El próximo día 22 de agosto la ciudad de Molina de Aragón vivirá una jornada festiva que culminará con la coronación canónica diocesana de la imagen de su patrona, la Virgen del Carmen. Hace tiempo que la Cofradía de la Virgen del Carmen, junto con los sacerdotes de las parroquias molinesas, solicitaron al obispado la coronación canónica de su imagen, dado el alto valor religioso de la misma y la profunda devoción que suscita en el pueblo cristiano.
La coronación canónica es un rito litúrgico instituido por la Iglesia para reconocer la devoción popular por una imagen o la mediación de una advocación especial de la Santísima Virgen, consistente en imponer una corona a la imagen, resaltando así la realeza de María como Madre de Dios. Se da la circunstancia de que la advocación del Carmen, de gran arraigo popular, cuenta con más de medio centenar de imágenes coronadas en todo el mundo.
Según la autoridad eclesiástica que la concede, la coronación canónica tiene el carácter de litúrgica, diocesana o pontificia. Son requisitos para su concesión, como ya se ha indicado anteriormente, la probada antigüedad y valor artístico de la imagen, la devoción hacia la misma, la extensión de su culto y las pruebas de los favores concedidos por esa advocación o imagen.
Imágenes coronadas
En la diócesis de Sigüenza-Guadalajara la del Carmen de Molina, será la quinta imagen coronada canónicamente en poco más de un siglo. La primera imagen en ser coronada fue la de la patrona de Sigüenza, la Virgen de la Mayor, que llevó a cabo Fray Toribio Minguella, obispo seguntino, el 17 de agosto de 1906.
Años después sería el cardenal Pedro Segura, arzobispo entonces de Toledo, el encargado de coronar tanto a la Virgen de la Peña, patrona de Brihuega, el 13 de agosto de 1928, como a la de Nuestra Señora de la Antigua, patrona de la ciudad Guadalajara, el 28 de septiembre de 1930. En esta última, que se llevó a cabo en el parque de la Concordia de la capital provincial, y que contó con la participación de los infantes Luis Alfonso y José Eugenio de Baviera y Borbón como delegados regios, estuvo también presente el obispo de Sigüenza, martirizado en julio de 1936, Eustaquio Nieto.
La última imagen en ser coronada canónicamente en la diócesis fue la de la Virgen de la Hoz, que se celebró también en Molina de Aragón, una vez llevada en procesión por sus devotos desde su santuario, en el Barranco que lleva su nombre, a orilla del río Gallo en el pueblo de Ventosa. Tuvo lugar el 31 de agosto de 1953 y fue presidida por el entonces obispo de la diócesis, monseñor Pablo Gúrpide.
Historia de la cofradía
Según una antigua tradición la actual Cofradía Orden del Carmen tendría su origen en los Caballeros de Dª Blanca y en el Cabildo de Caballeros de Molina, con una historia vinculada a los avatares medievales del Señorío. Los Caballeros de Dª Blanca, quinta señora de Molina, continuarían componiendo la escolta militar de Dª María de Molina, reina consorte de Castilla por el matrimonio con Sancho IV, y hermana de Dª Blanca de quien recibió el Señorío. Tras su muerte heredó el título su hijo Alfonso XI de Castilla y así quedó el Señorío incorporado a la corona hasta la actualidad. Esa podría ser la raíz de la actual división de los cargos de la misma, de rango castrense, y la indumentaria tan característica de los miembros de la cofradía: traje de corte militar en rojo y blanco, por lo que en algunas ocasiones se les ha denominado popularmente “cangrejos”.
No se tienen datos exactos sobre la evolución de la orden hasta su constitución como cofradía religioso-militar con dedicación de culto a la Virgen del Carmen. La Bula de su institución canónica está fechada en Roma en 15 de septiembre de 1745, pero parece indudable que sus cultos en honor a la Virgen se vendrían celebrando desde mucho antes. Parece ser que la congragación carmelitana estuvo presente en Molina, y es posible que fueran sus frailes los que fundaran o restablecieran la cofradía. Los actuales estatutos fueron aprobados por monseñor José Sánchez el 19 de julio de 2003, actualizándolos al derecho canónico vigente, expresado en un estatuto marco que se adapta posteriormente a cada circunstancia concreta.
Expresión de fe y dimensión social
Esta coronación canónica es, ante todo, una expresión religiosa de la devoción de un pueblo, pero a la vez conlleva unas dimensiones culturales y sociales. De hecho la cofradía, al pedir la colaboración económica de los hermanos y devotos para llevar a cabo esta coronación, ha querido tener en cuenta a los más necesitados, destinando el diez por ciento de los donativos recaudados para un proyecto social y caritativo. Además confía en que la fiesta de su titular, que se celebra cada año el 16 de julio, declarada de interés turístico provincial, repercuta, a partir de ahora, de una forma aún más patente en la vida cultural de la capital del señorío.
Los actos religiosos organizados en torno a la coronación son un triduo en honor a la Virgen del Carmen en su ermita del 19 al 21 de agosto a las 8 de la tarde. Los encargados de predicar el citado triduo son tres de los últimos párrocos de Molina: Jesús Montejano, Juan Pablo López y Rafael Iruela. El último día del triduo, a partir de las 9 de la noche habrá procesión hasta la iglesia de Santa María la Mayor de San Gil con la imagen de la Virgen, y a la llegada una nueva predicación a cargo del vicario general de la diócesis, y molinés de procedencia, Agustín Bugeda.
Finalmente, el sábado 22 de agosto se celebrará el acto central, la misa solemne de Coronación de la Virgen del Carmen, en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor de San Gil a las 11 de la mañana, presidida por el obispo diocesano, monseñor Atilano Rodríguez. Posteriormente se tendrá la procesión de la Virgen del Carmen coronada hasta su ermita, concluyendo así esta manifestación de fe del pueblo cristiano de Molina hacia su patrona.