Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

“Dios camina con su pueblo” es el lema de la jornada, cuyo sentido y objetivos son, según el Papa, acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados

 

 

 

 

Pasado mañana, domingo, día 29 de septiembre, último domingo de septiembre, la Iglesia católica en todo el mundo celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. El Papa Francisco, tan cercano, tan sensible, tan comprometido con este tema, ha escrito un mensaje para la jornada, cuyo título reza “Dios camina con su pueblo”. Esta jornada eclesial y pontificia, muy veterana, 110 años, fue instituida en 1915 por el Papa Benedicto XVI.

Anima la Jornada en nuestra diócesis, la Delegación de Migraciones, cuya responsable en funciones es la religiosa scalabriniana María Angélica Tiralle, de origen argentino, y quien sucede a Leticia Gutiérrez Valderrama, también scalabriniana, y quien ha regresado a su México natal.

Y, al efecto, en la ciudad de Guadalajara se han programado varias convocatorias, todas ellas en Guadalajara: el martes 24, un círculo de silencio; el jueves 26, un café intercultural; el viernes 27 un desfile intercultural; el sábado 28, una fiesta intercultural; y el domingo 29, a las 12, eucaristía en la concatedral, presidida por el obispo.

 

 

Ocho ideas del mensaje del Papa Francisco

En su mensaje para esta jornada, titulado, como ya se dijo, “Dios acompaña a su pueblo”, Francisco relaciona las migrantes y la citada jornada con el sínodo. Asimismo, hace analogía entre el éxodo bíblico y el éxodo de los migrantes y se detiene a considerar las distintas formas mediante las cuales Dios acompañó a su pueblo en el éxodo bíblico y cómo lo hace ahora y recuerda que el encuentro con el migrante es encuentro con Cristo.

(1) Iglesia sinodal y migrantes y refugiados: “La sinodalidad se presenta principalmente como camino conjunto del pueblo de Dios y como fecundo diálogo de los carismas y ministerios, al servicio del acontecimiento del reino. Poner el énfasis en la dimensión sinodal le permite a la Iglesia redescubrir su naturaleza itinerante, como pueblo de Dios en camino a través de la historia, peregrinante, diríamos «emigrante» hacia el reino de los cielos”

(2) El éxodo del pueblo de Israel: “La referencia al relato bíblico del Éxodo, que presenta al pueblo de Israel en su camino hacia la tierra prometida, resulta evocador: un largo viaje de la esclavitud a la libertad que prefigura el de la Iglesia hacia el encuentro final con el Señor”.

(3) El éxodo de los migrantes de nuestro tiempo: “Análogamente, es posible ver en los emigrantes de nuestro tiempo, como en los de todas las épocas, una imagen viva del pueblo de Dios en camino hacia la patria eterna. Sus viajes de esperanza nos recuerdan que «nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como salvador el Señor Jesucristo» (Filipenses 3,20).

(4) Similitudes de ambas imágenes: “Las dos imágenes –la del éxodo bíblico y la de los migrantes– guardan ciertas similitudes. Al igual que el pueblo de Israel en tiempos de Moisés, los migrantes huyen a menudo de situaciones de opresión y abusos, de inseguridad y discriminación, de falta de proyectos de desarrollo.

Y así como los hebreos en el desierto, también los emigrantes encuentran muchos obstáculos en su camino: son probados por la sed y el hambre; se agotan por el trabajo y la enfermedad; se ven tentados por la desesperación.

Pero la realidad fundamental del éxodo, de cada éxodo, es que Dios precede y acompaña el caminar de su pueblo y de todos sus hijos en cualquier tiempo y lugar. La presencia de Dios en medio del pueblo es una certeza de la historia de la salvación: «El Señor, tu Dios, te acompaña, y él no te abandonará ni te dejará desamparado» (Deuteronomio 31,6)”.

(5) Distintas formas de presencia y compañía en el éxodo bíblico: “Para el pueblo que salió de Egipto, esta presencia se manifiesta de diferentes formas: la columna de nube y la de fuego muestran e iluminan el camino (Éxodo 13,21); la carpa del encuentro, que custodia el arca de la alianza, hace tangible la cercanía de Dios (Éxodo 33,7); el asta con la serpiente de bronce asegura la protección divina (Números 21,8-9); el maná y el agua son los dones de Dios para el pueblo hambriento y sediento (Éxodo 16-17). La carpa es una forma de presencia particularmente grata al Señor. Durante el reinado de David, Dios se negó a ser encerrado en un templo para seguir habitando en una carpa y poder así caminar con su pueblo, y anduvo «de carpa en carpa y de morada en morada» (1 Crónicas 17,5)”.

(6) Formas de presencia y compañía actuales: “Muchos emigrantes experimentan a Dios como compañero de viaje, guía y ancla de salvación. Se encomiendan a Él antes de partir y a Él acuden en situaciones de necesidad. En Él buscan consuelo en los momentos de desesperación. Gracias a Él, hay buenos samaritanos en el camino. A Él, en la oración, confían sus esperanzas. Imaginemos cuántas biblias, evangelios, libros de oraciones y rosarios acompañan a los emigrantes en sus viajes a través de desiertos, ríos y mares, y de las fronteras de todos los continentes”.

(7) El encuentro con el migrante, encuentro con Cristo: “Por eso, el encuentro con el migrante, como con cada hermano y hermana necesitados, «es también un encuentro con Cristo. Nos lo dijo él mismo. Es él quien llama a nuestra puerta hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo y encarcelado, pidiendo que lo encontremos y ayudemos.

El juicio final narrado por Mateo en el capítulo 25 de su evangelio no deja lugar a dudas: «Estaba de paso, y me alojaron» (v. 35); y de nuevo, «les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (v. 40).

Por eso, cada encuentro, a lo largo del camino, es una oportunidad para encontrar al Señor; y es una oportunidad cargada de salvación, porque en la hermana o en el hermano que necesitan nuestra ayuda, está presente Jesús. En este sentido, los pobres nos salvan, porque nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor”.

(8) Rezar y hacer caminar juntos por quienes tienen que abandonar su tierra: “En esta Jornada dedicada a los migrantes y refugiados, unámonos en oración por todos aquellos que han tenido que abandonar su tierra en busca de condiciones de vida dignas. Sintámonos en camino junto con ellos, hagamos juntos «sínodo» y encomendémoslos a todos, así como a la próxima asamblea sinodal, a la intercesión de la bienaventurada Virgen María, signo de segura esperanza y de consuelo en el camino del pueblo fiel de Dios”.

 

El cartel de la jornada

El padre dominico Xabier Gómez, de origen vasco, de 54 años y director, desde 2021, del Departamento de Migraciones de la CEE, describe el cartel de esta jornada eclesial, cuya imagen acompaña estas líneas. De su comentario, entresacamos otras ocho ideas principales:

(1) Un pueblo en marcha: “Pueblo de Dios, pueblo en marcha, pueblo en movilidad. En la Iglesia, caminamos juntos con el reto de no dejar a nadie atrás.

(2) Un pueblo guiado por una Cruz: Contemplamos una caravana de migrantes, una familia y una cruz hacen presente el signo del Dios de Jesús identificado con quienes están en «éxodo» hacia países donde labrarse un futuro en paz y dignidad. Esta imagen nos invita a reconocer a Dios presente caminando con y entre su pueblo migrante”.

(3) Un pueblo portador de oportunidades, no de amenazas: “Son personas que han llegado hasta nuestros pueblos, ciudades y comunidades, portadoras de oportunidades y no de amenaza. Así nos lo recuerda la reciente exhortación pastoral de la CEE Comunidades acogedoras y misioneras, hoja de ruta para la revitalización misionera de nuestras parroquias y diócesis desde la pastoral con personas migradas”.

(4) Un pueblo que profundiza la catolicidad y abraza la diversidad: “Todo comienza con una renovada experiencia del Dios de Jesús, una mirada desideologizada que profundiza en la catolicidad y abraza la diversidad, iniciando procesos y abriendo horizontes más allá de la enfermiza autorreferencialidad”.

(5)  Un pueblo que busca dignidad y ha de ser acogido: “Contemplando la marea humana que en tantos lugares del mundo se desplaza huyendo de la falta de trabajo y de seguridad, de sequías y hambrunas, de guerras y desesperanza, acogemos sus vidas, sus historias, para protegerlos de la indiferencia, las rutas mortíferas, las mafias, el racismo o la aporofobia”.

(6) Un pueblo que tiene derecho a elegir si migrar o quedarse en su tierra: “Promoviendo con ellos las condiciones que les permitan elegir libremente si migrar o quedarse, el derecho a la vida, la dignidad, la ciudadanía plena, el acceso al trabajo digno, la vivienda, la sanidad, la cultura, los deberes sociales y las oportunidades de aportar a la sociedad que los recibe.

(7) Un pueblo aliado nuestro:  Ellos son aliados para defender nuestro estado de bienestar. La preocupación por la identidad propia o la seguridad es legítima, pero no a costa de la hostilidad o el supremacismo”.

(8) Un pueblo para el que Dios reclama hospitalidad: “En la Escritura Dios nos pide ofrecer hospitalidad. Sintonicemos nuestra mirada con la de Cristo, con su Espíritu que garantiza la armonía en la diversidad. Dios camina con su pueblo y le anuncia la paz. ¿Querrás caminar humildemente con él?”.

 

Publicado en Nueva Alcarria el 27 de septiembre de 2024

Juan Pablo Mañueco

(Escritor y periodista)

 

 

“Dives Toletana” gótica

que a los reyes de Castilla

su Vieja y Nueva capilla

prestas cual cripta patriótica.

Tu belleza es tan hipnótica

que en tu interior se arrodilla

la complacencia del gozo,

el sabor del alborozo

y de asombro tal gavilla

que todo halago… fuera esbozo.

 

 

¿Se puede ser, toledana

catedral de San Fernando,

más castellana que tú,

si la vista va volando

de divisa castellana

hasta otra divisa hermana…?

Suavidad de canesú

catedral de las capillas

de reyes de dos Castillas

que en verso estoy visitando.

 

A Castilla contemplando

en ábsides y cruceros,

vidrieras, puertas, guerreros,

en arcos que van formando

bóvedas de crucería

y columnas de armonía.

¡Toledo, la de los reyes

en sus capillas durmientes

sobre sepulcros yacentes

que a la eternidad son muelles!

 

 

Toledo, que Sancho el Bravo

hizo capilla real,

tu cuartelada señal

no conoce menoscabo.

Por ti muestran tus capillas

las armas de las Castillas.

Podrá partir la política

una tierra en las que quiera

que rompe toda frontera

pétrea Historia granítica.

 

Junto a ¡Dios, Dios de los cielos!

exclaman naves y emblemas.

otras verdades supremas,

bóvedas, paredes, suelos…

y hasta del coro sus sillas,

y órganos que en sones suenan

con certezas que nos llenan:

¡que son dos las dos Castillas,

y que en Toledo resuenan

sus cuarteles por capillas!

 

Si los reyes de Castilla

te eligieron por descanso,

y por su final remanso

en una doble capilla,

a decirte bien procedo,

noble ciudad de Toledo,

que eres corte de Castilla

y curia que más le brilla

a Castilla castellana.

¡Lo Transparente así mana!

 

 

Juan Pablo Mañueco,

escritor, periodista y Premio Cervantes de Castilla-La Mancha, 2016



Bibliografía del autor:

https://biblioteca-virtual.fandom.com/es/wiki/Juan_Pablo_Ma%C3%B1ueco

 

Esta página la recomiendo a quienes quieran encontrarse con 15 nuevas estrofas, muy útiles:

https://aache.com/quince-nuevas-estrofas/

 

 

Por Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular, Cofrafías y Hermandandes)

 

 

Los meses de agosto y septiembre, son tiempo dedicado a celebrar fiestas en nuestros pueblos y ciudades. La Asunción y la Natividad de María, así como la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, son los ejes de estas celebraciones.

En el mundo rural se celebraba la fiesta después de realizar las labores del campo. Con el tiempo se han ido adaptando a unas fechas que faciliten la presencia de los hijos del pueblo que viven en otros lugares y con otros trabajos.

La fiesta tiene una finalidad religiosa, de honrar al patrón o protector del lugar, pero por otro lado, tiene también una finalidad social, pues promueve el descanso y encuentro, fomentando la alegría y la fraternidad entre todos los miembros de la localidad o entre el grupo de amigos. Por eso, la fiesta está presente en todas las sociedades.

La fiesta, como dice Romano Guardini, está vinculada al juego, que tiene como rasgo fundamental su inutilidad, el no buscar la utilidad, como tampoco el arte tiene una finalidad fuera de sí. La Piedad Popular expresa la dimensión religiosa del pueblo con una gran carga lúdica, y poco moralizante. La fiesta se desenvuelve más a un nivel emocional que racional, pero que expresa lo que la persona es y lo que necesita.

Esperemos que estas fechas sirvan para fomentar la dimensión religiosa de los pueblos y una auténtica fraternidad, para construir una sociedad más humana y en donde todos nos comprometamos en crear una sociedad más justa y solidaria.

El próximo día 21 de septiembre, en Yunquera de Henares, tendremos la oportunidad de encontrarnos y celebrar lo que somos y lo que queremos ser, en una Jornada de fraternidad y fiesta.

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

De la noche del 24 de diciembre de 2024 al 6 de enero de 2026, la Iglesia universal vivirá en año santo y jubilar, dedicado, por decisión de Francisco, a la esperanza

 

 

 

 

En tres meses (desde la noche del 24 de diciembre), toda la Iglesia católica tiene cita pendiente con el Jubileo 2025, año santo y jubilar romano y universal, inserto en la secuencia de los años santos jubilares romanos surgidos en el año 1300 y que desde 1475 se celebran cada 25 años.

Este jubileo celebra los aniversarios “redondos” de la encarnación y natividad de Nuestro Señor Jesucristo. Tiene en la ciudad de Roma su epicentro, singularmente en las cuatro basílicas papales, antes llamadas basílicas patriarcales o mayores (San Pedro del Vaticano, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán). También son templos jubilares todas las catedrales y concatedrales de la Iglesia y aquellos templos singulares que los obispos determinen en sus diócesis.  

El camino hacia el Jubileo 2025 ha sido jalonado y preparado, por voluntad del Papa Francisco, con dos años temáticos previos: 2023, el año dedicado al redescubrimiento de las enseñanzas y contenidos del Concilio Vaticano II, y 2024, año de la oración.

Conceptos anexos a la idea de un jubileo romano y universal son peregrinación, conversión, oración, caridad, reconciliación, puerta santa, indulgencia y gracia, celebración, profesión de fe, renovación. En definitiva, todo aquello que disponga a un encuentro transformador con Jesucristo.

Habida cuenta de que este Jubileo 2025 estará más un año con nosotros, en esta primera entrega acerca de él, nos vamos a detener en el origen y sentido de un jubileo, un breve apunte histórico al respecto, la bula de convocatoria, fechas y lugares de este Jubileo y su logotipo o imagen, himno y oración. Habrá en los próximas semanas y meses nuevas entregas sobre este mismo tema.

 

 

Orígenes y sentido de un jubileo

Antiguamente, para los hebreos el jubileo era un año declarado santo, que recurría cada 50 años, y durante el cual se debía restituir la igualdad a todos los hijos de Israel, ofreciendo nuevas posibilidades a las familias que habían perdido sus propiedades e incluso la libertad personal. A los ricos, en cambio, el año jubilar les recordaba que llegaría el tiempo en el que los esclavos israelitas, llegados a ser nuevamente iguales a ellos, podrían reivindicar sus derechos. “La justicia, según la ley de Israel, consistía sobre todo en la protección de los débiles (San Juan Pablo II, Tertio millennio adveniente 13).

La Iglesia católica ha dado al jubileo hebreo un significado más espiritual. Consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con el prójimo. De este modo, el Año Santo es siempre una oportunidad para profundizar la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano

 

Desde el año 1300

La Iglesia católica inició la tradición del Año Santo con el Papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este Pontífice previó la realización de un jubileo cada siglo. Sin embargo, en 1343 el Papa Clemente VI lo redujo a 50 años. Y desde el año 1475, para permitir a cada generación vivir al menos un año santo, el jubileo ordinario comenzó a espaciarse al ritmo de cada 25 años. Un jubileo extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia. Y, por ello, nada hay establecido acerca de su periodicidad.

Los años santos ordinarios celebrados hasta hoy han sido 26. El último fue el Jubileo del año 2000. El Jubileo de 2025 será jubileo ordinario, el vigésimo séptimo de la historia. Será el primer jubileo ordinario convocado y presidido por el Papa Francisco, quien, del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016, ya presidió un jubileo extraordinario, el Jubileo de la Misericordia.

La costumbre de proclamar años santos extraordinarios se remonta al siglo XVI. Los últimos de ellos, celebrados el siglo pasado, fueron el de 1933, proclamado por Pío XI con motivo del XIX centenario de la Redención, y el de 1983, proclamado por Juan Pablo II por los 1950 años de la Redención, amén del ya citado Jubileo de la Misericordia del Papa Francisco.

 

Bula de convocatoria

El término bolla (del latín bulla = burbuja o más en general, objeto redondo) originalmente indicaba la cápsula metálica utilizada para proteger el sello de cera unido a través de un cordón a un documento de especial importancia, con el fin de certificar su autenticidad y consecuentemente su autoridad. Con el tiempo, el término ha pasado a indicar primero el sello y más tarde el documento en sí, por lo que hoy en día se utiliza para todos los documentos papales de especial importancia que llevan, o al menos tradicionalmente deberían llevar, el sello del Pontífice.

La bula de convocatoria de un jubileo, además de indicar el tiempo, con las fechas de apertura y cierre, y las modalidades de desarrollo, constituye el documento fundamental para reconocer el espíritu con el que se convoca, las intenciones y los frutos deseados por el Papa que lo convoca para la Iglesia.

La bula del Jubileo 2025 fue firmada por el Papa Francisco, el 9 de mayo de 2024, tras el rezo de las segundas vísperas de la solemnidad de la Ascensión del Señor.  “Spes non confundit” (en español, “La esperanza no defrauda”), frase de la carta del apóstol a los Romanos (Rom 5, 5), es su título.

 

Fechas del Jubileo 2025 y sus lugares

Las fechas y lugares del Jubileo las expresa literalmente el Papa Francisco en la recién citada bula:” Apoyado en esta larga tradición y con la certeza de que este Año jubilar será para toda la Iglesia una intensa experiencia de gracia y de esperanza, dispongo”:

(1)  La Puerta Santa de la basílica de San Pedro, en el Vaticano, se abrirá en la noche del martes 24 de diciembre de 2024, comenzando así el Jubileo, que concluirá en esta misma basílica vaticana el 6 de enero de 2026.

(2) El domingo sucesivo, 29 de diciembre de 2024, abriré la Puerta Santa de la catedral de San Juan de Letrán, que el 9 de noviembre de este año celebrará los 1700 años de su dedicación.

(3)  El 1 de enero de 2025, miércoles, solemnidad de Santa María Madre de Dios, se abrirá la puerta santa de la basílica papal de Santa María la Mayor.

(4)  El domingo 5 de enero se abrirá la puerta santa de la basílica papal de San Pablo extramuros. En estas tres basílicas, las puertas santas se cerrarán el domingo 28 de diciembre de 2025.

(5) El domingo 29 de diciembre de 2024, en todas las catedrales y concatedrales, los obispos diocesanos celebren la eucaristía como apertura solemne del año jubilar. En las Iglesias particulares o diócesis el año jubilar finalizará el domingo 28 de diciembre de 2025.

 

Logo del Jubileo 2025

El logo representa cuatro figuras estilizadas que indican la humanidad proveniente desde los cuatro rincones de la tierra. Abrazadas entre ellas, indican la solidaridad y la fraternidad que une a los pueblos.

La primera figura está aferrada a la cruz. Es el signo no solo de la fe que abraza, sino también de la esperanza que nunca puede ser abandonada, porque necesitamos siempre de ella, sobre todo en los momentos de mayor necesidad. Es útil observar las olas que la rodean y que están en movimiento, porque muestran que la peregrinación de la vida no siempre pasa por aguas tranquilas. Muchas veces las experiencias personales y los eventos del mundo exigen con mayor intensidad el llamado a la esperanza.

Es por esto que se debe subrayar la parte inferior de la cruz que se alarga transformándose en un ancla y que se impone sobre el movimiento de las olas. Bien sabemos que el ancla ha sido usada como metáfora de la esperanza. De hecho, el ancla de la esperanza es el nombre que en la jerga marina se da al ancla de reserva usada por las embarcaciones para hacer maniobras de emergencia que permitan estabilizar la barca durante las tormentas.

No se olvide el hecho de que la imagen muestra cómo el camino del peregrino no es un hecho individual, sino comunitario con la impronta de un dinamismo en crecimiento que tiende cada vez más hacia la cruz. La cruz no es estática, sino dinámica y se curva hacia la humanidad, saliendo a su encuentro y no dejándola sola, ofreciendo la certeza de la presencia y la seguridad de la esperanza. Se destaca, finalmente, con color verde el lema del jubileo 2025: Peregrinantes in Spem (Peregrinos de esperanza).

El logo fue elegido por el Papa, ya en 2022, en base a una terna creada tras recibir 294 propuestas de 213 ciudades y 48 países diferentes, de artistas de un rango de edad de los participantes entre 6 y 83 años.

 

Himno y oración

El texto del himno ha sido preparado por Pierangelo Sequeri y musicalizado por Francesco Meneghello, ambos italianos. Contiene numerosos temas del Año Santo. En primer lugar, el lema, “Peregrinos de esperanza”, encuentra el mejor eco bíblico en algunas páginas del profeta Isaías (Isaías 9 e Isaías 60).

Los temas de la creación, la fraternidad, la ternura de Dios y la esperanza en el destino resuenan en un lenguaje que no es "técnicamente" teológico, aunque lo sea en el fondo y en las alusiones, para hacerlo resonar con elocuencia en los oídos de nuestro tiempo.

El estribillo del himno es este: “Llama viva para mi esperanza, / que este canto llegue hasta ti, / seno eterno de infinita vida, / me encamino, yo confío en ti”. Y la oración oficial del Jubileo 2025 reza así:

”Padre,  que estás en el cielo,/ la fe que nos has donado en/ tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,/y la llama de caridad/ infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,/ despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino./  Tu gracia nos transforme/ en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio/ que fermenten la humanidad y el cosmos,/en espera confiada/de los cielos nuevos y de la tierra nueva,/cuando, vencidas las fuerzas del mal,/ se manifestará para siempre tu gloria. La gracia del Jubileo reavive en nosotros, / Peregrinos de Esperanza, / el anhelo de los bienes celestiales/ y derrame en el mundo entero/ la alegría y la paz/ de nuestro Redentor. / A ti, Dios bendito eternamente, / sea la alabanza y la gloria por los siglos. / Amén”.

 

Publicado en Nueva Alcarria el 20 de septiembre de 2024

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Pasado mañana, domingo 15 de septiembre, es la fiesta de la Virgen de la Salud de Barbatona, amén de la fiesta también en Humanes, Auñón, Luzón, Taracena y Budia

 

 

 

 

Pasado mañana, día 15 de septiembre, domingo siguiente a la festividad de la Natividad de Nuestra Señora (8 de septiembre) se celebra la fiesta de la Virgen de la Salud de Barbatona; y en Humanes, Auñón, Luzón, Taracena y Budia, en honor, respectivamente de la Virgen de Peñahora, de la Virgen del Madroñal, de la Virgen de la Peña, de la Virgen del Valle y de la Virgen del Peral de Dulzura.

Este año, el domingo de la octava de la fiesta de la Natividad de la Virgen es, por lo tanto, el día 15 de septiembre, pasado mañana, y en todos estos lugares, desde tiempo inmemorial su fiesta en honor de María es el domingo siguiente al 8 de septiembre, es decir, un día comprendido entre el 9 y el 15 de septiembre.

 

 

En Barbatona, el domingo 15 preside el vicario; y el domingo 22, el obispo

 

En el santuario de la Virgen de la Salud de Barbatona el viernes día 6 de septiembre comenzó el Novenario, con convocatorias a las 9 de la mañana y a las 7 de la tarde. La fiesta de la Virgen de la Salud de Barbatona, como es tradicional, es el domingo siguiente a la fiesta de la Natividad de María (8 de septiembre). Esto es, la fiesta de la Virgen de la Salud de Barbatona será el domingo 15 de septiembre.

La fiesta en Barbatona de este próximo domingo 15 de septiembre contará con tres misas: a las 10:30, las 12:30 y las 18:30 horas, La misa de las 12:30 horas es presidida este año por el vicario general, Agustín Bugeda Sanz.  Una vez concluida esta eucaristía, será la procesión con la tan venerada imagen mariana.

«María, madre y modelo de toda vocación» es el lema del novenario y fiesta, con la intención orante por las vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada y al laicado.   

Por otro lado, el domingo siguiente, día 22 de septiembre, será la fiesta de la octava con misa a las 13:15 horas, que será presidida por el obispo diocesano don Julián Ruiz Martorell.  Y en la víspera, a las 19 horas, habrá misa de difuntos por cofrades, benefactores y peregrinos fallecidos.

 

Apuntes para la historia de la Virgen de la Salud de Barbatona

 

Sin duda, las páginas históricas más certeras desde la investigación histórica de las fuentes acerca del culto a la Virgen de la Salud de Barbatona las encontramos en un trabajo todavía inédito y por completar y finalizar, del que su autor nos ha facilitado los datos que a continuación siguen. El autor es el sacerdote, músico e investigador Juan Antonio Marco Martínez, párroco, a su vez, de Barbatona, amén de organista de la catedral. Los párrafos que siguen hasta el final de este artículo son suyos.

«La iglesia de Barbatona, que adquirió en el siglo XIX sus dimensiones actuales, era un pequeño edificio apartado del caserío –quedaba este más hacia el saliente, a partir de la que hoy se conoce como casa de la Virgen- situado justo debajo del antiguo torreón, que pasó a ser granero. Constaba de espadaña –elemento que, salvo la portada que se puso ahí cuando las obras de 1866, se conserva tal cual- cuerpo y capilla mayor en forma de cubo; su longitud no alcanzaba los 13 metros.

Como todas las iglesias, tenía un pequeño cementerio adosado por el sur, con su cerca de mampostería coronada de alabardillas labradas y su arco de ingreso; por aquí había que pasar para acceder al templo, cuya portada estaba situada en la parte central del muro sur. Detalles como la carpintería tosca de su techumbre, la ausencia de cornisas -sustituidas por un sencillo tejaroz- o el carecer de sacristía, son normales en una parroquia con tan poquito vecindario y sin recursos.

 

“Una imagen de la Virgen vestida”

 

Un inventario de finales del siglo XVI informa sobre la existencia de dos imágenes en la iglesia de Barbatona: “Un retablo con un San Andrés de alabastro (añadido: este por estar indecente se enterró en el año de 1794 en el cementerio, junto al osario, que antes estaba colocado encima de la puerta de la parroquia), más una imagen de la Virgen vestida”.

Nada hace pensar que en la citada centuria esta imagen de origen medieval, honrada luego bajo la advocación de “Nra. Sra. de los Remedios”, recibiera un culto especial; hay que esperar hasta finales del XVII para encontrar algún indicio.

 

Los sucesos del 9 de septiembre de 1710

 

Hay constancia documental de que en 1673 se hizo para la iglesia de Barbatona una campana llamada MARÍA ORA PRO NOBIS a cuya fundición contribuyeron devotos de Sigüenza, lo que denota que la devoción a Nra. Sra. de los Remedios había salido ya del ámbito local. También está documentado que fue en 1702 cuando la antigua “imagen de la Virgen vestida” adquirió su título definitivo: Nuestra Señora de la Salud. Quizá convenga subrayar que estos cambios en la denominación de imágenes de María eran normales; baste un ejemplo: la patrona de Trillo, venerada hoy como Virgen del Campo, fue primero Nuestra Señora del Rosario y luego Virgen de las Viñas.

Así las cosas, resultó que el 9 de septiembre de 1710, día siguiente a la Natividad de María, las tropas del archiduque Carlos, en el contexto de la Guerra de Sucesión, profanaron la iglesia de Barbatona y vejaron la imagen de la Virgen. Pienso que este hecho y la reacción que suscitó en ciertos ámbitos de Sigüenza, fueron decisivos en la expansión de la devoción a Nuestra Señora de la Salud.

En efecto, la imagen se llevó a restaurar a Sigüenza, se recogieron limosnas para ponerle un retablo digno y diversos devotos patrocinaron su fiesta; luego se creó en la citada ciudad una cofradía para fomentar y asegurar su culto y se iniciaron los trámites para construir, junto a la iglesia parroquial, una ermita con mayor capacidad y ornato.

 

Un santuario de toda la diócesis y para toda la diócesis

 

El 27 de noviembre de 1739 tuvo lugar la bendición de “el sitio donde se ha de fabricar la nueva iglesia para la colocación de dicha Imagen”. Transcurrieron quince años hasta que pudieron darse por concluidos los trabajos de la nueva ermita: “En el lugar de Barbatona a 14 días del mes de septiembre de 1754, el Sr. Dn. Juan de Olier dignidad de Arcediano de Ayllón y canónigo en la stª iglesia catedral de Sigüenza y abad de la cofradía de Nra. Sra. de la Salud que se venera en este dicho lugar… pasó a bendecir la nueva iglesia que se ha ejecutado en dicho lugar para colocar en ella a dicha Santa Imagen… y en la tarde de este día, se sacó procesionalmente a dicha Santa Imagen de la parroquia y se colocó en su nueva iglesia…”

La construcción de la ermita, a la que en la centuria siguiente se le añadiría un tramo más al cuerpo y dos naves laterales, se ajustó con el seguntino Antonio Sancha, que por entonces ostentaba el cargo de maestro de obras del obispado. El coste de la obra rondó los 50.000 reales. ¿De dónde salió ese dinero? La respuesta es sencilla: de toda la diócesis. Las limosnas que se recogían en Sigüenza y pueblos del entorno no eran suficientes, así que se recurrió al provisor de la diócesis para que aplicase a la obra de Nuestra Señora de la Salud parte de las limosnas que se recogían en todo el obispado por los permisos para trabajar en días festivos de agosto.

Así, en torno a 1745 las cuentas de numerosas parroquias de la diócesis registran salidas de 15 reales “para la obra de Nra. Sra. de la Salud de Barbatona”. Seguramente esta es la razón de que el nombre de Barbatona y la devoción a la Virgen de la Salud llegaran hasta los últimos rincones del obispado. La historia se repetirá cuando la coronación canónica de 1954: la hermosa corona de metales preciosos se adquirió con donativos de toda la diócesis, que por entonces era ya Sigüenza-Guadalajara.

En correspondencia con esto, Barbatona siempre estuvo abierto la diócesis. Ya en 1883 la cofradía secundó una propuesta del obispo para una peregrinación diocesana, que finalmente se suspendió con motivo de una epidemia de cólera. La primera peregrinación diocesana a Barbatona tuvo lugar el 18 de septiembre de 1904; también aquí se puso la cofradía a disposición de la junta organizadora nombrada por el obispo “para solemnizar el quincuagésimo aniversario de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María Santísima”.

Así ha seguido haciéndolo desde 1965 cuando, por iniciativa del obispo diocesano y de la Acción Católica, se crearon las Marchas Diocesanas de mayo, “que la cofradía vio con entusiasmo el camino por cuanto supone en el fortalecimiento de la fe”.

 

Marchas de mayo desde 1965

El 12 de mayo de 1965, segundo domingo de mayo, tiene lugar la primera Marcha diocesana a su santuario. A partir de entonces quedará establecido en esta fecha variable, el segundo domingo de mayo como día de esta concentración y peregrinación mariana de toda la diócesis, que suele reunir, a lo largo de toda la jornada, un número de fieles entre quince mil y veinte mil.

Aquella primera marcha se celebraba para dar gracias a Dios por la proclamación de la Virgen María como Madre de la Iglesia, declaración realizada por el    Concilio Vaticano II. El entonces obispo de Sigüenza, Mons. Laureano Castán Lacoma, había sido uno de los padres conciliares que había solicitado dicha declaración.

Ante el éxito de esta convocatoria, las Marchas diocesanas a Barbatona quedaron institucionalizadas para fomentar el culto a la Virgen, revitalizar la vida y praxis cristiana y sacramental y para promover la unidad y comunión de todos los pueblos y personas de la diócesis, que en 1955 había experimentado cambio de límites geográficos, que se hacían coincidir con los de la provincia de Guadalajara.

Las Marchas cuentan cada año con un lema e intención general y distintas parroquias e instituciones diocesanas realizan las ofrendas de la Misa y reciben el cirio votivo del Santuario». (Juan Antonio Marco Martínez).

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 13 de septiembre de 2024

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