Por Comunidad de la Madre de Dios

(Monasterio de Buenafuente del Sistal)

 

 

 

Estimados amigos en Jesucristo, con la llegada del fresco del otoño queremos dar una mirada retrospectiva al verano y bendecir al Señor con todos vosotros.  Desde junio hasta el domingo pasado, hemos estado ocupadas en la atención a los huéspedes que nos han visitado. Tanto nosotras, como en La Acogida y con la colaboración impagable de los voluntarios, tal como muestra el dibujo, de unos amigos, con el que ilustramos este comentario. Ha sido un verano tranquilo, nunca el Señor nos da nada por encima de nuestras fuerzas.

Todas las actividades programadas a lo largo del verano han sido una buena oportunidad de acercamiento a la sociedad actual. Tanto quienes nos conocían de otros años, como los que han acudido por primera vez, nos han hecho participes de sus sufrimientos y alegrías. Y así nos han mostrado una fotografía reciente del mundo en que vivimos. “Porque nuestra vocación no es un refugio; es precisamente ir al campo de batalla, es lucha, es llamar al corazón del Señor en favor de la humanidad. Es como Moisés, que mantenía las manos elevadas, rezando, mientras que el pueblo combatía” (cf. Papa Francisco a los consagrados de Roma 16/V/2015).  Escuchar al santo Padre estas palabras nos confirma que caminamos en comunión con la Iglesia, y esto es una bendición.

Todo cuanto recibimos del Señor, cada día, es de incalculable valor, así ha sido este verano. Sin embargo, de todos los regalos, queremos resaltar dos: Los Ejercicios Espirituales para sacerdotes, dirigidos por el obispo de nuestra Diócesis, D. Atilano; por la posibilidad de escuchar cada día su predicación y compartir la oración. Y el segundo regalo de este verano que resaltamos es la jornada del Día de la Amistad. Sentirnos acompañadas,  queridas y ayudadas por todos vosotros, de igual modo por quienes asististeis, como por los que nos acompañasteis con vuestra oración, nos lleva a cantar con el profeta Daniel “A ti gloria y alabanza por los siglos” (Dn 3, 52-57). Es indudable que el Señor nos cuida como a las niñas de sus ojos (cf. Sal 17, 8).

Este año, Vº Centenario del nacimiento de Sta. Teresa de Jesús, la tradicional ofrenda musical iniciada por nuestro amigo Narciso, nos ha llegado de la mano de la asociación Symbolum con el auto-sacramental: Aquesta Divina Unión. Una mirada en siete escenas para comprender a la santa de Ávila. Los artistas, feligreses de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima de Albacete, se han reunido impulsados por la misión de evangelizar: “Ad Fidem Per Artem”, a la fe por el arte; y bien que lo consiguen. Para nosotras fue una tarde de oración e intimidad con el Señor,  acompañada de música, canto y bellas escenas. Una obra que nos ha entusiasmado y con gozo hemos renovado nuestra consagración y entrega al Señor.

GRANITOS DE MOSTAZA

 

Álvaro Ruiz Langa

(Delegado diocesano de MCS)

 

 

Octubre es el mes ocho por etimología. Así lo nombraron los romanos. La reforma gregoriana del calendario lo pasó a la décima página del año, como todo el mundo sabe. La relación que guarda este mes con el número ocho ofrece sugerencias aprovechables al echarle una ojeada a la agenda. Sobre todo, cuando se le ve como tiempo de madurez y como hora venturosa. (En los antiguos baptisterios se repetía la forma octogonal; el octavo día recordaba la Resurrección). Cabe, pues, recolectar ocho prendas de este mes de octubre en curso.      

Mes del rosario. La piedad popular alienta esta devoción mariana que aúna tres resortes religiosos. Por una parte, se repasan los grandes momentos salutíferos de Cristo. Por otra, se engarzan loas y alabanzas a su madre María, la madre universal. Y en tercer lugar, se ruega a Dios Padre por tantos hechos y necesidades.

Sínodo de la Familia. Para la familia eclesial es, sin duda, el acontecimiento más destacado, del que más se espera y al que se desea de madurez y de ventura. Sus propias medidas hablan: octubre de 2014 más octubre de 2015. Y también lo indican comentarios, preocupaciones y hasta temores. Queda tiempo para seguir encomendando al Padre sus trabajos; para rogar ricos frutos. 

Memoria 2014 de Cáritas Española. Con presidencia de don Atilano, el obispo consiliario, se presentó el día 6. Tres notas: en 2014 no ha crecido la demanda de parte de personas necesitadas; sí ha aumentado, un 2 %, el número de voluntarios: casi 82.000; se ofrecen a la sociedad diez propuestas realistas ante las elecciones. 

Santa Teresa de Jesús. Octubre también es el mes de la Santa de Ávila. Por encima del centenario que ya se cierra. La herencia del Año Jubilar queda como fruto y permanece activa en los corazones. Y siguen encendidos los palomarcicos de Iriépal y Guadalajara. Y Pastrana prorroga llamadas.

XXIII Encuentro del Pueblo de Dios. En el marco diocesano ha sido el hecho más relevante. La concurrencia, los contenidos y el ambiente transmitían buenas vibraciones. Si el entusiasmo de una jornada se conserva como brasa que caldea el resto de los días, el Pueblo de Dios alentará.

Aperturas, lanzamientos y envíos. A lo largo del mes se van marcando jalones en diversas áreas y sendas pastorales: catequistas, profesores de Religión, escuelas de formación, grupos de lectura de la Biblia, mesa de migraciones, animación en colegios diocesanos, pastoral obrera… Son hitos, puntos de referencia, más que chupinazos. 

Misiones, Infancia y Juventud. El DOMUND es un distintivo tradicional de octubre. Y extiende la campaña misionera más allá del tercer domingo, incluida la vigilia de la luz misionera. Además, el viernes 3º comienza la Escuela de Animación Misionera. Por su parte, el dinamismo de Infancia y Juventud monta un inicio de curso de lo más activos: dos “Venid y Veréis”, ejercicios espirituales paja jóvenes, convivencia de adolescentes, cine espiritual… 

Cumpleaños de los obispos diocesanos. Por esos acasos, coincidencias o casualidades, en octubre cumplen años los dos obispos. Con seis fechas de diferencia: don Atilano llega a los 69 el domingo 25, mientras que don José alcanza los 80 el día 30. Que Dios les bendiga para bien de todo el Pueblo de Dios.

 

Por Alfonso Olmos

(director de la Oficina de Información)

 

 

El pueblo polaco ha sido castigado históricamente, pero a pesar de esta opresión no ha perdido la fe

 

Acabo de llegar, junto con un grupo de personas de la parroquia de Alovera y de otros lugares de la provincia de Guadalajara, de peregrinar por esa pequeña “Tierra Santa” que es Polonia, la patria de Juan Pablo II. Hemos vuelto impresionados de la fe del pueblo polaco. Polonia es un país herido, que ha puesto a Dios como bálsamo para curar sus cicatrices.

La visita ha sido muy completa puesto que nos hemos podido acercar a diversas realidades del país, a su historia y cultura, a sus tradiciones, a su naturaleza y a su arte, pero sobre todo a su vivencia espiritual de la fe católica. Han sido muchos los lugares que nos han acercado a las raíces de un pueblo disputado, atacado, disgregado, humillado y casi exterminado, a lo largo de los siglos. Pero Polonia no ha perdido la fe. Polonia aún se sigue poniendo de rodillas sin complejos ante Dios.

 

Un país sufriente

En nuestro itinerario hemos contemplado algunos lugares que son signo de la bajeza humana sin medida. Quizá el exponente más evidente sean los campos de concentración y de exterminio de Auschwitz y Birkenau, los más grandes de la II Guerra Mundial, construidos por los nazis al comienzo de la contienda. Allí murieron, en la cámara de gas, cerca de un millón y medio de personas, en su mayoría judíos, pero también gitanos y católicos. Fue el lugar del martirio de Maximiliano Kolbe y Edith Stein.

Pero también hemos podido ver su capital, Varsovia, totalmente reconstruida tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, que no dejaron de ella más que los cimientos. Tras el fin de la guerra comienza la dura etapa comunista, que tuvo un punto de inflexión con la elección en 1978 de Karol Wojtyla como papa. Juan Pablo II fortaleció la oposición al comunismo en Polonia. En el verano de 1980, las huelgas de los trabajadores polacos llevaron a la fundación por parte de Lech Walesa del sindicato Solidaridad. La creciente presión de Occidente y el malestar continuo, hicieron que los comunistas fueran forzados a negociar con sus oponentes. Los Acuerdos de la Mesa Redonda de 1989 dieron como resultado la participación de Solidaridad en las elecciones de ese mismo año. En 1990, Jaruzelski renunció como presidente de la República de Polonia y fue sucedido por Walesa, que ganó de las elecciones de diciembre de 1990.

Esta historia de opresión ha hecho del pueblo polaco un pueblo agradecido, un pueblo profundamente religioso. El joven guía que nos acompañó en la visita al santuario de Czestochowa, resumió todos estos avatares de la historia de Polonia aseverando que “los nazis mataban por matar y los comunistas quisieron matar el alma”. Quizá haya sido el despotismo experimentado durante tantos años, la causa de esa vivencia profunda de la fe.

A las afueras de Cracovia, en Lagiewniki, está uno de los santuarios más famosos de Polonia, dedicado a la Divina Misericordia, donde se encuentra la tumba de Santa Faustina Kowalska, en el convento donde vivió. Allí, esta religiosa, recibió revelaciones de Jesús, en una de esos encuentros místicos el Señor le dijo: “he amado a Polonia de modo especial y si obedece mi voluntad, la enalteceré en poder y en santidad. De ella saldrá una chispa que preparará el mundo para mi última venida”. Muchos ven en estas palabras un anuncio de lo que sería para la Iglesia y para el mundo la figura de Juan Pablo II.

 

La fe de los jóvenes

Es realmente impresionante ver los domingos las iglesias llenas, especialmente de jóvenes. Impresiona también el recogimiento de esa juventud en las celebraciones. No es de extrañar que Polonia haya sido elegida, de nuevo, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en 2016. En esta ocasión Cracovia, la ciudad donde el papa Wojtyla ejerció su ministerio episcopal durante veinte años, será la sede de este encuentro de jóvenes católicos. Polonia se convertirá así en la segunda nación en albergar dos veces esta Jornada, como ya le sucedió a España tras la JMJ de Madrid. Si los jóvenes del mundo entero toman ejemplo de los polacos, es posible un cambio en nuestra sociedad que necesita volver sus ojos y su corazón a Dios.

Además llama la atención la feliz coincidencia de que en el transcurso del año en el que la Iglesia, por iniciativa del papa Francisco, va a celebrar el Jubileo de la Misericordia, se celebre este acontecimiento en la ciudad que alberga el santuario de Jesús Misericordioso, en el que, el día de la consagración del templo, Juan Pablo II dijo que “es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios. Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre la felicidad”.

La devoción a la Divina Misericordia iniciada en Cracovia gracias a Santa Faustina Kowalska se ha extendido muy rápidamente por todo el mundo. En 1931 Sor Faustina tuvo una visión en la cual Jesús le encargó la tarea de pintar su imagen tal y como ella lo veía en ese momento: con la mano izquierda sobre su corazón, del cual salen dos rayos, y con la mano derecha alzada en señal de bendición. Jesús le indicó que al pie del cuadro debería colocarse la firma: "Jesús, en Ti confío".  Agregándole: "Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero" (Diario, 47).

A la vuelta de esta peregrinación surge espontáneamente el agradecimiento a Polonia porque aún se pone de rodillas, como gesto de entrega sin reservas al que muchos creen que es el fundamento de su liberación. Recientemente el papa, en su mensaje a los jóvenes como preparación a dicha Jornada en Cracovia les ha dicho que “el Señor nos llama a un estilo de vida evangélico de sobriedad, a no dejarnos llevar por la cultura del consumo. Se trata de buscar lo esencial, de aprender a despojarse de tantas cosas superfluas que nos ahogan. Desprendámonos de la codicia del tener, del dinero idolatrado y después derrochado. Pongamos a Jesús en primer lugar. Él nos puede liberar de las idolatrías que nos convierten en esclavos. ¡Fiaros de Dios, queridos jóvenes! Él nos conoce, nos ama y jamás se olvida de nosotros”. Creo que los jóvenes polacos, que el pueblo de Polonia en general, ha entendido perfectamente el mensaje y lo testimonia con alegría y sencillez.

Por Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular)

 

 

A veces corremos el riesgo de hacer pasar desapercibidas ciertas expresiones de nuestra religiosidad popular, por la costumbre y la normalidad. Pero la religiosidad de nuestro pueblo se expresa de manera especial a través de las fiestas que van llenando nuestro calendario. Especial mención merece la fiesta patronal de un pueblo.

En el mes de octubre una fiesta que se realiza en muchos lugares es la fiesta de la Virgen del Rosario.

Una pequeña población que ha celebrado su fiesta, sin salir en los periódicos, es la de Ujados, cercana a Atienza y Miedes.

El primer domingo de octubre, tras celebrar la Eucaristía, en la que se celebra la fe y se ilumina la vida cristiana con los misterios que contemplamos en el Santo Rosario, ha tenido lugar la procesión por las calles de la localidad y se ha procedido a la subasta de productos de la tierra, con el fin de colaborar en el mantenimiento del culto de la Virgen del Rosario y de mantener el templo parroquial.

Ejemplar es la colaboración de todos en el mantenimiento de los templos. La devoción se hace piedra y la fe se convierte en generosidad para la reformas de los templos, como es el caso de esta población en que han acometido las reformas para mantener el templo parroquial con dignidad.

Por Juan José Plaza

(Delegado de Misiones)

 

 

El lema  que va a presidir el DOMUND 2015  es: “Misioneros de la misericordia”. Lema recogido de la Bula “Misericordiae vultus”, en que el papa Francisco convoca a toda la Iglesia a vivir el  Jubileo de la Misericordia en el año 2016.

En el nº 1 de la bula nos dice el papa: “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, «?rico en misericordia?» (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como «?Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad?» (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la «?plenitud del tiempo?» (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona [1] revela la misericordia de Dios”.

Efectivamente, Jesucristo, el enviado del Padre, viene a la tierra para cumplir  una misión, que  es expresión  de la misericordia divina para con el hombre: Redimirnos. Su misión redentora la realiza   Jesús con toda su vida: nos redimió  predicando su evangelio, en el  que descubre al hombre la verdad de sí mismo y le saca  del error y de la tinieblas; nos redimió con sus signos y curaciones, es decir con su actuar samaritano, aliviando el sufrimiento  del hombre. Pero la obra cumbre de la Redención fue su pasión, muerte y resurrección.

Cuando el Señor elige, antes a sus apóstoles y luego a los  misioneros, y  los envía  a predicar el evangelio, los está haciendo MISIONEROS DE LA MISERICORDIA, porque han de  continuar su misión, una misión  que les identifica  con él; con su  rostro, que es el rostro misericodioso del Padre.

A lo largo de la historia, no cabe duda de que los hombres han descubierto y siguen descubriendo el  rostro de la Misericordia de Dios en los misioneros, porque no hacen sino seguir la misión de Cristo:1/ Predican  el evangelio, que contiene la salvación y la verdad para el hombre, hoy como nunca enfermo de mentira;  2/ Continúan su acción samaritana: dar de comer al hambriento, vestir  al desnudo,  sanar al enfermo, enseñar al que no sabe…3/ Y también se identifican  con Cristo,  dando  su vida por los hombres, como vimos con motivo del ebola, o entregan  su  vida en el martirio por la implantación del Reino de Dios en el mundo.

Al celebrar todos los años  el DOMUND (el Domingo mundial de las misiones), estamos recordando,   de manera especial, a los MISIONEROS,  que Cristo llama a continuar su misión ad gentes.

Ayudémosles con nuestra oración y con nuestra colaboración económica, para que puedan seguir mostrando el Rostro misericordioso de Dios a todos los hombres, que no es otro que el de Jesucristo. Haciendo esto,  ejercitaremos las obras de misericordia y seremos nosotros mismos “Misioneros de la Misericordia”.

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