Por Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular, Cofrafías y Hermandandes)

 

 

"/La fe siempre ha estado siempre vinculada al arte. En las múltiples formas artísticas se ha expresado los misterios de la fe cristiana. La pintura, la escultura, la arquitectura, la orfebrería, los bordados, la música,…. han servido para expresar el contenido de la fe, sirviéndose de estas expresiones del ingenio humano. En este sentido la Iglesia siempre ha sido una gran mecenas de la artes.

En museos, iglesias y catedrales y santuarios se encuentran bellos exponentes de la piedad popular llevada a una dimensión artística.

La misma piedad del pueblo ha contribuido a enriquecer este rico patrimonio.

La Iglesia siempre ha defendido el empleo litúrgico de las imágenes de Cristo, de la Virgen y de los Santos, siendo consciente que “los honores tributados a las imágenes se dirige a las personas representadas”, por lo que se pide que respondan con rigor a la verdad de la fe, a su jerarquía, a belleza y calidad.

Son numerosas las exposiciones que tienen lugar en los templos se ha convertido en un medio evangelizador de primer orden. Se muestra la fe por la vía de la belleza, un idioma reconocible por todos. De ahí el cuidado de los responsables para que este rico patrimonio sea custodiado, conservado, restaurado y expuesto.

En este sentido las exposiciones Las Edades del Hombre, que comenzaron en Castilla y León en 1988, tienen una gran importancia.

Por ello, esta Delegación ha organizado para miembros de cofradías y hermandades, abierto al público en general, una excursión los días 22 y 23 de octubre. Se visitarán además de la ciudad de Plasencia, en donde tiene lugar la muestra este año, las de Cáceres y Trujillo.

 

Hoy, viernes 7 de octubre, es la Virgen del Rosario, fiesta de cuya institución pontificia se cumple 451 años, aunque el rezo del Rosario data, al menos, del siglo VII

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

(1) ¿Qué es el Rosario?: es la oración dedicada a la Virgen María más popular y más caracterizado. Es una inequívoca muestra de amor a María, recitando hasta 50 veces la plegaria del “Ave, María”, de inspiración evangélica.

(2) ¿Qué significa rezar el Rosario?: rezar el Rosario es recorrer con la plegaria y el corazón de María los misterios salvadores de la vida de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. Rezar el Rosario es una sencilla y preciosa oración, especialmente recomendada para pedir por las familias, para impetrar el don de la paz, paz ahora vulnerada en Ucrania y en otros tantos países, y por la misión evangelizadora de la Iglesia.

(3) ¿Cuál es origen del Rosario?: el primer precedente documentado que encontramos del rezo del Rosario data ya del siglo VII. El "Dios te salve, María" ya se encontraba en el Misal Romano desde el año 650, como oración o antífona en la Misa del Cuarto Domingo de Adviento.

Desde el siglo XII, ya el rezo del "Dios te salve, María" es muy frecuente en varios países y muchas personas que no pueden rezar los 150 salmos (o sea, el Salterio) tratan de reemplazarlos diciendo 150 veces esta oración mariana.

Por ello, como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, del año 1992, en el número 2678, “la piedad medieval de occidente desarrolló la práctica del rosario en sustitución popular de la Liturgia de las Horas”.

Antiguamente se le llamaba "Salterio de la Virgen María" porque con su rezo reemplazaban las personas sencillas que no sabían leer o que no tenían libros, el rezo del salterio, o sea, los 150 salmos de la Biblia que los religiosos tenían que rezar cada semana.

 

Virgen del Rosario popular de San Vicente

 

(4) ¿Por qué pasó a llamarse Rosario a esta oración mariana y cuál es su significado espiritual, metafórico?: Por la forma en que llevaban las cuentas de las “Ave, María”. Para poder llevar mejor la cuenta de las oraciones, hacían nudos en una cuerda o ensartaban en ella pequeñas pepitas. Y esta forma asemejaba a un roma de rosa, a un rosal. De ahí, viene la palabra y el concepto Rosario, que significa, pues, ramo de ofrendas ofrecido a María.

La rosa ha sido siempre un regalo muy estimado para ofrecer especialmente a las mujeres, y la Iglesia ha creído que a nuestra madre del cielo le ofrecemos una verdadera “colección de rosas espirituales” muy agradables para ella, al rezarle 50 veces el Ave María, la oración que el arcángel Gabriel, santa Isabel en la Visitación y la Iglesia católica antigua, compusieron en su honor.

(5) ¿Cuál es la descripción física y simbólica del Rosario?: El Rosario se compone de cincuenta y nueve pepitas o cuentas repartidas así: cinco grupos de diez cuentas cada uno para ir contando las 10 Avemarías de cada misterio y entre una decena y otra una cuenta para rezar el Padre Nuestro que va al principio de cada Misterio; finalmente 5 cuentas al principio desde el crucifijo hasta donde empiezan las decenas. Estas cuentas son en honor de las cinco llagas de Cristo, o de los cinco misterios que se van a meditar.

(6) ¿Cuándo comienza la difusión y ordenación más sistemática del Rosario?: Se suele considerar a santo Domingo de Guzmán, religioso burgalés natural de Caleruega, fundador de la Orden de Predicaciones en el siglo XIII, como el compilador y divulgador del rezo del santo Rosario, en torno a 1205-1208, como expresión de su amor a la Virgen María y por inspiración de Ella.

(7) ¿Cuál es la primera representación artística que tenemos del rezo del Rosario?: Del final del Medievo data la representación más antigua de esta adoración: en un tríptico del siglo XV aparece la Virgen con el niño, que tiene en sus manos un Rosario. Algunos Ángeles coronan de rosas a la Virgen mientras santo Domingo de Guzmán y san Pedro Mártir sostienen su manto protector sobre los fieles. Esta representación se encuentra en la catedral de Colonia (Alemania).

(8) ¿Cuándo se institucionaliza y uniformiza en toda la Iglesia el rezo del Rosario?: En el año 1569, el Papa Pío V, fraile dominico, prescribe y recomienda a todo el mundo el Rosario tal cual como se reza hoy: con sus Padrenuestros, Avemarías y Gloria. En ese mismo año de 1569, el Papa Pío V, con una carta o encíclica dirigida a todos los cristianos del mundo, recomienda rezar el Rosario de la manera como se reza ahora. Con esto quedaba consagrada esta devoción como algo muy propio de los buenos católicos.

(9) ¿Cuándo y por qué se instituyó la fiesta del Rosario, situándola en el día 7 de octubre?: el Papa san Pío V, también en 1569, encomendó a la cristiandad el rezo del Rosario para favorecer la victoria del cristianismo que estaba en guerra, en el mar Mediterráneo, con las tropas musulmanas del Imperio Otomano. En lid estaba el expansionismo otomano en Europa, con la consiguiente hostilidad hacia la misma fe católica.

La batalla final de esta contiende se libró en el Golfo de Lepanto (Grecia) y vencieron las huestes cristianas. Fue el 7 de octubre de 1571. Y una vez lograda la victoria, el Papa san Pío V instituyó la fiesta de la Virgen del Rosario en la misma fecha, 7 de octubre, denominándola también Nuestra Señora de las Victorias y añadiendo en las letanías lauretanas del Rosario le el título, la invocación y letanía de Auxilio de los Cristianos referido a María.

El siguiente Papa, Gregorio XIII, en 1573, confirió a la fiesta mariana del 7 de octubre el único título de Nuestra Señora del Rosario. 

(10) ¿Desde cuándo octubre es el mes del Rosario?: Aunque desde san Pío V, los siguientes papas siguieron recomendando al pueblo cristiano el rezo del Rosario, fue el Papa León XIII, muy devoto del Rosario, quien determinó que el mes de octubre fuera el mes del Rosario. León XIII, que fue papa desde 1878 y 1903, en doce encíclicas y en otros veintidós documentos pontificios recomienda a los fieles el rezo del Rosario. Es llamado el "Papa del Rosario". Él fue quien consagró el mes de octubre al rezo del Rosario. Primero lo hizo para el año 1883 (para conmemorar su quinto año de ministerio papal) y ya desde 1891 lo estableció de modo permanente.

(11) ¿Hay alguna relación entre las más destacadas apariciones marianas, Lourdes y Fátima, y el rezo del Rosario?: En Lourdes (Francia), en 1858, la Virgen María se aparecería en dieciocho ocasiones ante santa Bernardita Soubirous, llamándola al rezo y a la difusión del Rosario.

En las apariciones de Fátima (Portugal), en 1917, la Virgen volvería a aparecerse con el Rosario en sus manos y se presentaría como la Virgen del Rosario. A los tres niños, testigos de estos hechos, los ya santos Jacinto y Francisca, y la monja carmelita descalza sor Lucía, fallecida en el mes de febrero de 2005, María les recomendó el rezo del Rosario y su divulgación a favor de la salvación del mundo.

 

Virgen del Rosario y pila bautismal en San Vicente de Sigüenza

 

(12) Sin incluir, por ahora a los papas, ¿cuáles serían los principales apóstoles del Rosario en el siglo XX?: destacamos dos, un italiano y otro norteamericano. Sacerdote y fraile dominico italiano, del sur del país transalpino, Bartolo Longo (1841-1926) fue uno de los grandes difusores y apóstoles del rezo del Rosario. Fue el fundador de la Pontificia Basílica Santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya, junto a Nápoles.  Fue muy intenso su apostolado en pro del rezo del Rosario y dejó numerosos escritos al respecto. Fue beatificado por san Juan Pablo II el 26 de octubre de 1980. Realizó también una extraordinaria labor caritativa y social.

Y otro de los apóstoles más destacados de la promoción del rezo del rosario en el corazón del siglo XX fue el norteamericano padre Patrick Peyton (1909-1992), religioso de la Congregación de la Santa Cruz, quien afirmaba que "la familia que reza unida el rosario permanece unida". Realizó numerosas campañas (“Cruzadas” denominaba él) de difusión del Rosario y editó unas películas sobre los misterios del Rosario, que se emitieron en el mundo entero.

(13) ¿El Concilio Vaticano y sus dos papas, Juan XXIII y Pablo VI, también recomendaron el Rosario?: Sí. El 28 de abril de 1962, en las vísperas del Concilio, san Juan XXIII (158-1963), que fue quien convocó e inauguró el Vaticano II, el 11 de octubre de aquel mismo año, escribió una carta apostólica, llamando a toda la Iglesia al rezo del Rosario por el feliz éxito del Concilio.

El Papa Juan XXIII definió el rosario como “una muy excelente forma de oración meditada, compuesta a modo de mística corona” y señaló también el Rosario era la oración del pueblo de Dios, al igual que la liturgia lo era, sobre todo, de los consagrados y de los sacerdotes.

Por su parte, san Pablo VI (1963-1978) fue el autor, en 1974, de la exhortación apostólica “Marialis cultus” en aras a la renovación del culto a la Virgen María, recordando que “para ser cristianos hay que ser marianos” y encareciendo al rezo frecuente del Rosario.

(14) Al Papa san Juan II se le ha denominado también el Papa del Rosario. ¿Es correcto, es apropiado? ¿Por qué?: Ha entrado ya en los anales de las páginas de la historia del Rosario el Papa san Juan Pablo II (1978-2005). Poco después de su elección pontificia, el 16 de octubre de 1978, en el corazón del mes de rosario, el Papa Wojtyla afirmó que "el rosario es mi oración preferida". Y son numerosas las imágenes y los testimonios de Juan Pablo II rezando el Rosario.

Pero, si lo anterior fuera insuficiente para entrar en la historia del Rosario, el Papa Juan Pablo II dedicada el año 2002-2003 (de octubre a octubre) al Rosario, escribió la bellísima carta apostólica "El Rosario de la Virgen María" y crea cinco nuevos misterios, los misterios de la luz o luminosos o de la vida pública del Señor, situando rezo semanal para los jueves, reordenando la distribución semanal de los otros misterios: Gozosos, los lunes y los sábados; dolorosos, los martes y los viernes; gloriosos, los miércoles y los domingos; y luminosos, los jueves.

(15) ¿Y tenemos algunos testimonios de Benedicto XVI y de Francisco acerca de su devoción y difusión del Rosario?: Numerosísimos. Así, por ejemplo, en las palabras previas al rezo del ángelus del domingo 1 de octubre de 2006, el Papa Benedicto XVI enriqueció las frases y definiciones del Rosario con el siguiente y bien hermoso texto: "El rosario es oración contemplativa y cristocéntrica, inseparable de la meditación de la Sagrada Escritura. Es la oración del cristiano que avanza en la peregrinación de la fe, en el seguimiento de Jesús precedido por María".

Y el actual Papa, Francisco, es también un gran devoto del Rosario. En distintas ocasiones, ha confesado que reza dos o tres rosarios al día y que recomienda vivamente esta oración. Y a su rezo ha encomendado varias veces el final de la pandemia del coronavirus y a sus más damnificados y ahora por el final de la guerra en Ucrania.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 7 de octubre de 2022

Rafael C. García Serrano

(Conferencias de San Vicente de Paúl de Guadalajara)

 

 

 

 

La fuerza de tu brazo poderoso,

la confianza en la luz con que alumbras

el camino que hacia ti me lleva,

el mensaje que, convence, atrae, eleva

y firmemente se convierte en mi palabra

para hablar de tu amor a quién pregunta,

para ser de tu amor cuando camino,

para estar en tu amor cuando te rezo,

para sentir tu perdón cuando te ofendo

y volver de tu mano a tu presencia.

La fuerza de tu mano poderosa

que me acoge, me protege, ¡que es mi fuerza!

Por Alfonso Olmos

(director de la Oficina de Información)

 

 

 

El mes de octubre, recién estrenado, es el mes del rosario y el mes misionero por excelencia. A mediados del siglo XX un obispo estadounidense, Fulton Sheen, tuvo la idea de unir la oración por todo el mundo, en clave de misión, con la oración del rosario a la Virgen.

Cada misterio está representado por un color, que evoca realidades que se viven en el continente por el que se pide al rezar esas diez avemarías. De esta forma, al rezar el rosario a María estamos poniendo en sus manos intercesoras las intenciones del mundo entero.

El primer misterio es de color verde y se reza por África. El color verde recuerda las verdes selvas de este continente. El segundo es rojo y se reza por América. El color rojo recuerda a las personas originarias del continente, a las que se les relacionaba con este color de piel. El tercero es de color blanco y se reza por Europa. El color blanco, recuerda a la raza blanca, originaria de este continente y al color de las vestiduras del Papa, que también tiene en él su sede. El cuarto, de color azul, se reza por Oceanía. El color azul nos habla de ese continente, con sus miles de islas esparcidas en las azules aguas del Océano Pacífico. El quinto, finalmente, es de color amarillo y se reza por los habitantes de Asia. El color amarillo trae a la memoria el Asia, poblado en gran parte por razas de este color.

Al orar en el mes de octubre a María, encomendamos las intenciones de los pueblos y las gentes del mundo entero con sus diversas dificultades: la pobreza extrema y la convulsión política de muchos lugares de África, la opresión que sufren algunos pueblos de Latinoamérica o el exacerbado capitalismo y la violencia en muchos lugares del norte del continente americano, la descristianización de Europa, la desigualdad y los conflictos bélicos, los desastres naturales y las divisiones de Oceanía y la inestabilidad social de Asia, el continente más habitado de la tierra.

Nos queda rezar, estos días y siempre, para que la idea de aquel prelado norteamericano, que se ha vivido intensamente en la Iglesia con los famosos rosarios de colores, provoque una conversión interior y exterior al amor y la paz, a la fe y a la esperanza, tan necesaria para nuestro mundo.

 

El Año Santo Compostelano, que será clausurado el próximo 31 de diciembre, ha batido ya su récord histórico de peregrinos en sentido estricto

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

El Camino de Santiago ha vuelto a batir récord histórico. La cifra máxima de peregrinos en el sentido estricto del término quedó fijada, a fecha 31 de diciembre de 2019, en 347.578 personas, y ya ha sido superada en 2022. Por peregrino en sentido estricto se entiende a quienes han recorrido a pie o a caballo los últimos 100 kilómetros a pie o a caballo, y los que en bicicleta recorren los últimos 200. En ambos casos debe portarse la credencial oficial de peregrino con uno o más sellos diarios de los albergues o las parroquias recorridas por cualquiera de las rutas jacobeas.

La llegada de la pandemia del COVID frenó bruscamente las peregrinaciones compostelanas. Así, en 2020, el primer año y más crudo año de la pandemia, se expidieron 53.896 “compostelas”, el título y diploma acreditativo de hacer recorrido el Camino en las condiciones antedichas. La cifra, con todo, no era desdeñable, habida cuenta los confinamientos y restricciones a los que la pandemia obligó. Pero sí muy lejana a los registros de los últimos años, que ya desde 2017 habían superado los 300.000.

En el anterior Año Santo Compostelano, 2010 se llegó a 272.412 peregrinos, una cifra que parecía difícilmente superable, pero que luego quedó ampliamente superada.

 

Hasta ahora, 120 años santos compostelanos

        

El 31 de diciembre de 2020 comenzó el 120 Año Santo Compostelano de la historia. Fue instituido en 1122, con el Papa Calixto II, confirmado posteriormente por el Papa Alejandro III, confiriéndole perpetuidad, y haciéndolo coincidir cada vez que el 25 de julio, fiesta del martirio del santo apóstol, el primer en beber el cáliz del martirio de Jesucristo, sea domigo.

El Año Santo Compostelano acaece con la periodicidad 11, 6, 5, 6 años. Si el anterior fue en 2010, el siguiente correspondía a 2021 y después en 2027, 2032, 2038 y vuelta a contar la secuencia citada de los años.

        

Año Santo Compostelano 2021-2022

 

Debido a la pandemia, en la misma apertura del año santo 2021, el Papa Francisco anunció que este se prolongaría por un año más, como así aconteció con otros años santos en toda la Iglesia. Esto significa que el año santo compostelano 2021 se clausurará el 31 de diciembre de 2022. “Sal de tu tierra. El apóstol Santiago te espera” es su lema.

En doble contexto –pandemia y ampliación del año santo- en 2021 alcanzó 178.900 “compostelas”, cuarenta mil más de las previstas, pero, de nuevo, muy lejos del récord histórico que marcó 2019.

Récord que ya ha quedado pulverizado, aun cuando quedan tres meses de año santo. Así, el pasado 22 de septiembre, la Oficina del Peregrino de la catedral de Santiago de Compostela cerró el día con 348.250 peregrinos registrados y acreditados. Y todo hace indicar que, al final del año, podrá ser unos 400.000 los peregrinos provistos de “Compostela”.

Todos estos datos no incluyen, obviamente, a las personas que acuden a Santiago por tren, coche, autobús o avión, que serán, al final del año, varios millones.

 

Pero, ¿qué buscan los peregrinos compostelanos?

 

No cabe duda de que a Santiago se peregrina por muy distintos motivos: deportivos, culturales, artísticos, gastronómicos, contacto con la naturaleza, etc. No cabe duda de que la marca “Camino de Santiago” ha sido un éxito y se ha puesto de moda. Pero tampoco cabe ninguna duda que el camino compostelano es una ruta espiritual y cristiana de primera magnitud.

A Santiago siempre se va en búsqueda. Santiago es siempre un hallazgo. Y es que Santiago es un camino que tiene meta. Santiago es un camino que tiene retorno. Santiago y la entera tradición jacobea es espléndida parábola de la vida.

En el camino de la vida necesitamos paradas y metas –metas volantes y metas más definitivas, aunque todavía no del todo-, y necesitamos compañeros del camino, mojones y señales que nos lo indiquen y guías, referencias y brújulas seguras. El camino y la tradición compostelanos son espléndidas brújulas y mediaciones. Es gracia. Es –en el siempre mítico y hermoso Finisterre- luz. Peregrinar por gracia, peregrinar hacia la luz, salir de nuestra tierra y encontrarnos, a través del Apóstol, con el Señor: esto es Santiago, esta es la tradición jacobea.

Un Año Santo Compostelano se puede definir como un tiempo privilegiado de gracia que la Iglesia nos ofrece para la renovación interior de nuestra vida cristiana. En concreto, el Año Santo Compostelano es una llamada desde Compostela a todos los peregrinos para que escuchen la Palabra de Dios, vivida y predicada por Santiago, purifiquen su corazón de todo pecado y emprendan el camino de Jesucristo, Luz del mundo.

 

 

 

Experiencia religiosa, experiencia de Iglesia

 

De ahí la importancia de preparar adecuadamente la peregrinación, no como una excursión o un viaje cultural o deportivo sin más, sino como una peregrinación. El Año Santo ofrece, desde esta preparación, expresa la fe en Jesucristo, recibir el perdón y la misericordia de Dios, renovar la vida cristiana a la luz del Evangelio y a alcanzar la gracia jubilar de la indulgencia plenaria.

De este modo, los efectos deseados son la citada renovación interior, la recepción de la gracia santificante a través de los sacramentos y el fortalecimiento de la condición y del compromiso apostólico.

El camino de Santiago de Compostela -su tradición, su jubileo, su alma e historia- supone la oportunidad privilegiada de sentir y de vivir la Iglesia en su variedad, en su pluralidad, en su misma vitalidad y condición peregrina. Ir a Santiago como peregrino es una reconfortante experiencia eclesial, cristiana y humana.

El camino en sí mismo, la tan numerosa presencia de fieles, las largas filas para venerar los lugares de la tradición jacobea, los penitentes en confesión -quizás una de las dimensiones y realidades a potenciar y cuidar más por parte de todos-, la tan abultada presencia de fieles en las eucaristías y las posibilidades de participación en la misma mediante la comunicación de los peregrinos presentes, la presentación de una o dos Invocaciones al Apóstol y la realización de las ofrendas, las muy abundantes comuniones y los bancos siempre repletos en la capilla de la adoración son experiencias hermosas y profundamente eclesiales e inequívocos motivos para el gozo y la esperanza. Peregrinar a Santiago es, sí, una plenificadora experiencia de Iglesia.

 

La condición del peregrino

 

A Santiago hay que ir siempre como peregrino. La experiencia jacobea para ser verdadera debe pasar por la renovación y por la potenciación de su dimensión espiritual y cristiana, que no habría de entrar en contradicción con los otros aspectos culturales, históricos o turísticos de Santiago, pero tampoco descuidarse, preterirse o ignorarse. También estos otros "caminos" pueden y deben conducir a Santiago.

Y, además, peregrinar a Santiago con estas actitudes abre un hontanar de gracias jubilares. Por ello, para lucrarse de la indulgencia plenaria del Año Santo Compostelano, el peregrino debe desear esta gracia, confesarse, comulgar y rezar por la Iglesia y por el Papa. Son los requisitos previstos por la vigente disciplina de la Iglesia, a los que se puede añadir, según tradición secular, una obra de caridad.

 

Y también mi reciente testimonio personal

 

Hace un mes peregriné a Santiago de Compostela. Mi mente y mi corazón retienen todavía los caminos compostelanos repletos, los nutridas filas y colas para acceder a la oficina de peregrino y a la catedral compostelana, por sus distintas puertas en especial por la puerta santa o puerta del perdón. A mi mente y a mi corazón regresan también con frecuencia ecos, instantes y secuencias de la misa del peregrino del miércoles 24 de agosto, en la que participé.

Sigo admirando la belleza de la catedral compostelana y la pulcritud y acierto con que ha sido restaurada, con su esplendoroso renovado pórtico de la gloria de Maese Mateo. Y veo, también, de nuevo, la catedral como un ferviente hervidero humano y religioso, y la plaza del Obradoiro y sus aledaños plenos también de gentes, de músicas, de fiesta y de alegría.

Evoco mis visitas a Astorga, Puebla de Sanabria, Coruña, Bayona la Real, O Grove, La Toja Santa Tecla, y el espléndido e inmenso Océano Atlántico bañado por el sol y por el constante fluir de pasajeros y peregrinos. Y la alegría inmensa, de las 34 personas de Sigüenza, Guadalajara y Madrid que acompañaban, dichosas de haber podido peregrinar a Santiago en tiempos todavía de pandemia o de postpandemia.

 

Invocación al Apóstol Santiago

 

Y al resplandor de estas ideas y sentimientos para la misa del peregrino del sábado 28 de agosto, a las doce horas, con el deán de la catedral Compostela, José Fernández Lago, como celebrante principal de la eucaristía, compuse y recité la siguiente invocación al Apóstol:

“Señor y amigo apóstol Santiago: también nosotros como tú queremos beber el cáliz del amor, del servicio y de la misión de Jesucristo.

Por ello, hasta tu multisecular santuario compostelano, hemos peregrinado, una vez más, un grupo de personas de la Asociación de Amigos de la Catedral de Sigüenza, en la diócesis de Sigüenza-Guadalajara.  Volvemos, señor y amigo Santiago, a presentarnos en ofrenda ante tu sepulcro santo como lo hicimos en los anteriores Años Santos Compostelanos de 1993, 1999, 2004, 2010 y también en 2002 y en 2016.

Venimos, señor y amigo Santiago, a pedir tu intercesión poderosa en favor de un mayor y más fecundo diálogo entre la Iglesia y la cultura, entre la razón y la fe. Queremos que nuestra Iglesia se haga más presente en medio del mundo a través del patrimonio cultural, de la sociedad de comunicación, de su ingente labor educativa, misionera y socio-caritativa.

Oramos también ante tu altar por las familias y por la vida, por toda la vida y por la vida de todos. Pedimos por nuestras familias y por todas las familias del mundo. Ruega especialmente por las vocaciones sacerdotales, consagradas y laicales, en esta hora de sequía.     Apóstol Santiago, ayúdanos a descubrir y a vivir más y mejor nuestra vocación y misión en la Iglesia y en el mundo.  Que seamos Iglesia discípula y misionera, Iglesia, que, fortalecida en y desde su interior, es Iglesia en salida, Iglesia en modo sínodo.

Que seamos, señor Santiago, fieles a nuestras raíces cristianas. Te pedimos en España, en su unidad y pluralidad; te pedimos por en Europa -esta Europa nuestra que nació peregrinando a Compostela-; te pedimos por Ucrania y por el final de la invasión y de la guerra en estas tierras y en otros lugares del mundo.

Eleva nuestra plegaria, señor Santiago, en favor de todas las personas más necesitadas en el cuerpo y en el alma, por todos los sufren por las razones que sean. También pedimos tu intercesión por nuestro mundo para que renuncie a vivir como si Dios no existiera.       

Señor Santiago, ayúdanos a salir de nuestra tierra de comodidades, mediocridades, individualismos y compromisos solo a la carta. Muéstranos el camino, camino que tiene meta, y haznos siempre peregrinos por gracia hacia la luz de la vida y de la misión que conlleva ser amigos de Jesús. Amén”.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 30 de septiembre de 2022

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