Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Viajes apostólicos de Mongolia, este ya en curso, y a Marsella, nombramiento de 21 nuevos cardenales, con tres españoles, y el Sínodo, en octubre, sobre la Sinodalidad

 

 

 

 

Superados los problemas de salud que le obligaron a una operación en junio, ya con 86 años y medio de edad y tras la exitosa Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa (JMJ) y sin cesar en su quehacer, el Papa Francisco comienza el nuevo curso con cuatro grandes citas en su agenda para los dos próximos meses. Se trata de dos nuevos viajes, de la creación de 21 nuevos cardenales y de la celebración del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad.

 

 

Viajes a Mongolia y Marsella

La primera de estas citas está en curso. Es su viaje a Mongolia, ignoto y olvidado país entre Rusia y China. Se trata del primer viaje papal de la historia a este país, donde la población católica es de unas 1.500 personas, el 0,03% de una población de tres millones trescientos mil habitantes.

Francisco voló a Mongolia ayer, jueves 31 de agosto (hay nueve mil kilómetros de distancia y una diferencia horaria de seis horas) y regresará a Roma en la tarde del lunes 4 de septiembre. Esperando juntos es la frase elegida como lema para viaje papal, ya el 43 internacional de Francisco.

Además, los días 22 y 23 de septiembre Francisco viajará a Marsella (Francia) para clausurar los llamados “Encuentros del Mediterráneo”, una iniciativa pontificia para fomentar la fraternidad y la solidaridad entre los pueblos y gentes del Mar Mediterráneo y su apertura y acogida hacia los migrantes.

 

44 viajes internacionales en diez años y medio

En diez años y medio de pontificado, Francisco ha realizado 44 viajes fuera de Italia y ha visitado 60 países (datos en los que están ya incluidos los viajes a Mongolia y a Marsella). Dentro de Italia ha realizado 37 visitas apostólicas.

En este tiempo, solo ha repetido tres destinos: Grecia, Hungría y Portugal. El continente que ha visitado más veces es Europa (17 veces; 18, una vez vaya a Marsella), seguido de Asia (13, ya con Mongolia), América Latina y el Caribe (7), África (4) y América del Norte (2). Solo le falta Oceanía.

Su primer viaje fuera de Italia lo realizó apenas cuatro meses después de ser elegido Papa: a Brasil, para la JMJ de Río de Janeiro, a finales de julio.

 

Renovación en el colegio cardenalicio

El 30 de septiembre tendrá lugar el noveno consistorio de creación de cardenales de Francisco. Entre los purpurados electos, se halla el nuevo arzobispo de Madrid José Cobo Cano (1965), que recibirá el birrete cardenalicio y se convertirá en el tercer arzobispo vivo de Madrid con la púrpura cardenalicia (junto a Cobo, viven Rouco, de 87 años, cardenal desde 1998; y Osoro, de 78 años, cardenal desde 2016, ambos ya jubilados).

También es español el cardenal electo Ángel Fernández Artime, asturiano de 63 años, quien ya ha anunciado que adelantará su renuncia como rector mayor de los salesianos para aceptar una misión –todavía desconocida– que le encargará en julio de 2024 el Papa Francisco.

Hay también un tercer nuevo cardenal español: Francisco Javier Bustillo, navarro, todavía de 54 años, fraile franciscano conventual y obispo de Ajaccio, capital de la isla francesa de Córcega, desde hace dos años.

Tras el consistorio del próximo 30 de septiembre, España contará con 14 cardenales. Seis cuentan con más de 80 años: Herranz y Abril, en la Curia Romana; Rouco, Martínez Sistach y Blázquez, arzobispos eméritos en España y el claretiano Aquilino Bocos; y con menos de 80 años, ocho: Cañizares, Osoro, Omella, Ladaria, Ayuso, Vérgez, Fernández Artime y Cobo.

Aunque nacidos en España, se computan en los países donde ejercen su ministerio, respectivamente, Panamá, Marruecos, Chile y Francia, los cardenales Lacunza, López Romero, Aós y Bustillo.

 

Algunos datos estadísticos sobre los cardenales

A día de hoy, hay 222 cardenales: 120 electores (menores de 80 años y que, a día de hoy, podrían votar en un cónclave, condición de electores que perderán el día que alcancen los citados 80 años) y 102 no electores. El 30 de septiembre, habrá 243 purpurados: 137 de ellos serán electores y 106 no electores (en las próximas semanas, un cardenal cumplirá 80 años). Francisco ha creado a casi la mitad (110) del total de los 222 cardenales; y al 67% de los electores (81 de 120). 71 años es la media de edad de los cardenales que pueden votar.

Casi 1 de cada 2 purpurados es europeo, pero durante este pontificado se ha hecho cada vez más universal. Después del consistorio serán 91 los países con al menos un cardenal (a día de hoy, son 88 países). Tras el consistorio de creación de nuevos cardenales del 30 de septiembre, países como Palestina, Sudán del Sur y Malasia estarán también representados en el colegio cardenalicio. 

Actualmente hay 50 cardenales religiosos, de 27 congregaciones religiosas o institutos de vida consagrada. Tras el consistorio del 30 de septiembre, habrá siete cardenales religiosos más: dos de la Compañía de Jesús (Jesuitas) y uno de las órdenes y congregaciones religiosos de los Franciscanos Menores, de los Franciscanos Conventuales, de los Franciscanos Capuchinos, de los Agustinos y de los Salesianos.

De estos 21 todavía cardenales electos, el mayor es el capuchino argentino Luis Pascual Dri (1927) y el más joven, el portugués Américo Manuel Alves Aguiar (1973). El cardenal más anciano es, con 98 años Alexandre do Nacismento, de Angola; y el más joven, el religioso italiano misionero en Mongolia, Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, de 49 años.

 

Sínodo de la Sinodalidad

En la tarde del 30 de septiembre, día de la creación de los 21 nuevos cardenales, la Plaza de San Pedro de Roma acogerá una vigilia ecuménica de oración, animada por la Comunidad de Taizé. Será el pistoletazo de salida de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Francisco participará en el final de esta vigilia ecuménica de oración. Y una vez concluida, todos los participantes en la citada asamblea sinodal (más de 400 personas) se desplazará hasta una gran casa de ejercicios en las afueras de Roma para realizar durante tres días un retiro espiritual previo al Sínodo. Quien fuera maestro general de los Dominicos entre 1992 y 2001, Timothy Radcliffe, inglés de 78 años, será el predicador de este retiro espiritual.

Y ya el jueves el 4 de octubre (significativamente es la fiesta de san Francisco de Asís, el gran reformador, con su vida y ejemplo, de la Iglesia) comenzará la cita eclesial más esperada de los últimos años: la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicado a la sinodalidad. “Por una Iglesia sinodal: comunión, misión y participación” es su tema.

 

Camino sinodal desde 2021 y hasta 2024

Inaugurado en octubre de 2021, este sínodo, que ha sido denominado de moco coloquial “sínodo universal”, ha contado ya con dos fases: la fase diocesana en toda las diócesis de la Iglesia, rematadas y recapituladas con asambleas en las distintas conferencias episcopales (de octubre de 2021 a agosto de 2022) y la fase continental (de enero a marzo de 2023), arranca, por fin, la llamada fase universal, con la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en el Vaticano del 4 al 29 de octubre.

La Asamblea de octubre de 2023 está llamada a ser uno de los acontecimientos más importantes del pontificado. La decisión de Francisco de dar voz y voto por primera vez a mujeres y laicos y el anuncio de algunos de los temas que se van a tratar ha despertado el interés de muchos. Los miembros con voz y voto en este Sínodo serán 364. Son obispos, sacerdotes, consagrados y seglares (incluidas, mujeres, 54) y todos ellos tendrán derecho a voto, algo inédito en la historia de los sínodos.

Una vez concluidos los trabajos de octubre de 2023 y tras su difusión, acogida y enriquecimiento en el resto de la Iglesia desde noviembre de 2023 a mayo de 2024, en octubre de 2024, será la segunda edición de esta XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.

 

22 españoles en el Sínodo de la Sinodalidad

Como miembros natos al pertenecer a la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, participarán en este sínodo el subsecretario de dicho organismo, el agustino madrileño Luis Marín de San Martín; y el cardenal Juan José Omella Omella, miembros de la secretaría, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

La CEE ha elegido los tres representantes, que le correspondían: Vicente Jiménez Zamora, arzobispo emérito de Zaragoza y coordinador del equipo sinodal de la CEE; el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello García; y Francisco Conesa Ferrer, obispo de Solsona. También participará el sacerdote Luis Manuel Romero Sánchez secretario del equipo sinodal de la CEE y secretario de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida, también en la CEE.

 Asimismo, lo harán el Enrique Alarcón García, presidente de FRATER España (Fraternidad de personas con discapacidad en Francia); el rector de la basílica Sagrado Corazón de Jesús de Valencia, Luis Miguel Castillo Gualda; la teóloga Cristina Inogés Sánchez; y el vicario para la Vida Consagrada de la diócesis de Madrid, el jesuita Elías Royón Lara. Como invitada especial, y con derecho a voz, el Papa ha designado a la presidente de la Acción Católica General en España, la santiaguesa Eva Fernández Mateo, a su vez, coordinadora del Foro Internacional de Acción Católica.

Como expertos y facilitadores, estarán la religiosa jesuitina María Luisa Berzosa, el teólogo burgalés Eloy Bueno de la Fuente y el canonista vallisoletano José San José Prisco.

También participarán en este sínodo los prelados españoles curiales en Roma cardenales Miguel Ángel Ayuso Guixot y Luis Francisco Ladaria Ferrer y el obispo Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru. Y cuatro españoles sinodales son el monje benedictino Manuel Nin Güel, obispo exarca apostólico para los católicos de rito bizantino en Grecia; el cardenal Cristóbal López Romero, arzobispo de Tánger (Marruecos); el arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), José Vicente Nácher Tatay; y el jesuita Enrique Figaredo Alvargonzález, prefecto apostólico de Battambang (Camboya).

Habría que añadir, asimismo, a sor Xiskya Valladares, con doble nacionalidad nicaragüense y española.

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 1 de septiembre de 2023

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Con el lema “Marcados por la Cruz del Señor”, desde el pasado 16 de abril y hasta el próximo 16 de abril, en Santo Toribio de Liébana, nuevo Año Santo Lebaniego

 

 

 

 

El Año Santo Jubilar Lebaniego, en el monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria, en corazón de los Picos de Europa, comenzó el pasado 16 de abril, fiesta del obispo santo Toribio de Liébana, y se clausurará en la misma fecha de 2024. Es un tiempo particular de gracia para la diócesis de Santander, para toda la Iglesia y para cuantos quieran peregrinar hasta el santuario de Liébana para acoger la indulgencia plenaria, dispuestos a renovar la vida cristiana, y adorar el Lignum Crucis, la Cruz gloriosa de Cristo, signo de amor y fuente de vida.

Precisamente, durante la próxima semana peregrinan hasta este venerable y hermoso lugar cerca de medio centenar de personas de la Asociación de Amigos de la Catedral de Sigüenza.

 

 

Esenciales apuntes históricos

En el monasterio de Santo Toribio de Liébana se conserva desde el siglo viii el Lignum Crucis, insigne reliquia que, según una venerable tradición, trajo desde Jerusalén, en el siglo v, santo Toribio, obispo de Astorga, asegurando que se trataba de un fragmento de la cruz de Cristo, precisamente el mayor trozo del madero sagrado de cuantos se veneran en el mundo.

El Papa Julio II, el 23 de septiembre de 1512, autorizó para que se siguiera celebrando el Jubileo de Santo Toribio, que viene haciéndose “desde tiempo inmemorial”. Se fijó la fecha del 16 de agosto, fiesta del citado santo obispo y que su celebración fuera cada vez que el 16 de abril fuese domingo. El Papa Pío IX, en Breve de 4 de septiembre de 1872, concedió a perpetuidad indulgencia plenaria, el 23 de agosto, aniversario, según tradición, de la erección de la Cofradía. Ambos Papas extendieron la gracia jubilar también a los siete días siguientes a la fiesta. Y fue Pablo VI, en 1967, quien amplió el privilegio de ganar el jubileo a todo el año, siendo extraordinaria la afluencia de peregrinos que acuden al monasterio en los años jubilares. Hasta el presente son 74 los años santos jubilares documentados.

Regido y custodiado por monjes benedictinos desde el siglo VIII, desapareció esta presencia tras la desamortización del ministro liberal Juan Álvarez de Mendizábal (a partir de 1834). Desde 1961, son los Franciscanos los guardianes del monasterio, de factura románica. El elemento artístico y religioso más característico del monasterio es la Puerta del Perdón, que se abre durante el Año Jubilar para acceder al templo. Junto a su belleza, este es un signo catequético que nos recuerda que Jesús es nuestra puerta de acceso al corazón misericordioso del Padre (Juan 10,9). No hay magia en este signo de entrar por la puerta, sino recuerdo de una promesa firmada con la vida entregada en la cruz.

 

El Lignum Crucis

En el baldaquino situado en el centro de la capilla de monasterio, se venera el Lignum Crucis (Leño de la Cruz): Dios hecho hombre fue crucificado dando su vida por cada uno de nosotros.

La reliquia llegó al monasterio al mismo tiempo que los restos de santo Toribio, alrededor del siglo VIII, a fin de protegerla del avance árabe en la península. Fue traída de Astorga a donde llegó a su vez en el siglo VI desde Roma de manos de santo Toribio, primer obispo de Astorga.

Según el padre Sandoval, cronista de la orden benedictina, esta reliquia corresponde al “brazo izquierdo de la Santa Cruz, que la Reyna Elena (madre del emperador Constantino, en el siglo IV) dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones. Está aserrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo”.

La reliquia del Leño de la Cruz se encuentra incrustada en un relicario en forma de cruz en plata dorada, de estilo gótico, realizado en un taller vallisoletano en 1679.

Las medidas del Leño Santo son de 63 centímetros el palo vertical y 39 centímetros el travesaño, con un grosor de 3’8 centímetros, siendo la reliquia más grande conservada de la Cruz de Cristo.

Pruebas científicas realizadas en 1958 verificaron que la madera del Santo Leño es un Cupressus Sempervirens L, una variedad de ciprés autóctona de Israel y Palestina y con una antigüedad superior a los 2.000 años.

 

El Beato de Liébana

Del desarrollo religioso y cultural de este monasterio da idea la figura de Beato, monje de mediados del siglo VIII, que, en el año 776, escribió el libro titulado “Comentario al Apocalipsis”, para explicar el hermético texto de San Juan. Para su redacción Beato se basó en las obras de los Santos Padres, lo que indica la gran biblioteca que debía poseer este monasterio.

Ha pasado a la Historia del Arte porque en las diferentes copias que se hacen en otros monasterios de este Códice, comenzaron a incluirse miniaturas cuya temática y técnica fueron fundamentales para la evolución de la pintura y la escultura mozárabe y románica.

Con el tiempo los diferentes códices, han tomado el nombre del autor del “Comentario”. Es lo que se conoce como los “Beatos de Liébana”. Han llegado hasta nosotros 24 de estos códices miniaturizados. No se conoce el paradero del Códice que Beato escribió aquí y en este monasterio no se conserva ningún Beato. En el claustro, se encuentra una exposición de láminas ilustradas de los beatos más representativos.

Además, Beato compuso el himno “O Dei Verbum!” para la festividad del apóstol Santiago en la liturgia mozárabe, cuya alabanza del santo apóstol supuso el inicio del culto a Santiago como patrón de España y propiciando el descubrimiento del sepulcro de Santiago.

Beato tuvo protagonismo en las controversias teológicas del siglo VIII, defendiendo la ortodoxia católica frente a la herejía que afirmaba que Cristo era solamente hijo adoptivo de Dios. En el proceso se vio implicado el propio emperador Carlomagno, que convocó un concilio en Ratisbona, en el cual se ratificaron las posturas de Beato frente a la herejía. De igual modo, participó activamente en la vida pública de este momento de la historia en que se configura el reino de los Astures.

 

Camino Lebaniego

A partir del siglo IX cuando ya se encuentra en el monasterio de Santo Toribio de Liébana la reliquia del Lignun Crucis, fueron, son y serán muchos los peregrinos que, en su ruta a Santiago, se desvían para venerar el trozo de la cruz de Cristo, y pedirle buenaventura para el Camino.

Santo Toribio de Liébana es uno de los principales lugares santos de peregrinación perpetua de la Iglesia (junto con Roma, Tierra Santa, Santiago de Compostela y otros lugares como Caravaca de la Cruz y Urda, por citar otros dos en España). Los peregrinos que hacen este Camino, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se llaman CRUCENOS por ser peregrinos de la Cruz.

La peregrinación se puede hacer desde el Camino de Santiago por el Norte (camino de la Costa), o del Camino Francés (camino de la Meseta), pues la comarca Lebaniega está entre los dos. Si se viene desde San Vicente de la Barquera, aproximadamente en unos 70 kilómetros, se atravesarán pequeños pueblecitos y zonas de montaña de gran belleza. Es duro y conviene ir preparado.

La llegada al monasterio tiene una subida de unos 3 kilómetros desde Potes, hechos los cuales los peregrinos recobran la emoción con la cálida acogida que se dispensa desde el convento, sellando sus credenciales, y entregándoles el diploma del peregrino: LA LEBANIEGA, firmada y sellada por la Fraternidad Franciscana.

Durante el anterior año jubilar 2017-2018, más de medio millón de peregrinos llegaron de todos los rincones del planeta, y entrando por la Puerta del Perdón, obtuvieron la indulgencia plenaria que la Iglesia reserva para esta efeméride. Se espera que este año santo lebaniego supere el medio de millón de peregrinos.

 


 

Informaciones prácticas, requisitos jubilares y cartel

 

Todos los días a las 12 horas se celebra la Misa del Peregrino. Del 1 de julio al 12 de octubre, también hay Misa del Peregrino a las 19 horas de los sábados y vísperas de festivos y los domingos, además de la eucaristía de las 12 horas, hay otra misa jubilar a las 10:30 horas. Durante las celebraciones, antes y después, hay confesores disponibles.

La visita al monasterio y la posibilidad de acceder a su tienda de recuerdos es todos los días 10 a 19 horas. La vista es gratuita y Se visitan la iglesia, la capilla del Lignum Crucis y el claustro.

La información de contacto es Fraternidad Franciscana, Monasterio de Santo. Toribio de Liébana, 39589-Camaleño (Cantabria). El número de teléfono es el 942 730 550; el correo electrónico, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.; y la dirección de internet www.santotoribiodeliebana.es es la de la correspondiente página web.

Las condiciones que se pide a los fieles para participar activamente del jubileo son:

Los requisitos para recibir las gracias jubilar son cuatro. La primera, realizar la peregrinar, con el acceso al monasterio por su Puerta Santo. La segunda es la oración: el Padrenuestro (signo de que volvemos al Padre Dios); el Credo (como renovación de nuestra fe); y una oración por el Papa (expresión de adhesión, comunión y misión eclesiales). Los requisitos tercero y cuarto son celebrar el sacramento de la reconciliación (confesión sacramental) y participar de la misa y recibir la eucarística, bien en la visita al monasterio o en torno a las fechas de la peregrinación.

 

 

El cartel oficial del presente año lebaniego es obra realizada partir del original del pintor lebaniego Joaquín Besoy (Quino). Se trata de una hermosa composición pictórica con tres puntos de referencia: a la derecha según lo miramos, peregrinos y un camino; en el centro, aparecen los Picos de Europa; y a la izquierda, el Lignum Crucis y la Puerta Santa del monasterio. El lema del año jubilar, “Marcados por la Cruz del Señor” aparece abajo del dibujo y la composición del cartel, también en su franja inferior, ofrece las fechas jubilares y un código barras con aplicación QR, así como el logo del Obispado de Santander, en donde está enclavado Santo Toribio de Liébana.

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 25 de agosto de 2023

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

Hontanar de verdor que entre ramas densas subes

y tus hojas perennes hacia lo arriba extiendes,

raíces verticales socavas e igual tiendes

del centro de la tierra hasta el alcor de las nubes.

 

Manantial de altitud que en arista lo pretendes:

salir por pies, por  alas, del claustro en que te incubes

y visitar en cielo, cima y cumbre a querubes

que ofician encender las llamas a estrellas duendes.

 

Pirámide delgada de glauco ángulo y porte

que por el día atraes lumbre en ojos por verte

y a la noche te elevas, picacho, al cielo norte…

 

La lanza de tu punta, arpón es que, en sí, ya acierte

a prender los luceros de lo oscuro: resorte

vegetal que ama Silos y de este modo le alerte 

 

que al llegar de la noche luz hay. No es total muerte

la de quien en la fe sabe buscarse mechas y pabilos.

 

Mientras, los monjes siguen guardando el grano en Silos

de códices y cánticos como escalinata y lámpara más fuerte.

 

Prodigio del fervor y la esperanza,

erguido en las riberas del Arlanza.

 

 

 

Vídeo autor:

https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

La misa principal, con el obispo diocesano y el arzobispo emérito de Sevilla, será a las 11:30 horas, y la procesión de los faroles a partir de las 21 horas

 

 

 

 

Sigüenza celebra al domingo siguiente a la Asunción y a la fiesta de San Roque, este año, pasado mañana, domingo día 20 de agosto, la festividad de su patrona, la Virgen de la Mayor. Esta fiesta llega tras un solemne novenario -que ha incluido el rezo del Rosario y de la Novena y la celebración de la Eucaristía-, comenzado el viernes día 11 y celebrado con convocatorias, a las ocho de la mañana y a las siete y media de la tarde. «María se levantó y se puso en camino» es el lema de la novena y fiesta. Es el mismo de la reciente JMJ Lisboa 2023 y la intención orante es por los jóvenes y por el sínodo universal y el sínodo diocesano.

 En el día de la festividad de la Virgen de la Mayor, fiesta que se celebra desde finales del siglo XV, los actos conmemorativos tienen tres grandes momentos. El primero de ellos comienza a las ocho de la mañana. Numerosos fieles participan en el tradicional Rosario de la Aurora, que recorre las travesañas y las murallas de la ciudad. A continuación, se oficia una eucaristía.

A las 11:30 horas, nuestro obispo diocesano, monseñor Atilano Rodríguez, y el arzobispo emérito de Sevilla, el seguntino monseñor Juan José Asenjo, presiden la misa central y principal de la jornada. Medio millar de fieles acuden a la Misa.

El momento más esperado del día llegará a partir de las nueve de la tarde. Comienza con el rezo del rosario ante el altar de la Virgen de la Mayor, mientras va saliendo la procesión en su honor, que media hora más tarde está ya en las calles de la ciudad. Es la procesión de los faroles en honor de la Virgen de la Mayor, que recorrerá las principales calles de la ciudad, acompañada de varios miles de fieles. La procesión de los faroles de la Virgen de la Mayor es fiesta de interés turístico regional. El tañido de las campanas catedralicias, el desgranar del Santo Rosario y los sones de la banda de música aportarán el sonido inconfundible de la más bella noche seguntina, iluminada por los cirios de los faroles procesionales y las luces artísticas y monumentales de la ciudad, mientras que los nardos, los gladiolos y las rosas en honor de María Santísima de la Mayor esparcirán sus mejores olores y fragancias al igual que del corazón y los labios de los seguntinos saldrán las más hermosas plegarias y oraciones en la fiesta anual de su Madre y Señora.

 

 

La Virgen de la catedral seguntina

Los cánones del arte medieval cristiano establecían que toda la catedral (la iglesia propia del obispo, la iglesia cabeza y madre de todo el territorio o diócesis al obispo confiado) debía construirse integrando tres claves fundamentalmente: la presencia de una imagen mariana, la custodia del templo confiada a monjes y las reliquias de un mártir.

Cuando el obispo Bernardo de Agén, a partir de que el 22 de enero de 1124 reconquistó del poder musulmán la ciudad de Sigüenza y continuó con la recuperación del antiguo territorio del Obispado de Sigüenza, situado entre el alto Duero y el alto Tajo, dio los primeros pasos para levantar su catedral estos tres elementos, estas tres claves, se observaron escrupulosamente. Y así lo mantuvieron sus inmediatos sucesores: don Pedro de Leucata (1152-1156) y don Cerebruno de Poitiers (1156-1166), quienes son también de capital importancia para los albores de la historia de la construcción de la catedral seguntina. Estos tres obispos procedían de la región hoy francesa, entonces de la Corona de Aragón, de Aquitania, de donde vinieron numerosos clérigos para la fortalecer la evangelización e impulsar la romanización (esto es, la universalidad, la condición romana de la Iglesia) en los distintos territorios de España que eran reconquistados

Nuestra catedral que fue consagrada al culto por el cuarto obispo de Sigüenza tras la reconquista de 1124, el inglés Joscelmo Adelida (1168-1178), el 19 de junio de 1169, hace, pues, 854 años.

 

Catedral monacal, martirial y mariana

Aunque inicialmente el cuidado pastoral de la catedral seguntina fue confiado a sacerdotes diocesanos, pronto la presencia monástica se hizo presente en él. Además, la impronta monacal ya la imprimía el obispo Bernardo de Agén en su condición de monje cluniacense o benedictino.

Con todo, el cabildo de la catedral de Sigüenza pasó al servicio de monjes canónigos regulares de San Agustín muy pronto, en la misma mitad primera del siglo XII y hasta en el primer cuarto del siglo XIV, en que el obispo Simón Girón de Cisneros (1301-1326) lo confío al clero secular y desde entonces así sigue.

La característica de catedral martirial, ya desde su consagración, se cumple en la seo seguntina con la presencia de las reliquias de la joven virgen y mártir santa Librada (martirizada a comienzos del siglo IV, en Aquitania, paisana, pues, del obispo don Bernardo).

La catedral de Sigüenza cumple asimismo el requisito de ser catedral mariana desde sus mismos albores. Y la talla de la Virgen que durante los más de ocho siglos y medio de historia catedralicia que es objeto principal de devoción es una imagen traída por el obispo Bernardo: la Virgen de la Mayor.

 

Catedral mariana

La catedral de Sigüenza cumple asimismo el requisito de ser catedral mariana desde sus mismos albores. Se trata de una talla inicialmente románica del siglo XII, esculpida en madera de ciprés, que fue modificada en varias ocasiones, adquiriendo, a partir del siglo XIV, también por a instancias del obispo ya citado Simón Girón de Cisneros, una configuración más gótica, esbelta, elegante y risueña. Incluso este obispo recubrió de plata la imagen mariana, que en los libros de actas capitulares a veces es llamada, por ello, Virgen Blanca.

La imagen es de las llamadas «vírgenes sagrario», pues tiene una portezuela en la espalda donde se reservaba el Santísimo y se portaba los santos óleos. Es, por ello, imagen también llamada «socia belli» (compañera de batalla), ya que consta que acompañó a don Bernardo en sus incursiones castrenses para recuperar el territorio diocesano

Según el historiador por excelencia de los obispos y de la diócesis de Sigüenza, fray Toribio de Minguella y Arnedo, el obispo Bernardo trajo a Sigüenza las reliquias de su paisana santa Librada, aprovechando un viaje que hubo de realizar a Francia, concretamente a noroeste del país, para asistir al Concilio provincial, no ecuménico o universal, de Reims, del año 1131, convocado para deponer al antipapa Anacleto II y confirmar al papa legítimo Inocencio II.

Y otra muestra de la condición mariana de la catedral seguntina es su advocación en honor de la Asunción de Nuestra Señora, y precisamente en los días de la octava de esta fiesta (el 15) se celebra a la Virgen de la Mayor.

El nombre o título mariano de la Mayor se debe, sin duda, a que esta imagen de María (otras veces citando únicamente como Nuestra Señora) estuvo durante cinco siglos y medio en la capilla mayor de la catedral, hasta su traslado a su actual emplazamiento, del que ahora escribimos.

 


 

El retablo de la Virgen de la Mayor

 

Desde hace más de 350 años, la principal patrona seguntina, Nuestra Señora de la Mayor, se halla en un retablo barroco en el trascoro de la catedral seguntina. Este retablo y sus protagonistas fueron así reflejados por el músico e investigador Juan Antonio Marco Martínez, canónigo de la catedral, en un artículo para el libro-catálogo de ATEMPORA 2022.

“Contrariamente a lo que ocurría en Europa, las catedrales hispanas optaron por instalar el coro en medio del templo. Este hecho dio lugar a un nuevo elemento en nuestras catedrales: el trascoro. Pues bien, éste de Sigüenza es, sin duda, el más atrevido y hermoso de los trascoros catedralicios peninsulares.

Tres protagonistas dieron forma a esta colosal pieza barroca de mármoles y jaspes. Ante todo, Nuestra Señora; la titular de la catedral. La tradición asocia esta imagen, de inicial y correcto formato románico, a la conquista de Sigüenza por el obispo don Bernardo de Agén. Tuvo su trono en el cabecero de la catedral hasta la instalación, en 1613, del actual retablo mayor, obra del escultor Giraldo de Merlo. El título La Mayor aparece esbozado en algunas mandas de finales del XVI para distinguirla de otras imágenes de María; así en 1593 donan un Agnus (cordero) de oro «para la imagen de Nuestra Señora la del altar mayor». En 1618, retirada ya la venerada imagen a una capilla lateral, los labradores ofrecen una lámpara de plata «a Nuestra Señora la Blanca que es la imagen que antes estaba en el retablo del altar mayor de esta santa iglesia».

 

 

El segundo protagonista es el obispo don Andrés Bravo de Salamanca Llegó a Sigüenza en 1606 con 22 años; su tío, el obispo fray Mateo de Burgos –el que retiró del altar mayor la imagen de Nuestra Señora– le asignó una canonjía. Tras desempeñar diversos cargos en distintas ciudades, volvió a Sigüenza en 1661, pero esta vez como obispo, procedente de Murcia, de donde era ya obispo.

Don Andrés –testigo presencial de la desazón que causó en Sigüenza el traslado de la Patrona a un lateral– venía de Murcia, como queda dicho, donde uno de sus predecesores había levantado un trascoro de mármoles para la Inmaculada. Y decidió hacer aquí lo mismo: «Siempre ha sido mi deseo que en el altar de San Martín se haga un trascoro lucido de todo primor y arte, y de piedra de jaspe y de otras vistosas con toda escultura, labor y moldura para que en él se coloque y esté con toda veneración Nuestra Señora de la Mayor».

Nos queda un tercer personaje, Juan de Lobera, el artífice madrileño con el que, en junio de 1666, contrató el obispo «la obra de jaspe para la catedral de esta ciudad». Sus trabajos en la capilla de San Isidro de Madrid (parroquia de San Andrés) hacían de él el maestro más indicado. Solucionó el problema de llenar un espacio tan grande para una imagen tan pequeña jugando con las diagonales, que cruzan en la hornacina de la titular, y con el espacio, creando una especie de efecto-cueva que lleva al centro la mirada del espectador. El obispo don Andrés falleció en 1668 sin ver terminada esta enorme estructura de salomónicas, pero ciertamente dejó para Nuestra Señora un altar «lucido de todo primor y arte»”.

 

Publicado en Nueva Alcarria el 18 de agosto de 2023

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