Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
Aunque es María en su asunción en cuerpo y alma a los cielos la advocación patronal diocesana, el culto a la Inmaculada es su rasgo mariano más fecundo
La Iglesia católica universal celebra con esplendor el 8 de diciembre la solemnidad litúrgica de la Inmaculada Concepción de María. Desde 1760, la Inmaculada es la patrona secundaria de España, tras el apóstol Santiago.
Y en nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara, el culto y devoción a la Inmaculada Concepción de María es el aspecto más destacado de su historia mariana y mariológica, que, además, fue adelantado teológico y apóstol constante de esta verdad y misterio, proclamado dogma por el papa beato Pío IX el 8 de diciembre de 1854. Y, al respecto, he aquí los principales testimonios y ejemplos con epicentros, sobre todo, en Molina de Aragón, Sigüenza, Guadalajara, Horche y Pastrana.
Las Purezas de Molina
El 19 de junio de 1644, el Señorío de Molina de Aragón hizo solemne voto y juramento de “tener, defender y celebrar la Concepción sin culpa de la Virgen Madre de Dios”
Más de un siglo antes, el Papa León X había honrado a Molina y su iglesia capitular de “Santa María la Mayor de San Gil” con el privilegio de poder celebrar en la medianoche del día 7 al 8 de diciembre de 1518 una misa en honor de la Inmaculada. Molina de Aragón conservó, aún después de perder su cabildo, este privilegio por decreto de León XIII, del año 1883, en la citada iglesia arciprestal. Hoy día esta Nochebuena anticipada es una de sus “honras”, una de sus señas de identidad, que durante tres años pude compartir.
“La Sin pecado”, tal y como es llamada por las tierras frías y entrañables del Señorío, es muy querida allá. Un solemne novenario caldea los ánimos de los molineses hasta la llegada de la gran noche. “Las Purezas” son muestras musicales de este fervor y de esta historia tan unida con el pueblo.
Entre el 18 de febrero de 2018 y el 18 de febrero de 2019, Molina de Aragón conmemoró el quinto centenario de su privilegio inmaculista. Lo hizo con distintas iniciativas, como la exposición artística “In nocte ante festum”, la colocación de una escultura de la Inmaculada en la hornacina de la puerta principal del templo y la celebración de un novenario y fiesta jubilares, con gracia de la indulgencia plenaria, entre el 29 de noviembre y el 8 de diciembre. Y este año 2023, tras las importantísimas obras de restauración del citado templo (con una inversión de unos 900.000 euros), popularmente llamado de San Gil, la fiesta será especialmente significativa.
El Salto de la Hoguera en Horche
Una de las advocaciones patrias de Horche es precisamente la Inmaculada. En el siglo XVI se formó en el pueblo la Cofradía de Esclavitud de la Purísima, compuesta por 12 cofrades que representan las doce estrellas de san Juan en el libro del Apocalipsis. Esta cofradía se transformó en Hermandad de la Concepción Inmaculada de Nuestra Señora de la Soledad (esta última es la advocación mariana patronal de Horche, con fiesta el 8 de septiembre). Pedro Ibero Eraso fundó la Hermandad en 1670. Cuarenta años antes, en 1630, se consagró una capilla en honor de la Inmaculada.
Tras el rezo de Vísperas, en la tarde del día 7 y un ágape fraterno compuesto de sardinas asadas, se encienden doce hogueras que deben ser saltadas por los mozos. Ya en la mañana del día 8, el día de la fiesta, los cofrades con capa, sombrero y cirio acuden a la misa mayor, y por la tarde, nombran prioste de la cofradía para el nuevo año.
Los Monumentos a la Inmaculada
Tres grandes monumentos a la Inmaculada, cuales pairones de fe y amor filial, se alzan en esta tierra nuestra. Los dos primeros aluden al Año Santo Mariano de 1954, y en recuerdo al primer centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada por el Papa Pío IX. Son los de Sigüenza, junto a la iglesia de San Jerónimo del seminario mayor y el de Molina de Aragón, en el cerro de Santa Lucía.
El 11 de mayo de 1968 el entonces Nuncio del Papa en España, Luigi Dadaglio, junto al obispo diocesano Laureano Castán, inauguro en la Plaza de Santa María de Guadalajara otro monumento.
El arte, el claustro, las fiestas
Otras cinco localidades de esta tierra reservan muestras artísticas y de vida religiosa contemplativa en honor de la Inmaculada: Sigüenza, Atienza, Pastrana, Guadalajara, Almonacid de Zorita y Budia. Las dos primeras conservan dentro en espléndido patrimonio artístico dos espléndidas capillas bajo esta advocación mariana. Así, la más bella bóveda de la catedral de Sigüenza es la gótica de la capilla de la Concepción, en el claustro, cerrada tras la pasada guerra civil y reabierta hace una decena de años. Desde 2014, en esta capilla se muestra un óleo de El Greco sobre la anunciación y encarnación.
La nave también catedralicia del Evangelio, en sus primeras estribaciones, guarda otro bellísimo espacio dedicado a la Virgen. Es la capilla, de combinado y florido estilo cisneriano, de la Anunciación, también llamada de la Purísima desde que, en 1905, para conmemorar las bodas de oro de esta definición de la Inmaculada, se instaló allí una bella talla murillesca de María Purísima en su Concepción, realizada por el entonces afamado escultor catalán afincado en Madrid Francisco Font i Pons.
Atienza, por su parte, en la iglesia de la Santísima Trinidad guarda también como uno de sus tesoros de primor otra capilla homónima.
En 1559, santa Teresa de Jesús, siempre fémina inquieta y andariega, fundó en Pastrana el Carmelo Descalzo. Pero pronto las desavenencias con la Señora local, la princesa de Éboli (Ana de Mendoza de la Cerda), frustraron la realidad. En aquella iglesia teresiana, en 1575, se aposentaron monjas hijas de santa Beatriz de Silva, Concepcionistas Franciscanas, que crearon el convento de la Purísima Concepción y de San José, que ha llegado a nuestros días, como acontece con la iglesia del Carmen de Guadalajara, habitada también por monjas de la Inmaculada, congregación que hasta 1981 contó con una tercera casa de nuestra provincia, en Almonacid de Zorita, concretamente, en la iglesia de los Calatravas del siglo XVI.
En Budia, también hubo un convento, hoy en ruinas, en este caso de frailes carmelitas, dedicado a la Inmaculada Concepción.
Un obispo de Sigüenza, defensor en Trento del Privilegio
La historia del dogma de la Inmaculada es inequívoca muestra de las veces que el pueblo creyente se adelanta a la definición ex cátedra. Dicho queda que ésta no se produce hasta el 8 de diciembre de 1854, en los primeros compases del dificilísimo ministerio petrino de Pío IX, quien haría de la proclamación, de su significado profundo y hasta de su fecha un emblema durante todo su pontificado, que, con 32 años, ha sido el más largo de todos los tiempos.
Tres siglos antes, el aula conciliar de Trento, estudió seriamente el tema, que, finalmente, se pospuso. Era en el primer período del Tridentino, celebrado en la capital del Alto Adige entre el 13 de diciembre de 1545 y el 2 de abril de 1547. Concretamente, en las sesiones V y VI. El tema de estudio era el “Pecado Original y la Justificación”, médula de la Reforma Protestante. Saber si la Virgen María tuvo o no pecado original surgía, pues, como consecuencia. Una de las voces más ardientes en la defensa del privilegio mariano fue la del cardenal Pedro de Pacheco, entonces obispo de Jaén y entre 1554 y 1560 obispo de Sigüenza.
"El obispo" de Pastrana
El obispo y fraile franciscano Pedro González de Mendoza (1569-1639), hijo de princesa de Éboli, nacido probablemente en Pastrana, es para esta noble villa alcarreña su "obispo". Allí vivió, allí fundó un colegio, y allí, en la colegiata, está enterrado. Fray Pedro González de Mendoza, descendiente del Gran Cardenal de España, del mismo nombre, se crió en la corte del Rey Felipe II e ingresó fraile menor en el convento de La Salceda, del que fue guardián. Posteriormente, fue, de modo sucesivo, obispo electo de Osma, arzobispo de Granada, arzobispo de Zaragoza y obispo de Sigüenza. Rigió la sede seguntina entre 1623 y 1639.
Interesa también fray Pedro González de Mendoza en estos apuntes históricos sobre la tradición inmaculista de nuestra diócesis por su amplia y prolongada correspondencia epistolar con los Reyes Felipe III y Felipe IV, en defensa y en argumentación de las razones por la que se debía solicitar al Papa la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de María, tema que inquietaba especialmente a Felipe III ante los planteamientos contrarios que le hacía llegar al respecto su confesor. Muchas de estas cartas -algunas de ellas en texto originales- se conservan en la colegiata de Pastrana.
Cabildo de Sigüenza y Ayuntamiento de Guadalajara
En 1644, siendo arzobispo-obispo de Sigüenza Fernando de Andrade y Sotomayor, Rey de las Españas Felipe IV y Romano Pontífice de la Iglesia Católica Urbano VIII, el cabildo de la catedral seguntina emitió un solemne voto y juramento de defensa de la Inmaculada Concepción de María.
Este juramento es anticipo de unas súplicas por la Inmaculada Madre del redentor que la iglesia seguntina elevó a Clemente XII, Papa entre 1730 y 1740 y quien estuvo a punto de definir este dogma mariano. La primera de ellas es del entonces obispo de Sigüenza fray José García y Castro (1727-1746), franciscano, fechada el 12 de octubre de 1732. Ese mismo día la Universidad de Sigüenza, con su rector, Miguel Falcó, y los catedráticos de Teología y Derecho, Manuel Lázaro y Blas Minayo, hacen lo propio. Por fin, el 17 de octubre del mismo año el cabildo seguntino eleva una nueva súplica, firmada, primeramente, por su deán Antonio Carrillo de Mendoza, y que es todo un tratado teológico sobre la Inmaculada Concepción.
Unos días antes, el Ayuntamiento de la ciudad de Guadalajara, entonces perteneciente eclesiásticamente a la archidiócesis de Toledo, y el cabildo colegial de Medinaceli, en la provincia de Soria, y obispado de Sigüenza hasta 1955, elevaron sendas súplicas al Romano Pontífice en el mismo sentido. La de Guadalajara va fechada el 7 de octubre de 1732 y firmada en primer lugar por el conde de Medina y Contreras, y la de Medinaceli está datada el 10 de octubre del mismo año y encabeza su firma el abad de la colegiata Diego de Buenaventura.
Publicado en Nueva Alcarria el 8 diciembre de 2023