Por Alfonso Olmos

(director de la Oficina de Información)

 

 

La disolución de las Cortes y el comienzo de la cuaresma dan paso a un tiempo nuevo: un tiempo que tiene que ser de reflexión, de meditación, de conversión personal y comunitaria. El calendario litúrgico y el electoral, este año, caminan de la mano y se corre el riesgo de ser abducidos por los mensajes de los líderes políticos y obviar o postergar el evangelio, el mensaje de Jesús.

La disolución de las Cortes conlleva la convocatoria de elecciones. Siempre que hay comicios los partidos preparan sus programas y efectúan un despliegue de medios compulsivo, para convencer a los electores de que sus principios y sus políticas son los que más convienen.

La Iglesia también hace un despliegue de medios en cuaresma. Se multiplican las iniciativas y los encuentros para discernir lo que Dios quiere de nosotros. Los cristianos también en este tiempo tenemos nuestro particular programa: limosna, ayuno y oración. ¡Qué lejos estamos de los criterios humanos!

Los mítines y las tertulias de los próximos días pueden dejarnos episodios bochornosos con insultos, mofas y desvergüenza. Mientras, en las homilías, en las catequesis o en los retiros espirituales, seguiremos insistiendo en el perdón, la misericordia y la reconciliación.

El papa Francisco, en su mensaje de cuaresma, nos pide que “no dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable” y emprendamos “un camino de verdadera conversión”, y nos da unas claves para actualizar las actitudes clásicas de este tiempo. El ayuno que Dios quiere en esta cuaresma es tener “capacidad de sufrir por amor”. La limosna es “salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos”, es decir del egoísmo, para amar a Dios “a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar así en este amor la verdadera felicidad”. La oración que necesitamos es la del abandono para “declararnos necesitados del Señor y de su misericordia”.

Este año la jornada de reflexión preelectoral es más larga que nunca, dura más incluso que la propia cuaresma. Abandonemos el egoísmo. Tengamos altura de miras. Nos jugamos mucho. Que Dios nos ayude y nos pille confesados.

Por Lourdes Mesa

(Conferencia San Vicente de Paúl Nuestra Señora de la Antigua en Guadalajara)

 

 

A veces, he oído a alguna persona decir: yo no tengo talentos, soy muy normal, “del montón”.

Al pensar en los talentos recibidos, de los que nos habla la Biblia, en Mt. 25, 14-30, nos parece – al menos a mí – que son aquellas capacidades que nos hacen destacar de los demás, brillar de alguna manera. Por ejemplo, cantar con una bonita voz y sin desafinar, destreza para pintar, bailar sin descompasar al son de la música…, pero siempre nos lo imaginamos en su punto más álgido, en el de ser admirados en esta capacidad, a los ojos del mundo.

Hay talentos innatos en todo ser humano. ¿Acaso Dios no nos ha creado con la capacidad de sonreír, de amar, de ser amables con los demás, de escuchar, de poner nuestro tiempo al servicio de los que nos necesitan…? ¿No son talentos? ¡Claro que sí!

La sonrisa es la expresión silenciosa más cosmopolita. Se expresa igual en cualquier idioma, en cualquier raza, en cualquier creencia religiosa… Si la hacemos desde lo más profundo de nuestro ser, es también expresión del amor que todo ser humano merece.

Quizás desafine cantando, pero nunca desafinaré si soy capaz de sonreír a los demás, de abrirme y acoger la vida que se me ofrece cada día. De amar sin puertas ni fronteras.

La sonrisa tiene “poderes mágicos”. Cuando alguien nos sonríe, algo se mueve dentro de nosotros, capaz de transformar nuestra hosquedad. ¿No es éste uno de los talentos que el Señor nos ha regalado?

Pero también estos talentos hay que cultivarlos y hacerlos crecer, como nos sigue diciendo la parábola. Se nos han concedido en germen y tenemos que abonarlos, quitar los abrojos, cuidarlos para que fructifiquen.

Al igual que un gimnasta tiene que hacer día tras día sus ejercicios para ser un buen atleta, también nosotros, tenemos que entrenarnos en estos talentos recibidos.

Si somos capaces de ejercitarnos en ello, algún día, no muy lejano, brotará en nosotros la sonrisa, el amor incondicional, la amabilidad, la capacidad para escuchar…, como fuente de alegría interior, del amor con el que Dios nos ha alcanzado y, entonces, se tornará en nuestro modo de vida.

Los bautizados, además, contamos con un extra: los dones del Espíritu Santo. Si los talentos pertenecen a la naturaleza con la que Dios nos ha pensado, los dones son regalos extraordinarios que El Espíritu Santo nos concede y que, además, podemos pedir. Si yo no sé escuchar las necesidades de mis hermanos, desde la fe, puedo ir a Él y pedirle que me conceda ese don, lo único que tengo que hacer es abrir mi corazón y dejarme alcanzar.

Desde aquí, la vida tiene sentido y “los del montón”, podemos sentirnos extraordinarios porque la mirada de Dios en cada uno de nosotros, lo hace posible.

Por Raúl Pérez Sanz

(Delegación de Liturgia)

 

 

Explicadas en los anteriores artículos las preguntas de: ¿Qué es la celebración? ¿Quién celebra? ¿Qué se celebra? ¿Para qué se celebra? ¿Dónde se celebra? Hoy respondemos a la pregunta ¿Cuándo se celebra?

Jesucristo celebra ayer, hoy y siempre.  El Misterio pascual de Cristo no queda detenido en el tiempo pues al ser un acto de la divinidad participa de la eternidad divina, de tal manera, que este misterio abarca todos los tiempos y se extiende al pasado, al presente y al futuro, sembrando vida a su paso y haciendo que la vida triunfe sobre la muerte.

La celebración eucarística, es la experiencia del “hoy” y del “Unum”, es la actualización de la gracia y la unificación de la persona. Afirmar que la celebración es la experiencia del “hoy” nos hace contemporáneos de Cristo, una persona viva y concreta en el tiempo presente con quien puedo establecer una relación personal, a quien puedo escuchar y con quien puedo convivir.

Aparece en el tiempo de la celebración diferentes “hoy”:

  • El “hoy del año litúrgico, que tiene su cumbre en la celebración del Misterio Pascual, el tiempo nuevo de la Resurrección llena todo el año litúrgico con su resplandor.
  • El “hoy” de la semana, que tiene su cima en la celebración del domingo. Lo que es la Pascua para el año entero lo es el domingo para la semana. Como primer día de la semana, recuerda la Creación y como octavo día, significa la nueva Creación inaugurada con la resurrección de Cristo.
  • El “hoy” de cada día, la celebración de la Eucaristía diaria, se celebre a la hora en que se celebre, es el centro del día, del cosmos y de la historia.
  • El “hoy” de las horas, la celebración de la Eucaristía penetra y transfigura el tiempo de cada hora con la Liturgia de las Horas, esta ha de ser la oración de todo el Pueblo de Dios, pues pertenece a todo el cuerpo de la Iglesia.

Aprovechemos cada tiempo de nuestra existencia haciendo presente siempre y en todo lugar la salvación de Jesucristo resucitado.

Feliz tiempo de Cuaresma. Tiempo de salvación.

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

 

Laudado seas, Señor, en todas tus criaturas.

Alabado por el sol, la luna y las estrellas,
Ungido por el viento seas y las nubes bellas.
Den loas a ti el agua, el fuego, tierra y alturas.

ALABADO, por hacer apero de perdón,
DIOS SEAS, al humano capaz de perdonar.
Obra grande será pues será capaz de amar.
SEAS, SEÑOR, modelo en tal sacra misión.

EN donde haya discordia, que ponga yo la unión,
TODAS las vidas sepan sentir mi corazón.

TUS palabras sirvan para darnos la esperanza,
CRIATURAS de la fe, la cual todo en la vida alcanza.

Y que sepa amar incluso aunque no sea amado,
que sepa consolar, aun sin ser yo consolado.

Que el otro sea por mí ayudado y comprendido,
y lo que esté separado sepa hacerlo unido.

Porque dando es como más consuelo se recibe,
y amando más es como más amor se percibe.

Y sea incluso la hermana muerte corporal,
habiendo de venir, puerta a vida y no a otro mal.

Que el Espíritu nos guíe a Ti, Señor soñado,
y sea humilde y sin soberbia incluso el papado.

Amén.

 

Juan Pablo Mañueco.

Periodista Digital. Bibliografía de J.P. Mañueco

http://blogs.periodistadigital.com/juan-pablo-manueco/2018/01/13/bibliografia-y-biografia-de-juan-pablo-manueco-2/

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