Por Jesús Francisco Andrés
(Delegado diocesano de Pastoral de la Salud)
Nos encontramos en pleno tiempo de Pascua y una de los verbos que más se repiten en los textos litúrgicos es ALEGRAOS.
Hace tiempo escuchábamos una canción que decía: “estoy alegre porque un día Cristo me salvó y también me transformó y, por eso, alegre estoy”.
Hace unos días el Papa Francisco nos decía que no le gustan los pastores -sacerdotes- con “cara de vinagre”, ni sacerdotes ni fieles. Todos nosotros tenemos motivos para estar alegres, a pesar de los problemas, de las dificultades, de las circunstancias duras de la vida.