Por Alfonso Olmos Embid

(Director de la Oficina de Información)

 

 

 

 

 

 

Desde Protógenes en el siglo VI, la Iglesia que camina en lo que ahora es la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, se cuentan casi un centenar de nombres de los que son sucesores de los apóstoles, los obispos.

El territorio provincial, que ahora se identifica también con el diocesano, con todos sus pueblos y ciudades, ha sufrido a lo largo de la historia un vaivén de cambio de límites. Ahora, unificado administrativamente y también eclesiásticamente, recibe al que en esa lista de nombres ocupa el número 97, nuestro obispo electo Julián.

A los obispos, por la ordenación episcopal, se les ha transmitido la misión y la potestad de los apóstoles, y eso garantiza la comunión de fe y de vida de la comunidad diocesana, con los orígenes de la fe apostólica y con los que fueron elegidos por Cristo y configurados con él, para ser pescadores de hombre y apacentar a su pueblo. En pura teoría, habría que pensar que en el origen de esa sucesión por la ordenación, veinte siglos atrás, habría un apóstol al que los obispos “sucedieron al ser ordenados en su lugar”, como asevera Firmiliano de Cesarea, alma de los concilios celebrados en Antioquía entre los años 264 y 268.

Hace décadas, en nuestras parroquias, al recibir la visita pastoral de un obispo, los feligreses exhibían carteles o pancartas en las que se podían leer las palabras que recogen algunos evangelistas al narrar la entrada de Jesús en Jerusalén: “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. También estas palabras resuenan en las sedes episcopales al recibir a un nuevo obispo en ocasiones, como el mismo Cristo, montado a lomos de un pollino. Y es que así llega cada prelado a su diócesis y a sus parroquias, en el nombre del Señor.

La memoria es limitada, pero todos podemos recordar los nombres de los obispos que, a lo largo de nuestra historia, hemos ido conociendo. Laureano, Jesús, José, Atilano y Julián, son de los que yo guardo memoria; y más atrás las gentes de Guadalajara recuerdan otros nombres de los pastores que rigieron las distintas comarcas de nuestra provincia que, hace décadas, pertenecían a distintos obispados.

Más allá de la historia, que siempre conviene recordar y reconocer, habrá que esforzarse por vivir el presente, que nos encamina hacia un futuro en el que, de la mano de nuestro obispo, la Iglesia debe vivir, como en los orígenes los apóstoles, con espíritu evangelizador y misionero.

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

El próximo martes 6 de noviembre es la memoria litúrgica de los mártires de España del siglo XX, a los que se añadirán 20 nuevos beatos el 18 de noviembre

 

 

 

 

Este próximo martes, día 6 de noviembre, es la memoria litúrgica de los Mártires de España del siglo XX, con especial recuerdo en nuestra diócesis al sacerdote Saturnino Ortega, de Brihuega,  y a los franciscanos Julián Navío, de Mazarete, y Ángel Remigio Hernández, de Pastrana, los tres beatificados en 2007, y a los nueve beatificados en Tarragona, el 13 de octubre de 2013:  Gumersindo Sanz Sanz, Manuel Sanz Domínguez, Victoriano Calvo Lozano, José María Ruiz Cano, Ireneo Rodríguez González, Gregorio Cermeño Barceló, Vicente Vilumbrales Fuente, Narciso Pascual Pascual y Gabriel Barriopedro Tejedor.

Son ya algo más dos mil los mártires de este periodo histórico reciente en los altares (2.108 exactamente, más 20 que serán beatificados en Sevilla el próximo 18 de noviembre). Entre 1931 y 1939 hubo en España unos diez mil mártires. El número de mártires diocesanos en los altares es de 20, más otros cinco, que sirvieron ministerialmente en ella poco antes de recibir el martirio.

 

11 santos y 2.117 beatos

Tras la beatificación de Sevilla del sábado 18 de noviembre, que constituye el tema central de este artículo, los 2.128 mártires del siglo XX en España en los altares se desglosan de este modo: 9 son obispos, 390 sacerdotes seculares o diocesanos, 1.557 religiosos (incluidos religiosos sacerdotes, religiosos no sacerdotes y religiosas), 1 diácono y 1 subdiácono seculares y 173 seglares, incluidos 20 seminaristas y 21 mujeres.

         Con san Pedro Poveda, canonizado por Juan Pablo II en Madrid el 4 de mayo de 2003, el último canonizado hasta ahora, son once los mártires españoles de este período histórico ya canonizados. Uno, el ya citado, es sacerdote diocesano, otro sacerdote religioso y los nueve restantes hermanos religiosos, todos ellos de La Salle, entre ellos, san Marciano José, natural de El Pedregal.

 

Ahora, 20 mártires andaluces

El sábado 18 de noviembre la catedral de Sevilla, desde las 11 horas, acogerá la solemne celebración del martirio de veinte mártires más. Son diez sacerdotes diocesanos y diez laicos (incluidos un seminarista y una laica). En nombre del Papa Francisco, presidirá la celebración el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. La eucaristía será transmitida en directo por TRECE TV.

Habrá tres actos previos preparatorios. Dos el viernes 10 de noviembre: a las 7 de la tarde, en el palacio arzobispo, una conferencia a cargo de monseñor Teodoro

León, obispo auxiliar de Sevilla, y de José Leonardo Ruiz, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla. A continuación, en la catedral hispalense, habrá una vigilia de oración. Y en la víspera de las beatificaciones, una nueva vigilia de oración en la capilla del seminario metropolitano de Sevilla, a las 20 horas. Posteriormente, entre los días 19 y 26 de noviembre, serán las misas de acción de gracias en las parroquias de los nuevos beatos.

 

Lema y cartel

Ofrecí mi vida al Señor y Él la ha aceptado” es la frase elegida como lema. Y el cartel es una preciosa pintura, en la que la patrona de la diócesis de Sevilla, la Virgen de los Reyes aparece en el centro arropando y acogiendo a los nuevos veinte beatos mártires rodeados de la palma del martirio, que parte de las manos de un sacerdote y de un laico, y, en el fondo superior derecha, la Giralda de Sevilla. En el fondo superior izquierda, aparece el logo de la celebración, que es el logo común de las causas de los mártires del siglo XX en España con el añadido específico de esta beatificación, su lugar y su fecha, datos estos que también aparece al pie del cartel en horizontal.

El cartel quiere expresar el triunfo sobre el mal y la muerte. Los mártires, al aceptar perder la vida por amor y fidelidad a Jesucristo, perdonando a sus verdugos, como el mismo Señor hizo en la cruz, son testigos de que la muerte ha sido vencida y que esta vida es la preparación para la vida eterna en el cielo, como queda manifestado en el lema del cartel: “Ofrecí mi vida al Señor y Él la ha aceptado”.

Su testimonio martirial alienta a los cristianos de hoy a que seamos fieles a la llamada que recibimos en nuestro bautismo, a mantener la esperanza y a vivir en la confianza en un Dios padre providente que nos ha creado y nos ama personalmente.

Cromáticamente, predominan los tonos ocres y amarillos, que sugieren el color dorado, símbolo de la luz de Dios. El color rojo, que aparece en la casulla del sacerdote, la beca del seminarista y la silueta de la Giralda, es el color propio de los mártires y simboliza su sangre derramada por seguir a Jesucristo el Señor.

El autor del cartel y de dos tapices que descubrirán en la beatificación, Juan Palomo Reina, es un pintor nacido en Cantillana (Sevilla), en 1965.

 

Entre los 19 años de un seminarista y los 68 años una viuda sacristana

Estos veinte nuevos beatos proceden de las provincias de Sevilla, Granada, Cádiz y Huelva, aunque todos recibieron el martirio en tierras sevillanas. El más joven, Enrique Palacios Monrabá, tenía 19 años y era seminarista. Fue fusilado junto a su padre, Manuel Palacios Rodríguez. Ambos fueron martirizados en la cárcel de Cazalla de la Sierra, el epicentro principal de estos martirios.

La persona de mayor edad es María Dolores Sobrino Cabrera, con 68 años. Era la sacristana de la parroquia de Constantina. Unos días antes fue asesinado su esposo.

 

Diez sacerdotes

 El grupo de los nuevos beatos mártires es encabezado por Manuel González-Serna Rodríguez, de 56 años, que fue martirizado en la sacristía de la parroquia de Constantina, de la que era titular.

Francisco de Asís Arias Rivas, de 61 años, y Juan María Coca Saavedra, de 51 años, fueron martirizados juntos el 1 de agosto de 1936. Eran el párroco y el coadjutor de Lora del Río. Otros tres sacerdotes con servicio de coadjutores parroquiales martirizados fueron Rafael Machuca Juárez de Negrón, de 55 años, Miguel Borrero Picón, de 62 años, y Manuel Caballero Rubio, de 40 años, con destinos respectivos en Estepa, Utrera y Huelva.

Pablo Carballo Corrales, de 49 años, era párroco de Guadalcanal; Antonio Jesús Díaz Ramos, de 39 años, párroco en Cazalla de la Sierra; Salvador Lobato Pérez, de 34 años, párroco de El Saucejo (también fue martirizado y ahora será canonizado su hermano Rafael, carpintero, de 31 años); y el más joven de los sacerdotes nuevos mártires y el primero en ser martirizado, el 17 de julio de 1936, José Vigil Cabrerizo, de 29 años, era capellán de San Jerónimo de Sevilla.

 

Abogados, recadero de monjas, farmacéutico, carpintero

 En este grupo hay dos abogados: Agustín Alcalá Henke, de 44 años, fallecido en Alcalá de Guadaira, el 18 de julio de 1936, tras un día de agonía, después de ser tiroteado; y José María Rojas Lobo, de 25 años, martirizado en Marchena, lugar del martirio también de Manuel Luque Ramos, de 43 años, el recadero y sacristán de las monjas Clarisas de esta localidad sevillana, en cuya iglesia, mientras se celebraba la misa, fue asesinado.

En la cárcel de Cazalla de la Sierra padeció el martirio el farmacéutico de esta localidad Cristóbal Pérez Pascual. Tenía 48 años. Asimismo, naturales de Cazalla de la Sierra y martirizados en esta villa fueron los hermanos Mariano y Gabriel López-Cepero Muru. El primero tenía 53, estaba casado y dejó nueve hijos, y el segundo, 61 años, casado y con seis hijos.

 

Tres significativas singularidades

 

Al mártir Agustín Alcalá Henke, por su quehacer en las Conferencias de San Vicente de Paúl de Alcalá de Guadaira, se le conocía como el padre de los pobres. Su muerte fue muy sentida en todos los sectores sociales de su ciudad, en particular por los obreros. La Hermandad Sacramental de San Sebastián, de la que era hermano mayor, le concedió sepultura en la Capilla del Sagrario. El recuerdo de su figura quedó plasmado en actos públicos celebrados en el aniversario de su muerte; se rotuló con su nombre una vía céntrica; en su casa natal fue colocada una lápida a su memoria; se consagró una parroquia a San Agustín y se dio el mismo nombre a todo el barrio; la Hermandad de Nuestro Padre Jesús colocó una imagen de San Agustín en el Sagrario de Santiago.

También sobresalió por la caridad, incluso estando encarcelado (su celda fue llamada “la botica”), el farmacéutico de Cazalla, de origen granadino, Cristóbal Pérez Pascual.

E igualmente en Cazalla de la Sierra, llamaban “La Capilla” a la celda en la que estaban los dos hermanos López-Cepero y Muru pues en ella, junto al sacerdote coadjutor Antonio Jesús Díaz Ramos y otros reclusos, se rezaba diariamente el Rosario

 

Rasgos comunes de los nuevos beatos mártires

Entre los rasgos comunes de estos martirios, todos carecieron de un juicio regular y en su mayoría fueron encarcelados antes de su muerte violenta por odio a la fe cristina. Muchos de ellos oraron, se animaron, se confesaron y expresaron palabras de perdón para los verdugos. La mayoría de los lacios pertenecían a la Adoración Nocturna, Conferencias de San Vicente de Paúl, Acción Católica.

Consta que todos ellos invocaron filialmente a la Virgen con el rezo del Santo Rosario y que, en la cárcel confortaron a sus compañeros, al tiempo que nunca renegaron de su condición de sacerdotes o laicos fervientes. Sufrieron con fortaleza vejaciones y torturas sin cuento y murieron perdonando a sus verdugos y orando por ellos. Vivieron los instantes finales de su vida con serenidad y alegría admirables, alabando a Dios y proclamando que Jesucristo era el único Rey y Señor de sus vidas.

Por todo ello, cuando la Iglesia reconoce el martirio y procede a la beatificación de los mártires no juzga a sus verdugos, sino que reconoce y ensalza el valor y el mérito de quienes dieron su vida por mantener y defender su fe. Las beatificaciones de los mártires no reabren heridas, sino que las cierra mediante el testimonio de fidelidad, amor y perdón de quienes fueron asesinados por odio a la fe. Los mártires cristianos son, de este modo, servidores de reconciliación y de paz.

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 3 de noviembre de 2023

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Los grupos del Sínodo diocesano, desde el pasado 2 de octubre y hasta el 30 de noviembre, trabajan y oran ya con el cuaderno sinodal 4 y último “Servimos”

 

 

 

 

Nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara continúa sus trabajos sinodales, ahora con un nuevo cuaderno y sus nuevos materiales. Es el último de los cuadernos para los grupos sinodales y nuestro sínodo diocesano entrará a partir del 28 de enero de 2024 en su fase final. “El Sínodo diocesano nos impulsa a evangelizar” es el lema general de esta convocatoria, ya en su sexto curso. 

En el primer cuaderno de trabajo, llamado cuaderno cero, se plantearon tres grandes cuestiones: “¿Qué es una diócesis?”, “¿Qué es un sínodo?” y “¿Qué es evangelizar?”. Este cuaderno cero se presentó y entregó el 25 de enero de 2020. Pero llegó la pandemia, que, aunque, como luego veremos, no se interrumpió el camino sinodal, sí le imprimió unas características nuevas y obligó a posponer sus planes temporales previstos.

A finales de enero de 2022 y durante todo el primero semestre de este año, se trabajó en el cuaderno 1, titulado “Llamados” (Mirada hacia dentro: “Reaviva el don de Dios que hay en ti…”, frase de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo). En el cuaderno sinodal 1 se trabajaron estos temas: la vocación, los fundamentos de la fe, la espiritualidad cristiana, la coherencia fe-vida y la comunión eclesial.

De octubre de 2022 a enero de 2023, el sínodo diocesano prosiguió su itinerario con en el cuaderno 2 “Desafiados” (Mirada hacia fuera: “Jesús, mirándolo lo amó”, frase del evangelio de san Marcos, en el encuentro de Jesús con el joven rico). Sus cinco temas, desafiantes verdaderamente, fueron: los jóvenes, la mujer, los alejados, la atención pastoral a personas en situaciones diversas y la ecología.

Desde febrero a junio de 2023, fue el tiempo de “Evangelizamos. Retos evangelizadores” es el enunciado del tercer bloque y cuaderno, cuya referencia o lema bíblico es “Sois la luz y la sal del mundo” (cfr. Mateo, 5, 13a.14ª). Sus cinco temas concretos son estos: familia, laicos, mundo rural, formación cristiana y celebración de la fe.

Y ahora y hasta el 30 de noviembre, “Servimos. Acción social y vida pública”. Su referente bíblico es la frase del evangelio de san Juan “Para que tengan vida…” (Juan 10,10). Y su temario incluye estas cinco cuestiones pastorales: pobreza, pastoral de la caridad, solidaridad, vida pública y comunicación. Estas cuestiones pastorales están desarrolladas en el cuaderno en cuatro temas de trabajo: la dimensión sociocaritativa de la Iglesia (con dos apartados: la caridad en la vida de la Iglesia y la caridad en nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara), la movilidad humana, el cristiano en la vida pública y la comunicación

 

 

Presentación del cuaderno sinodal 4

Con este cuarto cuaderno, bajo el título “Servimos”, concluye la tarea y reflexión en la fase los grupos sinodales. El presente trabajo responde, en parte, a las respuestas que se dieron antes de la pandemia y enriquecida con la información recopilada antes y después de la pandemia, amén de otro abundante material de reflexión: los diferentes encuentros del «Día de los Pobres» y sus conclusiones posteriores, lo que se expone en el Sínodo Universal y, sobre todo, las impresiones derivadas del trabajo ya hecho en los grupos sinodales.  

De este modo, se busca provocar respuestas efectivas y actualizadas a la realidad de la pobreza, de la movilidad humana, de la vida política y de los medios de comunicación; respuestas que deben ser acordes con lo que nos está pidiendo el Papa: ser una Iglesia en salida, ser tienda de campaña para esta sociedad. Se trata de una sociedad que se alejó de nuestras comunidades cristianas por diferentes razones y que ahora, necesitada, trata de reincorporarse a su casa, que es la Iglesia.

 

Un Iglesia acogedora y servidora como Jesús, al estilo de Jesús

 

Para ello, es precisa una labor de acogida, acompañamiento y misericordia, en suma, de servicio, al estilo de Jesús, quien, leemos en Evangelio de San Mateo 20, 25-28, “llamándolos, Jesús les dijo: –Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.

El servicio es una manera de prestar ayuda a quienes lo necesitan. El amor cristiano no es un mero sentimiento. Benedicto XVI recuerda que ser cristiano es una cuestión de seguimiento a una persona: nace desde el amor que el Señor nos muestra con su estilo de vida. Servir a los demás es una oportunidad que Jesús nos brinda para continuar con nuestra vida y entrega, viviendo un nuevo modo de ser y estar en el mundo.

El Señor Jesús entregó su vida por nosotros sirviendo. Lo vemos también en el texto evangélico del lavatorio de los pies (Juan 13,12-20), proclamado cada año en la celebración del Jueves Santo, cuando recordamos la institución de la eucaristía y del mandamiento del amor fraterno: “Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: —¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis «el Maestro» y «el Señor», y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis. En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica.”

 

¿Y cómo hacer efectivo este servicio?

Podemos ayudar al prójimo con nuestras aportaciones, teniendo en cuenta que la mayor pobreza es no tener a Dios, o dar alimentos a quien lo necesita, o acompañar a las personas mayores en su soledad. Podemos acoger al inmigrante recién llegado o a quien pide asilo político en nuestro país. Podemos servir en la vida pública como expresión sublime de la caridad.

Podemos trabajar por transmitir la verdad en un medio de comunicación, buscando con honradez que los ciudadanos tengan una información correcta y adecuada de lo sucedido, sin ideologías ni partidismos, sin que la verdad de la información oscurezca ningún buen titular.

Y es que, como tantas veces repite el Papa Francisco, “el que no vive para servir, no sirve para vivir”.  Y, además, los cristianos tenemos que aprender a mirar como miraba Jesús, con humildad y compasión. Nuestra vida como cristianos tiene que ser una vida de auténtico servicio, poniendo en el centro de nuestras vidas y nuestras comunidades a los necesitados.

 

Y tras este cuaderno sinodal, ¿qué queda todavía?

Concluidos los trabajos de este cuaderno, el sínodo diocesano completará su segunda fase (la fase de los grupos sinodales); y, entre enero y abril de 2024, discurrirá la última fase, la tercera: la Asamblea Sinodal.

Tres episodios preparativos ha de tener la Asamblea. Primero, la aprobación del reglamento regirá tareas y procedimientos; segundo, el nombramiento de sinodales o personas designadas para participar en las reuniones de la Asamblea, que llegarán a los dos centenares; y tercero, la elaboración por los equipos correspondientes de las ponencias y de las propuestas sinodales según los cuadernos estudiados, trabajo que se enviarán a los sinodales durante el mes de enero.

         Por último, la Asamblea Sinodal discurrirá entre el 28 de enero, día en que será la apertura en la concatedral de Guadalajara, y el 14 de abril, fecha señalada para la clausura del Sínodo Diocesano con la celebración litúrgica en la catedral de Sigüenza. Las fechas de las cuatro sesiones sinodales son estas: sábado 3 de febrero, sobre el cuaderno “Llamados”; sábado 17 de febrero, sobre el cuaderno “Desafiados”; sábado 2 de marzo, sobre el cuaderno “Evangelizamos”; y sábado 17 de marzo, sobre el cuaderno “Servimos”.    

Finalmente, la fase cuarta será la de la aplicación y la de la conversión pastoral en aras a ser Iglesia en salida misionera.

 

Breve historia del Sínodo Diocesano

El jueves 17 de mayo de 2018 el obispo de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez Martínez, anunció al consejo presbiteral su voluntad de convocar un sínodo diocesano. Posteriormente, fue reiterando en otros organismos y foros diocesanos esta decisión y procedió a dar los primeros pasos. Así, tuvo lugar la creación de la Secretaría General del Sínodo (con el sacerdote Ángel Luis Toledano Ibarra, párroco de San Diego de Guadalajara, al frente) y seis comisiones sectoriales de trabajo (Teológica, Canónica, Litúrgica, Pastoral y de Comunicación y Publicaciones). El sínodo diocesano fue abierto, con una solemne y muy concurrida eucaristía en la catedral (más de un millar de personas) el 2 de diciembre de 2018.  Asimismo, el obispo creó el consejo de dirección con sínodo, con una comisión permanente.

En 2019, se elaboraron el reglamento sinodal, la misión del consejo sinodal, los materiales divulgativos, didácticos y pastorales, el lema –“Vívelo”-, la oración oficial, y una gran encuesta previa, con 169 preguntas y que fue respondida por 5.515 personas. Se hizo un elenco y clasificación de los temas y se dejó todo preparado para una nueva gran cita: 25 de enero de 2020 con la presentación oficial de los grupos sinodales (entonces 186 grupos, 2.176 personas inscritas) y la entrega del cuaderno cero para el trabajo sinodal en grupos. Además, se eligieron cuatro grandes de temas y mesas de ponencia para trabajar en grupos.

 

Sínodo en pandemia y sínodo universal

Pero llegó el 15 de marzo de 2020 y el Sínodo comenzó una etapa nueva e imprevista, una etapa de “catacumbas” o de alargada espera pentecostal. Y en medio de todo ello, desde la voluntad de que la llama del Sínodo no se apagara, se trabajó en el himno sinodal oficial (su autor es Lorenzo Sánchez) y en otras canciones y en nuevos y sencillos nuevos materiales de reflexión, artículos y cartas del obispo y del secretario general del Sínodo y hasta se editaron mascarillas sinodales…

Además, nuestra diócesis se sumó, en el otoño de 2021 e invierno de 2022, como no podía ser de otro modo, a la convocatoria del Papa Francisco de llamar a todas las diócesis de la Iglesia a ponerse en camino y trabajar en fases diocesanas ante el Sínodo de los Obispos de octubre de 2023 y de 2024, sobre el tema “Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión”.

 

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 27 de octubre de 2023

Victor Martell

Conferencia Radio Paz

Miami, Estados Unidos

 

 

ATENCION: Al finalizar el artículo que sigue en español, está su traducción al inglés.

YOUR ATTENTION: At the end of the following article in Spanish, there is a translation into English.

 

Jesús resucita el domingo y su primer encuentro es con María Magdalena; pero cuidado, no es la prostituta que limpia sus pies,  ni María la hermana de Lázaro, que también limpia sus pies,  es María Magdalena, mujer acaudalada que seguía a Jesús y le ayudaba a él y a los apóstoles con su dinero (Lc 8, 1-3), mucho ojo, porque para seguir a Jesús debemos de despojarnos de muchas cosas y entre ellas el amor al dinero y con él,  ayudar a nuestra iglesia y a los que nada tienen y le ordena, que les avise a sus hermanos. Es precisamente a esta mujer, la que se refiere san Juan en una narración bellísima y delicada de la aparición de Jesús después de resucitar (Jn 20, 11-18).

Y María corre a buscar a sus hermanos y le cuenta a Pedro y a Juan que ha visto a Jesús, esta es la resurrección, este hecho real, es el que nos hace diferentes a las otras religiones porque nuestro Dios es un Dios vivo, no un creador de una filosofía o religión, que está muerto, el creador del cristianismo, de nuestra iglesia católica, está vivo, está con nosotros y somos tan dichosos, los que ayudan al pobre, que pueden ver su rostro, en cada uno, de los que visitan.

Por esto, los vicentinos, los que dan limosnas, los que visitan las cárceles, los que visitan los hospitales, los que visitan los asilos repletos de ancianos olvidados por sus parientes, sólo tendremos la experiencia de ver al Señor y anunciárselo a los pobres, cuando nos vaciemos de los elementos caducos de la percepción humana y penetremos en nuestro interior, para descubrir a Jesús resucitado, porque primero tiene que resucitar en nuestro corazón para después poderlo comunicar a todos.

Pidamos en silencio ante la tumba y la cruz vacía, que Jesús, nos de fuerza para seguir sus huellas y que nunca dejemos al necesitado, porque esa será la única forma, de un día no muy lejano, estar a su lado para siempre. Amén.

 

------

 

THE RESURRECTION OF JESUS FOR A VINCENTIAN

                                                                                                                    

Jesus is resurrected on Sunday and his first encounter is with Mary Magdalene; but be careful, it is not the prostitute who cleans his feet, nor Mary the sister of Lazarus, who also cleans his feet, it is Mary Magdalene, a wealthy woman who followed Jesus and helped him and the apostles with their money (Lk 8, 1-3), be very careful, because to follow Jesus we must strip ourselves of many things and among them the love of money and with it, help our church and those who have nothing and orders him to notify his brothers. It is precisely this woman who Saint John refers to in a beautiful and delicate narration of the appearance of Jesus after rising from the dead (Jn 20, 11-18).

And Mary runs to look for her brothers and tells Peter and John that she has seen Jesus, this is the resurrection, this real fact, it is what makes us different from other religions because our God is a living God, not a creator of a philosophy or religion, who is dead, the creator of Christianity, of our Catholic Church, is alive, he is with us and we are so happy, those who help the poor, that we can see his face, in each one of the who visit

For this reason, the Vincentians, those who give alms, those who visit prisons, those who visit hospitals, those who visit nursing homes full of elderly people forgotten by their relatives, will only have the experience of seeing the Lord and announcing him to the poor, when we empty ourselves of the obsolete elements of human perception and penetrate within ourselves, to discover the risen Jesus, because first he has to rise again in our hearts so that we can then communicate him to everyone.

Let us ask in silence before the tomb and the empty cross, that Jesus give us the strength to follow in his footsteps and that we never leave the needy, because that will be the only way, one day not too far off, to be by his side forever. Amen.

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

VIRGEN DEL AMPARO,
Poema a la Virgen del Amparo, por Juan Pablo Mañueco.
 

Amo amparo albo aupado altar alado,
María, máxima música mía.
Oh rosa, oh madre del Amparo, oh guía
Amorosa del fiel que se ha acercado.
Madre musical, más madre María
Para quien acude a tu amor llegado
Ante Dios más pronto, pues realzado
Rinde en tu amor materno luz más pía.
 
Oro a ti, oh señora, oh obra tan grande
Ante la que el orbe ora en pleitesía.
Lujo y “lumen dei” que lució el día
 
Bañado en luz, cuando la Luz se expande.
Aurora alada, alba, ayuda, amparo, vía
UNIDA A DIOS, por el umbilical y cande
 
parto de la luz que el mundo más demande:
Amor, Amparo, Alba, Alma, Alegría…

 

 

 

Juan Pablo Mañueco

Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016.

Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

 

Vídeo autor:

https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0

Información

Obispado en Guadalajara
C/ Mártires Carmelitas, 2
19001 Guadalajara
Teléf. 949231370
Móvil. 620081816
Fax. 949235268

Obispado en Sigüenza
C/Villaviciosa, 7
19250 Sigüenza
Teléf. y Fax: 949391911

Oficina de Información
Alfonso Olmos Embid
Director
Obispado
C/ Mártires Carmelitas, 2
19001 Guadalajara
Tfno. 949 23 13 70
Fax: 949 23 52 68
info@siguenza-guadalajara.org

 

BIZUM: 07010

CANAL DE COMUNICACIÓN

Mapa de situación


Mapa de sede en Guadalajara


Mapa de sede en Sigüenza

Si pincha en los mapas, podrá encontrarnos con Google Maps