras crecen respectivamente, la secularización interna y externa en la Iglesia y en la sociedad y la pobreza y la desigualdad en una España demasiado contradictoria.

Hablando del proceso sinodal que toda la Iglesia universal promueve el Papa Francisco, todas las diócesis españolas fueron llamadas entre octubre de 2021 a junio de 2022, a trabajar, orar y reflexionar en los materiales propuestos por la Santa Sede. El 11 de junio, víspera de Pentecostés, la Conferencia Episcopal Española (CEE) promovió una asamblea nacional de presentación de las conclusiones de trabajados sinodales de la diócesis. Y de la cara a la fase continental europea del Sínodo, cuya celebración y asamblea tiene lugar en Praga del 5 al 12 de 12 de febrero, a finales de otoño se presentaron a las diócesis nuevos documentos, cuyo balance fue presentado el pasado 28 de enero. Todo este camino sinodal tendrá en Roma, y con la presencia y presidencia del Papa, en octubre de 2023 y en octubre de 2024, sus puntos culminantes con sendas asambleas generales ordinarias del Sínodo de los Obispos. Más allá de que el camino sinodal es un camino de dinamismo permanente. “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión” es el lema de esta convocatoria.

 

Sesión de clausura de las fases diocesanas del Sínodo en España



Visita ad Limina de nuestros obispos al Papa



A finales de 2021, del 13 al 18 de diciembre, un primer grupo de obispos españoles, agrupados por provincias eclesiásticas vecinas, realizaron la Visita ad Limina Apostolorum (la periódica visita de los obispos de todo el mundo al Papa y a la Santa Sede).  En enero de 2022, del 10 al 14, del 17 al 21 y del 24 al 29, se completaron los grupos episcopales por zonas que se encontraron con el Papa.

Por cierto, que, aunque todo parecía indicar (así lo confirmó el mismo Francisco en una entrevista a la Cadena COPE en septiembre de 2021) que, a comienzos de agosto iba a peregrinar a Santiago de Compostela, que prolongaba su año santo compostelano hasta el 31 de diciembre de 2022, a final esta visita no se produjo y ya, salvo sorpresa, se descarta un próximo viaje papal a España.

Y hablando del Año Jubilar Compostelano, uno de los principales eventos del pasado año eclesial, cuando este cerró la puerta santa de la catedral compostelana en la tarde del 31 de diciembre, se habían batido todos los récords históricos con 438.321 peregrinos en sentido estricto y más de dos millones de visitantes a la ciudad del Apóstol.



Fallecimientos y jubilaciones episcopales en España



En 2022, murieron nueve obispos españoles, algunos de ellos de gran significación y relevancia en el último medio como fueron los casos del cardenal Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla; de Gabino Díaz Merchán, arzobispo emérito de Oviedo y expresidente de la CEE; y de Antonio Montero Moreno, arzobispo emérito de Mérida-Badajoz. Fallecieron en la primavera con 87, 96 y 93 años de edad, respectivamente.

Murieron, asimismo, el obispo español de mayor edad, cardenal Francisco Álvarez Martínez, arzobispo emérito de Toledo, con casi 96 años; y el segundo más joven, Antonio Vadell Ferrer, obispo auxiliar de Barcelona, de 49 años.

Los otros cuatro obispos españoles fallecidos en 2022 fueron Francisco Pardo Artigas, obispo de Girona, de 75 años; Carmelo Borobia Isasa, obispo auxiliar de Toledo, de 86 años; José Diéguez Reboredo, obispo emérito de Tui-Vigo, con 88 años; y con 87 años, Antonio Ceballos Atienza, obispo emérito de Cádiz y Ceuta.

Por otro lado, al rebasar los 75 años, fueron jubilados los obispos de Tarazona (Eusebio Ignacio Hernández Sola) y de Alcalá de Henares (Juan Antonio Reig Pla) y los cardenales Ricardo Blázquez Pérez, este con 80 años ya cumplidos, y Antonio Cañizares Llovera, arzobispos respectivos de Valladolid y de Valencia.



Nueve nombramientos episcopales



Tres fueron de arzobispos: José María Gil Tamayo, arzobispo coadjutor de Granada; Enrique Benavent Vidal, para Valencia; y Luis Argüello García, para la Valladolid, lo cual le llevó a renunciar a un año del quinquenio para el que fue elegido como secretario general de la CEE. Su flamante sucesor es Francisco César García Magán, a su vez, obispo auxiliar de Toledo.

 

Francisco César García Magán, nuevo secretario general de la CEE

 

Cuatro diócesis españolas más recibieron nuevo obispo: Solsona, Tarazona, Plasencia y san Sebastián, en las personas respectivas de Francisco Conesa Simón, Vicente Rebollo Mozos, Enrique Brotons Tena y Fernando Prado Ayuso.

Y dos nombramientos más fueron de obispos auxiliares: Cristóbal Déniz Hernández, para la diócesis de Canarias; y para la diócesis de Getafe, José María Avendaño Perea.  

 

El episcopado español a día de hoy

 


En el momento de redactar estas líneas, en España hay 63 obispos diocesanos 1 arzobispo coadjutor, 1, 11 obispos auxiliares y 35 eméritos (uno de ellos, como luego se dirá, es administrador de una diócesis vacante), lo cual suman un total de 111 obispos, de ellos 76 miembros en activo y por ello, miembros de pleno derecho de la CEE, sin contar a los tres sacerdotes que administradores diocesanos sede vacante de Menorca (Gerardo Villalonga Hellín), de Girona (Lluís Suñer Roca) y de Tortosa (José Luis Arín Roig).

El obispo de mayor edad es monseñor Ramón Buxarrais Ventura, obispo emérito de Málaga (nacido el 12 de diciembre de 1929) y el más joven, monseñor Jesús Vidal Chamarro, obispo auxiliar de Madrid y administrador apostólico de Alcalá de Henares (nacido el 6 de mayo de 1974).



Diócesis vacantes y obispos con más de 75 años

 

Están vacantes, esto es, sin obispo diocesano, cinco diócesis españolas: Menorca, Girona, Ávila (con su obispo emérito, Jesús García Burillo, como administrador diocesano), Alcalá de Henares (con Jesús Vidal Chamorro, a su vez, obispo auxiliar de Madrid, como administrador apostólico) y Tortosa.

Junto a estas cinco diócesis, a día de hoy, otras catorce tiene obispo con más de 75 años. Son, en primer término, los casos de Madrid (su titular, el cardenal Carlos Osoro Sierra, también vicepresidente de la CEE, casi 78 años), Barcelona (el cardenal Juan José Omella Omella, a su vez, presidente de la CEE, tiene 76 años y diez meses), Santiago de Compostela (Julián Barrio Barrio tiene 76 y cinco meses) y Sigüenza-Guadalajara (Atilano Rodríguez Martínez tiene 76 años y tres meses). 

Además, en 2022, alcanzaron los 75 años, los titulares de la diócesis de Pamplona y Tudela (Francisco Pérez González), Palencia (Manuel Herrero Fernández) Santander (Manuel Sánchez Monge), Tui-Vigo (Luis Quinteiro Fiuza), San Feliu de Llobregat (Agustín Cortés Soriano), Cuenca (José María Yanguas Sanz) y Granada (Francisco Javier Martínez Fernández).

En 2023, ha ocurrido mismo con el auxiliar de Valencia (Javier Salinas Viñals), el obispo de Mallorca (Sebastián Taltavull Anglada) y el arzobispo de Mérida-Badajoz (Celso Morga Iruzubieta). En los próximos meses, sucederá igual en Lleida (Salvador Giménez Valls) y Ciudad Real (Gerardo Melgar Viciosa).

Y prueba del próximo e intensivo relevo episcopal de numerosas diócesis de España, en 2024, otros cuatro obispos alcanzarán los 75 años: Joan-Enric Vives Sicilia (Urgell), Rafael Zornoza Boy (Cádiz y Ceuta), José Manuel Lorca Planes (Cartagena) y Jesús Esteban Catalá Ibáñez (Málaga).



Obispos españoles religiosos



Como último apunte del episcopado español, los obispos religiosos son seis más dos, como luego se explica. Los propiamente religiosos son; Jesús Sanz Montes (Franciscano, arzobispo de Oviedo), Juan Antonio Martínez Camino (Jesuita, obispo auxiliar de Madrid), Eusebio Ignacio Hernández Sola (Agustino recoleto, obispo emérito de Tarazona); Luis Ángel de las Heras Berzal (Claretiano, obispo de León); Manuel Herrero Fernández (Agustino, obispo de Palencia); y Fernando Prado Ayuso (Claretiano, obispo de San Sebastián).

Pertenecen a la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón, aunque fueron incardinados en las respectivas diócesis de Zaragoza y de Toledo, Ángel Javier Pérez Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón, y Jesús Pulido Arriero, obispo de Coria-Cáceres.



Cuestiones pendientes en las relaciones Iglesia-Estado



Nuestra Iglesia mantiene con el Gobierno una relación, “cordial” en las formas, pero de "preocupante discrepancia" y "desencuentro" por leyes como la de educación, eutanasia, protección al menor (se verá después, en apartado independiente), la reforma del aborto y la ley LGTBI.

La lucha contra los abusos a menores fue, asimismo, uno de los asuntos que más presente estuvo en 2022, coincidiendo con la aprobación, por parte del Gobierno, de la Ley de protección a la infancia y la adolescencia frente a la violencia y la puesta en marcha de una comisión de investigación en el seno de la Oficina del Defensor del Pueblo.



Cuatro magnas exposiciones artísticas  

 

La muestra de arco sacro y diálogo fe-cultura de Las Edades del Hombre (una de las exitosas iniciativas de nuestra Iglesia, ya desde 1988, llegó, de mayo a diciembre a Plasencia con “Transitus, una exposición que, además, abrió su mirada y su evocación al arte generado y expresión de la obra evangelizadora de España en América Latina, en la que tanta y tan destacada presencia extremeña hubo.

La catedral de Sigüenza, del 22 de julio al 11 de diciembre, acogió una magnífica exposición “ATEMPORA, Sigüenza 2022. Segontia entre el poder y la gloria”. Además, la exposición legó más de dos decenas de obras del patrimonio catedralicio y diocesano restauradas. Esta exposición se insertaba en un doble contexto: ante el noveno centenario, en 2024, de la reconquista de Sigüenza y como apoyo a la candidatura de esta ciudad y comarca («Paisaje cultura Dulce y Salado de Sigüenza y Atienza» es su denominación técnica) para su declaración, por parte de la UNESCO, como patrimonio de la humanidad.

Hasta el pasado 8 de enero, y en contexto del 700 aniversario de la colación de su primera piedra, la catedral de Palencia mostró la exposición “Renacer”. Y también en Castilla y León, del 13 de octubre al 15 de marzo, “The Mystery Man” (una frase inglesa que bien podemos traducir al español como “el misterio del hombre” o “el hombre del misterio”). Con este sugerente título, la muestra es un viaje, una aventura, una búsqueda y hasta un hallazgo, en forma de exposición artística, hasta llegar a la recreación, en espectacular escultura hiperrealista, del Hombre de la Sábana Santa, obra del artista Álvaro Blanco.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 3 de febrero de 2023

Víctor Martell

(Conferencia Radio Paz, Miami - Estados Unidos)

 

 

Jesus is resurrected on Sunday and his first encounter is with Mary Magdalene; but be careful, it is not the prostitute who cleans his feet, nor Mary the sister of Lazarus, who also cleans his feet, it is Mary Magdalene, a wealthy woman who followed Jesus and helped him and the apostles with their money (Lk 8, 1-3), be very careful, because to follow Jesus we must strip ourselves of many things and among them the love of money and with it, help our church and those who have nothing and orders him to notify his brothers. It is precisely this woman who Saint John refers to in a beautiful and delicate narration of the appearance of Jesus after rising from the dead (Jn 20, 11-18).

 

And Mary runs to look for her brothers and tells Peter and John that she has seen Jesus, this is the resurrection, this real fact, it is what makes us different from other religions because our God is a living God, not a creator of a philosophy or religion, who is dead, the creator of Christianity, of our Catholic Church, is alive, he is with us and we are so happy, those who help the poor, that we can see his face, in each one of the who visit.

 

For this reason, the Vincentians, those who give alms, those who visit prisons, those who visit hospitals, those who visit nursing homes full of elderly people forgotten by their relatives, will only have the experience of seeing the Lord and announcing him to the poor, when we empty ourselves of the obsolete elements of human perception and penetrate within ourselves, to discover the risen Jesus, because first he has to rise again in our hearts so that we can then communicate him to everyone.

 

Let us ask in silence before the tomb and the empty cross, that Jesus give us the strength to follow in his footsteps and that we never leave the needy, because that will be the only way, one day not too far off, to be by his side forever. Amen.

 

 

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