Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

1 de enero, Jornada por la Paz: “Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella” (Mt 10, 12-13). El lema benedictino es PAX – Paz. “Perdónanos nuestras ofensas. Concédenos tu paz”.

 

Día de bendición, de bien decir:

 

De bendecir a Dios: “Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos. Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo | para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor. Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos” (Ef 1, 3-5).

 

De bien decir: “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis” (Rom 12, 14).

 

De saber callar: “Si alguien se cree religioso y no refrena su lengua, sino que se engaña a sí mismo, su religiosidad está vacía” (Sant 1, 26).

 

Año jubilar: “Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo: cada uno recobrará su propiedad y retornará a su familia. El año cincuenta será para vosotros año jubilar: no sembraréis, ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis las cepas no cultivadas. Porque es el año jubilar, que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que den vuestros campos por sí mismos. En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad” (Lev 24, 10-13).

 

Jubileo de la esperanza: “La tribulación produce paciencia, la paciencia, virtud probada, la virtud probada, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5, 3-5).

 

Razón de la esperanza: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?, ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?; estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rom 9, 35-39).

 

Año de comunión: 1700 aniversario del Concilio de Nicea, en el que se proclamó la identidad de Jesucristo Dios y hombre verdadero.

 

Día de comenzar de nuevo: “Así pues, ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo ni a judíos, ni a griegos, ni a la Iglesia de Dios; como yo, que procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propia ventaja, sino la de la mayoría, para que se salven” (1Cor 10, 31-33).

 

Solemnidad de la Madre de Dios: “Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Act 1, 14).

Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

 

Tú aseguras tu protección a quien en ti confía.

Tú indicas la forma de ser huésped en el banquete.

Tú enseñas la respuesta más eficaz:

“Hágase en mí según tu Palabra”.

 

Tú no especulas con tu relación materna,

ni fuerzas a tu Hijo a prestarte obsequio.

Quieres ser como Él, normal entre mortales,

discípula de su enseñanza, peregrina.

 

Mas tú eres el fruto enamorado de Dios,

el jardín secreto donde germina el Verbo.

La criatura recreada a la medida

de quien no cabe en cielo y tierra.

 

Eres profecía y acontecimiento,

doncella, virgen, mujer, madre,

esposa, hogar, entrañas compasivas,

creyente, amiga, medianera e intercesora.

 

Criatura exenta de pecado, hermosa,

belleza interior, capaz de fascinar al Creador,

Humilde, sencilla, nazarena, vecina

de tu pueblo, y de su linaje.

 

Quiero comenzar este tiempo de tu mano.

Te escojo por maestra y compañera.

Dime, aunque sea en voz baja,

la forma de recorrer el sendero.

 

Deseo seguir tras de tu Hijo,

con la premura del discípulo.

Revísteme la túnica que me haga digno

de sentarme a la mesa del banquete.

 

Y sin palabras, discreta, como siempre,

actúas entrañable, sin factura.

Solo sé que el camino es diferente

de avanzar a solas o de tu mano.

 

1 de enero, 2025

 

Juan Pablo Mañueco

(Escritor y periodista)

 

 

 

¿Cuántas veces se tiene que caer un ser humano

antes de que pueda saberse ya siempre en pie?

¿Cuántas veces se tiene que equivocar un ser humano

antes que una verdad pueda al fin sostener?

¿Cuántas sendas ha de cruzar un solo ser humano

antes de que un albergue firme le pueda socorrer?

 

¿Cuántas frases educadas ha de oír un ser humano

antes que la mentira se le despegue de la piel?

¿Cuántos villancicos ha de cantar un ser humano

antes que Dios vivo venga a estar junto con él?

¿Cuántos sueños ha de soñar un ser humano

antes que llegue la realidad de un despertar tan cruel?

 

¿Cuántas lunas han de llenarse frente a un ser humano

antes de que pueda pensar que es una luna de miel?

¿Cuántas lunas han de llenarse frente a un ser humano

para no pensar que hay dentro un hombre de sombra que se ríe de él?

¿Cuántas lunas de sangre habrá visto un ser humano

antes de que ninguna luna nueva ya pueda volver a ver?

 

¿Cuántas excusas falsas tendrá que esbozar un ser humano

para poder conservar el puesto de trabajo que le da de comer?

¿Cuántas empresas imposibles tendrá que emprender un ser humano

antes de una nueva empresa imposible que deberá emprender?

¿Cuántos y cuántos y cuántos interrogantes un ser humano

sin que comprenda nunca nadie cuántos y cuántos más porqués?

 

 ¿Cuántos mares de fuerte oleaje cruza un ser humano

cada día duro, y como Colón, sin saber su meta cuál es?

¿Y cuántos Magallanes sin barco boga un ser humano

sin conocer cuál su destino en el planeta que le curte la tez?

¿Y cuántos más Estrechos hasta el Pacífico un ser humano

ha de recorrer hasta que se abra el hielo ante su palidez?

 

¡Oh, ser humano!:

¡No sé decirte el porqué de los porqués!

¡No sé decirte ni siquiera un porqué!

Sólo sé decirte con total nitidez

que el camino ha sido duro, ayer y anteayer

y hasta aquí han bogado la total redondez

de un día tras los otros, con bastantes traspiés,

 

todos tus antepasados, atravesando el dintel

del futuro, que ahora tan denso tú mismo ves.

Sigue y prosigue, no hay modo de retroceder.

Sigue y prosigue, no hay modo de retroceder.

Puede ayudarte en tu hoy… la esperanza y la fe.

Puede ayudarte en tu hoy… la esperanza y la fe.

 

En ti sobre todo… y en ver lo que venga después.

En ti sobre todo… y en ver lo que venga después.

Ten… Este mi evangelio y buena nueva… ¡tuya es!

Tú le des la eficacia  y la eficiente validez

que quieras darle. Yo te lo he escrito… ¡Toma, ten!

Tú le des la eficacia que quieras darle.

¡Mi edén ha sido llegar hasta aquí para decirte…!: ¡Toma! ¡Ten!

 

Juan Pablo Mañueco.

 

https://aache.com/juan-pablo-manueco/

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Pasado mañana, domingo 29 de diciembre, comienza el Jubileo 2025 en las diócesis, en nuestro caso, a las 12 horas en la catedral y a las 19 horas en la concatedral

 

 

 

Inaugurado por el Papa Francisco a las 19 horas del martes 24 de diciembre, con la apertura de la puerta santa de la basílica vaticana de Roma, este domingo 29 de diciembre llega el turno del comienzo de las celebraciones jubilares en la diócesis de toda la Iglesia. Por disposición general del Santo Padre, las catedrales y las concatedrales son templos jubilares natos. En nuestro caso, la catedral de Sigüenza y la concatedral de Guadalajara.

A ellas, el obispo diocesano, a tenor de lo dispuesto por Francisco en la bula de convocatoria del jubileo, ha añadido, «como signo de esperanza», el Centro Diocesano de Acción Social y Caritativa «Casa Nazaret», de la Avenida de Venezuela, 9, de Guadalajara y sede de los servicios diocesanos de Migraciones (incluidos los servicios de Guada Acoge y de ACCEM), Misiones, Manos Unidas y Cáritas, incluidos el comedor social y el albergue de transeúntes de esta. Se da la circunstancia de que Casa Nazaret, creada en 1995, fue el “hito social” de nuestra diócesis con ocasión del Gran Jubileo del Año 2000.

 

 

Comienzo del Jubileo en nuestra diócesis

A las 11:30 horas de este domingo 29 de diciembre, la iglesia de Nuestra Señora de los Huertos de Sigüenza, donde quizás se ubicó en época visigótica la primera catedral diocesana, y actualmente sede del monasterio de las Hermanas Clarisas, acoge una celebración de la Palabra, tras la cual obispo, sacerdotes y fieles marchan procesionalmente hasta la catedral, donde, a las 12 horas, en San Pedro, se oficia la eucaristía de este primer día jubilar diocesano.

En Guadalajara, los actos comienzan también el domingo 29 de diciembre a las 18:30 horas. En este caso, el monasterio de las Carmelitas Descalzas acoge la celebración inicial, tras la cual y tras la marcha procesional, hay misa solemne, a las 19 horas, en la concatedral.  El obispo diocesano presidirá igualmente esta celebración.

No está prevista en las disposiciones papales al efecto una celebración similar para los otros lugares jubilares que no sean catedral y concatedral. Ello significa que en Centro Diocesano de Acción Social y Caritativa «Casa Nazaret comenzará su oferta de espacio jubilar desde el mismo 29 de diciembre y sin acto previo de apertura.

 

La celebración del comienzo jubilar diocesano

El libro litúrgico para las celebraciones del año jubilar 2025 establece cómo ha de ser la celebración de apertura en las diócesis de este año santo. Y las indicaciones del mismo son las que se seguirán las dos celebraciones de nuestra diócesis.

Así, los fieles estarán citados pasado mañana, domingo 29 de noviembre, a las 11:30 horas en la iglesia de la Clarisas de Sigüenza. La cita en la concatedral será a las 18:30 horas en la iglesia de las Carmelitas Descalzas. Una vez lleguen el obispo, los sacerdotes y demás ministros, comenzarán los actos con el cántico del himno jubilar «Llama viva para mi esperanza». Tras el saludo litúrgico inicial por parte del obispo, se entonarán unas letanías de alabanza y el mismo procederá leerá una monición introductoria, explicando el sentido de la celebración.

Una oración dará paso a la proclamación de un pasaje evangélico. Se trata del diálogo de Jesús con el apóstol santo Tomás, en el que el Señor se manifiesta como el camino, la verdad y la vida (Juan 14,6). El evangelio será proclamado por un diácono o por el rector del templo jubilar.

Tras una pausa meditativa de la Palabra de Dios, la superiora de comunidad monástica acogedora de la celebración leerá un párrafo de la bula del Papa Francisco mediante la cual quedó convocado y perfilado el año jubilar. «Spes non confundit» (en español, «La esperanza no defrauda»), frase de la carta del apóstol a los Romanos (Romanos 5, 5), es su título. Y de este modo, concluirá la celebración o estación previa.

Los participantes en el acto se trasladarán procesionalmente hasta la catedral o concatedral. En la puerta principal del templo, el obispo tomará y mostrará una cruz especialmente significativa, realizará una invocación, se accederá al templo y la celebración continuará con el rito de la conmemoración del bautismo mediante la bendición y aspersión con el agua bendita.

Seguirá el canto litúrgico del Gloria, la oración colecta de la misma, la litúrgica de la Palabra y ya el resto normal de las partes de la misa. La celebración eucarística será la propia de la festividad del día, domingo dentro de la octava de Navidad, domingo de la Sagrada Familia. Las vestiduras de los celebrantes serán blancas.

 

«Iter Spei» en la catedral diocesana

Como singularidad y junto a las celebraciones litúrgicas que los grupos de peregrinos soliciten, la catedral de Sigüenza ofrecerá durante todo este año un itinerario jubilar especial. Así se hizo ya en los años jubilares de 2015-2016 (Año de la Misericordia) y de 2018-2019 (Año Jubilar del 850 aniversario de la consagración de la catedral de Sigüenza). Entonces estos itinerarios fueron denominados, respectivamente, «Iter Misericordiae» e «Iter Iubilaris».

Este año se denominará «Iter Spei» («Itinerario de la Esperanza»). Constará de tres estaciones o paradas en tres lugares de la catedral, más los espacios de acogida (atrio de la catedral) y de despedida de los peregrinos (puerta oeste interior de la catedral). 

Las tres estaciones serán estas: en el trascoro, ante el altar de la Virgen de la Mayor, en el centro de la girola ante el altar de la Virgen del Rosario y ante el retablo de la capilla mayor con mirada especial a la tabla dedicada a la Asunción de maría, patrona de la catedral y de la diócesis. Se centrará, pues, en María, madre, modelo, maestra, fuente e intercesora de esperanza. O, como ha escrito el Papa y ha reproducido nuestro obispo, «la esperanza encuentra en la Madre de Dios su testimonio más alto. En ella vemos que la esperanza no es un fútil optimismo, sino un don de gracia en el realismo de la vida».

 

Carta del obispo diocesano ante este comienzo jubilar

A continuación, espigamos algunas frases escritas por el obispo diocesano. Monseñor Julián Ruiz Martorell, ante este comienzo del año jubilar 2025 en nuestra diócesis.

«El Año 2025 será para toda la Iglesia una intensa experiencia de gracia y de esperanza. La Puerta Santa se abrirá una vez más para, como afirma el Papa, “ofrecer la experiencia viva del amor de Dios que suscita en el corazón la esperanza cierta de la salvación en Cristo».

«El Año Jubilar es una oportunidad que no debemos desaprovechar ni minusvalorar. Todos estamos llamados a vivir con pasión el «Año Santo caracterizado por la esperanza que no declina, la esperanza en Dios».

«El Papa nos invita a redescubrir los signos de los tiempos, y afirma: “Es necesario poner atención a todo lo bueno que hay en el mundo para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia. En este sentido, los signos de los tiempos, que contienen en sí el anhelo del corazón humano, necesitado de la presencia salvífica de Dios, requieren ser transformados en signos de esperanza”».

«Invito a los sacerdotes a propiciar espacios y tiempos para el sacramento de la Reconciliación. El Papa escribe: “Las iglesias jubilar (…) podrán ser oasis de espiritualidad en los cuales revitalizar el camino de la fe y beber de los manantiales de la esperanza, sobre todo acercándose al sacramento de la Reconciliación, punto de partida insustituible para un verdadero camino de conversión. Que en las Iglesias particulares se cuide de modo especial la preparación de los sacerdotes y de los fieles para las confesiones y el acceso al sacramento en su forma individual».

 


 

Expectativas del Papa Francisco para el Jubileo 2025

Los números a los que aluden los distintos párrafos corresponden a la bula «Spes non confundit» («La esperanza no defrauda») de convocatoria del Jubileo.    

«Que el primer signo de esperanza se traduzca en la paz para el mundo» (nº 8). Se necesita una «alianza social para la esperanza» (nº 9) que supere la «pérdida del deseo de transmitir la vida» (ibíd.) y la «preocupante disminución de la natalidad» (ibíd.).

«Estamos llamados a ser signos de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria» (nº 10), entre los que menciona a los presos y propone «la abolición de la pena de muerte» (ibíd.).

«Que se ofrezcan signos de esperanza a los enfermos» (nº 11), y también a los jóvenes (nº 12), los migrantes, exiliados, desplazados y refugiados (nº 13), los ancianos (nº 14) y los pobres (nº 15). El Jubileo nos recuerda «que los bienes de la tierra no están destinados a unos pocos privilegiados, sino a todos” (nº 16).

El Papa propone «condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas» (nº 16), conmemorar los «1.700 años de la celebración del primer Concilio ecuménico de Nicea» (nº 17) y «realizar un paso decisivo hacia la unidad en torno a la fecha común para la Pascua» (ibíd.).

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 27 de diciembre de 2024

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

El Papa Francisco abre el Jubileo 2025 a las 19 horas del martes 24 de diciembre en la basílica vaticana y nuestro obispo lo hará en la catedral el domingo 29 a las 12 horas

 

 

 

(1) Lo que es, en general, un jubileo.- Un Año Santo o Año Jubilar es un momento un tiempo de gracia, (la duración del mismo se estipula en la bula o decreto de convocatoria) en el que la Iglesia concede especiales gracias espirituales (indulgencias) con motivo de un acontecimiento eclesial de gran relevancia.

Los años santos o jubilares ordinarios y universales (para toda la Iglesia) tienen lugar cada 25 años, en los que se celebra el aniversario del nacimiento de Jesucristo. La Iglesia también pueda declarar otros años jubilares o santos con carácter extraordinario, tanto de carácter universal (por ejemplo, el Año de la Misericordia 2015-2016) y de carácter particular (local y/o diocesano), como aconteció, por ejemplo, del 19 de junio de 2018 al 19 de junio de 2019 en el Año Jubilar de la Catedral de Sigüenza con ocasión del 850 aniversario de la consagración de este templo catedralicio.

 

(2) Lo que es, en particular, este jubileo.- En este caso, en el Jubileo de 2025 estamos ante un jubileo ordinario y universal. Un jubileo romano que se extiende a toda la Iglesia, mediante la determinación de los lugares (habitualmente todas las iglesias catedrales y concatedrales) donde poder percibir la gracia jubilar.  Es el vigésimo séptimo año jubilar ordinario de la historia y transcurrirá desde el 24 de diciembre de 2024 al 6 de enero de 2026.

Será el primer jubileo ordinario convocado y presidido por el Papa Francisco, quien, del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016, ya presidió un jubileo extraordinario, el Jubileo de la Misericordia. Será el tercer año jubilar universal del siglo XXI (el primero fue el Gran Jubileo del Año 2000, con el Papa Juan Pablo II).

 

(3) Bajo el signo de la esperanza.- Por decisión del Papa Francisco este jubileo ordinario y universal de 2025 está puesto bajo el signo y la clave de la esperanza (“Peregrinos de esperanza” es su lema).

Pero no es un jubileo temático dedicado a la esperanza, como sí fue temático el citado jubileo de la misericordia. Una situación similar a esta aconteció en 1975. Aquel año jubilar ordinario fue puesto por el Papa Pablo VI bajo la el signo y la clave de la reconciliación

 

(4) Bula jubilar.- La bula (el nombre técnico e histórico del documento mediante el cual un papa convoca un año jubilar  y explica su  razón, finalidad, modalidades y fechas) del Jubileo 2025 fue firmada por el Papa Francisco, el 9 de mayo de 2024, tras el rezo de las segundas vísperas de la solemnidad de la Ascensión del Señor. 

“Spes non confundit” (en español, “La esperanza no defrauda”), frase de la carta del apóstol a los Romanos (Romanos 5, 5), es su título.

 

 

 

(5) Logo y lema de este jubileo.- La esperanza la expresa también ya el logo del Jubileo 2025, que representa cuatro figuras estilizadas que indican la humanidad proveniente desde los cuatro rincones de la tierra. Abrazadas entre ellas, indican la solidaridad y la fraternidad que une a los pueblos.

La primera figura está aferrada a la cruz. Es el signo no solo de la fe que abraza, sino también de la esperanza que nunca puede ser abandonada, porque necesitamos siempre de ella, sobre todo en los momentos de mayor necesidad.     

Al respecto, la parte inferior de la cruz que se alarga transformándose en un ancla y que se impone sobre el movimiento de las olas.  Es el ancla de la esperanza, que, a su vez, es el nombre que en la jerga marina se da al ancla de reserva usada por las embarcaciones para hacer maniobras de emergencia que permitan estabilizar la barca durante las tormentas.

La cruz no es estática, sino dinámica y se curva hacia la humanidad, saliendo a su encuentro y no dejándola sola, ofreciendo la certeza de la presencia y la seguridad de la esperanza. Se destaca, finalmente, con color verde el lema del jubileo 2025: “Peregrinantes in Spem” (“Peregrinos de esperanza”).

 

(6) Himno y oración de este jubileo.- El texto del himno ha sido preparado por Pierangelo Sequeri y musicalizado por Francesco Meneghello, ambos italianos. Los temas presentes en el himno son la creación, la fraternidad, la ternura de Dios y la esperanza.     El estribillo del himno es este: “Llama viva para mi esperanza, / que este canto llegue hasta ti, / seno eterno de infinita vida, / me encamino, yo confío en ti”.

La oración oficial del Jubileo 2025 reza así:  ”Padre,  que estás en el cielo,/ la fe que nos has donado en/ tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,/y la llama de caridad/ infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,/ despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino./  Tu gracia nos transforme/ en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio/ que fermenten la humanidad y el cosmos,/en espera confiada/de los cielos nuevos y de la tierra nueva,/cuando, vencidas las fuerzas del mal,/ se manifestará para siempre tu gloria. La gracia del Jubileo reavive en nosotros, / Peregrinos de Esperanza, / el anhelo de los bienes celestiales/ y derrame en el mundo entero/ la alegría y la paz/ de nuestro Redentor. / A ti, Dios bendito eternamente, / sea la alabanza y la gloria por los siglos. / Amén”.

 

(7) Epicentros jubilares.-  Por su misma identidad (jubileo romano, como ya se dijo antes, jubileo también ordinario y universal), la ciudad de Roma es el epicentro del jubileo. Y lo es singularmente en las cuatro basílicas papales, antes llamadas basílicas patriarcales o mayores (San Pedro del Vaticano, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán o el Salvador). Además, el Papa Francisco abrirá una puerta jubilar el 26 de diciembre en el Centro Penitenciario de Rebibbia, en las afueras de Roma.

También son templos jubilares todas las catedrales y concatedrales de la Iglesia y aquellos templos singulares que los obispos determinen en sus diócesis. En nuestro caso concreto, el obispo de Sigüenza-Guadalajara ha determinado que sean lugares jubilares la catedral de Sigüenza, la concatedral de Guadalajara y el Centro Diocesano de Acción Social y Caritativa “Casa Nazaret” de Guadalajara. Precisamente, la remodelación del edificio y la ampliación de los servicios (Cáritas, incluidos su comedor y albergue, Manos Unidas, Misiones, Migraciones, …) de Casa Nazaret, creada en 1995 en el número 9 de la Avenida de Venezuela de Guadalajara, fue el “hito social” de nuestra diócesis con ocasión del Gran Jubileo del Año 2000.

 

(8) La peregrinación.-  Como ya se puede deducir de todo lo anterior, para recibir las gracias jubilares es precisa la peregrinación. Ponerse en camino como expresión no solo de movilidad física, sino, sobre todo, de transformación de uno mismo, de salida en búsqueda de un encuentro, de una meta.

Etimológicamente, la palabra “peregrinación” significa “a través de los campos”, “cruce de fronteras, y es, de este modo, una experiencia de conversión mediante la cual se orienta la propia experiencia hacia Dios.

Una peregrinación, en suma, que es siempre una apuesta y hasta una aventura de encuentro y de descubrimiento con la creación, con otras personas, con uno mismo y con Dios. Una peregrinación que comienza ya con decisión de hacer el camino y se ponerse en él.

 

(9) La Puerta Santa.-  Leemos en el evangelio según San Juan: Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos (Juan 10, 9). La puerta, el entrar por la puerta santa, es quizás el signo más característico de los jubileos. La apertura solemne de esta puerta constituye el inicio oficial del año santo, al igual que su clausura se simboliza con el cierre de dicha puerta.

La meta de la peregrinación es llegar a los umbrales de esta puerta santa y poder atravesarla.  Su umbral es espacio de lo sagrado y comunión del bautizado con Cristo, es el lugar del encuentro y del diálogo, de la reconciliación y de la paz, que ansía todo peregrino.

Originariamente solo había puerta santa en la basílica lateranense de Roma (la catedral del Papa) y donde el 22 de febrero de 1300 el Papa Bonifacio VIII introdujo en la vida de la Iglesia los años jubilares. Pero, ante la afluencia tan creciente y numerosa de peregrinos, se decidió que las otras tres basílicas mayores de Roma (Santa María la Mayor, San Pedro en el Vaticano y San Pablo en la Vía Ostiense) también tuvieran sus respectivas puertas santas.

 

(10) Requisitos para recibir las gracias jubilares.-  El beneficio espiritual del Año Santo o Jubilar es el perdón de los pecados. Para lograrlo, el cristiano debe alcanzar la indulgencia plenaria, viviendo activamente el Jubileo y cumpliendo las disposiciones establecidas por la Santa Sede.

Se podrá diariamente alcanzar la indulgencia plenaria, cumpliendo las disposiciones establecidas por la Santa Sede: (1) Arrepentimiento por los pecados y deseo de conversión. (2) Peregrinación a un templo o lugar jubilar. (3) Orar por las intenciones del Papa y por el Año Jubilar (Padre Nuestro, Credo y Salve). (4) Recepción del sacramento de la confesión. (5) Recepción de la comunión sacramental. (6) Es también recomendable una obra de caridad o de misericordia.

 

Publicado en Nueva Alcarria el 20 de diciembre de 2024

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