Salida de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder

 

Por Ángel Moreno

(Vicaría para la Vida Religiosa)

 

Es el 3 de noviembre, dan las siete de la tarde, sopla el vientecillo sobre los árboles de la plaza de San Lorenzo en Sevilla y de pronto se abren de par en par las puertas de la basílica del Señor del Gran Poder. Aparece la Cruz de guía en el dintel del templo y cunde la expectación de cientos de fieles que aguardan impacientes la salida del Señor.

Centenares de hermanos que han velado la espera contemplando el rostro de Nuestro padre Jesús, trazan un río de luz que precede al paso, que aparece lentamente en el umbral de las puertas, instante en el que se apodera de la multitud el sobrecogimiento. Una ráfaga de silencio estremece el alma, e irrumpe a tocar el campanillo, al tiempo que avanzan los costaleros hasta la parroquia de San Lorenzo, donde el Señor se vuelve hacia la puerta como para saludar y decirle a su Madre Santísima, la Virgen de la Soledad, que comienza un camino extraordinario que le llevará a la catedral para derramar allí abundantemente la gracia de la misericordia.

Las campanas de San Lorenzo se unen a la de la basílica, y en la penumbra de la noche resalta la silueta del Señor cargado con la Cruz, y en los rostros de cuantos flanquean el camino brilla la emoción, los labios susurran oraciones, y corre el aviso: “¡Ya viene el Señor!”

Paso a paso avanza el cortejo, los cofrades sostienen en sus manos los cirios encendidos, y se convierten en testigos privilegiados de un extraño fenómeno, de cómo se expande la atmósfera de misterio, como una suave brisa que se cierne por las calles sevillanas.

No hay edad que no se haga presente en los miles de fieles que aguardan a cruzarse con la mirada del Señor. Niños en brazos de sus padres, ancianos en su carros, jóvenes por cientos, y silencio, ruegos callados cuando rasga la saeta la tarde sevillana, que no sale de su estupor, pues no es Semana Santa.

¿Qué sucede hoy en Sevilla, para que se pare la ciudad? Sale el Señor. ¿Qué tiene su imagen, que atrae hacia sí los ojos de tantos fieles? El reflejo del dolor del mundo. ¿Será verdad que el corazón del hombre está inquieto hasta que descubre el amor de Dios? Solo sé que todos esperan, todos aguardan a sentir su mirada.

Corre en los móviles la instantánea, acuden los fotógrafos, salta el comentario de la prensa, que se admira ante la sorpresa colectiva, porque de pronto impera en la conciencia el sentimiento, el mismo de la madrugá.

Sí, es al alba cuando el Señor se deja sentir con poder y vence la tormenta, el mar embravecido, las olas encrespadas, el miedo en el corazón del hombre. Es el alba, aunque sea de noche, la señal del paso del Señor, y al cruzarnos con su rostro, se enciende en el pecho de los fieles la emoción por saberse acompañados en lo más recio de la existencia. Y acontece la experiencia liberadora de la Pascua, de la misericordia.

Por Javier Bravo

(Delegación de Medios de Comunicación Social)

 

 

En nuestro recorrido por las redes sociales hoy nos detendremos en Facebook. Esta red social que nació como un sitio para estudiantes de la Universidad de Harvard y cuyo propósito era diseñar un espacio en el que los alumnos de dicha universidad pudieran intercambiar una comunicación fluida y compartir contenido de forma sencilla a través de Internet, pronto se extendió, dado el éxito y la innovación del proyecto, hasta estar disponible para cualquier usuario de la red.

A la hora de evangelizar en Facebook yo destacaría alguna ventaja: FB  es una red de gente que cuenta historias de otra gente, a la que muchas veces conocemos en persona. Al contrario que ocurre en  Twitter y otras redes, más centradas en adolescentes, Facebook llega a gente de todas las edades. Como cuando Jesucristo pasaba invitando a la gente, "muchas personas observan el grupo y piden ser agregados"…

Facebook además, cumple una ventaja sobre otros medios comunicadores: el lector sabe bastante bien quién es el emisor, a qué se dedica, y hasta qué punto "vive" aquello de lo que habla. De ahí el hecho del testimonio y no la propaganda.

En Facebook, puedes dar testimonio de lo que vives en tu vida de fe: participación en los Sacramentos, fiestas patronales, encuentros de oración, peregrinaciones,... Todo aquello que llene tu corazón puedes compartirlo, tus lectores no se enfadarán ni molestarán.

Facebook es para hablar de ti y no de Dios. Tus conocidos esperan que hables de tu vida, no de Dios. A menos que Dios esté integrado en tu vida. Porque entonces sí puedes hablar de lo que Dios hace en tu vida. Así, las fotos de tus celebraciones religiosas, los comentarios acerca de tus actividades de fe, tus chic@s de catequesis, tu actividad en Cáritas, en el grupo de Biblia de la parroquia, el bautizo de tus hijos, etc., serán vistas con interés y normalidad en tu muro de Facebook.

Pero, ojo, cualquier foto que colguemos en Facebook puede ser copiada y reutilizada, y puede que nos encontremos luego las fotos de nuestros hijos reutilizadas en sitios no gratos para nosotros.

También puedes reenviar y re-difundir noticias cristianas o edificantes. Aunque la  gente no va a Facebook a buscar noticias, no le importa encontrárselas. De hecho, este método es muy útil para llegar a la población menos cristiana: los adultos jóvenes, de 18 a 29 años. Ellos, los que menos se pasan por las iglesias, son los que más usan Facebook para informarse y leer noticias.

Pero no sólo debemos publicar post de religión: en la vida real, la gente tiene otras actividades, aficiones, intereses...; hasta la monja contemplativa, si tuviese Facebook, publicaría una foto de las flores u hortalizas de su huerto. Quien publica en Facebook sólo temas de religión es ineficaz para evangelizar personas alejadas de la fe.

¿Acaso todo esto no es lo que hacía Jesucristo cuando contaba las parábolas? “Esta es la historia de un samaritano que un día iba camino de Jerusalén…”, “Salió el sembrador a sembrar su semilla”, “Había una vez un padre que tenía dos hijos…”.

Los discípulos, fascinados por su persona, y por estas historias, le seguían porque El les había “agregado” a su grupo. Mucha gente observaba al grupo, lo seguía, y pedían ser añadidos al mismo. En el grupo se contaban historias de pescadores, de publicanos, de prostitutas que cambiaban de vida. Todos soñaban juntos con el Padre de quien les hablaba ese misterioso personaje que tenía poder sobre los vientos y los mares y llamaba de tú a todas las personas mirándoles fijamente a los ojos, interesándose por sus historias.

Historias de gente, que hablaba a otra gente, que compartía su vida, su pan y su camino…era como un Facebook de la antigüedad donde la gente sentía que pertenecía a una comunidad. Así debemos intentar nosotros evangelizar en el grupo de Facebook.

La catedral de Sigüenza despidió los días 4, 5 y 6 de noviembre la  exposición “aTempora”, con emoción, gratitud y compromiso de futuro

 

Por Jesús de las Heras

(Sacerdote, periodista y deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

La recta final de la exposición “aTempora” de la catedral de Sigüenza ha llegado con lluvia… Una lluvia que bien podría expresar los sentimientos de los seguntinos en esta hora del adiós a una exposición que ha sido visitada por unas 66.000 personas: la lluvia que expresa también las lágrimas de la despedida y la lluvia que empapa la tierra reseca para que esta dé nuevos frutos.

Tras la misa del martes 1 de noviembre, a las ocho y cuarto de la mañana, transmitida en directo por Radio Nacional de España, la exposición recibió, junto a unas tres mil personas, ya en los últimos días, tres visitas personales y significativas: el arzobispo castrense de España, Juan del Río; el obispo auxiliar de Madrid y exsecretario general de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino; y el obispo emérito de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez.

Y en la tarde del viernes 4 de noviembre, mientras la lluvia empezaba ya a empanar las calles y los campos de Sigüenza, tuvo lugar la iniciativa de diálogo y debate “Atrio de los Gentiles”. Fue en El Torreón, uno de los edificios municipales de Sigüenza. Cerca de medio centenar de personas asistieron al acto. “Arte y fe: diálogos en la catedral” fue el título de la edición seguntina,  con las intervenciones de María Pilar Martínez Taboada, cronista oficial de la ciudad de Sigüenza, y de Jesús de las Heras Muela, deán de la catedral seguntina, y un animado debate final. Moderó Pedro Moreno Magro, delegado diocesano de Enseñanza.

También a las siete y media de la tarde del sábado 5, y mientras la lluvia no cesó de acompañar durante todo el día, la  catedral (capilla parroquial de San Pedro), en acto promovido por la Fundación Siglo Futuro de Guadalajara, acogió la actuación estelar del GRUPO ONIRIA, de Málaga, uno de los mejores grupos de música antigua de Europa. Sus componentes han investigado la Música de los Ministriles de Sigüenza que interpretarán en este concierto con los antiguos trombones “sacabuches”. Fue una hora de música repleta de belleza, aplausos y alegría. Además del deán, tomaron la palabra al comienzo del acto la concejala de Cultura de Sigüenza, Sonsoles Arcones, y el presidente de la Fundación Siglo Futuro, Juan Garrido. Medio millar de personas asistieron al hermoso y vitoreado concierto.

Y ya en el domingo 6, en día de soles y nueves y primeros fríos preinvernales, pasadas las ocho de la tarde (exactamente a las 20:30 horas), “aTempora” cerraba sus puertas, tras una celebración litúrgica de vísperas y del canto gregoriano del Te Deum y la interpretación al órgano, a cargo del canónigo organista, Juan Antonio Marco, del célebre y bellísimo “Te Deum” de Charpentier. Numerosas personas acudieron también a esta despedida final, como alcalde seguntino, José Manuel Latre.

Despedida final de la que el presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García Page, el consejero regional de Educación y Cultura, Ángel Felpeto, el ya citado deán de la catedral y Agustín Bugeda, vicario general de la diócesis, en la mañana de este lunes 7 de noviembre, hacen balance en una rueda de prensa en la puerta de acceso, dentro de la catedral, de “aTempora”.

         “Algo se muere en el alma”, “gracias, muchas gracias a todos, de corazón” y un “qué se repita” (como expresión del compromiso de futuro, al que se aludió antes) flotan ahora en los corazones de los seguntinos, mientras la lluvia cae, como lágrimas entremezcladas de alegría y de tristeza y como siembra de futuro. Y es, sí, “aTempora”, pero ni Sigüenza ni su catedral se cierran.

 

Por Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular)

 

En los próximos días se va a clausurar el Año Jubilar de la Misericordia, año de Gracia para el Pueblo de Dios, que ha supuesto un medio para que los cristianos nos encontremos, de manera más consciente, con el corazón entrañable de nuestro Dios. Contemplar el rostro de Cristo nos ha permitido descubrir el rostro misericordioso de nuestro Padre.

La Delegación Diocesana de Piedad Popular ha vivido una jornada de inmenso gozo y fraternidad, viviendo la alegría de la fe, que el pueblo fiel ha expresado y sigue expresando en la piedad sencilla y sincera de nuestras parroquias y pueblos.

El pasado día 15 de octubre 37 cofradías y hermandades de nuestra Diócesis se han dado cita en Guadalajara para convivir, celebrar, manifestar, vivir la devoción al Señor, a la Santísima Virgen y a los santos, en torno a nuestro obispo diocesano y  a la Eucaristía, en la Jornada Jubilar de la Misericordia y Encuentro de hermanos y cofrades de muchos lugares de nuestra diócesis. La piedad popular es verdaderamente sacramento de encuentro con Dios.

Los participantes pudieron disfrutar de la riqueza de nuestra piedad y del amor sincero para con Dios, para con los hermanos y para con uno mismo.

En la presentación de la Carta Pastoral “La caridad  en la misión de la Iglesia”, D. Atilano nos decía: En estos tiempos es necesario0 evangelizar. El Evangelio es la primera caridad que podemos ofrecer a los hermanos, pero si no dejamos que cale en nosotros no podemos anunciar ni dar testimonio del amor de Dios a todos, especialmente a los pobres… Estar atentos a las nuevas pobrezas no solo es  dar, sino darnos, acoger, acompañar y ayudar, sabiéndonos ayudados.

Gracias a muchas personas ha sido posible esta primera jornada organizada por la Delegación Diocesana de Piedad Popular, Hermandades y Cofradías, que tiene voluntad de continuidad. El próximo año tendrá lugar en Molina de Aragón.

La generosidad de los participantes de las diversas asociaciones y cofradías, la disponibilidad de la Concatedral de Guadalajara en donde atravesamos la puerta del Perdón y celebramos la Eucaristía, y de la parroquia de El Salvador en donde compartimos la  comida, del Ayuntamiento que cedió los espacios del Centro Guitián y los jardines del Palacio del Infantado, el apoyo de la Diputación Provincial, el trabajo de la Junta de Cofradías de Guadalajara que trabajado en la organización,… entre todos ha sido posible esta bella y profunda experiencia.

El mes de Noviembre, mes de la Esperanza cristiana

 

Por Juan José Plaza

(Delegación de Misiones)

 

 

Ha sido habitual, y sigue siéndolo, que al mes de Noviembre se le llame el mes de los difuntos. Esto hace que lo miremos con cierta  tristeza, al recordarnos el cementerio, las tumbas, el recuerdo de nuestros familiares fallecidos… Es un mes, también, en el que se nos invita a ejercitar intensamente una de las obras de misericordia espirituales: “Rogar a Dios por vivos y muertos”

Hace unos días, asistiendo a un retiro, se nos habló sobre la Esperanza. De improviso vino a mi mente esta reflexión: así como llamamos al mes de Mayo el mes de las flores o de María, al mes de Junio el mes del Sagrado Corazón de Jesús,  al mes de Octubre el me del Rosario o de las Misiones, etc…, al mes de Noviembre bien se le podría denominar el mes de la Esperanza Cristiana.

Según Santo Tomas: La Virtud de la Esperanza es la «virtud infusa que capacita al hombre para tener confianza y plena certeza de conseguir la vida eterna y los medios, tanto sobrenaturales como naturales, necesarios para alcanzarla, apoyado en el auxilio omnipotente de Dios».1(es decir apoyados en su gracia).

La virtud de la  Esperanza es necesaria tanto como virtud humana, como virtud sobrenatural para  el desarrollo de la vida del hombre.

Víktor Frankl famoso médico psiquiatra, nacido en Viena de familia judía, fue deportado por los nazis al campo de Theresienstadh y  más tarde al de  Auschwitz. Allí desarrollo una terapia psicológica, la logoterapia. Consiste en la sanación a través del diálogo y la escucha. V.F. constató en aquellos campos de prisioneros inhumanos que sobrevivían  sólo los que mantenían viva la llama de la esperanza.

Un superviviente,  tras ser liberado del campo de exterminio y repuesto de su lamentable estado físico en el hospital, volvió a su pueblo con la esperanza (esto es lo que le había mantenido vivo en sus tribulaciones) de encontrar  su casa  y abrazar a su esposa y a sus hijos. Al llegar al pueblo, en el lugar donde se levantaba su vivienda, se encontró un solar lleno de escombros. Preguntó  por su familia y lo que había pasado. Le dijeron que los nazis habían destruido su casa y  asesinado a  todos los suyos. A los pocos días murió. La esperanza que le había sostenido ya no encontraba un fundamento  para mantenerse  con vida.

 En la antropología o visión cristiana de la vida es esencial la Virtud teologal de la Esperanza, pues ella es la que mantiene viva en el hombre la confianza de alcanzar la casa del Padre, el cielo, donde,  una vez liberados de los sufrimientos y limitaciones de la vida terrena, quedarán  satisfechas esas ansias de felicidad que Dios ha imprimido en nosotros, al crearnos  a su imagen y semejanza.

La seguridad de que, cuando seamos liberados de las limitaciones de la vida terrena (con la muerte), no nos vamos a encontrar con “ un solar”, es decir, con que ese cielo y esa vida feliz y eterna a que aspiramos no existe, nos lo garantiza nuestra fe en Cristo resucitado y sus  promesa: “ Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. Y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre” (Jn. 11,25). Y también: “No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así os lo diría, porque voy a prepararos el lugar. Cuando yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo, volveré y os tomaré conmigo, para que donde yo estoy estéis también vosotros” (Jn.14,1-3).

Por tanto, cuando llegue el momento de nuestra liberación final, no nos pasará lo que al superviviente del campo nazi, que al no tener respuesta la esperanza que le había sostenido, murió. Nosotros, al contrario, tenemos asegurada la respuesta a nuestra Esperanza,  por eso viviremos para siempre.

Aún reciente la celebración del Domúnd del 2016, cuyo lema era: “Sal de tu tierra”, hemos de subrayar que los misioneros, al predicar el Evangelio, dan razón  de su ESPERANZA  a los demás, es decir, de que la vida tiene sentido, de que Cristo resucitado es garantía de nuestra resurrección y de que la vida terrena presente tendrá continuidad en una vida eterna y feliz en el cielo.

Sí, “Cristo es nuestra esperanza de Gloria” (Col 1,27). ¡Aleluya!.

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