Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN – PROFECÍA DE JESÚS

“«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida». Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.” (Lc 21, 8-19)

CONSIDERACIÓN:

Seamos realistas, no doloristas, y siempre esperanzados

 

PRIMERA ESTACIÓN: LOS DISCÍPULOS SON ENCARCELADOS

“Entonces el sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de los saduceos, en un arrebato de celo, prendieron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública.” (Act 5, 17-18) “La plebe se amotinó contra ellos, y ordenaron que les arrancaran los vestidos y que los azotaran con varas; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, él los cogió, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.” (Act 16, 22-24)

CONSIDERACIÓN

“Cuando os conduzcan para entregaros, no os preocupéis por lo que habréis de decir; decid lo que se os inspire en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que habléis sino el Espíritu Santo.” (Mc 13, 11)

 

SEGUNDA ESTACIÓN: AYUDAR A LLEVAR LAS CARGAS

Llevad los unos las cargas de los otros y así cumpliréis la ley de Cristo. Pues si alguien cree ser algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo. Y que cada uno examine su propio comportamiento; el motivo de satisfacción lo tendrá entonces en sí mismo y no en relación con los otros. Pues cada cual carga con su propio fardo. (Gal 6, 2-5)

CONSIDERACIÓN

“El amor es para las ocasiones, no para los rincones.” (Santa Teresa)

 

TERCERA ESTACIÓN: LAS CAÍDAS DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

“No podéis beber del cáliz del Señor y del cáliz de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. ¿O vamos a provocar los celos del Señor? ¿Acaso somos más fuertes que él? La nada de los ídolos y la conciencia del otro «Todo es lícito», pero no todo es conveniente; «todo es lícito», pero no todo es constructivo. Que nadie busque su interés, sino el del prójimo.” (1Cor 10, 21-24)

CONSIDERACIÓN

“Vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de una gran tribulación, con la alegría del Espíritu Santo.” (1Tes 1, 6)

 

CUARTA ESTACIÓN: LOS DISCÍPULOS ORAN JUNTO A MARÍA

“Entonces se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro y Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.” (Act 1, 12-14)

CONSIDERACIÓN

Contamos con el acompañamiento de María, la Madre de Jesús. “La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser alimentada mil doscientos sesenta días.” (Apc 12, 6)

 

QUINTA ESTACIÓN – LOS CRISTIANOS ERAN SOLIDARIOS

“El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba.” (Act 4, 32-35)

CONSIDERACIÓN

Hoy nos edifican los voluntarios que prestan sus destrezas. “Que cada uno de nosotros busque agradar al prójimo en lo bueno y para edificación suya.” (Rom 15, 2-3)

 

SEXTA ESTACIÓN – LA PRESENCIA DE LA MUJER EN LA COMUNIDAD

“El sábado salimos de la ciudad y fuimos a un sitio junto al río, donde pensábamos que había un lugar de oración; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó: «Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa». Y nos obligó a aceptar.” (Act 16, 13-15)

CONSIDERACIÓN

Ejemplo de ternura, sensibilidad, y valentía. “Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro.” (Col 3, 12-13)

 

SÉPTIMA ESTACIÓN – LAS DIFICULTADES COMUNITARIAS

“La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz. Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo, y no deis pábulo a la carne siguiendo sus deseos.” (Rom 13, 12-14)

CONSIDERACIÓN

Somos hijos de la Luz. “Vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.” (1Tes 5, 4-5)

 

OCTAVA ESTACIÓN – LA MEDIACIÓN CÓMPLICE

“La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio. Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo.” (At 13, 49-52)

CONSIDERACIÓN

No todo da igual. “Temo que, cuando vaya, Dios me vuelva a humillar entre vosotros y tenga que llorar por muchos que pecaron antes y no se han convertido de la inmoralidad, el libertinaje y el desenfreno en que vivían.” (2Cor 12, 21)

 

NOVENA ESTACIÓN – LOS PECADOS DE LA COMUNIDAD

“No puedo alabaros, porque vuestras reuniones causan más daño que provecho. En primer lugar, he oído que cuando se reúne vuestra asamblea hay divisiones entre vosotros; y en parte lo creo; realmente tiene que haber escisiones entre vosotros para que se vea quiénes resisten a la prueba. Así, cuando os reunís en comunidad, eso no es comer la Cena del Señor, pues cada uno se adelanta a comer su propia cena, y mientras uno pasa hambre, el otro está borracho. ¿No tenéis casas donde comer y beber? ¿O tenéis en tan poco a la Iglesia de Dios que humilláis a los que no tienen? ¿Qué queréis que os diga? ¿Que os alabe? En esto no os alabo.” (1Cor 11, 17-22)

CONSIDERACIÓN
No pactar con la mediocridad. ¡Maldito quien haga con desgana | la tarea que encargó el Señor! (Jr 48, 10)

 

DÉCIMA ESTACIÓN - LA SOLEDAD DEL APÓSTOL

Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos del alimento diario y uno de vosotros les dice: «Id en paz, abrigaos y saciaos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro (Sant 2, 15-17) “En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron” (2Tm 4, 16).

CONSIDERACIÓN

Respetar nuestros cuerpos. “Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas; y vestiduras blancas para que te vistas y no aparezca la vergüenza de tu desnudez; y colirio para untarte los ojos a fin de que veas.” (Apc 3, 18)

 

UNDÉCIMA ESTACIÓN – LOS SUFRIMIENTOS DEL APÓSTOL

“Nunca damos a nadie motivo de escándalo, para no poner en ridículo nuestro ministerio; antes bien, nos acreditamos en todo como ministros de Dios con mucha paciencia en tribulaciones, infortunios, apuros; en golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, ciencia, paciencia y amabilidad; con el Espíritu Santo y con amor sincero; con palabras verdaderas y la fuerza de Dios; con las armas de la justicia, a derecha e izquierda; a través de honra y afrenta, de mala y buena fama; como impostores que dicen la verdad, desconocidos, siendo conocidos de sobra, moribundos que vivimos, sentenciados nunca ajusticiados; como afligidos, pero siempre alegres, como pobres, pero que enriquecen a muchos, como necesitados, pero poseyéndolo todo. (2Cor 6, 3-10)

CONSIDERACIÓN

Mi luz es la Cruz, la herida es el don. “Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.” (1Cor 1, 22-24)

 

DUODÉCIMA ESTACIÓN – MUERTE DEL PRIMER MÁRTIR

“Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: «Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios». Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo: «Señor, no les tengas en cuenta este pecado». Y, con estas palabras, murió.” (Act 7, 55-60)
CONSIDERACIÓN

Paradoja del Evangelio, morir para vivir. “Nos gloriamos incluso en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia, virtud probada, la virtud probada, esperanza, y la esperanza no defrauda.” (Rom 5, 3-5)

 

DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN – NACIDOS DE MUJER

“Mas cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial. Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.” (Gal 4, 4-7)

CONSIDERACIÓN

Somos familia de Dios. “Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.” (1Cor 12, 19)

 

DECIMA CUARTA ESTACIÓN – ENTIERRO DE ESTEBAN Y PERSECUCIÓN

“Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaría. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo, por su parte, se ensañaba con la Iglesia, penetrando en las casas y arrastrando a la cárcel a hombres y mujeres.” (Act 8, 1-3)

CONSIDERACIÓN

Saber sembrar, para cosechar. “Poned al servicio de los demás el carisma que cada uno ha recibido.” (1Pe 4, 10)

 

DECIMOQUINTA ESTACIÓN – DISCURSO DE PEDRO

Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. (Act 10, 37 – 42)

CONSIDERACIÓN

Para mayor gloria de Dios. “Si uno habla, que sean sus palabras como palabras de Dios; si uno presta servicio, que lo haga con la fuerza que Dios le concede, para que Dios sea glorificado en todo, por medio de Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.” (1Pe 4, 11)

 

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

Preámbulo:

Sólo por verte danzar,
Cristo ya unido al madero,
tu procesión es sendero
que nos convoca aquí a estar.

Y a este Jesús yo le quiero
este canto dedicar,
que Arriaca sabe amar
a Jesús, el gran Viajero.


I. Viernes de Dolor

Es ya Viernes de Dolor
que llega a Guadalajara.
¡Quien pudiera y ya pasara
a otra jornada mejor!

En que el dolor se aliviara
de todos alrededor,
y no muriese hoy el sol
que a todos alimentara.

La procesión del Silencio
y también del Santo Entierro,

sale en la Concatedral.
Es la Pasión general.



II. Cofradía de la Pasión del Señor

Cofrades de la Pasión del Señor
abren la comitiva en desconsuelo,
¡qué triste se pone, y en congoja, el cielo
sintiendo, en sí mismo, abrirse un temblor!

Los pasos que lleva son:
Cristo de la Expiración.

La Virgen de la Piedad
y Jesús de la Pasión.



III. Cofradía de los Dolores

Después Cofradía de los Dolores
sigue detrás a la de la Pasión.
Van en pos de Jesús, el Redentor
de nuestros humanos yerros y errores.

Lleva pasos del Calvario
y Virgen de los Dolores
que va rezando el rosario,
por llenarle aún de amores



IV. Cofradía del Cristo Yacente

La cofradía del Yacente Cristo
del Santo Sepulcro hilera es siguiente,
con todo su nazareno penitente
y el luto en los hábitos entrevisto.

Desfila el Cristo Yacente,
la Cruz Desnuda va enfrente.



V. Cofradía de la Virgen de la Soledad

Y al final sale a la nocturna escena
la más postrera y última Hermandad:
la de la Virgen de la Soledad.
Porta en lágrimas su Virgen Morena.

Con Virgen de Soledad
Cristo un Consuelo hallará.



VI. La esperanza final

¡Oh, Procesión General de Arriaca
en que el Dios Jesús, el Crucificado,
ya en clavos de dolor ha agonizado,
ante la gente de Guadalajara!

¡Oh, Procesión General de Arriaca
en que el Dios Jesús, el Crucificado,
ya en clavos de dolor ha agonizado,
ante la gente de Guadalajara!

Y ha sido ya en un sepulcro enterrado.
¡Pero aún cierra el desfile alcarreño,
la gran esperanza de un mayor sueño:
la Pascua en que sea resucitado!

 

 

Del libro "Saetas a las Semanas Santas de España". Guadalajara y una al menos por región

En librerías o en plataformas digitales:

https://aache.com/tienda/es/647-cantil-de-cantos-v-saetas-a-las-semanas-santas-de-espana.html

 

Juan Pablo Mañueco

Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016.

Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

 

Vídeo autor:

https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0

 

 

NOTA. La sonoridad de la estrofa se debe a que el poema está escrito en una "castellana de arte menor". Ver en internet en que consiste esta recomendabilisina mueva estrofa.

 

 

"Pero ¿cómo, clavado, enseñas tanto? Debe ser que siempre estás abierto, ¡oh Cristo, oh ciencia eterna, oh libro santo!", meditación para el Viernes Santo

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

El camino cuaresmal termina con el comienzo del Triduo pascual, es decir, con la celebración de la Misa de la Cena del Señor, de la tarde del Jueves Santo. Comienza, a su vez, el Triduo pascual, en el que emerge con fuerza y gracia salvadora el misterio de la Cruz de Cristo.

Es la Cruz donde murió el Señor, el Viernes Santo, dedicado a celebrar su pasión y muerte, el día por excelencia para la adoración de la Santa Cruz. A su vez, con la Vigilia Pascual y la misa solemne y festiva de la Pascua, la Cruz es luz, florece, es la Pascua florida. ¿Cuál es el significado, pues, de la Cruz, su escuela, sus enseñanzas?

 

“Tu Cruz adoramos, Señor…”

 

Contemplando al Salvador crucificado captan más fácilmente el significado del dolor inmenso e injusto que Jesús, el Santo, el Inocente, padeció por la salvación del hombre, y comprenden también el valor de su amor solidario y la eficacia de su sacrificio redentor.

En las manifestaciones de devoción a Cristo crucificado, los elementos acostumbrados de la piedad popular como cantos y oraciones, gestos como la ostensión y el beso de la cruz, la procesión y la bendición con la cruz, se combinan de diversas maneras, dando lugar a ejercicios de piedad que a veces resultan preciosos por su contenido y por su forma.

No obstante, la piedad respecto a la Cruz, con frecuencia, tiene necesidad de ser iluminada. Se debe mostrar a los fieles la referencia esencial de la Cruz al acontecimiento de la Resurrección: la Cruz y el sepulcro vacío, la Muerte y la Resurrección de Cristo, son inseparables en la narración evangélica y en el designio salvífico de Dios.

 

“… Y tu santa resurrección glorificamos”

 

En la fe cristiana, la Cruz es expresión del triunfo sobre el poder de las tinieblas, y por esto se la presenta adornada con gemas y convertida en signo de bendición, tanto cuando se traza sobre uno mismo, como cuando se traza sobre otras personas y objetos.

El texto evangélico, particularmente detallado en la narración de los diversos episodios de la Pasión, y la tendencia a especificar y a diferenciar, propia de la piedad popular, ha hecho que los fieles dirijan su atención, también, a aspectos particulares de la Pasión de Cristo y hayan hecho de ellos objeto de diferentes devociones: el "Ecce homo", el Cristo vilipendiado, "con la corona de espinas y el manto de púrpura" (Jn 19, 5), que Pilato muestra al pueblo; las llagas del Señor, sobre todo la herida del costado y la sangre vivificadora que brota de allí (cfr. Jn 19,34); los instrumentos de la Pasión, como la columna de la flagelación, la escalera del pretorio, la corona de espinas, los clavos, la lanza de la transfixión; la sábana santa o lienza de la deposición. 

Estas expresiones de piedad, promovidas en ocasiones por personas de santidad eminente, son legítimas. Sin embargo, para evitar una división excesiva en la contemplación del misterio de la Cruz, será conveniente subrayar la consideración de conjunto de todo el Triduo Pascual.

 

Cristo crucificado en el retablo mayor de la catedral de Sigüenza

 

El Vía Crucis, el camino de la Misericordia

 

El Vía Crucis es el camino de la misericordia. Es el camino de la bondad, de la verdad, de la valentía, del amor. No es simplemente una lista de lo oscuro y triste del mundo, no es tampoco un moralismo ineficiente, y no es un grito de protesta que no cambia nada; por el contrario, es el camino de la misericordia, la misericordia que pone un límite al mal. Es el camino de la misericordia y así es el camino de la salvación. Y nos invita a emprender el camino de la misericordia y a poner con Jesús un límite al mal” (Benedicto XVI).

El Vía Crucis es, en efecto, memoria viva de la historia más sagrada, escuela de fe y de virtudes e interpelación para el compromiso y el testimonio de la vida cristiana. Es contemplar y mirar al que atravesaron. Es reproducción vivida, escenificada y sentida de los misterios de la pasión y muerte de Jesucristo. Es compartir y completar en nosotros lo que le falta a la Pasión de Cristo. Es inmersión en la historia de fe y de devoción del pueblo cristiano. Es apurar la compañía de Jesús y pregustar y presentir los mismos sentimientos de Cristo, Quien a pesar de su condición divina no hizo alarde de su categoría de Dios, despojándose de su rango, actuando con un hombre cualquier y sometiéndose a una muerte y muerte de cruz.

El Vía Crucis es celebrar y anticipar la Pascua. Es hogar de contemplación y unción. Es escuela de perdón, de arrepentimiento y de conversión. Es horno de caridad. Es hontanar de vida y de compromiso. Es fuente de transformación y de apostolado. Es una de las más bellas plegarias que ha brotado del alma del pueblo fiel y una de las más extraordinarias, oportunas y fecundas praxis de Cuaresma.

El Vía Crucis es la Vía Dolorosa jerosolimitana, traspasada y trasplantada a nuestros templos, a nuestras comunidades, a nuestras calles y a nuestras plazas. Es recorrer las estaciones del dolor y del amor más grandes: del Pretorio de la condena nuestra de cada al jardín de la vida y del sepulcro abierto, vacío y resucitado; del Getsemaní del Cristo y del hombre que permanecen en agonía hasta el final de los tiempos hasta la tumba florecida en la Pascua sin ocaso.

 

Decálogo de actitudes ante la Cruz de Cristo

 

1.- Una actitud de respeto, de veneración y de amor. La Santa Cruz es la señal de los cristianos. Porque en ella –decían los viejos y siempre necesarios catecismos- murió por nosotros Nuestro Señor Jesucristo. Con la liturgia hemos de decir, de proclamar, de sentir y de vivir, Aun desde el misterio: “¡Tu cruz adoramos, Señor; y tu santa resurrección glorificamos! ¡Por el madero ha venido la alegría al mundo entero!”.

“Oh cruz fiel, árbol único en nobleza. Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto. ¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol, donde la Vida empieza con un peso tan dulce en su corteza! Cantemos la nobleza de esta guerra, el triunfo de la sangre y del madero; y un Redentor, que, en trance de cordero, sacrificado en cruz, salvó la tierra”. “¡Tu cruz, adoramos, Señor!”

2.- Una actitud de imitación a Jesucristo. Ser cristiano es ser discípulo de Jesucristo. Es conocer a Jesús, es amar a Jesús, es seguir a Jesús, es imitar a Jesús. Y el Jesús total, el Cristo global es el crucificado. No hay dicotomías en Él. Es siempre el mismo. Es siempre el Niño de Belén, el adolescente de Nazaret, el joven de Galilea, el que anduvo por las aguas del lago de Tiberiades, el que predicó y enseñó como nunca nadie hasta entonces y después de entonces, el que realizó los más maravillosos signos y prodigios y el que crucificado, muerto y sepultado, resucitó para siempre y ascendió a los cielos. La cruz es Jesús, este Jesús Nuestro Señor, nuestro Dios, nuestro hermano, nuestro amigo, nuestro camino.

3.- Una actitud de solidaridad y de misericordia. De solidaridad con Jesucristo y de solidaridad con toda la humanidad doliente. El Calvario sigue presente –tan presente en nuestro mundo-, con tantos escenarios, con tanto dolor y sufrimiento. Basta que dirijamos nuestra mirada, por ejemplo, en tan largos y duros años de crisis económica de una década; o los dos años de furia de la pandemia de coronavirus; la actual guerra en Ucrania; las interminables filas y listas del paro y de la pobreza. Basta con que nos pasemos por nuestros hospitales, por tantas residencias de ancianos. Basta con pensar en el Tercer Mundo. Cristo sigue clavado en la cruz en estos hermanos nuestros.

4.- Una actitud de verdadera sabiduría. La sombra de la cruz es siempre alargada para todos. Nadie se “libra” de ella, de su reflejo. No son otros, no son los otros quienes sufren. La cruz en cualquiera de sus expresiones planea sobre la vida de todos. De este modo, estaremos prevenidos. De este modo completaremos en nosotros lo que le falta a la Pasión de Cristo.

5.- Una actitud de humildad. La cruz nos “humilla”, nos golpea, nos duele, nos hiere. La cruz muestra la debilidad de nuestra condición humana. La cruz demuestra que no lo podemos todo, que no somos como dioses. La cruz nos iguala. La cruz nos deja desprovistos de tantas de nuestras seguridades, vanaglorias y grandezas. La cruz nos hace más humanos y más divinos si aprendemos su lección de humildad.

6.- Una actitud de paciencia. La cruz nos prueba, nos aquilata, nos purifica, nos sana. Pero cuesta. Y dura. Y permanece. La cruz es la es la forja, el yunque de las virtudes. Y la paciencia es una virtud capital para toda la vida y para todas las vidas.

7.- Una actitud de trascendencia. Miremos el palo vertical de la cruz, disparándose hacia el cielo. La cruz de Cristo nos recuerda que “hemos sido comprados, que hemos sido redimidos a precio no de oro o de plata corruptibles, sino en la sangre preciosa de Jesucristo”. La cruz de Jesucristo testimonia que “no hay remisión sin efusión de sangre”, “que hemos de tomar la cruz cada día”, que el árbol de la cruz es el único que da frutos de salvación.

8.- Una actitud de nueva, de renovada humanidad, transida de caridad. Es el palo horizontal de la cruz: “Los brazos en abrazo hacia la tierra”. “El dio su vida por nosotros y nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos”, afirma Pablo. Ya nos lo dijo el mismo Señor de la Cruz y de la Gloria: “en esto conocerán que sois discípulos en que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. ¡Y ya sabemos cómo nos ha amado El, crucificado!

La dimensión horizontal es tan ineludible en la vida cristiana como el palo horizontal lo es en la cruz. El verdadero cristiano es el que ha descubierto que el amor de Dios, manifestado en Jesucristo, se encarna en los hombres y mujeres, especialmente en los más pobres y necesitados. Nuestro cristianismo será tanto más verdadero cuanto más solidario sea, cuanto más fraterno se manifieste, cuanto más atento esté al llanto y al ruego del hermano que sufre, que no es otra persona sino Jesucristo y éste crucificado.

 9.- Una actitud de imitación de los santos. Los santos han sido a lo largo de los siglos los grandes amantes y los grandes descubridores de la cruz de Jesucristo. Y han sido, a su vez, los grandes defensores y promotores de la cruz de los necesitados. En el cristianismo no existen contraposición entre el amor a Dios y el servicio al prójimo. Es más, la prueba de nuestro amor a Dios, la certidumbre de nuestro amor a Jesucristo, es la caridad, es la acogida y el servicio a los hermanos.

10.- Y por todo ello, una actitud de acogida y de constante descubrimiento y redescubrimiento. La cruz es el árbol, el compendio de todas las virtudes, el resumen de los mandamientos. Recordemos, por ejemplo, los distintos títulos y nombres con que la religiosidad popular se aproxima y llama a la cruz, los títulos y los nombres de nuestros Cristos Crucificados. En ellos encontramos la mejor descripción y definición de la cruz. La cruz es camino, misericordia, esperanza, amparo, salud, consideración, fe, agonía, inspiración, guijarro, agua, perdón, milagro, paz, serenidad, consuelo, fortaleza y victoria. La cruz es amor. Es el Amor.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 13 de abril de 2022

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

A una columna está atado,

el Dios misericordioso,

según sale de Santiago

este Jesús poderoso.

 .

¿Por qué al ser más amoroso

que el mundo nunca ha mirado

le flagelan con furioso

odio que contra Él se ha alzado?

 .

Jesús, misericordioso,

al látigo ha perdonado,

 .

y por quien le azota airado

ya derrama su precioso

 .

humor de sangre sagrado.

¡Ah, misterio del perdón

 .

de Jesús, el Dios piadoso

que a todos ha perdonado!

 .

Jesús, misericordioso,

al látigo ha perdonado.

 .

¡Ah, misterio del perdón.

Pese a la flagelación

de Jesús, el Dios piadoso

a todos ha perdonado!

 

 

 

Del libro "Saetas a las Semanas Santas de España". Guadalajara y una al menos por región

En librerías o en plataformas digitales:

 

https://aache.com/tienda/es/647-cantil-de-cantos-v-saetas-a-las-semanas-santas-de-espana.html

 

Juan Pablo Mañueco

Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016.

Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

 

Vídeo autor:

https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0

  

NOTA. La sonoridad de la estrofa se debe a que el poema está escrito en una "castellana de arte menor". Ver en internet en que consiste esta recomendabilisina mueva estrofa.

 

 

 

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

Esta Virgen Macarena

entre cirios y entre flores

procesiona; y va tan llena

cuanto luce su corona.

 

Bajo palio proporciona,

aunque rebosa de pena,

motivo para que ores

al ver pasar dicha escena.

 

Para un poco, capataz,

a que la pueda cantar,

 

que con mi humilde saeta

yo la quiero consolar.

 

-Déjame, Virgen morena,

ser de tu palio varal,

 

para que en vida terrena

nada te pueda rozar.

 

Un poco más, capataz,

que más la quiero cantar.

 

-Déjame, Virgen morena,

ser de tu palio varal,

 

para que en vida terrena

nada te pueda rozar.

 

 

 

"/Del libro "Saetas a las Semanas Santas de España. Guadalajara y una al menos por región"

En librerías o en plataformas digitales:

https://aache.com/tienda/es/647-cantil-de-cantos-v-saetas-a-las-semanas-santas-de-espana.html

 

Juan Pablo Mañueco

Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016.

Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha

 

Vídeo autor:

https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0

 

 

 

NOTA. La sonoridad de la estrofa se debe a que el poema está escrito en una "castellana de arte menor". Ver en internet en que consiste esta recomendabilisina mueva estrofa.

Información

Obispado en Guadalajara
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