Se otorgan indulgencias especiales a los fieles afectados por la enfermedad de Covid-19, comúnmente conocida como Coronavirus, así como a los trabajadores de la salud, los miembros de la familia y todos aquellos que, en cualquier capacidad, incluso con oración, los cuidan.

"Alégrate en la esperanza, constante en la tribulación, perseverante en la oración" (Rom 12,12).

Las palabras escritas por San Pablo a la Iglesia de Roma resuenan a lo largo de la historia de la Iglesia y guían el juicio de los fieles ante cada sufrimiento, enfermedad y calamidad.
El momento presente en el que toda la humanidad está amenazada, amenazada por una enfermedad invisible e insidiosa, que desde hace mucho tiempo ha entrado fuertemente en la vida de todos, está marcada día tras día por temores angustiados, nuevas incertidumbres y sobre todo un sufrimiento físico generalizado. y moral.
La Iglesia, siguiendo el ejemplo de su Divino Maestro, siempre ha tenido ayuda para los enfermos de corazón. Como lo indicó San Juan Pablo II, el valor del sufrimiento humano es doble: «Es sobrenatural, porque está enraizado en el misterio divino de la redención del mundo, y también es profundamente humano, porque en él el hombre se encuentra a sí mismo, el su humanidad, su dignidad, su misión "(Carta Apostólica Salvifici doloris, 31).

Incluso el Papa Francisco, en los últimos días, ha expresado su cercanía paterna y ha renovado la invitación a rezar sin cesar por los pacientes con coronavirus.
Para que todos los que sufren a causa de Covid-19, precisamente en el misterio de este sufrimiento, puedan redescubrir "el mismo sufrimiento redentor de Cristo" (ibid., 30), esta Penitenciaria Apostólica, ex auctoritate Summi Pontificis, confiando en la palabra de Cristo el Señor y considerando con espíritu de fe que la epidemia actualmente en curso, que se vivirá en términos de conversión personal, otorga el don de Indulgencias bajo las siguientes condiciones.

La indulgencia plenaria se otorga a los fieles afectados por el coronavirus, sometidos a un régimen de cuarentena por disposición de la autoridad de salud en hospitales o en sus propios hogares si, con el alma separada de cualquier pecado, se unen espiritualmente a través de los medios de comunicación para la celebración de la Santa Misa, la recitación del Santo Rosario, la práctica piadosa del Vía Crucis u otras formas de devoción, o si al menos recitarán el Credo, el Padre Nuestro y una invocación piadosa a la Santísima Virgen María, ofreciendo esta prueba en un espíritu de fe en Dios y la caridad hacia nuestros hermanos y hermanas, con la voluntad de cumplir las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), tan pronto como sea posible para ellos.

Trabajadores de la salud, miembros de la familia y aquellos que, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, exponiéndose al riesgo de contagio, ayudan a los pacientes con Coronavirus de acuerdo con las palabras del divino Redentor: «Nadie tiene un amor más grande que esto: dar vida por sí mismos amigos »(Jn 15, 13), obtendrán el mismo don de la indulgencia plenaria en las mismas condiciones.

Además, esta penitenciaria apostólica otorga voluntariamente la indulgencia plenaria en las mismas condiciones con motivo de la epidemia mundial actual, incluso a aquellos fieles que ofrecen una visita al Santísimo Sacramento, o la adoración eucarística, o la lectura de las Sagradas Escrituras durante al menos media hora, ya sea la recitación del Santo Rosario, o el ejercicio piadoso del Vía Crucis, o la recitación de la Coronilla de la Divina Misericordia, para implorar al Dios Todopoderoso el cese de la epidemia, el alivio para aquellos que están afligidos y la salvación eterna. de cuántos se ha llamado el Señor a sí mismo.

La Iglesia reza por aquellos que encuentran imposible recibir el sacramento de la Unción de los enfermos y el Viático, confiando a todos y cada uno a la Misericordia divina en virtud de la comunión de los santos y concede la Indulgencia plenaria al fiel en el momento de la muerte, siempre que haya estado debidamente dispuesto y haya recitado habitualmente algunas oraciones durante la vida (en este caso, la Iglesia compensa las tres condiciones habituales requeridas). Para lograr esta indulgencia, se recomienda el uso del crucifijo o la cruz (cf. Enchiridion indulgentiarum, n.12).
La Santísima Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, Salud de los Enfermos y Ayuda de los Cristianos, nuestra abogada, quisiera ayudar a la humanidad sufriente, rechazando de nosotros el mal de esta pandemia y obteniendo todo el bien necesario para nuestra salvación y santificación.


Este decreto es válido a pesar de cualquier disposición contraria. Dado en Roma, desde la sede de la Penitenciaría Apostólica, el 19 de marzo de 2020.


Mauro Card. Piacenza
Penitenciaria mayor

Durante las semanas que dure la suspensión de las misas públicas el semanario diocesano EL ECO seguirá llegando a todas las parroquias, mayores y menores, aunque no se reparta ni lo puedan recoger los fieles.

Pese a las circunstancias, la dirección de la hoja diocesana, de acuerdo con la Vicaría General, ha decidido mantener la publicación disminuyendo el número de ejemplares a distribuir. Así, cada parroquia recibirá una cantidad reducida de ejemplares, que los párrocos podrán distribuir oportunamente entre lectores y suscriptores.

 

En los primeros días de la crisis sanitaria y ante la declaración del estado de alarma, el obispo diocesano, monseñor Atilano Rodríguez, ha dirigido a los fieles diocesanos dos cartas centradas en la inédita situación sanitaria y social. A las pocas horas de anunciarse el estado de alarma, y junto con el primer decreto diocesano al respecto, publicó la primera en el portal digital de la Diócesis y la envió por medios electrónicos a párrocos y comunidades. Con el título ‘Sólo Dios es omnipotente’, en ella hacía una llamada a la solidaridad y a la colaboración requerida por las autoridades. Y al tiempo que reflexionaba sobre la fragilidad humana, ofrecía pistas sobre la vivencia cristiana de esta situación.

El segundo mensaje lo ha titulado ‘Coronavirus’ y, como todas sus cartas semanales, se distribuirá en los próximos días por toda la diócesis y medios de comunicación. Partiendo de la pregunta “¿Qué podemos hacer nosotros en esta inesperada realidad?”, alude a los comportamientos obligados según las normas sanitarias para evitar contagios; solicita una mirada solidaria hacia las personas que puedan necesitar ayuda por vejez o enfermedad; y anima a dar sentido religioso a esta situación y a rezar, sobre todo por los enfermos y sus familiares, así como por los sanitarios.

Hoy celebramos como cada 19 de marzo a San José y con ello al patrón del Seminario. Otros años también celebrábamos para esta fecha el Día del Seminario pero debido a la situación que vive nuestro país y el mundo entero se ha visto aplaza para el 3 de mayo, fiesta del Buen Pastor, y que esperemos podamos celebrar con gran alegría. Pese a esta situación nosotros hoy seguimos celebrando, como se merece nuestro Patrón, su fiesta.

Una de las cosas más llamativas de estos momentos que vivimos es el gran silencio que hay en las calles. Esto nos recuerda en el día de hoy al gran silencio de San José y nos invita a vivir este silencio, a vivir esta situación, desde la confianza en Dios. Como nos dice San Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica Redemptoris custos,  es un silencio que descubre de modo especial el perfil interior de esta figura. Un silencio por tanto que le hace estar a San José completamente unido al Hijo, unido de modo contemplativo y de modo activo, unido por el amor paterno que tiene San José a Jesús y por ese amor filial de Cristo a nuestro Patrón. ¿No será hoy momento de unirnos en el silencio a Cristo? ¿No será momento para descubrir que es lo que Jesús me pide y a que vocación me llama?

En nuestro día a día apenas tenemos momento de silencio, momento de parar y pensar qué quiere Dios para cada uno de nosotros, aprovechemos este momento. Los seminaristas, como cada uno de los que leéis estas palabras, nos encontramos en casa, nosotros también “nos quedamos en casa”, pero con una peculiaridad y es que en estos momentos nuestra casa es el Seminario. Estamos en Madrid en el Seminario Conciliar de esta diócesis que nos acoge, pero muy unidos a nuestra Diócesis de Sigüenza – Guadalajara, unidos a nuestro pastor D. Atilano y hoy más si cabe unidos a todas las personas que rezan por las vocaciones y por nosotros. ¡Gracias!

Por terminar estas palabras, se nos dice que siempre hay que descubrir a Dios en todas las cosas, y así es. Os invitamos a que descubráis en esta situación a Dios y que la aprovechemos. Ofrezcamos nuestras cuarentenas, nuestras tristezas, nuestros agobios por los enfermos, por los pobres y los que se encuentran solos. Pero hoy especialmente os pedimos que ofrezcamos esta situación que vivimos por las vocaciones sacerdotales a nuestra Iglesia Diocesana. Ojalá Dios mande trabajadores a su mies.

¡Feliz día de San José!

 

 

 

Formadores y seminaristas de Sigüenza-Guadalajara

 

La situación de confinamiento y suspensión de actos religiosos públicos ha dado pie a ofrecer sugerencias favorecedoras de las prácticas religiosas en y desde casa, además de comportamientos fraternos y de ayuda. Así lo ha pedido el Papa Francisco, así lo secunda la Conferencia Episcopal Española y así hay párrocos que están difundiendo actividades y oraciones para el tiempo de crisis sanitaria; sobre todo referidas a la eucaristía dominical y las preces por superar la situación.

Como servicio ofrecido a toda la diócesis, destacada es la transmisión de la misa mediante el canal de YouTube desde la concatedral de Santa María. Se ofrecen en directo las celebraciones diarias a las 19.00 horas y la eucaristía dominical a las 12.00 y a las 19.00 horas; también el rezo del rosario a las 12.00 de lunes a sábado. Otras parroquias, como la de San Juan de Ávila, informan de emisoras por que pueden seguirse las misas, además de ofrecer a los feligreses vías de comunicación para posibles ayudas o acompañamientos, que se anuncian mediante la pegatina ’La parroquia te acompaña’ y llamadas telefónicas a muchos fieles. Otra fórmula es la de oraciones a través de las redes sociales, como ha hecho el párroco de Barbatona, Jesús de las Heras, con una oración ante la imagen de la Virgen de la Salud. 

Se accede a las retransmisiones desde la concatedral de Santa María por el enlace https://www.youtube.com/channel/UCgavYLKJHRFaIRBweBoRq_A.

Información

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