Por José Ramón Díaz-Torremocha

(Conferencia Santa María, Guadalajara)

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Eating while chatting with a friend in the meantime is always very rewarding. Moreover, if with that friend you share faith and work/participation in a common Catholic institution, it is also enriching. A few days ago, I took part in a meal presided over by friendship, faith, joy and Vincentian spirit. As a consequence, I have been enriched and for this I thank Him from whom all Good comes.

I was telling Eduardo, my fellow member and friend, at the end of the meal that we shared with fellow members from two continents, that it should be a common practice among Vincentians: to meet frequently and to break bread whenever we get together. It does us so much good to exchange ideas and ways of sharing the pain with those who suffer from it! To share it in the only appropriate Christian way: in order to redeem it. To learn to overcome it both at the human and spiritual level. We should not see the pain of others with indifference.

I was enriched by Eduardo's anecdotes of how to care for those suffering on his continent. I am sure that because of his dedication and ability to learn, he would also learn from my own anecdotes.

On this occasion, I recalled the paragraph of "Deus Caritas Est" in which the Holy Father Benedict XVI writes: "..... charity, (for the Church) is not a kind of social care activity that could also be left to others, but it belongs to her nature and is an inalienable manifestation of her very essence" (DCE 25a).

Thus, with this vocation of service, of redemption, we must give ourselves to the Conferences. Fortunately, Eduardo and I agree on this. For my part, I wish that I am able to achieve it.

Thank you, my dear friend and fellow member, for your company during the time I had the pleasure to spend with you. I hope to keep on having your example in the future.

May Mary, Mother of God, our Mother, help us to find the grace to follow in the footsteps of her Son by helping the most exhausted and rejoicing in the company of our fellow members.

 

 

Por José Ramón Díaz-Torremocha

(Conferencia Santa María, Guadalajara)

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Comer y charlar entretanto con un amigo, es siempre muy gratificante. Si además con ese amigo compartes la fe y el trabajo/participación en una institución católica común, es además enriquecedor. Hace unos días, he participado en una comida bajo el denominador común de la amistad, de la fe, de la alegría y de lo vicentino. Por lo tanto, me he enriquecido y por ello doy gracias a Aquel del que procede todo Bien.

Comentaba con Eduardo, mi consocio y amigo, al finalizar la comida en la que coincidíamos consocios de dos continentes, que debería ser una práctica común entre vicentinos: vernos con frecuencia y compartir el pan siempre que lo hiciéramos. ¡Nos hace tanto bien el intercambiar ideas y modos de compartir el dolor con aquellos que lo sufren! De compartirlo de la única forma cristianamente adecuada: con ánimo de redimirlo. De aprender a vencerlo tanto humana como espiritualmente. No podemos contemplar el dolor de los otros con indiferencia.

Me enriquecieron las anécdotas de Eduardo de cómo atender a los que sufren en su continente y seguramente por su entrega y capacidad para aprender, a él le pasaría igual con las mías.

En esta ocasión, recordé el párrafo de la “Deus Caritas Est” en el que el Santo Padre Benedicto XVI nos escribe: “…..la caridad, (para la Iglesia) no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia” (DCE 25 a)

Así, con esa vocación de servicio, de redención, debemos entregarnos en las Conferencias. Afortunadamente, Eduardo y yo estamos de acuerdo en ello. ¡Ojala! Por mi parte, sea capaz de lograrlo.

Gracias, mi querido amigo y consocio, por tu compañía en el rato en el que tuve el placer de participar. Espero en el futuro, poder seguir contando con tu ejemplo.

Que, María, madre de Dios, madre nuestra, nos ayude a lograr la gracia para seguir los pasos de su Hijo ayudando a los más agotados y alegrándonos en la compañía de nuestros consocios

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

DIOS ES DIEZ, LO DIEZ ES DIOS
décima de lo completo ante la custodia de San Ginés

 

La custodia siembra el uno
y con la oblea es el diez...
Suma Espíritu, a la vez...
Trina persona que aúno.
Dios es uno y es la tez
de la total brillantez.
No hay más lumbre de ninguno
que la fulgida por Él.
El nuestro sólo es papel
de acercarnos hasta el 10.

 

 

Juan Pablo Mañueco

Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016.

Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

 

Vídeo autor:

https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0

Rafael C. García Serrano

(Conferencia Nuestra Señora de la Antigua, Guadalajara)

 

 

 

No eras nadie en mi vida,

apenas te conocía,

pero pasaste a mi lado,

te paraste ante mí

y me dejaste a Jesús

el Hijo que en tu alma llevas.

 

¿Qué más puede dejar

alguien que se acerca

y te ofrece el amor divino

con la dulce hermosura

de la que es su Madre

y también la de uno?

 

¡Gracias Madre mía

por tu compañía!

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

MILAGRO EN SAN GINÉS,
(A David Recio Gil, por ser un lector ferviente de mi poesía, y a Emilio Sánchez, párroco recuperado de San Ginés)

 

Sobre la hostia consagrada
una luz se ha levantado
dice que Dios ha llegado
con su todo a nuestra nada.
La duda se ve aclarada
por la lumbre que ha bajado
a ponerse a nuestro lado
en la iglesia confirmada.
¡Silencio en todo el recinto
ya hay luz en el laberinto
de nuestra vida aquejada
por las sombras de la duda!
Ya se torna a más menuda
y se enceniza acercada
a la brasa puntiaguda
que atraviesa y que demuda
por nuestra fe así avivada
El Dios que todo lo escucha
ha puesto fin a la lucha.
Es certeza la encimada.

 

 

 

Juan Pablo Mañueco

Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016.

Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

 

Vídeo autor:

https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0

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