El Papa Francisco, y con él toda la Iglesia, se aprestan a la IV Jornada Mundial de los Pobres, este domingo, 15 de noviembre, en una edición más virtual

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

"/La cita fue fijada ya hace cuatro años.  Concluido el Jubileo de la Misericordia, en la carta apostólica Misericordia et misera, en su punto 21, el Papa anunció la creación de la Jornada. «A la luz –escribió Francisco- del Jubileo de las personas socialmente excluidas (…), intuí que, como otro signo concreto de este año santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada Mundial de los Pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, quien se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (cf. Mt 25,31-46)».

Y a renglón seguido, el mismo Papa adelantaba sus objetivos:  «Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa (cf. Lc 16,19-21), no podrá haber justicia ni paz social».  Y concluía: «Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva evangelización (cf. Mt 11,5), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia».

 

Lemas y actividades

Una frase bíblica acompaña, ilustra e interpela cada la jornada. Así, en 2017 y en 2018 fueron las frases  «No amemos de palabra, sino con obras» (1 Jn 3,18) y «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» (Sal 34,7). En 2019, fue «La esperanza de los pobres nunca se frustrará» (Sal 9,19). Y en 2020, la frase que titula este artículo: «Tiende tu mano al pobre», tomada del libro veterotestamentario del Sirácida, también llamado Eclesiástico (capítulo 7, versículo 32)  Con el hilo conductor de estas frases, el Papa escribe cada año un mensaje, que firma el 13 de junio, memoria litúrgica de san Antonio de Padua, modelo de caridad y de servicio a los pobres.

La amplia programación que para la jornada se desarrollaba en los años anteriores en el Vaticano y en la diócesis, por razones obvias de la pandemia, tendrá como epicentro, y con las debidas medidas de seguridad, higiene, aforo reducido y demás, la misa que para los pobres y con los pobres tendrá el Papa Francisco este domingo 15 de noviembre, a las 10 horas, en la basílica vaticana.

En los años pasados, se instalaba en el Vaticano un hospital de campaña, había una gran comida para los pobres con la presencia de Papa, vigilias de oración y de otras iniciativas que este año tendrán que buscar una realización más virtual y digital.

 

Pobreza, fragilidad y COVID 19

Las citadas bíblicas palabras del libro del Sirácida sirven este año al Papa Francisco para arrojar luz sobre la gran historia de pobreza que abraza naciones enteras. La pandemia que vive el mundo ha puesto de manifiesto una pobreza que muchos habían olvidado: la fragilidad. Los pobres son frágiles por definición, porque carecen de lo necesario y su existencia depende de la generosidad y solidaridad de los demás.

Por paradójico que parezca, el COVID 19 ha hecho posible descubrir que todos somos débiles y dependientes de los demás. Nadie está excluido de esta condición. Los grandes de la tierra, los poderosos del mundo y el hombre de la calle están todos en la misma balanza.

 

No nos salvamos solos

La mascarilla puede ser una primera defensa, pero el virus se cuela por todas partes por muy buenas que sean tus intenciones. No nos salvamos solos, sino juntos. Las imágenes que todavía están impresas en nuestros ojos han mostrado la generosidad de tantas personas que realmente han ofrecido sus vidas para ayudar a quien estaba necesitado.

Alguno ha sentido incluso el deber de llamarlos «héroes», tanto ya no se está acostumbrado a ver gestos de vida cotidiana donde el compromiso y la generosidad deberían ser habituales y compañeros de viaje de todos.

 

Lo que es tender la mano

La mano tendida nunca puede ser en sentido único. Quien la tiende debe estar seguro de que viene recibida por otra mano. La ayuda es recíproca. No haría falta distinguir siquiera quién es el primero en extender la mano. Todos tienen necesidades y todos reciben algo: quien tiende la mano debe poder contar con la solidaridad y quien ayuda debe ser consciente de su responsabilidad.

La debilidad y la fragilidad se presentan con diferentes rostros, pero en cada uno está impreso el rostro de Jesucristo que pide ser reconocido. No se puede volver la mirada hacia otro lado, sería una traición, sobre todo a nosotros mismos porque nos volvemos aún más débiles. Encerrados en nosotros mismos, se buscan las defensas que nadie puede garantizar porque éstas existen sólo en el reconocer la importancia del otro. La fragilidad personal se supera con la fuerza de la comunidad.

 

Entrar en todos nuestros hogares

Este año, por tanto, la Jornada Mundial de los Pobres entra más directamente en cada uno de nuestros hogares. La conciencia de la fragilidad experimentada durante los meses de confinamiento nos permite redescubrir las necesidades de quienes, a diario, viven a nuestro lado y llevan grabado en sus cuerpos de manera permanente lo que nosotros hemos vivido sólo durante unos pocos días. Es necesario no olvidar.

El mensaje del Papa Francisco ayuda mucho en este sentido porque pone de manifiesto la concreción de los gestos que enriquecieron la pobreza de esos momentos: «La mano tendida del médico que se preocupa por cada paciente tratando de encontrar el remedio adecuado. La mano tendida de la enfermera y del enfermero que, mucho más allá de sus horas de trabajo, permanecen para cuidar a los enfermos. La mano tendida del que trabaja en la administración y proporciona los medios para salvar el mayor número posible de vidas. La mano tendida del farmacéutico, quién está expuesto a tantas peticiones en un contacto arriesgado con la gente.

La mano tendida del sacerdote que bendice con el corazón desgarrado. La mano tendida del voluntario que socorre a los que viven en la calle y a los que, a pesar de tener un techo, no tienen comida. La mano tendida de hombres y mujeres que trabajan para proporcionar servicios esenciales y seguridad.

Y otras manos tendidas que podríamos describir hasta componer una letanía de buenas obras. Todas estas manos han desafiado el contagio y el miedo para dar apoyo y consuelo».

 

Manos tendidas, no en y para los bolsillos

Frente a este signo de gran humanidad y responsabilidad, el Papa Francisco contrapone, sin embargo, la imagen de quienes siguen teniendo «las manos en los bolsillos y no se dejan conmover por la pobreza, de la que a menudo son también cómplices».

La lista, afortunadamente más corta como para testimoniar que el bien es siempre mucho mayor que la codicia de unos pocos, describe también escenas de la vida cotidiana: «Hay manos tendidas para rozar rápidamente el teclado de una computadora y mover sumas de dinero de una parte del mundo a otra, decretando la riqueza de estrechas oligarquías y la miseria de multitudes o el fracaso de naciones enteras. Hay manos tendidas para acumular dinero con la venta de armas que otras manos, incluso de niños, usarán para sembrar muerte y pobreza. Hay manos tendidas que en las sombras intercambian dosis de muerte para enriquecerse y vivir en el lujo y el desenfreno efímero. Hay manos tendidas que por debajo intercambian favores ilegales por ganancias fáciles y corruptas. Y también hay manos tendidas que, en el puritanismo hipócrita, establecen leyes que ellos mismos no observan».

Palabras duras, pero lamentablemente verdaderas, que muestran cuánta falta de responsabilidad social sigue presente en el mundo de hoy con la consecuencia de bolsas extremas de pobreza que crecen de forma desproporcionada.

 

Tender las manos, santidad de la puerta de al lado

La «mano tendida» es una invitación a asumirse la responsabilidad de ofrecer la propia contribución. Esto se hace evidente en gestos de vida cotidiana capaces de aliviar el destino de aquellos que viven en dificultad y han perdido la dignidad de hijos de Dios.

El Papa Francisco no tiene miedo de identificar a estas personas como verdaderos santos, los «de la puerta de al lado» que, con sencillez, sin ruido ni publicidad, ofrecen el genuino testimonio del amor cristiano. La presencia masiva de tantos rostros de pobres requiere que los cristianos estén siempre en primera línea, y que sientan la necesidad de saber que les falta algo de esencial cuando un pobre se presenta ante ellos.

«No podemos sentirnos ‘bien’ cuando un miembro de la familia humana es dejado al margen y se convierte en una sombra», escribe el Papa Francisco en su mensaje. Es como si nos invitara a hacer nuestro el «corazón inquieto» de san Agustín. Permanecer inquietos hasta no haber encontrado a Dios impreso en el rostro de los pobres.

 

Impresionante imagen de lo que es tender las manos al necesitado

 

Manos tendidas en oración

La pobreza de la pandemia ha permitido redescubrir la necesidad de la oración. No es poco. Con toda probabilidad, esta necesidad es fruto de una doble emoción. Por un lado, el miedo que se apodera de nuestros días porque, como se ha mencionado, nos sentimos débiles y frágiles.

Por otro lado, saber que hay una fuerza que va más allá de nosotros mismos, que domina el mundo y lo mantiene en vida en su misericordia. Más allá de las emociones que a menudo son efímeras, debería preservarse con tenacidad la necesidad de la oración. Esta no solo da la posibilidad de levantar la mente y el corazón hacia Dios, sino que obliga a mirar el rostro de los hermanos. Se mira a Dios para pedirle que nos mire a nosotros y a los hermanos.

La oración es escuchar la voz de Dios que habla en el silencio y llega al corazón de cada persona que se presenta ante Él para darle alabanza y gloria por encima de todo. Sin embargo, precisamente en el escuchar de la relación con Dios, la oración se convierte en presentación de lo que el hombre necesita.

En este espacio se puede descubrir la cercanía de Dios que nunca nos deja solos. El tiempo de la oración se transforma en espera, esperanza y obediencia a su palabra. En definitiva, se comprende lo que es verdaderamente esencial, aquello por lo que realmente vale la alegría de vivir a pesar de la presencia de la prueba.

 

Pobres, oración, caridad, María

La Jornada Mundial de los Pobres no se detiene, por tanto, en un gesto esporádico de generosidad, sino que se hace una vez más intérprete para entrar con más fuerza en el interior de cada uno.

La solidaridad se extiende y se convierte en verdadera caridad porque está movida por la oración que sabe comprender las necesidades profundas del hermano que vive conmigo a la luz de la presencia de Dios. Y Francisco concluye su mensaje para la IV Jornada Mundial de los Pobres con este texto: «En este camino de encuentro cotidiano con los pobres, nos acompaña la Madre de Dios que, de modo particular, es la Madre de los pobres. Que la oración a la Madre de los pobres pueda reunir a sus hijos predilectos y a cuantos les sirven en el nombre de Cristo. Y que esta misma oración transforme la mano tendida en un abrazo de comunión y de renovada fraternidad».

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 13 de noviembre de 2020

Laura Lara y María Lara

(Las Doctoras Laura Lara y María Lara son Profesoras de la UDIMA, académicas de la Televisión, historiadoras de 'Todo es mentira' en Cuatro, historiadoras del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y Escritoras, con el Premio Algaba entre otros galardones)

 

 

 

1 de noviembre, festividad de Todos los Santos. Día 2, los Fieles Difuntos. Sin duda, noviembre es el tiempo que el almanaque católico dedica a la oración especial por quienes terminaron su cronómetro corpóreo. En el primitivo calendario romano era el noveno mes del año, de ahí su etimología. Treinta días para reflexionar acerca de la caducidad de la vida y el carácter efímero de la existencia humana, un in media res por el devenir como esas Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique (c. 1440-1479) en vísperas del fin de la Reconquista o los lienzos de Valdés Leal (1622-1690) en pleno Siglo de Oro: In ictu oculi y Finis gloriae mundi. En efecto, las vanitas barrocas se convierten en guías espirituales en este artículo, pues lamentablemente en un abrir y cerrar de ojos se acaba el paso por la Tierra y el individuo se encuentra solo, escuchando la voz de su conciencia, en la incesante búsqueda del alma de “esa fonte que mana y corre aunque es de noche” (San Juan de la Cruz).

 

 

Desde hace dos décadas y media, estos versos aparecen con frecuencia en el pensamiento de las Hermanas Lara, los estudiamos en 6º de EGB.

 

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando;

cuán presto se va el placer;

cómo después de acordado

da dolor;

cómo a nuestro parecer

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.

 

Rodrigo Manrique falleció el 11 de noviembre de 1476, si bien la fecha de composición de las Coplas (en tanto que género poético de la elegía funeral medieval o planto), suscita dudas cronológicas, ya que Manrique de Lara podría haber empleado estrofas escritas con anterioridad a su orfandad. La fama, el sentido de la vida, la diferencia de estamentos sociales -a los que iguala la muerte de análogo modo que a los ríos caudales y más chicos, llegando todos tarde o temprano a la mar que es el morir- y las altas dosis de resignación, cristiana, hebrea o estoica, se inspiran en textos clásicos, medievales y del Eclesiastés, combinados con la historia reciente de Castilla y sucesos autobiográficos.

Jesucristo no había nacido cuando el poeta latino Horacio (65-8 a.C.) animaba a "carpe diem quam minimum credula postero":

 

No pretendas saber, pues no está permitido,

el fin que a ti y a mi, Leucónoe,

nos tienen asignados los dioses,

ni consultes los números babilónicos.

Mejor será aceptar lo que venga,

ya sean muchos los inviernos que Júpiter

te conceda, o sea éste el último,

el que ahora hace que el mar Tirreno

rompa contra los opuestos escollos.

Sé prudente, filtra el vino

y adapta al breve espacio de tu vida

una esperanza larga.

Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.

Vive el día de hoy. Captúralo.

No te fíes del incierto mañana.

 

El precursor del beatus ille (que después de transcurridos más de quince siglos retomarían Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León), sentenciaba transmitiendo una ilusión chispeante: non omnis moriar. En efecto, nadie muere del todo mientras se habita en el recuerdo de los vivos. Es la metáfora del viaje retomada por el poeta griego Cavafis (1863-1933), como si del retorno del homérico Odiseo a su patria se tratara.

 

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca (...),

pide que el camino sea largo.

Que muchas sean las mañanas de verano

en que llegues -¡con qué placer y alegría!-

a puertos nunca vistos antes (...).

Ten siempre a Ítaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Mas no apresures nunca el viaje.

 

Algún día seremos inmortales en esos juegos de esferas en el Cielo que María Lara recrea en El velo de la promesa (Premio de Novela Histórica “Ciudad de Valeria”); aventuras históricas y metafísicas en torno al Mediterráneo y al mar Negro en el siglo IV que Caerelia, el emperador Constantino y el resto de personajes literarios prosiguen en la continuación de la saga en Memorias de Helena. En diciembre de 2014 estas dos novelas fueron las protagonistas de la jornada de confraternización de los sacerdotes de la Diócesis con don Atilano por Navidad.

 

María y Laura impartiendo la conferencia al Clero diocesano (26/12/2014)

 

En nuestros días, las filosofías orientales y el mindfulness (técnica de relajación que invita a tomar conciencia plena de nuestras emociones con el fin de eliminar la frustración que produce el no poder cambiar determinadas situaciones) predican el mismo mensaje. La oración es una meditación ancestral, estamos en las manos de Dios. Pero nadie debe olvidar que la Historia es magistra vitae, tal como afirmaran Cicerón y San Isidoro de Sevilla. Tempus fugit.

 

 

Por Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular, Cofrafías y Hermandandes)

 

 

Nos encontramos en momentos difíciles para todos, a causa de la pandemia. Nuestras costumbres y formas de vivir la fe han cambiado necesariamente. El avance del virus nos obliga, por un lado a la paciencia, y por otro a una reflexión que nos ayude al buen hacer.

Las formas de vivir la piedad popular en nuestras cofradías y hermandades se han reducido a pequeños gestos, a evitar aglomeraciones y a esperar tiempos mejores. Pero la extensión en el tiempo de la pandemia en el presente otoño y el inmediato invierno, nos obligan a la paciencia, a saber esperar, a saber sacar bienes de los males.

Esta paciencia debe ir acompañada de la reflexión, de repensar nuestra fe, las expresiones de piedad popular, de buscar un poco más la formación personal, tanto a nivel espiritual como intelectual.

"/En este sentido, la Delegación Diocesana de Piedad Popular ha programado, un año más, su Escuela Cofrade. Se desarrollará según sea posible, con todas las normas de seguridad recomendadas.

Se profundizará en la importancia de la liturgia en la religiosidad popular (6 de noviembre), en temas actuales de bioética (8 de enero) y en la Doctrina Social de la Iglesia (5 de febrero). Por otro lado se han programado dos retiros espirituales, uno en Adviento en la Iglesia de San Nicolás (4 de diciembre) y otro en cuaresma en la Iglesia de las MM. Carmelitas (5 de marzo). Se deja para el final, si las circunstancias así lo permiten, dos visitas. Una a la villa de Atienza, y otra a los Talleres Martínez de Horche.

En estos tiempos, desde la Delegación queremos transmitir a todos los cofrades de la diócesis una palabra de aliento y esperanza. Sabemos, que tras el Viernes Santo nos espera la gloriosa mañana de la Pascua.

Que en estos tiempos, no dejemos de preocuparnos por el resto de miembros de la Cofradía y de atender a los más necesitados, haciendo realidad esa finalidad de toda cofradía de ayuda mutua y de atención a los necesitados.

 

 

Por Javier Bravo

(Delegación de Medios de Comunicación Social)

 

 

 

Nuestra diócesis, en comunión con el resto de las diócesis españolas, celebran un domingo de noviembre (este año el domingo 8) el Día de la Iglesia Diocesana. Una jornada en la que, anual y tradicionalmente, se llama a los fieles a la corresponsabilidad y a colaborar en su sostenimiento. El obispo diocesano, D. Atilano Rodríguez, ha dedicado su carta semanal a la Jornada de la Iglesia Diocesana. En ella, nos alienta y anima a “como bautizados, colaborar activamente en la acción evangelizadora, mediante la oración, el testimonio, la entrega de su tiempo, necesita también la aportación económica de todos. Solo así será posible la atención a los pobres, el mantenimiento de los templos y la realización de las distintas actividades pastorales diocesanas y parroquiales”.

"/Hace algún tiempo ya traje a esta sección el portal www.donoamiiglesia.es; y lo traigo de nuevo porque, durante este tiempo de pandemia, las necesidades eclesiales se han multiplicado debido a la crisis sanitaria y económica; además, los cierres y limitaciones en los templos han originado al mismo tiempo una drástica caída en los ingresos en nuestras parroquias. Es importante que, tomando conciencia de nuestra condición de pertenencia a la Iglesia como bautizados, cada uno de nosotros descubra la invitación del Señor a poner su persona, su tiempo y sus bienes al servicio de los hermanos, especialmente de los más necesitados.

"/Traigo también otra página que corresponde a una plataforma que en estos días se está haciendo viral por la inminente tramitación de la Ley Celaá en el Congreso. La plataforma recibe el nombre ‘Más Plurales’. Puedes pinchar en la imagen de la derecha para acceder a la web o escribir en tu navegador www.masplurales.es. Su campaña va en contra las limitaciones y reducciones de esa Ley y está promovida por las entidades adheridas a la Plataforma como son las asociaciones de padres COFAPA y CONCAPA, los sindicatos FSIE y FEUSO, las patronales Escuelas Católicas, CECE, Fundació Escola Cristiana de Catalunya y las entidades Ven y Verás, EnLibertad, Yo Libre, Reli es Más, FEDMA y Libres para Elegir.  

En ella tenéis amplia información de lo que la Ley Celaá propone. Entre otras cosas, la LOMLOE inventa un derecho a la educación pública, cuando el derecho reconocido en la Constitución es el derecho a la educación; la enfrenta al modelo de educación concertada, ampliamente implantado en Europa; devalúa la enseñanza de la asignatura de Religión en la escuela aplicando un laicismo impropio; y queda en grave riesgo la supervivencia de los centros de educación especial, entre otros aspectos. 

Durante el tiempo que lleva funcionando, se ha iniciado una campaña de recogida de firmas contra la Ley y a favor de la convivencia de los diferentes modelos educativos y de los derechos reconocidos en la Constitución en la página www.masplurales.es. A día de hoy, van más de 1.000.000 de firmas recogidas. También se van a poner en marcha una serie de acciones encaminadas a informar a la comunidad educativa del contenido de la Ley y promover movilizaciones sociales cumpliendo con todas las recomendaciones de seguridad e higiene frente a la COVID19.

 

"Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo" es el lema de la jornada que conlleva colecta para contribuir al sostenimiento diocesano

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde hace ya más de tres décadas, un domingo de noviembre (este año, domingo día 8) es en España el Día de la Iglesia Diocesana. Se trata de una jornada destinada a incrementar la pertenencia y corresponsabilidad eclesial en y desde la diócesis. Esta corresponsabilidad se ha concretar asimismo en una mayor disponibilidad para colaborar en toda la actividad de la Iglesia y en su financiación y sostenimiento económico. De este modo, el Día de la Iglesia conlleva colecta imperada. En 2018, esta colecta alcanzó en nuestra diócesis la cifra de 30.329 euros. En 2017 fue de 31.768,11 euros, trescientos euros menos que en 2016. Y en 2019, fue de 32.803,74 euros. Una cifra, pues, superior a la de pasados años. 

La campaña del Día de la Iglesia, unida a la de la declaración de la renta en primavera con la marca  X (Por) Tantos, es divulgada con amplia difusión en los medios de comunicación de ámbito nacional. “Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo” reza el lema de este año, un año, que, debido a la pandemia, experimenta notables descenso en las economías diocesana y parroquiales y, a la vez, notables también aumento en la demanda en pro de la ayuda a las personas necesitadas, que han crecido.

“Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos corresponsables de la labor de la Iglesia y de su sostenimiento.  En toda familia hay necesidades y la parroquia es una gran familia que necesita tu ayuda”. La campaña ofrece el hashtag #SomosUnaGranFamiliaContigo para difundirla en redes sociales.

Una de las acciones de la campaña del Día de la Iglesia Diocesana es dar mejor a conocer la realidad concreta de cada diócesis. De ahí, que, a continuación, ofrezcamos, como en los pasados años, una descripción de cómo es hoy a día de hoy nuestra Iglesia diocesana de Sigüenza-Guadalajara.

 

Arca de caridad en San Pedro de Sigüenza y catedral

 

 

Obispo y sacerdotes diocesanos

 

Desde el 2 de abril de 2011, el asturiano Atilano Rodríguez Martínez es el obispo de Sigüenza-Guadalajara, Don Atilano tiene 74 recién cumplidos años, es sacerdote desde 1970 y obispo desde 1996. Con anterioridad, fue obispo auxiliar de Oviedo (1996-2003) y obispo de Ciudad Rodrigo (2003-2011). Desde marzo de 2017 es el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, desde marzo de 2020, con ampliación de competencias, denominada Comisión Episcopal para las Pastoral Social y la Promoción Humana.

En la actualidad, el número de sacerdotes diocesanos se sitúa ya por debajo de los 200, de ellos 161 residentes en el territorio diocesanos, más de un tercio ya jubilados y más de la mitad  de este total de 1612 sacerdotes viven en la  ciudad de Guadalajara. Colaboran con la pastoral diocesana otros veinte sacerdotes,  ya la mayoría de ellos extranjeros-

Hay ahora tan solo siete sacerdotes diocesanos en misiones, en distintos países de América Latina. Otros veinte sacerdotes mantienen su incardinación en nuestra diócesis, aunque prestan sus servicios en otras diócesis. La diócesis cuenta con tres seminaristas, que estudian en la Facultad de Teología de San Dámaso de Madrid.

 

Vida Consagrada

 

En 2020, hay también unas 39 comunidades de vida consagrada: 10 monasterios contemplativos, 15  casas de religiosas, 7 de religiosos, 2 institutos seculares, 1 familia eclesial, 1 orden de las vírgenes y 2 asociaciones privadas de fieles. En total, los consagrados presentes en la diócesis se sitúan ya por debajo de los 300 (256 según los últimos datos), de ellos menos de un centenar de contemplativas.

Las congregaciones religiosas presentes en los monasterios contemplativos de la diócesis son Clarisas (en Sigüenza), Carmelitas Descalzas (en Guadalajara y en Iriépal), Jerónimas (en Yunquera de Henares), Benedictinas (en Valfermoso de las Monjas), Cistercienses (en Brihuega y en Buenafuente del Sistal), Ursulinas (en Sigüenza), y Franciscanas Concepcionistas (en Pastrana y en Guadalajara)

Las comunidades de religiosos presentes son Josefinos (en Sigüenza y en Azuqueca), Maristas, Salesianos y Agustinos Recoletos (en Guadalajara) y Hermanos de la Sagrada Familia (en Sigüenza). Las religiosas pertenecen a las Adoratrices (en Guadalajara), Carmelitas del Sagrado Corazón (en Guadalajara y en Humanes), Dominicas (en Azuqueca), Doroteas (en Azuqueca), Hermanas de la Caridad de Santa Ana (en Guadalajara), Hermanitas de los Ancianos Desamparados (en Sigüenza y en Guadalajara) Reparadoras del Sagrado Corazón (en Guadalajara), Scalabrinianas (en Guadalajara) y Ursulinas (en Guadalajara).

La Obra de la Iglesia y la Asociación Papa Juan XXIII en Guadalajara, la Comunidad de la Sagrada Familia (en Trillo), el Orden de las Vírgenes (en Cabanillas del Campo) y la Comunidad Betania (en Brihuega) son otras presencias, con sus correspondientes servicios, de vida consagrada, en distintas y nuevas formas, en la diócesis. También hay en la diócesis mujeres consagradas pertenecientes a los institutos seculares Alianza en Jesús por María y Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote.

 

Acción sacramental, catequesis y laicado

 

En el último año registrado (2019), se administraron 1.220 bautizos, 1.428 primeras comuniones, 569 confirmaciones, 268 bodas canónicas, y ninguna ordenación sacerdotal (la última ordenación, fue el 31 de mayo de 2015, con un nuevo sacerdotes; le anteceden las tres ordenaciones del 11 de julio de 2010; y previsiblemente, en el mejor de los casos, no habrá ordenación sacerdotal hasta 2021). Los datos de los registros sacramentales en la diócesis, aunque muy ligeramente, son cada año inferiores, en 2019 un descenso menos acusado que en otros años-.

El número de catequistas en la diócesis se sitúa en los 840, que forman a cerca de 7.000 niños, adolescentes y jóvenes.

El laicado diocesano organizado se agrupa en torno a una veintena de instituciones: Acción Católica General, Adoración Nocturna Española, Adoración Nocturna Femenina, Asociación Católica de Servicio a la Juventud Femenina, Asociación Cristiana de Viudas, Asociación María Auxiliadora, Asociación Salesianos Cooperadores, Centros de Cultura Popular, Comunidades Fe y Luz, Comunidades Neocatecumenales, Conferencias de San Vicente de Paúl, Cursillos de Cristiandad, Encuentro Matrimonial, Federación Católica de APAS, Hermandades de Trabajo, HOAC, Manos Unidas, Movimiento Scout Católico, Orden Franciscana Seglar, Renovación Carismática Católica, Talleres de Oración y Vida, Vida Ascendente.

 

Acción caritativa y social

 

La diócesis cuenta con un centro de asistencia a emigrantes, refugiados y prófugos, que, en 2019, atendió a 4.750 personas. Otras 2.965 personas fueron servidas en los 43 centros presentes en la diócesis para mitigar la pobreza; y 1.311, en los dos centros diocesanos de promoción laboral.

Asimismo hay cinco casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad   que acogen y sirven a 915 personas.

El presupuesto de recursos económicos de Cáritas diocesana en 2019 fue de 1.929.141,86 euros Las áreas de trabajo de Cáritas diocesana sin Inclusión Social, Ayuda a Mayores, Voluntariado y Cooperación, Servicios a las Cáritas de los arciprestazgos y parroquias, Empleo y Economía Social, Comunicación y Secretaría y Gestión y Administración.

Pormenorizando algunos datos concretos de la Memoria 2019 de Cáritas Diocesana, encontramos estos registros: el Centro de Atención Residencial Betania de Guadalajara atendió a 394 personas y se facilitaron 8.928 desayunos; 5.611 comidas y 8.972 cenas; el proyecto integral de acogida, restaurante y supermercado solidario, 1.906 personas atendidas, 767 familias participaron en el Restaurante y Supermercado Solidario y se facilitaron 62.868 menús;  en empleo y economía social, 824 personas fueron atendidas desde el servicio de orientación laboral, 264 personas participaron en cursos de formación laboral y hubo 4 contratos de inserción en Reciclamoda; y 247 mayores fueron atendidos en sus domicilios y la Residencia de Mayores San Juan Pablo II de Alovera cubre sus 160 plazas.

Por lo que respecta a las Cáritas parroquiales, en 2019, fueron 1.666 las familias atendidas y 6.144 las personas socorridas. Las Cáritas arciprestales y parroquiales de nuestra diócesis invirtieron en favor de los más necesitados un total de 238.487 euros.

El número de voluntarios de las Cáritas de la diócesis asciende a 625 voluntarios; 237 hombres y 388 mujeres. Los voluntarios de Manos Unidas son dos decenas.

 

Acción educativa y cultural

 

Los colegios de matriz religiosa presentes en la diócesis (10 de educación infantil, 9 de primaria y 9 de secundaria) educan a más de siete mil alumnos, con cerca de 500 docentes y otros casi 600 trabajadores. Estos colegios son de titularidad diocesana (tres: Sagrada Familia-Ursulinas de Sigüenza, Cardenal Cisneros de Guadalajara y Santa Cruz de Guadalajara) y de congregaciones religiosas como las Doroteas, los Salesianos, los Agustinos Recoletos, los Maristas, las Adoratrices y las Hermanas de Santa Ana, todos en Guadalajara, menos el colegio de las Doroteas en Azuqueca de Henares.

La diócesis cuenta con cinco museos: tres de la parroquia de Atienza, otro de la parroquia-colegiata de Pastrana y otro en Sigüenza, el Museo Diocesano, además de la catedral seguntina.

La diócesis cuenta con 45 templos diocesanos declarados bienes de interés cultural (BIC). El número de celebraciones y fiestas religiosas en estos 45 templos ha sido de 317, con una participación de 45.215 fieles.

La diócesis cuenta, con la de Sigüenza, con una de diez mejores catedrales de España. Se han cumplido ya 851 años de su consagración y dedicación al culto católico.

 

Formación y espiritualidad

 

Junto al Seminario, la diócesis cuenta con la Escuela Diocesana de Teología y la Escuela Diocesana de Formación Misionera, amén de escuelas diocesanas para Pastoral Obrera y para Hermandades y Cofradías (la realidad cofrade en la diócesis sigue siendo muy importante, aunque quizás algo ocasional). En la actualidad, hay unas 120 cofradías en la diócesis con estatutos actualizados a tenor del CIC de 1983). Hay también cuatro santuarios diocesanos y varios cientos de ermitas.

En Guadalajara, se hallan el Centro Juvenil Juan Pablo II, el Centro Diocesano de Orientación Familiar (COF) y el Centro de Escucha San Camilo.

Nuestra diócesis cuenta asimismo con cinco casas de espiritualidad: la Casa María Madre de Guadalajara, la Casa de Oración de los Hermanos de la Sagrada Familia “El Bosque” de Sigüenza, las Casas de Oración de los monasterio de Valfermoso de las Monjas (Benedictinas) y de Buenafuente del Sistal (Cistercienses) y el Centro de Espiritualidad y de Pastoral “San Francisco de Asís” de Trillo. Y hay cinco albergues de Cáritas: dos en Guadalajara y uno en Molina de Aragón, Jadraque y Sigüenza.

 

Financiación

 

El 24,98% de los ingresos económicos en la diócesis procede de las aportaciones de los fieles; el 24,17%, de otros ingresos corrientes; el 20,48%, de la asignación tributaria y su distribución a través del Fondo Común Interdiocesano de la Conferencia Episcopal Española; el 17,979%, ingresos de patrimonio y de otras actividades; y el 12,40%, ingresos extraordinarios;  

Las dos mayores partidas de los gastos son el 22,58% en conservación de edificios y gastos de funcionamiento; y el 21,85%, en retribución al personal laboral seglar. Siguen el 19,14% en gastos extraordinarios; el 12.05%, en retribución al clero; y 9,55%, en capacidad de financiación

Estos datos económicos, que importan 14.709.270,65 euros, están muy equilibrados y son similares a los de los años últimos.

 

Estructuración

 

En la actualidad, hay en la diócesis una vicaría general, tres vicarios episcopales sectoriales (Curia, Pastoral Social y Vida Consagrada) y una territorial (para Sigüenza y los arciprestazgos rurales). Hay también vicaría judicial, tribunal eclesiástico, servicios diocesanos de administración, secretaría-cancillería, archivo, etc. Desde el 1 de junio de 2019, hay siete arciprestazgos: Azuqueca de Henares, Cifuentes, Guadalajara, Hita, Molina de Aragón, Pastrana y Sigüenza.

Hay también unas dos decenas de delegaciones sectoriales pastorales, algunos de ellas departamentos específicos (18+2), amén de los consejos de consulta habituales -episcopal, presbiteral, pastoral, asuntos económicos, párrocos consultores, arciprestes, colegio de consultores, oficina de transparencia, consejo de dirección del Sínodo diocesano, oficina de acogida y acompañamiento para la protección de menores- y numerosas comisiones y doce fundaciones.

 

Cruz del Cerro de Algora

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 6 de noviembre de 2020

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