Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

 

Oh, sí, llama de amor para el humano

nos trajo en su antorcha Prometeo:

fuego, calor que luzca en el deseo

de su brazo amoroso e ígnea mano.

 

Cual cordero de Dios nos dio el hebreo

canto de esperanza, en forma de cristiano

recental de la luz, que se hace hermano

salvador de la noche el Galileo.

 

Fuiste en el viejo mundo, ya hoy anciano,

lo que para nosotros es Jesús, Prometeo:

Promesa de llegar después… hasta el centelleo

de un ramo no ardido, por siempre ya lozano.

 

Por eso yo os confirmo, Prometeo

-Titán en sacrificio-, y a ti, Jesús, el Nazareno

-de amor por la Humanidad en ambos casos lleno-,

el nuevo de la luz centelleo

eres tú, Jesús, y Prometeo…

era rumor de tu figura venidera, bisbiseo

de tu llegada, en leños de lumbre crucificado, ambos en sacrificio pleno.

 

 

 

Juan Pablo Mañueco

Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016. 

Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

 

Vídeo autor: 

https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0

Por José Ramón Díaz-Torremocha

(de las Conferencias de San Vicente de Paúl en Guadalajara)

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Me gustó mucho el artículo de mi amigo y consocio Rafael G. Serrano que deseo compartir con el resto de mis amigos y consocios, en tantas partes del mundo.

 

En aquellos días tuvo que ir haciéndose a vivir de otra manera; posiblemente algo triste por la falta de las habituales relaciones y algo más incómoda. Pero, a la vez, una oportunidad de cambiar usos, costumbres y formas de organizarse. Fue – y eso es importante – un tiempo de reflexión, en la paz obligada con muchas horas para leer, para meditar, para organizarse.

También para analizar la sociedad y el papel que uno tiene en ella: ¿qué he hecho, ¿qué hago y qué puedo hacer en adelante, cuando se normalice mi vida?, ¿cómo veo la sociedad en la que vivo y cual la que me gustaría?

Una opción era la crítica: cuestionar lo que se estaba haciendo, la actuación de los políticos y los gestores de los problemas de la crisis, la propia mala suerte, las incomodidades a las que nos obligan...

Otra analizar su vida, su postura ante las decisiones políticas, su actitud ante los problemas cotidianos, su relación espiritual consigo y con sus semejantes; podía ser tiempo de atender seriamente su compromiso con la sociedad, su espiritualidad.

Eligió la segunda. Pero no sabía por dónde empezar

La casualidad quiso que entre otras llamadas lo hiciera un antiguo amigo con el que hacía tiempo que no hablaba. Se interesaron ambos por su salud, recordaron viejos tiempos y se preguntaron por el día a día. El amigo le contó que pertenecía a una sociedad de ayuda al prójimo, que trabajaba en armoniosa compañía con mucha gente y su actividad era su dedicación a Dios a través de la ayuda al prójimo, fundamentalmente a los pobres. Había encontrado un sentido a su desordenada vida anterior y un camino de encuentro con la paz, y la alegría de su relación personal con el Santísimo.

Hacía tiempo que con nadie hablaba de esa espiritualidad, de esa entrega y de esa ilusionante paz interior. Aquello podía ayudarle a orientarse en lo que le estaba preocupando y no era capaz de resolver. Le preguntó cuál era esa organización y si podría ir a conocerla.                            

El amigo le dijo que eran Las Conferencias y que él mismo podría acompañarle para que las conociese, seguro que le ayudaría en su vida espiritual.

Quedaron en verse después de terminar la obligada y socialmente necesaria reclusión.  

  

Espero que a todos, les gustara tanto como a mí el artículo del amigo.

Con María, siempre a Cristo por y con María.

 

José Ramón Díaz-Torremocha

De la Conferencias de San Vicente de Paúl

Guadalajara, España

 

 

Days of confinement: A providential call

 

I really liked the article written by my friend and fellow member Rafael G. Serrano, which I would like to share with the rest of my friends and fellow members all over the world.      

            

In those days, he had to get used to living in a different way, possibly a bit sadder due to the absence of the usual relationships and somewhat uncomfortable. At the same time, it was nonetheless an opportunity to change habits, customs and ways of organizing oneself. It was – and that is important – a time of reflection, in forced peace, with many hours to read, to meditate, to organize oneself.

It was also an opportunity to analyse the society and the role one has in it: what have I done, what do I do and what can I do from now on, when my life will be back to normal? How do I see the society I live in and which society would I like?

One option was criticism: to question what was being done, the actions of politicians and managers of the crisis problems, the bad luck itself, and the inconveniences we are obliged to suffer.

Another option was to analyses his life, his stance before political decisions, his attitude to everyday problems, his spiritual relationship with him and his fellowmen; it could be a time to take seriously his commitment to society, his spirituality.

He chose the second one. However, he did not know where to start.

Fate decreed that he received, among others, the call of an old friend with whom he had not talked for a while. Both asked about their health, they remembered old times and inquired about their daily life. The friend told him that he belonged to an association aimed at helping your neighbour, which worked in harmonious collaboration with many people, and its activity was devotion to God through helping others, especially the poor. He had found a meaning to his messy former life and a path to find peace, as well as the joy of his personal relationship with the Most Holy. 

For a long time, he had not spoken with anyone about that spirituality, that dedication and that exciting inner peace. This could help him to find his way to solve what was worrying him and was unable to solve. He asked him what that organization was and if he could go and know it.                       

The friend told him that they were the Conferences and that he himself could accompany him to meet them, he was sure that they would help him in his spiritual life.

They decided to meet once the mandatory and socially necessary confinement was over. 

 

I hope that all of you have liked the article of this friend as much as I did.

With Mary, always towards Christ with Mary.

 

José Ramón Díaz-Torremocha

Conferences of Saint Vincent de Paul

Guadalajara, Spain

 

 

 

Les jours de réclusion: Un appel providentiel

 

J’ai vraiment aimé l’article de mon ami et confrère Rafael G. Serrano que je souhaite partager avec le reste de mes amis et confrères de tous les coins du monde.

 

À cette époque, il dut s’habituer à vivre autrement ; un mode de vie peut-être un peu triste à cause de l’absence des relations habituelles et quelque peu inconfortable. Mais, en même temps, une occasion de changer les habitudes, les coutumes et les façons de s’organiser. C’était – et cela est important – un temps de réflexion, dans une paix obligée avec d’innombrables heures pour lire, méditer et s’organiser.

Aussi pour analyser la société et le rôle que l’on y tient : qu’ai-je fait, qu’est-ce que je fais et que puis-je faire dorénavant, quand ma vie deviendra normale? Comment je vois la société où je vis et quelle est la société que j’aimerais ?

Un choix était la critique : remettre en question ce qui se faisait, les actions des politiciens et des gestionnaires des problèmes de la crise, la malchance, les inconvénients auxquels nous sommes forcés...

Il y avait aussi la possibilité d’analyser sa vie, sa position sur les décisions politiques, son attitude face aux problèmes quotidiens, sa relation spirituelle avec soi-même et avec ses semblables ; cela pourrait être le moment de s’occuper sérieusement de son engagement envers la société, de sa spiritualité.

Il a choisi la deuxième possibilité. Mais il ne savait pas par où commencer.

Le hasard fit que, parmi d’autres appels, il reçut celui d’un vieil ami à qui il n’avait pas parlé depuis longtemps. Les deux se sont intéressés par leur santé, ils se sont rappelés les bons vieux temps et se sont demandés sur leur vie quotidienne. L’ami lui dit qu’il appartenait à une société d’aide à son prochain, qui travaillait harmonieusement avec beaucoup de gens et dont l’activité était le dévouement à Dieu à travers l’aide des autres, principalement des pauvres. Il avait trouvé un sens à son ancienne vie désordonnée et un chemin de rencontre avec la paix, et la joie de sa relation personnelle avec Dieu.

Depuis longtemps, il ne parlait pas avec personne de cette spiritualité, de ce dévouement et de cette passionnante paix intérieure. Cela pouvait l’aider à trouver une orientation quand il était plongé dans des soucis qu’il n’arrivait pas à résoudre. Il lui a demandé quelle était cette organisation et s’il pouvait faire sa connaissance.                            

L’ami lui dit que c’était les Conférences et que lui-même pouvait l’y accompagner, elles l’aideraient certainement dans sa vie spirituelle.     

Ils ont convenu de se rencontrer après la fin de ce confinement obligé quoique socialement nécessaire.

 

J’espère que l’article de cet ami vous a plu autant qu’à moi.

Avec Marie, toujours vers le Christ à travers et avec Marie.

 

José Ramón Díaz-Torremocha

Des Conférences de Saint Vincent-de-Paul

Guadalajara, Espagne

 

Sin procesión de los faroles y con las demás medidas de prevención y contención de la pandemia, y con misa principal a las 12 horas con circuito cerrado de televisión en toda la catedral

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

El domingo 23 de agosto, es la fiesta de la patrona de Sigüenza, la Virgen de la Mayor. La misa solemne será a las 12 horas. Se ha dispuesto un servicio de transmisión por circuito cerrado por televisión con seis monitores en todo el templo catedralicio. La adopción de este sistema se contextualiza con la necesidad de evitar aglomeraciones de personas dentro de los mismos espacios. De este modo, con los monitores de televisión, la misa podrá ser seguida, sin problemas al respecto, en toda la catedral, incluido san Pedro.

Esta misa de las 12 horas será presidida por el obispo diocesano, monseñor Atilano Rodríguez, y se espera pueda concelebrar el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, seguntino de nacimiento y miembro de la cofradía. A esta celebración está invitada la corporación municipal seguntina.

Asimismo, el domingo 23 de agosto, ante el altar de la Virgen de la Mayor, habrá tres misas más: 9 horas, 13:30 horas y 20 horas.

En razón también de la pandemia, no hubo ni ofrenda floral (es habitualmente a las 11 horas del 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Virgen María y fiesta patronal de la catedral y de la diócesis), ni habrá la tan concurrida, solemne y hermosa procesión de los faroles,  de las 21:30 horas del domingo de la fiesta de la Virgen de la Mayor.

Dicha procesión data de 1928 y es la popularmente es llamada «procesión de los faroles», fiesta declarada de interés turístico regional en 2006, seguida cada año por varios miles de fieles. Se trata de un desfile procesional con un rosario de faroles acompañando la procesión y el trono-carroza de la tan venerada imagen mariana. En 2020 no podrá, pues, desarrollarse.

A cambio se programa, salvo novedades de última hora, el rezo del rosario a las 21 horas del domingo 23 de agosto ante el altar de la patrona seguntina, previo requipe general de las campanas de la catedral

«Por las víctimas de la pandemia y por todos aquellos  que trabajan y sirven para su sanación y superación» reza, como no podía ser de otro modo, la intención general de los cultos en honor de la patrona seguntina. El lema es igualmente muy expresivo al respecto, con una cita del evangelio de san Juan referida a la crucifixión y muerte del Señor: «Junto a la Cruz, estaba y está María».

 

Materiales de este artículo

 

Y dado que lo que le falte de esplendor y de multitudes a la celebración de la fiesta de este año de la patrona seguntina, se ha contrarrestar con mayor fervor y oración, ofrezco a continuación una serie de oraciones y de poemas dedicados a la Virgen de la Mayor.

Aunque algunos de los poemas se alude a la procesión de los faroles, como ya se dijo, este año la pandemia reclama su supresión. Por otro lado, el signo (+)  que va al final de algunos de los autores de los poemas significa que ya han fallecido.

 

Oración general a la Virgen de la Mayor

 

«Virgen Santísima, Señora Nuestra de la Mayor, dígnate acrecentar mi devoción hacia Ti. Aumenta el amor secular que siempre tuvo nuestra ciudad de Sigüenza hacia Ti, su Virgen de la Mayor y que por tu mediación poderosa crezca en esta ciudad que se honra en tenerte por su Reina y Madre la práctica de la vida cristiana:

 

         Que los niños seguntinos aprendan de sus padres a quererte.

         Que los jóvenes se miren en tus virtudes para parecerse a Ti.

         Que presidas nuestros hogares y familias con tu mirada maternal.

         Que nuestros ancianos, enfermos y necesitados sepan hallar en tu manto la protección y el amparo que necesitan.

         Y que nuestros difuntos sean llevados de tu mano al encuentro con el Padre.

 

Virgen de la Mayor, desde este trono que te alzó la piedad de nuestros mayores que Sigüenza en pleno sepa honrarte como mereces y que extendamos nuestra devoción ardiente hacia Ti, donde quiera que nos encontremos para acelerar el Reino de Cristo en el mundo. Amén».

 

Oración especial de este año con ocasión de la pandemia

 

Durante todos los días del novenario, en sus convocatorias de mañana y tarde, así como en las misas del día de la fiesta, se ha introducido esta prez u oración de los fieles, especial en medio de la emergencia sanitaria grave ocasionada por el coronavirus:

«Para que Jesús, el Hijo de Santa María de la Mayor, Médico divino de los cuerpos y de las almas visite a nuestra humanidad herida por el coronavirus. Rezamos por el eterno descanso de los difuntos y por el consuelo de sus familiares. Oramos por los actualmente contagiados y por la esperanza de sus familias. Pedimos por la comunidad médica, científica, sanitaria y política y por toda la ciudadanía. Roguemos al Señor».

 

                                                           

Himno a la Virgen de la Mayor

 

«¡Salve, Madre del pueblo seguntino!

¡ Salve!, Reina feliz de la ciudad,

la que siempre te tuvo un amor vivo,

la que siempre postróse ante tu altar,

la que siempre te tuvo un amor vivo,

la que siempre postróse ante tu altar. (Bis)

 

A ti, nuestros mayores

por Reina te aclamamos,

a ti te idolatramos tu hidalgo corazón,

y alzándote en un trono

radiante de hermosura,

nos viste, Virgen pura,

rezarte una oración».

 

 

«Torres de la catedral”, de Jesús García Perdices

 

«El sablazo de un francés

ha mordido tu mejilla,

pero Sigüenza a tus pies

te ha subido en el pavés

de la gloria de Castilla.

 

Y aquel soldado invasor,

que te arrojar a la hoguera,

yace muerto sin valor

de una española cualquiera.

 

Torres de la Catedral,

Callejuelas seguntinas;

una aurora boreal

llena de luz fantasmal

la sombra de las esquinas.

 

Rasga de la noche el velo

Tu Rosario de Faroles

y un negro terciopelo

las estrellitas del cielo

resplandecen como soles.

 

Arriba, duerme el castillo,

y abajo, por la alameda,

los faroles con su brillo

se cierran como un anillo

sobre tu cara de seda.

 

Virgencita labradora,

mi Virgen de la Mayor,                                   

con las luces de la aurora,

quiero ofrecerte, Señora,

la claridad de mi amor».

 

«Gloria y alegría de Sigüenza», de Fredesvindo de Grado (+)

 

«Himno sublime y sin par,

que rime con tu grandeza,

quisiera alegre entonar

por mi musa y por Sigüenza,

oye mi tierno cantar.

 

Es tu presencia en la historia

el ser de nuestra grandeza,

por eso en nuestra memoria

Tú serás siempre la gloria

de esta bendita Sigüenza.

 

¿Qué de Sigüenza sería,

que de su antiguo esplendor,

si en vuestro altar, noche y día,

no fuerais vos su alegría,

oh Virgen de la Mayor?

 

Seguntino, que en la vida,

vas por camino erizado,

de cruces que abren heridas,

¿quién tu dolor ha endulzado,

sino esta Madre querida?

 

Pero ¿por qué en mi alegría

vierten lágrimas mis ojos?

¿Será tal vez que a porfía

Sigüenza llore en despojos

lo que más amara un día?

 

No olvidéis que, si a su historia

siempre hizo honor su nobleza,

hoy más que nunca en su gloria,

sabrá honrar vuestra memoria

el escudo de Sigüenza”.

 

«A la Virgen de la Mayor de Sigüenza», de Francisco Vaquerizo

 

«Coronada y sedente,

con el Niño Jesús en las rodillas,

contemplas a tus hijos de Sigüenza

y hacia tu corazón los encaminas

para que sean fieles a tu nombre,

a tu amor, a tu ejemplo y a tu estima,

oh Virgen, Tú, Señora

de la Mayor nombrada y aplaudida,

oh Virgen a quien todos

tenemos por insigne seguntina,

oh Virgen la más dulce,

la más piadosa, tierna y compasiva,

el ser más acabado, más perfecto,

que ha dado a luz la Trinidad Santísima.

 

Virgen de la Mayor, Señora y Madre,

gloria y honor de esta Sigüenza mística,

que te viene rindiendo sus amores

desde la antigüedad más antiquísima,

de esta ciudad que pone cuerpo y alma

en celebrar tu fama y tu valía

y que acude gozosa a cobijarse

bajo el amparo de tu compañía

porque quiere hacer suyos

tus argumentos y tus paradigmas,

porque quiere mirarse en el espejo

de tu bondad y tu sabiduría.

 

Virgen de la Mayor, aquí nos tienes

apurando la luz de tus mejillas;

aquí nos tienes, Reina Soberana,

admirando tu voz y tu sonrisa,

aquí nos tienes, Madre, hechos un sueño

para soñar contigo maravillas

y poner en tus manos

todos nuestros pesares y desdichas.

Échanos una mano, Virgen Santa,

sé siempre nuestra guía,

orienta nuestros pasos

para no caminar a la deriva

y haz que, a la sombra de tus enseñanzas,

distingamos verdades de mentiras

para poder vivir como cristianos

que conocen y viven la Doctrina.

 

Virgen de la Mayor, joya preciosa

de nuestra hermosa Catedral Basílica

y de la muy noble y muy leal Sigüenza

que viene hoy a esta Casa y deposita

aquí tu Imagen, para que acompañes

y compartas cariño y simpatía

con estas otras Vírgenes hermanas,

que preside la Virgen de la Antigua,

y para que protejas con más mimo

a toda la colonia seguntina

que, por unas razones o por otras,

en este gran Madrid hace vida.

 

Coronada y sedente,

Con el Niño Jesús en tus rodillas,

Contemplas a tus hijos de Sigüenza

y los acoges bajo tu sonrisa,

oh Virgen, Tú, de la Mayor nombrada,

porque mayor que tú ni más divina

ni más nada de nada, no ha nacido

ni nacerá jamás, que así de estricta

es la opinión que tienen al respecto

los hermeneutas de la cosa bíblica.

 

¡Viva por siempre amén la más gloriosa,

la Virgen más amada y más querida,

la que llamamos Mayor de todas,

la que es la Primera Dama Seguntina,

y que siempre llevamos en el alma,

porque es también Patrona de la Villa».

 

«Procesión de los faroles», de Luis Viejo (+)

 

«Rompe la noche

en vertientes de luz,

es agosto…

María la Mayor

irrumpe,  a catedral abierta,

en el transluz

vespertino que voltea

en campanadas.

 

Es azul

la mirada de la Reina,

transparente su sonrisa

mayestático su andar…

Sobre carroza de nardos

se hace nidos un cantar:

Eres Tú

que eres piropo

y capullo y rosa, Tú,

la Reina de Seguntinos,

la Señora en letanías

y rosarios, al alzar.

 

Hechas lengua, las campanas

Truena, gritan un alud

en nieve de nardos frescos,

en Rosario de faroles,

en racimos de piedad.

 

Sigüenza arde en incensarios,

toda se hace Catedral,

pasa la Reina y las calles

ensortijándose van,

pasa la Reina y las almas

son patena, son altar…

¿Virtud?

Alfombrado va el camino

De virtudes…

¿Salud?

Peticiones engastadas

a la Reina enjoyan ya

y… se hace camino

el rezo y el rezo

en camino va…

Y se hace camino el Cielo

Y el Cielo en camino va…

 

Señora de la Mayor,

Un estallido de aplausos

va a estallar:

entras, Señora,

a tu Altar,

has inundado de flores

y virtud

las huellas del borceguí

en plata, de tu andar…».

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 21 de agosto de 2020

Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

San Bernardo, 2020, 775 aniversario del Sistal

 

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Sr. Cardenal Bocos, y querido amigo D. Aquilino; queridos D. Atilano, nuestro obispo, y D. Juan Carlos, obispo de Vitoria, quien generosamente nos estáis dirigiendo los Ejercicios Espirituales a los sacerdotes, venidos de distinta diócesis; amigos todos, quienes vivís en Buenafuente, y cuantos os habéis desplazado de los pueblos del entorno.

Hoy somos testigos de la parábola del grano de mostaza, la semilla más pequeña, al contemplar cómo un lugar lejano, y habitado por una pequeña comunidad de hermanas cistercienses, convoca y sostiene la presencia eclesial de esta asamblea, reunida para dar gracias a Dios, en el día de san Bernardo, por los 775 años de presencia cisterciense en Buenafuente.

Querido D. Aquilino, no imaginábamos, cuando en 1972 os visité en vuestro despacho de Vida Religiosa, que se llegara en el Sistal a celebrar este día, con vuestra presidencia como cardenal y con la de nuestros obispos, que colma de esperanza la historia de Buenafuente.

Sed bienvenidos todos, en nombre de la Comunidad de monjas os agradecemos vuestra presencia, a vosotros, hermanos sacerdotes, que en número tan bíblico de cuarenta, reaviváis en nosotros el salmo 125: “Nos parece soñar”, al palpar la semilla hecha gavilla, y las lágrimas, cantares. Amigos todos, este día resuena en la comarca de manera especial. ¡Cómo no recordar cuando Buenafuente era para todos los pueblos un centro de asistencia a los mayores!

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Estoy seguro de que las hermanas que nos han precedido gozan en el cielo al ver esta iglesia románica colmada de luz y de la presencia tan nutrida de sacerdotes y de fieles.

Queridas monjas, hoy se cumple la parábola del Evangelio, al ver cómo lo pequeño, lo débil, lo frágil, si Dios quiere, se convierte en epicentro, en núcleo de amor, como lo fue san Bernardo en su época.

Nunca imaginábamos tanto amor de la Providencia en esta historia del Sistal, quiera Dios seguir bendiciendo este lugar monástico, casi milenario, con nuevas vocaciones, para ofrecer al peregrino el sorbo de agua clara que mana del santuario, del costado de Cristo.

Este día del santo abad Bernardo, padre del Císter, os invito a todos a dar gracias a la Santísima Trinidad, bajo la mirada de la Santísima Virgen, la Madre de Dios que da nombre a esta abadía.

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