Por la Delegación de Catequesis

 

Queridos catequistas y acompañantes de grupos. El curso acaba, llegamos al final del curso pastoral, y os invitamos a dar gracias por todo lo vivido en este año. El Señor sigue siendo fiel a cada uno de nosotros y nuestra misión es bendecida por Él. ¡Qué regalo tan maravilloso! El descubrir que el Señor está presente en nuestro descanso. Vivamos este tiempo de vacaciones saboreando nuestra vocación como catequistas laicos, al lado de nuestras comunidades, caminando juntos en la Diócesis, acompañando y siendo acompañados ¡sigamos evangelizando, no tengamos miedo de anunciar a Jesucristo con obras y palabras!

En el horizonte tenemos muchos retos y oportunidades para seguir creciendo: Formación de catequistas, profundización en el Nuevo directorio para la Catequesis (sin olvidar nuestro Directorio Diocesano para la Iniciación Cristiana), el ministerio del Catequista, el Primer Anuncio…. Y todo ello en el contexto de Sínodo que estamos viviendo. Como veis nos queda mucho por hacer, pero ¡es ilusionante!

Dos eventos para este verano que nos pueden interesar para ayudarnos a profundizar en nuestra vocación como LAICOS, corresponsables

 

  1. ENCUENTRO DE LAICOS DE PARROQUIA. “ANUNCIAR A JESUCRISTO CON OBRAS Y PALABRAS”. Barcelona 21 al 24 julio 2022

https://accioncatolicageneral.es/quienes-somos/asambleas-generales/barcelona-2022

 

  1. III Congreso Internacional de Catequesis: el catequista, testigo de la vida nueva en cristo”. Roma, 8 al 10 de septiembre de 2022

 

Para información de los programas, quienes estéis interesados, contactar con nosotros:  

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Y como invitábamos al inicio, damos gracias por tanto bien que el Señor hace con nosotros, los catequistas con esta ORACIÓN:

 

Señor: te doy gracias porque me has llamado a la noble tarea de ser catequista en mi comunidad.

Ayúdame a entender que ser catequista no es un título honorífico, sino un deber y una gran responsabilidad.

Ayúdame a comprender que ser catequista es hacer resonar tu palabra en el corazón de mis hermanos y en primer lugar, en mi propio corazón.

Hazme sentir el gozo de ser mensajero y testigo de tu evangelio.

Que valore mi trabajo de catequista como el apostolado más importante que pueda realizar.

AMÉN

Por José Ramón Díaz-Torremocha

(Conferencia de Santa María la Real en Guadalajara)

Email del autor: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

 

Jacinto, as my readers and long-time friends know, is a very good fellow member and the very soul of his Conference. A true and hard-working member of the Conferences of St. Vincent de Paul. He always surprises me with his advice on the True Life and the nature of his relationship with the Divinity. Often, as I think I have told you before, I am amazed by his anecdotes. 

He never asks the Lord for anything. What for? he asks when he is questioned about it and adds: He knows well what I need and what I do not need. (At that time, Jesus said to his disciples: "When you pray, do not use many words, like the Gentiles, who think that if you talk a lot, they will be listened to. Do not be like them, for your Father knows what you need before you ask Him" (Mt 6:7) 

He went on and said to me: "I only like to talk to Him about "our business" but not to ask Him for myself. He knows what I need and I only "remind" Him, on some occasions, of the urgent needs of some of my friends in need, of those who are suffering and I ask Him to give me the strength to be useful to them".  I also ask Him to help me for the spreading of the Conferences in their service to those who suffer. 

Someone, insisting, asked him once: "What are you asking for yourself? Are you sure it is nothing? 

The person who told me this recalled that Jacinto, as if embarrassed, would lower his head and answer "nothing" when his questioner pressed him to explain, always saying that in his modest life, he had had everything he needed, and that, above all, the Lord already knew what he might need. And he ended by asking himself: why bother insisting and wasting time, his time, not the Lord's, who does not have time, repeating what He already knows? I only ask Him for others and I know that He likes us to ask Him as one would always ask a father. And He is the Father, he concluded. 

“To be with Him directly whenever I can in the Eucharist or with someone who suffers, who are always His Divine Majesty's favourites, and His best representation”, he said very seriously with a very respectful language, but out of fashion in our times. There was no joking when he referred to God. There was a deep respect not exempt from a blissful confidence. 

Roberto, his good friend, the boy with special needs who lives under the protection of his Conference and some good Sisters, always went with him on his daily walks to see who he noticed, broken or about to break, to discover the suffering. Long walks so that, when the target arose, he could immediately notify his Conference to solve it with the "due" promptness. Roberto, blessed Roberto, seemed to have a sixth sense for detecting destitution, and sometimes he would report a case to Jacinto. Although Roberto said that he prayed a Hail Mary for all those he came across who seemed to him to be "crying inside" and who sometimes "joined him": he had not finished praying for one when another appeared "crying inside", according to his perception. 

When they returned to the Conference, usually after opening up to the Spirit, they would report on their discoveries of the day or the week, as appropriate, and not a few of them were added to the Conference's "payroll" or were regularly visited at home to spend some time playing cards against the loneliness that besieged them over some pastries, which were always provided by a fellow member, and to participate in a pleasant meeting. 

During these visits, very interesting topics sometimes came up among such simple people, confirming the Gospel assertion that the Merciful One always nourishes the humble of heart.

(Matthew 11, 25-27)

 

Let us always trust in Mary. Always with Mary, the best way to meet her Son, at the foot of the cross.

 

José Ramón Díaz-Torremocha

Conference of Santa María la Real

Guadalajara, Spain

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Guía para el trabajo sinodal en grupos del tema cuarto, sesión primera, del cuaderno primero, “Llamados”, de nuestro Sínodo de Sigüenza-Guadalajara

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

En el tema o bloque cuarto del cuaderno primero, “Llamados (Mirada hacia dentro)”, del Sínodo diocesano de Sigüenza-Guadalajara, queremos acercarnos a una realidad preocupante y creciente en nuestra Iglesia. Es lo que los últimos Papas, desde san Pablo VI, han definido como “uno de los grandes dramas contemporáneos”: la ruptura entre la vivencia de la fe y su verdadera práctica.

Lo que, en el argot popular, se conoce con la frase “Yo soy cristiano, pero no practicante” o “soy cristiano, pero por libre”. Dicho de otro modo, se trata de que sean las obras –“obras son amores”- las que avalen nuestra condición de cristianos.

En este bloque temático, no vamos a entrar propiamente en la cuestión de los alejados, sino en algunas praxis de cristianos, incluso a veces practicantes en el sentido más amplio de la palabra

Antes de desarrollar esta cuestión, recordemos como Jesucristo en el Evangelio fustiga continuamente a los fariseos por su falsedad e hipocresía, por su falta de coherencia entre la fe y la vida (Mateo 23,13-14; Mateo 23,15; Mateo 23,16-22; Mateo 23,23-24; Mateo 23,25-26; Mateo 23, 27-28; Mateo 23,29-36.) Y hemos elegido solo citas del evangelio de san Mateo por su condición de judío practicante y observante converso por Jesús y recaudador de impuestos y por el hecho de que el destinatario primero de su evangelio es precisamente el pueblo judío.

 

Los 10 Mandamientos, barómetro de la coherencia fe-vida

 

Para contribuir a aclarar conceptos e ideas al respecto, ofrecemos, en primer lugar, un elemental y concreto decálogo sobre lo que SÍ ES la coherencia entre la fe y la vida:

(1) Coherencia fe-vida significa intentar vivir y cumplir los diez mandamientos de la ley de Dios.

(2) Coherencia fe-vida significa de este modo sentir y practicar los tres primeros mandamientos de la ley de Dios, que supone amarle sobre todas las cosas, tributarle el respeto debido y rendirle de corazón y con asiduidad el culto que le corresponde.

(3) Coherencia fe-vida significa hacer vida la fe en nuestras relaciones familiares, basadas sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, y llevadas a la cotidianeidad con padres, hijos, hermanos, etc. Fomentar la piedad familiar y que nuestros hogares sean Iglesias domésticas, educar en la fe, vivir, gozar, sufrir y morir en ella. Apuntar a los hijos a la clase de Religión Católica y a la catequesis parroquial y a otras ofertas pastorales de la parroquia, comunidades y diócesis. Y, seguir el crecimiento de la fe en los hijos.

(4) Coherencia fe-vida significa una apuesta decidida e incuestionable en favor del don sagrado e inviolable de la vida desde su inicio hasta su ocaso natural. El cristiano ha de tener claras determinadas líneas rojas que la sociedad y culturas contemporáneas pretenden: aborto, eutanasia, contracepción no natural, etc.

(5) Coherencia fe-vida es también conocer, entender sus razones, respetar y vivir la moral sexual que nos propone la Iglesia.

(6) Coherencia fe-vida es asimismo es una opción incuestionable e imprescindible en favor de la justicia que se condensa y explicita en la Doctrina Social de la Iglesia. Además, practicar la justicia como expresión de la coherencia entre la fe y vida excluye el hurto, la corrupción, la ocultación y demás violaciones a las leyes sobre esta materia legítima y moralmente justas.

(7) Coherencia fe-vida se traduce igualmente en la observancia de corazón y de hechos del octavo mandamiento: “No dirás falsos testimonios, ni mentirás”. Y todo lo que ello engloba como la murmuración, la crítica, el chismorreo, etc.

(8) Coherencia fe-vida es el ejercicio de la caridad y de la misericordia, (“En esto sabrán que sois discípulos míos: en que os amáis unos a otros como yo os he amado”, Juan 13,34-35).

(9) Coherencia fe-vida es vivir la fe en, de, desde y con la Iglesia. Es sentir con la Iglesia.

(10) Coherencia vida-fe es practicar los sacramentos y nutrirnos de ellos. Es conocer, meditar, divulgar y orar la Palabra de Dios para que sacramentos, palabra y caridad vayan, poco a poco, haciéndose vida.

 

Lecturas de la Palabra de Dios

 

Escuchamos, en primer lugar, al apóstol Santiago en su carta, capítulo 2, versículos 14 a 20:

 

“¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos del alimento diario y uno de vosotros les dice: «Id en paz, abrigaos y saciaos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro. Pero alguno dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe». Tú crees que hay un solo Dios. Haces bien. Hasta los demonios lo creen y tiemblan. ¿Quieres enterarte, insensato, de que la fe sin las obras es inútil?”.

 

Y ahora, el conocido relato del encuentro entre Jesús y el joven rico, que encontramos en el evangelio de san Marcos, capítulo 10, versículos 17-31:

 

“Cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?». 8Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud». Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme». A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!». Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios». Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros»”.

         

Papa San Pablo VI

 

El Papa San Pablo VI firmó con fecha 8 de diciembre de 1975 la exhortación apostólica “Evangelii nuntiandi” (EN), en castellano Anunciar el Evangelio, fruto del Sínodo de los obispos de 1974 sobre la evangelización.

         

“La ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de nuestro tiempo, como lo fue también en otras épocas. De ahí que hay que hacer todos los esfuerzos con vistas a una generosa evangelización de la cultura, o más exactamente de las culturas. Estas deben ser regeneradas por el encuentro con la Buena Nueva. Pero este encuentro no se llevará a cabo si la Buena Nueva no es proclamada”. (EN, n.20)

         

Papa Francisco

 

Su magisterio sobre la coherencia fe-vida lo vamos a sintetizar, en aras a la sencillez y a la claridad, en el siguiente decálogo de frases suyas:

 

1.-La Iglesia necesita santos de todos los días: los de la vida ordinaria llevada adelante con coherencia.

2.-El Señor nos invita a todos a vencer el rencor con la caridad y el perdón, viviendo la fe cristiana con coherencia y valentía.

3.-Jesús tenía autoridad porque lo que enseñaba era coherente con lo que hacía, con su vida. La autoridad se demuestra en esto: coherencia y testimonio.

4.-Como el Buen Samaritano, no nos avergoncemos de tocar las heridas de los que sufren; más aún, tratemos de curarlas con obras concretas de amor.

5.-En un mundo afectado por el virus de la indiferencia, las obras de misericordia son el mejor antídoto.

6.-Cumplir con alegría obras de caridad hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu es el modo más auténtico de vivir el Evangelio.

7.-No hay amor sin obras de amor. La entrega al hermano brota del corazón que ama.

8.-La eucaristía nos fortalece para que demos frutos de obras buenas y vivamos como verdaderos cristianos.

9.-El amor es siempre dedicación a los demás. Porque el amor se ve en las obras, no en las palabras.

10.-Si el Señor te ha dado dones y riquezas es para hacer a otros, en su nombre, muchas obras buenas.

 

Preguntas y propuestas para el trabajo en grupos

 

Tras estos y otros materiales, y desde un clima explícito de escucha, diálogo y oración, nuestro cuaderno sinodal 1, tema 4, sesión 1, formula, para el trabajo de los grupos, tres preguntas, cuyas respuestas, en su momento, se estudiarán y formarán parte de los siguientes pasos del camino sinodal.  Las preguntas han de ser respondidas, preferentemente, en grupo y recogidas las distintas respuestas.         

Estas son las preguntas: 1.- ¿A qué causas achacas tú la dificultad, incluso creciente, de que los cristianos vivamos nuestra fe de un modo más coherente? 2.- Del decálogo que te hemos ofrecido sobre lo que significa coherencia entre fe y vida, di el punto que te parece más claro y necesario y el que podrías más en cuestión.

3.- De las diez frases del Papa sobre coherencia fe-vida, elige dos e indica qué se podría hacer para conseguirlo en nuestra Diócesis.

Asimismo, se formulan estas dos propuestas:

(1) Otro coloquio sobre cómo hemos vivido y estamos viviendo en este tiempo de pandemia por el coronavirus y crisis varias la coherencia entre la fe y la vida.

(2) Un compromiso personal de cada miembro del grupo para fortalecer la coherencia fe-vida en propia existencia y en la vida y misión de la Iglesia. Se hace primero un silencio y estos dos compromisos se escriben en un papel sin firmar, que se entrega al secretario del grupo.

 

Artículo publicado en NUEVA ALCARRIA el 10 de junio de 2022

Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

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Hoy es por ti mi ofrenda,

por ti mi oración, amigo en la distancia,

y el de más cerca.

 

Hoy elevo mis manos suplicantes,

por ti y por los tuyos,

como gesto solidario.

 

Sacerdote en Él, el único intachable,

plegaria eficaz,

certeza entrañable.

 

Gracias por saberme en ti

fecundo en mi tarea,

por ser parcela de mi misión sagrada.

 

No lo sabrás, pero me ayuda sentirte

destinatario de mi oración

y de mi palabra.

 

La soledad se amaina en tus noticias,

en tu demanda y en tus preguntas.

Se es en la medida en que te das.

 

El desierto no es huida, sino espacio

para amar sin límites

ni distracciones hacendosas.

 

Hoy es por ti mi oración,

mi ofrenda y mi memoria,

que me hacen ser misericordia sin medida.

 

Otra forma de acompañarte en el camino,

Sin que tengas que hospedarme,

Estoy contigo ¡tan cercano!

 

Tus dudas, tus dolencias, tus miedos,

tu salud, tus nostalgias de tiempos anteriores,

tu despojo, tus vacíos, son reclamos.

 

Y todo se hace altar, postrado,

me hago voz unido a Jesucristo,

“Por estos, te ruego, porque son tuyos”.

 

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