Testimonio de Ericka
(Delgación de Vocaciones)
Mis abuelos desde siempre han sido creyentes; siempre que podían iban a rezar. Se podría decir que yo siempre he sido creyente, pero aún mas porque yo fui testigo de un acto de fe.
Uno de mis primos (el mas pequeño) tenía un día un partido de fútbol. Todo iba muy bien, el equipo de mi primo iba ganando 5-2; pero justo unos minutos después de marcar el quinto gol, empezó a llover muy fuertemente y el balón se llenó de agua. Fue entonces cuando mi primo iba a marcar un gol de cabeza y el peso del balón era tal que de repente le dio una ataque de epilepsia. Enseguida el partido se paró, llamamos a la ambulancia y fuimos al hospital.
Los doctores no paraban de repetir que la epilepsia no tiene cura y nosotros no sabíamos que hacer. Todo sucedió un sábado.
Al día siguiente, fuimos todos a misa y mi tía se ponía a llorar y a rezar de corazón para que mi primo se curara. Pasaron unos días. Todos fuimos al hospital otra vez y mi primo ya no tenía epilepsia, y, desde entonces, mi primo nunca ha tenido enfermedades de ningún tipo.
No se si ha sido pura casualidad o que los doctores hicieron algo, pero me siento agradecida de que se sienta mejor mi primo.
Firmado: Ericka



Para nosotras, que vivimos a ritmo litúrgico, desde el pasado lunes 9 hemos comenzado el Tiempo Ordinario. La rutina, el día a día… En apariencia lo que más disgusta o de lo que se intenta huir. Por este tópico, en el locutorio, nos interpelan a menudo: “¿No se aburren haciendo siempre lo mismo?” Nuestra respuesta es clara: “¡¡NO!!” La verdad es que gozamos haciendo siempre lo mismo, el Amor siempre es nuevo y todo lo hace nuevo. Esta respuesta, pueden pensar que es estereotipada y sin embargo, es real; ahora bien: igual que no nos sirve la fe de otro, tampoco nos sirve la relación enamorada de otro, es personal e intransferible. Lo que nosotras queremos resaltar con esta reflexión, es que en apariencia se rechaza lo rutinario, y no obstante, durante las fiestas navideñas, algunas personas deseaban que se terminasen. ¿Por qué? Para retomar el día a día. Vivimos en esta contradicción social, posiblemente consumista, cuando nuestra biología es totalmente rítmica, nuestras células hacen siempre lo mismo. Tal vez, este sea el motivo por el que la rutina nos serena, y nos da la oportunidad de entusiasmarnos en la voluntad del Señor, que siempre es fuente de Paz y Alegría.












