A las 20 horas de este viernes 22 de julio, se inaugura en la catedral de Sigüenza la exposición ATEMPORA 2022; y el martes 26, a las 22 horas, la iluminación exterior

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

La catedral de Sigüenza se apresta a dos grandes acontecimientos (la exposición ATEMPORA 2022, desde la tarde del viernes 22 de julio; y la inauguración de su nueva iluminación ornamental exterior, prevista a partir de las 22 horas del martes 26 de julio, esta página de hoy de NUEVA ALCARRIA ofrece unas informaciones generales sobre ambos eventos. La página se completa con una nueva selección de poemas sobre la catedral, cuya primera entrega ya se publicó en este mismo periódico hace dos semanas.

 

Presentación de ATEMPORA Sigüenza 2022

 

ATEMPORA, Sigüenza 2022. Segontia entre el poder y la gloria”, ante el 900 centenario de la reconquista de Sigüenza y restauración de la histórica diócesis de Sigüenza.  Este el título y el tema de la nueva exposición que la catedral de Sigüenza, en iniciativa conjunta con el gobierno regional, alberga desde la tarde de este viernes 22 de julio. El obispo diocesano, Atilano Rodríguez, acompañado del presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y otras autoridades civiles y eclesiásticas, preside el acto.

Habrá seis bloques temáticos con su siguiente distribución en la catedral: catedral: (1) en la panda oeste del claustro, la parte arqueológica con 65 piezas de épocas celtibérica, romana, visigótica e islámica. (2) El segundo bloque constatará de cuarto apartados, con el denominador común de la reconquista de la ciudad y restauración de la diócesis y comienzos de la construcción de la catedral. Arranca en la sala románica del claustro, con las dos primeras maquetas de la catedral expuestas en el museo.  De ahí, se irá al transepto norte, con la arqueta de plata de las reliquias de santa Librada expuestas, amén de otras imágenes de la santa. El tercer apartado del segundo bloque es el crucero con las imágenes de los profetas y de la anunciación en las columnas del crucero y las cuatro imágenes, restauradas, de la fachada de la sacristía de las Cabezas. Por fin, el cuarto apartado lo constituirán en esencia el sepulcro del obispo don Bernardo de Agén, quien reconquistó la ciudad en 1124, y en cuyas vísperas de su noveno centenario nos hallamos.

(3) El interior de la sacristía de las Cabezas estará dedicado a la Universidad de Sigüenza. (4) La girola ocupará un recorrido a través de esculturas y pinturas de Cristos y de Vírgenes desde la edad media al barroco. (5) El siglo de oro de la catedral (renacimiento) se reserva a la capilla del Doncel, transepto sur, crucero, coro y nave del evangelio hasta la capilla de la Anunciación. (6) Y en la nave de la epístola, los siglos XVII, XVIII y XIX.

La entrada de la exposición será por la puerta hacia al claustro dedicada a san Valero, pertrechada en sus dos lados por las figuras restauradas de dos arcángeles, pertenecientes al patrimonio catedralicio.

 

Nueva iluminación exterior

 

El 22 de marzo de 2021 tuvo lugar, en la Sacristía de las Cabezas, la firma del convenio entre la Fundación Iberdrola, el Obispo de Sigüenza-Guadalajara, junto con el Cabildo catedralicio, y el Ayuntamiento de Sigüenza para proceder a la renovación integral de la iluminación exterior ornamental de la catedral.

La actuación se ha insertado dentro del programas de iluminaciones de Iberdrola en monumentos artísticos y singulares. Y desde criterios también de sostenibilidad, mediante la aplicación de tecnología LED, esta nueva iluminación contribuirá a resaltar el valor de la catedral y de su espléndido, variado y amplio conjunto exterior en su totalidad del templo.

 

El Doncel de Sigüenza

 

 

Tres nuevas miradas poéticas y panorámicas a la catedral

 

“¡Cómo se crece al aire de Castilla

y cómo marca su total destino.

La contemplo guerrera, la adivino

devoción medieval que se encastilla.

 

El rojo sol la pone en la mejilla

un rubor de crepúsculo. Camino

por las silentes naves y termino

doblando en los altares la rodilla.

 

Ya no eres militar, por fuera, acaso,

pero al instante mismo del ocaso

abandonas tu bélica rudeza.

 

Acabas por ser cruz, bóveda y templo,

casa de Dios y por Sigüenza ejemplo

de la piedra que humilla su grandeza”

(Rafael Fernández Pombo)

 

 

“Como Casa de Dios, Puerta del cielo,

haces los ochocientos cincuenta años

siendo orgullo de propios y de extraños

por tu grandiosidad sin paralelo.

 

En tu glorioso y permanente vuelo

por los antaños y por los hogaños

no te han faltado nunca los redaños

cuando algo te ha venido a contrapelo.

 

Eres la solidez de la certeza,

la alta culminación de lo inaudito

el supremo ejemplar de la belleza.

 

Eres el tiempo mismo, en piedra escrito,

la fe, la luz, el arte, la firmeza:

¡la eterna brevedad de lo infinito!”.

(Francisco Vaquerizo Moreno)

 

 

“Elévate despacio, catedral seguntina

que a los cielos asciendes y hacia las nubes claras,

hacia la azul esfera tu piedra se encamina

como si ya a otro ámbito diferente entraras.

Cada nube que pasa ante tus torres se inclina,

parece que trajese la paz que tú clamaras.

La paz, la paz, la paz, la paz que tú nos buscaras.

 

La torre de las campanas sube a la derecha

de la principal puerta, románica. Y soñarás

que tocando el cielo con su aldaba le abre brecha

de sonido, que más allá del cielo escucharas

subiendo hacia lo más alto, como aguda flecha.

Paz, paz, paz… sembla tañer en armonías claras.

Sea siempre mi rezo éste por todas las Guadalajaras”.

(Juan Pablo Mañueco)

 

Prodigio y belleza del Doncel en seis sonetos

 

“¡Oh, Doncel de Sigüenza, marinero

de soledades en la piedra escritas!:

dime qué gozo en tu pensar habitas

con el tiempo a tus flancos prisionero.

 

¡Desdeñaste quizás el claro acero

por la lección de gestas infinitas

y el sosiego gentil en que militas

fue quien te armó para siempre caballero!

 

¡Ay, quién pudiera como tú a la muerte,

bajo dosel de místicos arcanos,

dar el reposo a la luz despierta!

 

Y en el silencio fragante de colmena,

esperar con un libro entre las manos…

¡y en torno de él, eternidad serena”.

(Lope Mateo)

 

“Está el Doncel tendido de tal suerte

que no evoca la muerte y sí el reposo,

perdida la mirada en el hermoso

paisaje de Sigüenza noble y fuerte.

 

La catedral parece que lo advierte,

se hace nido de piedra silencioso

y le ofrece al Doncel el prodigioso

abierto libro de la propia muerte.

 

¡Cuántas cosas, Sigüenza! ¡Cuánta historia

en las murallas cada tarde esparce

el viento que enamora tus esquinas!

 

Déjame que me lleve en la memoria

al Doncel, don Martín Vázquez de Arce,

muerto en flor por las vegas granadinas”.

(Rafael Fernández Pombo)

 

“Nadie tan elocuente y tan callado,

tan perezoso nadie y tan activo,

y, ora por libre u ora por cautivo,

nadie como él de ocioso y de ocupado.

 

Nadie tan incansable y tan dejado,

tan complaciente nadie y tan esquivo,

y, ora por manso u ora por altivo,

nadie como él de afín y de alejado.

 

Nadie como él de incierto y de rotundo,

que raye tan a ras y a tanta altura,

y sea, de tan claro, tan rotundo.

 

Y es que nadie jamás en escultura

fue capaz ya de hacer en todo el mundo

más sublime y excelsa criatura”

(Francisco Vaquerizo Moreno)

 

“Labrada en alabastro su figura,

Mostrada bajo gótico templete,

contémplase al Doncel como cadete,

recostado en su propia sepultura.

 

De capa santiaguista y de armadura,

cubierta la cabeza de un bonete,

descuelga al ceñidero un puñalete,

y medita de un libro la lectura.

 

Fuiste guerrero fiel y combatiste

al moro de la vega granadina.

Luchaste con valor. Allí caíste.

 

Y la Travesaña seguntina

a la Plaza Mayor aún persiste

la voz de su leyenda en cada esquina”.

(Enrique Gallego Gredilla)

 

“¡Qué lluvia de luceros asombrados!

¡Qué baño de soturnas humedades!

¡Qué balbuceo de locuacidades

y que silencio de significados!

 

Martín Vázquez de Arce, y enterrados,

nadando en jugos de musgosidades,

sus ascendencias y fraternidades,

sus amigos, sus perros, sus criados.

 

Denuncia fama ilustre una cartela;

en años veinticinco, nos revela,

calló sobre la vega de Granada.

 

Su corazón, de batallar herido,

dejó de palpitar y en este nido

haber quiso la luz de su mirada!

(José Antonio Suárez de Puga)

 

 

“En la calma sin fin de tu mirada,

la esperanza en la luz de otra mañana,

el amor por la tierra castellana,

el dolor de la Vega de Granada.

 

En tus manos, la fuerza de la espada,

una huella humanista y cortesana,

el misterio de un libro…, tu lejana

meditación profunda y confiada.

 

A la orilla de del tiempo y de la historia,

tu sonrisa enigmática y secreta,

tu dulzura viril y tu leyenda.

 

que el león de la vida y de la gloria

y el pajecillo de la humilde pena

goza que el sabio indague y no comprenda”.

(María Ángeles Novella Viejo)

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 22 de julio de 2022

Por José Ramón Díaz-Torremocha

(Conferencias de San Vicente de Paúl en Guadalajara)

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SUSO 

 

Me recordó su rica, aunque realmente corta existencia, ver el uniforme portado en unos cuantos de sus Hermanos en la celebración del pasado Pentecostés en las Adoratrices de Guadalajara, sólo unas semanas antes, al ver en la calle a alguien que me podía dar noticias, pude enterarme de que el Hermano Suso había pasado al otro lado del espejo, seguramente a gozar del Eterno, desde la que fue su tierra de misión en América. Nueva tierra y nueva fundación de Casa Familiar a la que fue enviado por el Hermano Isidoro también fallecido y Fundador de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca. Algún día escribiré sobre mis recuerdos del Hermano Isidoro Guerra. ¡Era tan grande físicamente por fuera como pequeño por dentro en su humildad!

Era Suso, apenas un crio cuando viajó a Madrid junto con otro Hermano a hacerse cargo de la primera Casa Familiar que tuvieron en la Península los Hermanos y facilitada por las Conferencias de San Vicente de Paúl en su Complejo de Verónica-San Pedro. Complejo que recoge los restos del fundador de las Conferencias de San Vicente en España, Santiago Masarnau en proceso de Canonización, en el Templo de la Sociedad en España, dedicado al Beato Federico Ozanam. También en ese Templo, están los restos del académico conquense y presidente de las Conferencias en los años cuarenta del siglo pasado, Don Luis Martínez Kleiser (en tumba propiedad de su familia según quiero recordar).

En aquella Casa, preparada para otros usos, se instalaron los Hermanos “comandados” por Suso para atender a más de una docena de enfermos de aquellos a los que nadie quería atender. Los desahuciados. Enfermos tratados con mimo y enorme cariño a los que hoy, por desgracia, alguno hasta pretendería quitar la vida para “evitarle sufrimientos”. Ni Suso ni el Hermano Isidoro, eran de esa opinión y todos los días lavaban, daban de comer y cuidaban con verdadero mimo a enfermos a veces muy difíciles de soportar si no lo era por amor a Cristo. La casa estaba en dos pisos con una estrecha escalera que los comunicaba y todas las mañanas hacia abajo (donde estaba la sala de estar) y las noches hacia arriba, (donde estaban los dormitorios) había que trasladar a enfermos rígidos, muchos sin movilidad alguna, cargados a las espaldas de los Hermanos y de algunos voluntarios que acudían en su ayuda antes de ir a sus respectivos trabajos.

Allí estuvieron dando amor en, repito, muy difíciles condiciones, hasta que dos vicentinos Federico E. y Emilio Z, con la colaboración de Cáritas Madrid, pudieron trasladarlos a una magnífica instalación en la Plaza de la Marina Española.

Suso, la sonrisa permanente, no paraba de un lado para otro para que los hermanos a los que cuidaba, no les faltara de nada. A veces, derrengado, lo encontraba a última hora de la noche, rezando el rosario en la pequeña Capilla que instalaron en la Casa. Delante del Santísimo más de una vez echaba una cabezada para poder continuar la jornada que terminaba siempre muy tarde. Tenía siempre a María cerca.

Para mi ejemplo y el de muchos, era un verdadero santo de esos anónimos de los que nos habla el Papa Francisco y con los que nos cruzamos a diario sin distinguirlos. Los de la “puerta de al lado”.

A Cristo, siempre por y con María.

 

(1) Nombre con el que los Hermanos dotaban a cada una de sus fundaciones residenciales, para que desde el propio nombre, se indicara la aspiración a la familiaridad con tantos de aquellos enfermos desahuciados que ni la tenían  - familia – ni sus parientes deseaban serlo en tantas ocasiones.

(2) Entonces Instituto de Derecho Diocesano

(3) “Gaudete ete Exustate” (Papa Fraancisco)

 


 

SUSO

 

To see the uniform worn by a few of his Brothers at the celebration of last Pentecost in the Guadalajara Worshippers, only a few weeks before, reminded me of his rich, though really short existence. Through someone I saw in the street who could give me news, I learned that Brother Suso had passed to the other side of the mirror, surely to enjoy the Eternal, from what was his land of mission in America. New land and new foundation of the Family House to which he was sent by Brother Isidoro, also deceased and Founder of the Franciscan Brothers of the White Cross. Someday I will write about my memories of Brother Isidoro Guerra. He was as big physically on the outside as he was small inside in his humility.

Suso was barely a child when he travelled to Madrid with another Brother to take charge of the first Family House that the Brothers had in the Peninsula, which was provided by the Conferences of St. Vincent de Paul in their Veronica-San Pedro Complex. This complex houses the remains of the founder of the Conferences of St. Vincent de Paul in Spain, Santiago Masarnau, in the process of canonisation, in the Temple of the Society in Spain, dedicated to Blessed Frederic Ozanam. In that Temple, there are also the remains of the academic from Cuenca and president of the Conferences in the forties of last century, Don Luis Martínez Kleiser (in a tomb property of his family, if I remember correctly).

In that House, prepared for other uses, set up the Brothers that Suso “commissioned" to look after more than a dozen sick people of those who nobody wanted to take care of. Those who were terminally ill. Sick people treated with care and great affection to whom today, unfortunately, some would even try to take their lives to "spare them suffering". Neither Suso nor Brother Isidoro were of this opinion and every day they washed, fed and cared for the sick with real affection, sometimes very difficult to bear if it had not been for the love of Christ. The house was on two floors with a narrow staircase connecting them and every morning downwards (where the living room was) and every evening upwards (where the bedrooms were) they had to carry stiff patients, many with no mobility, on the backs of the Brothers and some volunteers who came to help them before going to their respective jobs.

There they were giving love in, I repeat, very difficult conditions, until two Vincentians, Federico E. and Emilio Z., with the collaboration of Caritas Madrid, were able to move them to a magnificent facility in the Plaza de la Marina Española.

Suso, always smiling, was always on the move to make sure that the brothers he cared for lacked for nothing. Sometimes, when he was exhausted, I would find him late at night, praying the rosary in the small chapel that had been installed in the House. More than once he would take a nap in front of the Blessed Sacrament to be able to continue his day, which always ended very late. He had always Mary  close to him.

He was an example for me and for many others, he was a true saint, one of those anonymous ones Pope Francis speaks of and with whom we come across daily without recognizing them. Those "next door".

To Christ, always for and with Mary.

 

(1) Name given by the Brothers to each of their residential foundations in order to give, through the name itself, the feeling of homeliness to so many sick people who had no family and whose relatives so often did not wish to be their family.

(2) Then Institute of Diocesan Law.

(3) "Gaudete ete Exustate" (Pope Francis)

 

El 16 de julio es la fiesta de la Virgen del Carmen, muy celebrada en toda la Iglesia y también en nuestra diócesis, y patrona de las gentes del mar

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

El 16 de julio es la fiesta de la Virgen del Carmen, una de las más populares y hermosas advocaciones marianas. Los orígenes de esta fiesta, como luego detallaremos, datan del siglo XIII y se sitúan en Haifa (Israel), a las orillas del mar Mediterráneo y en la falda del Monte Carmelo. Allí san Simón Stock (1165-1265), un ermitaño británico, recibió de María Santísima el llamado escapulario del Carmen.

La liturgia de la Iglesia, en la oración colecta de la eucaristía de la Virgen del Carmen y del oficio divino de las Horas, nos invita a encomendarnos a la intercesión de la Virgen María, en su advocación del Monte Carmelo, para que nos ayude y “nos haga llegar hasta Cristo monte de salvación". La Virgen del Carmen es la Estrella de Mares, y en Ella hallamos la compañera fiel de todas nuestras travesías humanas y el puerto seguro de nuestro peregrinar hasta Cristo y el Reino.

 

Orígenes etimológicos, geográficos e históricos

 

La denominación Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen o del Monte Carmelo deriva de la palabra hebrea Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como Jardín o Viña de Dios.​

El Monte Carmelo está situado en el actual Estado de Israel. Aparece en libro del profeta Isaías 35,2 como un lugar bello. El profeta Elías vivía en una gruta del Carmelo. En este lugar, el profeta Elías demostró el poder del Señor frente a los sacerdotes del dios pagano Baal. ​

La veneración remonta al grupo de ermitaños que, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo. Estos devotos, hacia el 1200, formaron la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas). ​

Según la tradición carmelita, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le había aparecido, a san Simón Stock, superior general de la Orden, entregándole el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita, prometiendo librar del castigo eterno a los que lo llevasen. ​ El escapulario recibió reconocimiento papal en 1587 y ha sido respaldado por los pontífices posteriores. ​

La veneración de esta advocación mariana ha sido difundida en el mundo por la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, llamados carmelitas, tanto los de la Antigua Observancia o Calzados como los de la reforma teresiana o Descalzos y sus correspondientes femeninos.

El Monte Carmelo se encuentra entre el mar Mediterráneo y el valle de Jezreel. En las peregrinaciones a Tierra Santa, suele visitarse el Monte Carmelo.

La Virgen del Carmen también es llamada, como ya se indicó, Estrella del Mar (en latín Stella Maris) y es patrona de los marineros, como ahora veremos.

 

Virgen del Carmen en San Pedro de Sigüenza, la talla del retablo y la imagen procesional

 

Patrona de mar y de sus gentes y otros patronazgos

 

En España, Puerto Rico y Costa Rica es patrona del mar, también es patrona de la Armada Española. Es considerada Reina y Patrona de Chile, de sus Fuerzas Armadas y de los Carabineros; es patrona de la Policía Nacional, del Ejército Nacional, de los marineros y de los conductores en Colombia; en Bolivia es la Patrona de la Nación y de sus Fuerzas Armadas; en el Perú es patrona del criollismo y Alcaldesa Perpetua de la Ciudad de Lima y en Venezuela es patrona del Ejército y los conductores. Además, fue patrona del Ejército de los Andes que, liderado por el general José de San Martín, a comienzos del siglo XIX, gestó la independencia de Argentina, Chile y Perú. ​

Es la también la patrona de las gentes del mar en la Iglesia católica y en algunas otras Iglesia cristianas.  Por ejemplo, he aquí dos mensajes en Twitter del Papa Francisco, dedicados al tema: “En este #DomingodelMar encomendamos a María, Estrella del Mar, a los marineros, a los pescadores y a sus familias; incluso durante la cuarentena, ellos han seguido trabajando con sacrificio para abastecernos de lo que necesitamos” (12-7-2020) y “Encomiendo a los marineros, a los pescadores y a cuantos se encuentran lejos de casa, a la protección maternal de María, Estrella del mar. (9-7-2017). En su mensaje en esta red social, escribió asimismo el 16 de julio de 2017: “Hoy, fiesta de la #VirgendelCarmen, contemplamos a Nuestra Señora junto a la Cruz de Cristo. Ese es también el lugar de la Iglesia: al lado de Cristo”.

Y todos los años, con ocasión de la fiesta de la Virgen del Carmen, la Santa Sede y algunas conferencias episcopales escriben cartas y mensajes a las gentes del mar.

Esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman Carmen, Carmela o Carmelo, y que celebran su onomástica en la festividad de Nuestra Señora del Carmen, el 16 de julio.

 

Expansión del culto a la Virgen del Carmen

 

La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa, entre ellos a España y desde éste a numerosos países de América, destacando entre ellos Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, México, Panamá, Perú, Puerto Rico y Venezuela.

España es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación. Y es que en el capítulo general de Londres (1254) de los carmelitas, se dio la orden de fundar en España y como consecuencia, hacia 1270, se llevaron a cabo las primeras fundaciones en algunas de las más importantes ciudades de la Corona de Aragón. Su iniciativa fue impulsada por monarcas como Jaime I (1213-1276) y su nieto Jaime II. En la Corona de Castilla, la primera fundación fue en Valladolid, en el convento de San Pablo de la Moraleja (1315).13 Su propagación fue rápida por toda la península ibérica, llegando a Sevilla en 1358, ciudad desde la que se impulsó la creación de la destacada Provincia Bética Carmelitana, en 1499.

En esta época, empezaron a surgir las primeras comunidades femeninas de religiosas carmelitas en todo el territorio. Santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, durante la segunda mitad el siglo XVI, introdujeron profundas reformas en el seno de la Orden dando origen a la Orden del Carmelo Descalzo una nueva congregación más austera que se separa de la orden matriz, la cual pasó a llamarse "Carmelitas Calzados" o de la "Antigua Observancia".

Es patrona de los marineros, lo que incluye a los pescadores. El 19 de abril de 1901 la regente María Cristina de Habsburgo y el ministro de Marina, Cristóbal Colón de la Cerda, duque de Veragua, refrendaron con sus firmas la Real Orden por la cual se proclamó a la Santísima Virgen del Carmen patrona de la Armada Española.

 

Fiestas de la Virgen del Carmen en la España costera e interior

 

Prácticamente todos los pueblos y ciudades de la costa española rinden culto religioso a la Virgen del Carmen, organizándose procesiones y vistosas romerías marítimas portando su imagen cada 16 de julio. Destacan las celebraciones de Almería, Roquetas de Mar (Almería), Adra (Almería), Almuñécar (Granada) ,Conil de la Frontera (Cádiz), Garrucha (Almería), Águilas (Murcia), Algeciras (Cádiz), La Alfoquía (Almería), Arminza (Vizcaya), Amorebieta-Echano (Vizcaya), Barbate (Cádiz), (Isla Mayor (Sevilla), Cádiz, Camariñas (La Coruña), Cariño (La Coruña), Cee (La Coruña), Chiclana de la Frontera (Cádiz), Corralejo (Las Palmas de Gran Canaria), Corcubión (La Coruña), El Grove (Pontevedra), El Perelló-Sueca (Valencia), El Puerto de Santa María (Cádiz), Estepona (Málaga), Isla Cristina (Huelva), Rincón de la Victoria (Málaga), La Cala del Moral (Rincón de la Victoria, Málaga), La Isleta -Las Palmas de Gran Canaria, La Línea de la Concepción (Cádiz), La Orotava (Santa Cruz de Tenerife), Los Realejos (Santa Cruz de Tenerife), Los Urrutias (Murcia), Málaga, Marbella (Málaga), Marín (Pontevedra), Mazagón-Palos de la Frontera (Huelva),  Puente Mayorga-San Roque (Cádiz), Puerto de la Cruz (Santa Cruz de Tenerife), Punta del Hidalgo (Santa Cruz de Tenerife), Puerto del Son (La Coruña), Punta Umbría (Huelva), Revilla de Camargo-Camargo (Cantabria), Rota (Cádiz), Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), San Fernando (Cádiz), San Pedro del Pinatar (Murcia), Suances (Cantabria), Santander (Cantabria), Santurce (Vizcaya), Santa Cruz de Tenerife (Santa Cruz de Tenerife), Torrevieja (Alicante), Santa Pola (Alicante), Vigo,​ Zahara de los Atunes (Cádiz).

También es significativo el enraizamiento de esta advocación en determinadas localidades del interior de la península ibérica, y por tanto no vinculadas con el mar, pero consagradas históricamente a la Virgen del Carmen, como es el caso de Almodóvar del Campo (Ciudad Real), Asturianos (Zamora), Fontarón (Lugo), Villarrodrigo de Ordás (León), Baeza (Jaén), Beniaján (Murcia), Cáceres, Ciruelos de Cervera (Burgos), Córdoba, Cox (Alicante), Cuevas de San Marcos (Málaga), Dúrcal (Granada), Guadix (Granada), Hinojosa del Duque (Córdoba), Jerez de la Frontera (Cádiz), La Cistérniga (Valladolid), Las Fraguas (Cantabria), Navianos de Valverde (Zamora), Peleas de Abajo (Zamora), Peñausende (Zamora), Rute (Córdoba), San Fulgencio (Alicante), San Pablo de la Moraleja (Valladolid), Samboal (Segovia) y Setenil de las Bodegas (Cádiz), entre otras.

 

En Sigüenza-Guadalajara

 

Asimismo, la Virgen del Carmen es muy celebrada en nuestra diócesis. La Virgen del Carmen se celebra también fervor y especiales cultos en Sigüenza (con talla, primero en el antiguo monasterio de San Jerónimo, en 1728, y después en la parroquia de San Pedro, desde 1766 y un año después ya con cofradía).

Otros lugares de especial festividad en honor de la Virgen del Carmen son Renales (ya en 1604 se formalizó en la parroquia de Renales la primera cofradía, en el territorio del histórico obispado de Sigüenza, en honor de la Virgen del Carmen y con ermita, la antigua parroquia, en un cerro en la entrada del pueblo, por lo que también fue llamada Virgen del Cerrillo);  Pastrana, junto con santa Teresa de Jesús, patrona principal de la villa ducal;  Algora (con cofradía también muy antigua: 1767 e imagen de un año antes), Tordellego, así como de Bolarque, y Pareja (en  estos dos casos, otros años, con procesión por el lago del mismo nombre y en el pantano de Entrepeñas, respectivamente),  también en Almonacid de Zorita,  y en otras localidades de la diócesis, como Alovera, aunque se celebración festiva y popular se hace coincidir con el día 8 de septiembre, festividad de la Natividad de Nuestra Señora.

 

Celebraciones especiales en Molina y en las Carmelitas

 

Con todo, bueno será recordar que la población diocesana donde la fiesta es quizás mayor es Molina de Aragón, con su Salve de la medianoche del 15 al 16 de julio, su misa solemne del día de la fiesta y posterior procesión por la correspondiente cofradía militar, fundada en 1740 y con ermita previa, desde 1728. Debido a las obras de rehabilitación integral del principal templo parroquial molinés, Santa María la Mayor de San Gil, los cultos centrales a la Virgen del Carmen tiene por epicentro la iglesia de San Francisco, también muy amplia.

La Virgen del Carmen concita también el fervor en Guadalajara en su céntrica iglesia y en el convento de las Carmelitas Descalzas de San José, al igual que en el Carmelo Descalzo de Nuestra Señora de las Vírgenes de Iriépal. En las Carmelitas de Guadalajara, el novenario ha sido a las 19:30 horas, incluido rosario y misa, con la predicación de Ramón Molina, director del Colegio Diocesano Cardenal Cisneros y vicario parroquial de la concatedral. En Iriépal, el capellán, Fernando Serrano, oficia los cultos.

En estos conventos carmelitanos, hay oportunidad de recibir la imposición del santo escapulario durante los días de la novena.  Y, desde el mediodía del día 15 y durante todo el día 16 de julio, se gana la indulgencia plenaria visitando una iglesia de carmelitas, con las debidas prescripciones que pide la Iglesia: confesar, comulgar y rezar por las intenciones del Papa.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 15 de julio de 2022

Rafael C. García Serrano

(Conferencias de San Vicente de Paúl de Guadalajara)

 

 

 

 

¡Resucitó!

Y ese es el destino al que nos lleva,

el que le trajo a hacerse Hombre:

¡cuanta entrega, cuanto amor,

con su corona de espinas,

con su cruz y su dolor!

Solo Él puede explicarlo

porque no alcanza a la razón

ese inmenso sacrificio

escrito con letras de sangre

y palabras de perdón.

¡Que absoluta, que inmensa entrega de amor

la que a sí mismo se impuso

por los hombres a los que dio su vida

por ganar su salvación!

 

 

Invitación lírica a visitar la catedral de Sigüenza, en las vísperas inmediatas de una nueva y magna exposición en su seno y de la renovación de su iluminación exterior

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras la catedral de Sigüenza se apresta a dos grandes acontecimientos (la exposición ATEMPORA 2022, desde la tarde del viernes 22 de julio; y la inauguración de su nueva iluminación ornamental exterior, también en fecha muy próxima, todavía por concretar), esta página de hoy de NUEVA ALCARRIA ofrece diecisiete hermosísimos poemas sobre la seo seguntina.

 

 

 

Seis miradas panorámicas a la catedral

 

“Toda oliveña y rosa –como te dijo Ortega-,

rodeada de un aire que gira entre la niebla,

bajo la fina gasa del agua que resbala,

parece que amorosa alcances la aurora.

 

El románico escucha en tus piedras inmóviles

-doradas como bueyes, arrastradas por los siglos-

el mensaje amarillo de tu Doncel soñado,

que se escapa volando en la luz de la lluvia.

 

Hay un silencio clásico de lectura latina

y un olor perdidizo en la tierra mojada.

La luz se paraba en una luz violeta,

 

eternamente triste como un piano cerrado.

De pronto, ¡sí, de pronto!, en coro de alborada,

cruza una chica joven pregonando naranjas”

(Alfredo Juderías)

 

 

“Catedral de Sigüenza,

hermosa y clara como una urna de luz,

como un espacio luminoso y fijo,

como un vuelo de piedras musicales,

como una cúspide,

donde el amor se pone de rodillas.

 

Catedral de Sigüenza,

atril abierto al salmo de la vida,

equilibrio del aire, espejo donde

se miran cada noche las estrellas

y afirmaciones de todas las hipótesis.

 

Catedral de Sigüenza,

en que se viene haciendo

memoria nuestro olvido…

 

¡Y tantas cosas más!

¡Tantas cosas!”.

(Francisco Vaquerizo Moreno)

 

 

“Catedral, viva plegaria,

que se levante hasta el cielo

para llevar el anhelo

de una tierra extraordinaria.

La silueta milenaria

de tus altivos bastiones

enciende en los corazones

la llama del misticismo,

como la encendió en mí mismo

en diversas ocasiones.

 

Catedral, piedra tallada,

por la gubia y el cincel,

catedral raudo corcel

de piedra santificada.

Catedral ensimismada

como un castillo hecho flor.

Catedral que es el fulgor

naranja del sol poniente.,

inclina tu pétrea frente

adorando al Creador.

 

Catedral, verso hecho roca,

almenas de amanecer,

toda tu razón de ser

por el cielo se desboca.

Y esa Sigüenza que invoca

la oración de sus campanas,

con sus oraciones humanas,

uno su clamor al tuyo

para ofrecerte el orgullo

de tus piedras castellanas.

 

Catedral, me maravilla

todo tu porte severo,

me encanta el Doncel guerrero,

lector de blanca capilla.

La luz pasa sin mancilla

por tu linterna grandiosa,

y se esparce luminosa

llenando con presencia

toda la magnificencia

que dentro de ti rebosa.

 

Catedral, piedra bravía,

levantada en oración,

fortaleza de ilusión,

plegaria de poesía.

Catedral, catedral mía,

prodigio de austeridad;

eres desnuda beldad

que al cielo tus torres subes

para buscar tras las nubes

la luz de la eternidad”.

(Jesús García Perdices)

 

 

“De tus piedras, desnuda sillería,

eleva al cielo su muñón cortado,

y se estremece el silbido prolongado

del viento, la truncada geometría.

 

Si, materia, tenaz te deshacía

la metralla o el plomo despiadado,

de eternidad el sueño ambicionado

en los retos altares renacía.

 

Y en labrado alabastro, ajeno, ausente,

al dolor circundante –escombros, ruinas,

que hacen su inmunidad milagro vivo-.

 

Contempla Vázquez de Arce, adolescente

guerrero, un libro. En él, sus ambarinas

manos prenden al tiempo fugitivo”.

(José María Alonso Gamo)

 

 

“¡Cómo se crece al aire de Castilla

y cómo marca su total destino.

La contemplo guerrera, la adivino

devoción medieval que se encastilla.

 

El rojo sol la pone en la mejilla

un rubor de crepúsculo. Camino

por las silentes naves y termino

doblando en los altares la rodilla.

 

Ya no eres militar, por fuera, acaso,

pero al instante mismo del ocaso

abandonas tu bélica rudeza.

 

Acabas por ser cruz, bóveda y templo,

casa de Dios y por Sigüenza ejemplo

de la piedra que humilla su grandeza”

(Rafael Fernández Pombo)

 

 

“Yergues, sólida y fuerte, tu figura,

templo con almenadas intenciones,

castillo bautizado en oraciones,

que ganar cielo y tierra se asegura.

 

Un obispo guerrero, en su andadura

medieval, tuvo tiempo y ocasiones

para trazar-mandoble y bendiciones-

la pesadumbre de tu arquitectura.

 

Lanza y cruz. No se sabe exactamente

donde acaba el amor y empieza

la belicosidad en ti presente.

 

Y por eso el Doncel que vela y reza

tiene, en su gesto parco e indolente,

cruz en el pecho, casco en la cabeza”.

(Antonio Fernández Galiano)

 

 

Tres poemas dedicados al 850 aniversario de la Catedral

 

“Como Casa de Dios, Puerta del cielo,

haces los ochocientos cincuenta años

siendo orgullo de propios y de extraños

por tu grandiosidad sin paralelo.

 

En tu glorioso y permanente vuelo

por los antaños y por los hogaños

no te han faltado nunca los redaños

cuando algo te ha venido a contrapelo.

 

Eres la solidez de la certeza,

la alta culminación de lo inaudito

el supremo ejemplar de la belleza.

 

Eres el tiempo mismo, en piedra escrito,

la fe, la luz, el arte, la firmeza:

¡la eterna brevedad de lo infinito!”.

(Francisco Vaquerizo Moreno)

 

 

“Nunca una fortaleza fue más bella.

Nunca fue una atalaya más sagrada.

Nunca fue una plegaria más guerrera.

Nunca más cerca el bronce y el acero,

cuerpo a cuerpo, la espada y la campana.

Blanco coro de rostros atrapados

salmodiando los ecos del silencio

mientras se incendian sus miradas ciegas

en colores de un sol hecho pedazos:

caleidoscopio, laberinto inquieto

de sombra y luz acariciando el mármol

-la piel sin alma de un eterno sueño-.

En las hojas de un libro sin palabras,

el logro de la fama y de la Gloria

y en los ojos sin tiempo, la esperanza.

Llamas de piedra acuchillando el aire,

amasado de incienso y de ceniza.

Pasar de pasos en las losas frías

y tortura de hierro en filigranas.

En el fondo del pozo, la secreta

memoria de las gentes y las cosas,

de las luchas, los rezos y las lágrimas

donde arraiga su sólida grandeza”.

(María Ángeles Novella Viejo)

 

 

“Joya engastada en la oquedad del suelo;

sonido siempre de campanas vivas;

levitación de muros y cristales;

clamor de salmos y de letanías.

 

Claustro y lluvia al alcance

del pozo del jardín samaritano;

agua que sacia el vegetal sembrado

que tapiza las losas amarillas.

 

Heredad que cosecha

en la despensa del frugal sagrario

el alimento de la eucaristía:

el vino de la vid

y el cuerpo de la espiga.

 

Labranza del florido

realce de los góticos retablos;

tapiz de piedra por el que transita

la savia redentora del árbol de la vida.

Sepulcros visitados

por el cayado pastoril que guía

los prelados pastores al encuentro

de la oveja perdida.

 

Vitrales que enaltecen

los mármoles humanos,

la luz de sus pupilas.

Los ojos del Doncel ensimismado.

Miradas de cabezas sucesivas.

 

El humo del incienso

y el fuego de las lámparas votivas

agitan los pilares que sustentan

las bóvedas uncidas.

 

Santuario del verbo.

Tribuna de la cátedra latina.

La «Fortis Seguntina»

refugiada en el tiempo”.

(José Antonio Suárez de Puga)

 

 

Ocho sonetos al Doncel

 

“Volviendo en una oscura madrugada

por la vereda inerte, del otero,

vi la sombra de un joven caballero

junto al azarbe helado reclinada.

 

Una mano tenía ensangrentada

y al aire la melena, sin sombrero

¡Cuánta fatiga en el semblante fiero,

duro y quebrado como el de su espada!

 

– Tan doliente, tan solo y mal herido.

¿adónde vas en esta noche llena

de carlancos, de viento y de gemido?

 

Yo vengo por tu sombra requerido,

doncel de la romántica melena,

de voz sin timbre y corazón transido”.

(Rafael Alberti)

 

 

“¡Oh, Doncel de Sigüenza, marinero

de soledades en la piedra escritas!:

dime qué gozo en tu pensar habitas

con el tiempo a tus flancos prisionero.

 

¡Desdeñaste quizás el claro acero

por la lección de gestas infinitas

y el sosiego gentil en que militas

fue quien te armó para siempre caballero!

 

¡Ay, quién pudiera como tú a la muerte,

bajo dosel de místicos arcanos,

dar el reposo a la luz despierta!

 

Y en el silencio fragante de colmena,

esperar con un libro entre las manos…

¡y en torno de él, eternidad serena”.

(Lope Mateo)

 

 

“¡Martín Vázquez de Arce! Fuiste un día

la más firme promesa de guerrero;

eres yacente, el imperecedero

dilema que mantiene su porfía.

 

Fuiste en liza prodigio de osadía,

fuiste herido, varón de cuerpo entero.

¿Los libros? La evasión del caballero

para aunar heroísmo y fantasía.

 

Y en la piedra reposas, solo, ausente,

cual reclinado al borde de un camino,

y al lado, pronta la cabalgadura.

 

Tú, la más firme lanza, el más valiente

y arrojado varón, que hizo el destino,

capitán y poeta de ventura”.

(José María Alonso Gamo)

 

 

“Está el Doncel tendido de tal suerte

que no evoca la muerte y sí el reposo,

perdida la mirada en el hermoso

paisaje de Sigüenza noble y fuerte.

 

La catedral parece que lo advierte,

se hace nido de piedra silencioso

y le ofrece al Doncel el prodigioso

abierto libro de la propia muerte.

 

¡Cuántas cosas, Sigüenza! ¡Cuánta historia

en las murallas cada tarde esparce

el viento que enamora tus esquinas!

 

Déjame que me lleve en la memoria

al Doncel, don Martín Vázquez de Arce,

muerto en flor por las vegas granadinas”.

(Rafael Fernández Pombo)

 

 

“Nadie tan elocuente y tan callado,

tan perezoso nadie y tan activo,

y, ora por libre u ora por cautivo,

nadie como él de ocioso y de ocupado.

 

Nadie tan incansable y tan dejado,

tan complaciente nadie y tan esquivo,

y, ora por manso u ora por altivo,

nadie como él de afín y de alejado.

 

Nadie como él de incierto y de rotundo,

que raye tan a ras y a tanta altura,

y sea, de tan claro, tan rotundo.

 

Y es que nadie jamás en escultura

fue capaz ya de hacer en todo el mundo

más sublime y excelsa criatura”

(Francisco Vaquerizo Moreno)

 

 

“Labrada en alabastro su figura,

Mostrada bajo gótico templete,

contémplase al Doncel como cadete,

recostado en su propia sepultura.

 

De capa santiaguista y de armadura,

cubierta la cabeza de un bonete,

descuelga al ceñidero un puñalete,

y medita de un libro la lectura.

 

Fuiste guerrero fiel y combatiste

al moro de la vega granadina.

Luchaste con valor. Allí caíste.

 

Y la Travesaña seguntina

a la Plaza Mayor aún persiste

la voz de su leyenda en cada esquina”.

(Enrique Gallego Gredilla)

 

 

“¡Qué lluvia de luceros asombrados!

¡Qué baño de soturnas humedades!

¡Qué balbuceo de locuacidades

y que silencio de significados!

 

Martín Vázquez de Arce, y enterrados,

nadando en jugos de musgosidades,

sus ascendencias y fraternidades,

sus amigos, sus perros, sus criados.

 

Denuncia fama ilustre una cartela;

en años veinticinco, nos revela,

calló sobre la vega de Granada.

 

Su corazón, de batallar herido,

dejó de palpitar y en este nido

haber quiso la luz de su mirada!

(José Antonio Suárez de Puga)

 

 

“En la calma sin fin de tu mirada,

la esperanza en la luz de otra mañana,

el amor por la tierra castellana,

el dolor de la Vega de Granada.

 

En tus manos, la fuerza de la espada,

una huella humanista y cortesana,

el misterio de un libro…, tu lejana

meditación profunda y confiada.

 

A la orilla de del tiempo y de la historia,

tu sonrisa enigmática y secreta,

tu dulzura viril y tu leyenda.

 

que el león de la vida y de la gloria

y el pajecillo de la humilde pena

goza que el sabio indague y no comprenda”.

(María Ángeles Novella Viejo)

 

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 8 de julio de 2022

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