El amor de Cristo nor urge (2 Cor 5, 14)...

   

Por Francisco Dombriz

Profesor de Religión

 

Nuestro Plan Pastoral Diocesano para estos próximos años, tal como vimos en la Asamblea Pueblo de Dios, quiere recoger y hacerse eco de toda la vida eclesial que se da en nuestra Diócesis y a la vez pretende que no olvidemos cómo el Señor sigue llamándonos precisamente ahí, en lo que vivimos y hacemos cada día, para que no caigamos en la rutina y el desánimo, sino que por el contrario renovemos nuestra pertenencia a Él y nuestra entrega generosa.

El Plan Pastoral nos recuerda, una vez más, las diferentes dimensiones, que como Iglesia, Pueblo de Dios, cultivamos en nuestras Parroquias, Movimientos, Comunidades, Asociaciones…

Juntos los días 3 y 4 de octubre pudimos escuchar, reflexionar, hacer preguntas, compartir ilusiones, animarnos y seguir percibiendo la hondura de una Iglesia que tiene en la misma entraña su ser orante y es ahí donde se cimenta y sostiene, que ha sido engendrada en la comunión, que como su mismo Señor está llamada a pasar por la vida haciendo el bien en actitud Samaritana, en definitiva una Iglesia Misionera que anuncia desde el testimonio alegre y esperanzado, a Jesucristo, como Buena Nueva para el hombre de Hoy.

 

Queremos retomar de nuevo lo escuchado en el XXII Encuentro del Pueblo de Dios y hacerlo como anuncio y llamada para nuestra Iglesia Diocesana. Ese paso del Espíritu por la Asamblea, y, por ello, por cada uno de nosotros, nos hace estar atentos para seguir “escudriñando los designios de Dios”.

 

Misión que nace de la intimidad con Dios. Iglesia orante

Anunciamos no sólo con palabras, sino sobre todo con una vida que se ha transfigurado en la Presencia de Dios (EG 259).

En una sociedad centrada, entre otras cosas, en la publicidad, en atraer la atención del otro y hacer de él adicto, admirador, seguidor, afiliado, consumidor… a los cristianos se nos pide hacer del verdadero Anuncio espacio para el encuentro, para la profundidad de vida, para compartir y sanar heridas, para acompañar y celebrar nuestras vidas. Si los encargados del marketing dedican todo su esfuerzo en diseñar imágenes atractivas, palabras sugerentes… nosotros los creyentes estamos llamados a entrar en la pasividad-activa de la oración, a dedicar nuestro tiempo a estar con Quien va tallando su imagen en la nuestra y va poniendo en nuestro corazón y en nuestros labios los gestos y las palabras oportunas. Somos portadores de su misma vida pero sólo cuando estamos dispuestos a recibirla en la intimidad de nuestro ser.

Como Iglesia, cada uno de nosotros, hemos de dejarnos transformar por su Presencia.

 

Sólo el amor de Cristo llena nuestros corazones y es eso lo que nos impulsa a evangelizar (Benedicto XVI, Porta fidei, 7) por tanto si no hablamos de Dios es porque nos falta amor en el corazón, porque nos falta oración… pero Cristo nos sigue llamando y enviando… transformando con su luz nuestras tristezas y apatías.

Lo que va quedándose y reside en el corazón es clave para nuestra vida y bien sabemos que es el corazón, lo que en él hay, aquello que marca nuestro talante y nuestro modo de hacer las cosas.  Un creyente no puede descuidar su vida interior. La Escritura nos invita: “Cuida tu corazón porque en él están las fuentes de la vida” (Prov 4, 23). Atender el corazón es dar espacio a la vida de Dios en nosotros. Una Iglesia que ora y que celebra, es una Iglesia que late al ritmo del Amor que Dios deposita en ella, que necesariamente contagia su latido y que se acerca a los otros con entrañas de misericordia para acompañar y compartir, para sanar y celebrar.

 

Orar es dialogar con Cristo desde mi situación actual y real… es habituarme a vivir acompañado, a vivir con Él… Ésta es la oración continua. Esta oración continua será alimentada por momentos especiales: la celebración de la Eucaristía, la vida litúrgica en la comunidad eclesial, las devociones particulares…

 

Misión que se construye desde la Comunión. Iglesia de Comunión

“Que sean uno para que el mundo crea”. Hay algo de la credibilidad de nuestro anuncio que pasa por la experiencia de unidad entre nosotros, por la comunión entre nosotros.

La urgencia que Jesús tiene necesita educar nuestra sensibilidad porque hay cosas que le preocupan más y cosas que quizá no le preocupan tanto. Y en esto de la unidad parece que ahí se juega algo importante… Jesús quiere que tomemos conciencia de lo que se juega de vital en la unidad entre nosotros a la hora del anuncio.

El testimonio creíble de la unidad y de la comunión es la mejor manera de mostrar que por encima de nuestros intereses personales o de grupo está la preocupación apremiante de seguir generando y haciendo realidad el Reino de Dios. El Reino no se gesta en la suma de individualidades sino en el horizonte común de una empresa que no es nuestra, en la que no nos mostramos a nosotros mismos, sino que mostramos la inabarcable y plural Presencia de Dios en nuestra Historia, para seguir haciendo de ella lugar de salvación para cada ser humano.

Es por ello que el Espíritu quiso unirnos en esta experiencia de ser diferentes en lo mismo, de no estar centrados en nuestras cosas sino en las cosas de Dios, de vivir la comunión entre los presentes en asamblea y con todos aquellos que desde el corazón y la oración estaban empujando esta obra del Espíritu: Que todos sean uno para que el mundo crea.

 

La vida de cada persona es un don para mi y yo también soy un don para el otro. Y ésta es una de las primeras miradas que tenemos que convertir en nosotros…Y hacer un ejercicio de orar con las personas, y especialmente con esas que más nos cuestan: “Señor, ¿quién es esa persona para ti, tanto vale para ti que diste tu vida por ella?…”.  Comunión, es comunión con el sentir de Dios.

Mirar al otro dejando de lado los juicios, ocasionados casi siempre por querer hacer a los demás a nuestra imagen, perdiendo de vista que la imagen que Dios ha puesto en cada uno de nosotros se corresponde con la que él quiere que no perdamos y que podamos mostrar al mundo. El respeto y la comunión con los demás es también expresión del respeto y la acogida al plan de Dios en este momento de la historia. Lejos de buscar la uniformidad se nos invita a mirar de otro modo y a suplicar la unidad, es decir, a dejar que el Espíritu sea el protagonista en nuestra Iglesia y Él siga repartiendo sus múltiples dones y carismas. Acogerlos y reconocernos es abrir el corazón a un Dios que no se deja manipular ni encerrar en determinadas fórmulas y formas, sino que transciende nuestros modos humanos para llegar y amar a cada uno.

 

Dios nos quiere hacer para este tiempo nuevo de evangelización como muy sensibles a la unidad entre nosotros y a las relaciones de amor mutuo, de ayudarnos a vivir felices porque eso contagia… Dios nos ha creado así y no nos ha llamado a salvarnos solos, sino como pueblo.

 

Misión que es Amor. Iglesia Samaritana.

El Kerygma [el anuncio de la muerte y resurrección del Señor] tiene un contenido ineludiblemente social: en el corazón mismo del Evangelio está la vida comunitaria y el compromiso con los otros. El contenido del primer anuncio tiene una inmediata repercusión moral cuyo centro es la Caridad. (EG 177)

Anunciamos la Buena Nueva al estilo del Maestro, no sólo dejando que los demás se acerquen a nosotros, sino acercándonos nosotros a ellos. La manifestación más clara de lo que es Dios, de un Dios Amor,  es su Hijo, icono de un Dios que se abaja para levantar el caído, sostener al débil, perdonar al pecador, acoger al pobre y abandonado, sanar al enfermo y excluido, en definitiva Amar a todos. Por eso no hay otro modo de seguimiento que aquel que se abaja para tocar la miseria humana, que aquel que como Jesús siente la conmoción de sus entrañas. No anunciamos sólo con discursos y palabras, anunciamos sobre todo puestos a los pies de los hermanos. Y ahí en el lugar de los esclavos conmemoramos a este Dios que quiso despedirnos de nosotros lavando y besando nuestros pies, que nos pidió hacer memoria suya haciendo también del servicio un sacramento. Un cristiano que no ha descubierto el amor hecho cercanía y misericordia, no ha llegado a descubrir lo más característico de ese Cristo a quien sigue. Una comunidad que rara vez lava los pies de los hermanos, está dormida en la comodidad y el ritualismo. El Amor de Dios nos despierta a los otros, a sus predilectos, a los pobres.

 

Para que nuestro anuncio sea creíble tiene que ser samaritano, servicial… La parábola del buen samaritano nos hace ver la diferencia entre del sacerdote y el levita con el samaritano, y es que miraron para otro lado, mientras que el samaritano…

No podemos mirar a otro sitio, no podemos ocultar el rostro ante el dolor y el sufrimiento humano, que es ahí hacia donde se tiene que dirigir nuestra mirada… Las periferias, tiene que ser objeto de nuestra contemplación, de nuestra mirada… la mística cristiana tiene que ver con mirar esa realidad de sufrimiento.

En la entraña de nuestra vida eclesial debe de estar muy vivo el hecho de que el seguimiento pasa por una entrega incondicional. El cenáculo es el lugar de la celebración, del descanso, de recobrar fuerzas, de encontrarnos con Él y los hermanos, pero la brecha a la que inevitablemente nos lanza esta experiencia es al lado de quienes necesitan de nosotros, de aquellos que han sido excluidos y marginados de la sociedad en tantos rincones de nuestros pueblos y ciudades. Una comunidad eclesial sin acción caritativa, a la manera como cada contexto lo requiera, ha perdido un aspecto constitutivo de la Iglesia de Jesús, estar entre los hombres como el que sirve teniendo como acicate hacerse presentes e ir transformando las situaciones de vulnerabilidad y de injusticia.

 

La Misión que es amor no es un apéndice a la Evangelización, no es un añadido. Los pobres no son el segundo plato de nuestra mesa, es el lugar en el que Dios se nos está manifestando, y se nos manifiesta como interrogante, pregunta, alternativa, esperanza, justicia. Y a nosotros ahora nos toca acogerlo.

 

Una Iglesia en salida

 

Nuestro Dios es misionero y nosotros somos misioneros conectando con nuestro Dios… No es la Iglesia la que tiene una misión, es la misión del Espíritu la que tiene una Iglesia…el Espíritu es el que dice yo quiero contar con esta Iglesia. Y entonces la Iglesia se vuelve dócil… Es la obediencia al Espíritu la que nos lleva a ser auténticos misioneros.

Comenzábamos con la oración y concluimos del mismo modo, el cultivo de la vida interior será el que nos permita saber que no somos nosotros, sino el Espíritu, y que todos nosotros somos humildes servidores de su obra. La docilidad al Espíritu lleva asociadas muchas otras actitudes, la humildad en nuestro ser y hacer, el saber que somos simples instrumentos y que el único fin es Dios, aceptar la pequeñez en la que estamos sabiendo que la única grandeza es la de Dios. Una Iglesia dócil no es otra cosa que una comunidad cuyos miembros, desde su humildad y buscando la voluntad de Dios, se dejan transformar y se presentan el mundo como signos vivientes de ese Dios que Ama y se Entrega sin medida.

 

Necesitamos el nuevo método. Método de la mirada. Pasar del método del déficit al apreciativo, en lugar de buscar problemas, buscar milagros, porque quien busca problemas encuentra problemas, quien busca milagros encuentra milagros.

 

Para ser evangelizadores se nos pide cambiar nuestra mirada, unirnos al “+” que este momento histórico pide de nosotros. Los predicadores de calamidades ya dejaron de existir, nosotros somos testigos de la fuerza y la presencia de Dios. Mirar con sus propios ojos para positivizar nuestras comunidades y desde ahí seguir transformándolas y avanzando. Cada uno de nosotros hemos de abandonar la “seriedad” y su consiguiente losa de quedarnos en el todavía no…; hay un ya en nuestra vida, reconocerlo y compartirlo es necesario para ser creadores y generadores de esperanza, sólo así nuestro "todavía no" será vivido como llamada a transformarlo y no como escusa que me paraliza y no me permite avanzar.

Busquemos milagros en nuestras personas, en nuestras comunidades y en nuestra diócesis y si no los encontramos posiblemente sea porque hemos perdido el rastro del Espíritu. Sin duda Dios sigue actuando, Él no descansa, nuestra tarea en estos próximos años como Iglesia diocesana sigue siendo descubrirle para seguir haciendo bien lo que ya hacemos, para reforzar aquello que no termina de cuajar y acoger la novedad que se nos pide. Y todo ello buscando los milagros que impiden que magnifiquemos los problemas, de este modo seremos una Iglesia alentada y bendecida por la presencia del Espíritu.

 

Necesitamos una Iglesia que busque milagros porque los encuentra y porque Jesús nunca quiso una misión sin milagros.

Andamos de estrenos...

   

Por Agustín Bugeda Sanz

Vicario General

 

Al escribir esta primera colaboración para la renovada página web de nuestra Diócesis, no puedo menos que recordar con actitud agradecida los “estrenos” que vivimos y viviremos en estos días.

En primer lugar hemos estrenado el pasado día 4 esta remodelada página web desde la que escribo congratulándome por su buena presentación y abundancia de contenidos y servicios. Agradezco el trabajo de todos para llevarla a cabo, del Director de nuestra Oficina de Información, Alfonso Olmos, y de la empresa que la gestiona. Pero no puedo menos que agradecer la gran labor en estos años de Julián García que con unos sencillos medios la ha mantenido y cuidado muy dignamente. Gracias a todos.

Coincidiendo con el estreno de la página web y casi a la misma hora inauguraba mi servicio en la Diócesis como Vicario General de la misma. Un servicio que recibo con pleno abandono en las manos del Señor, con agradecimiento a D. Atilano, nuestro obispo, por la confianza manifestada y con gratitud también a D. Eduardo García Parrilla, mi antecesor, por todo lo realizado y la disponibilidad mostrada para seguir trabajar como Vicario de Curia y Delegado para el Clero. Asumo esta tarea pidiéndole insistentemente a S. José –de ahí mi colaboración siempre el día 19- que me haga sencillo, prudente, constante y fiel como él.

En este mes de noviembre estrenaremos también un nuevo año litúrgico, que coincidirá con el Año de la Vida Consagrada querido por nuestro Papa Francisco. Sea pues también un tiempo para dar gracias a Dios de corazón por el gran don de la Vida Consagrada en toda la Iglesia y en concreto en nuestra Iglesia particular de Sigüenza-Guadalajara. Con su entrega cotidiana de tantas formas y maneras son siempre un aliento constante para vivir cada uno nuestra propia vocación.

Y por último, nos estamos estrenando todos en este tipo de colaboraciones. Espero que cada una sea un aliento de esperanza, de anuncio de Jesucristo, de ánimo para vivir la caridad y la fe en nuestra Iglesia particular de Sigüenza-Guadalajara en bien de todos los que caminamos en ella.

 

 

Ébola: enfermedad africana vs enfermedad de personas. Misionero vs cooperante

   

Por Daniel Troncoso y Raquel Ramos

Médicos

 

Como médico podría empezar estas líneas diciendo que la enfermedad del Ébola es una enfermedad  enmarcada en las fiebres hemorrágicas, zoonosis (enfermedad característica de los animales que salta la barrera genética y afecta a las personas)  producida por un virus que provoca la practica dilución del individuo al que afecta. Es característica de las zonas tropicales de áfrica y que acaba con la vida de la mitad de las personas a las que afecta.

Pero después del último mes me atrevo a decir que el ébola ha sido un simple síntoma (más) de una enfermedad muy nuestra, y no es otra que la lejanía de la realidad en que este denominado mundo civilizado se desenvuelve,….

Mientras que en los países del golfo de guinea, unos pocos cooperantes respondían a la llamada de organizaciones no gubernamentales, la iglesia con sus misioneros y misioneras, autoridades sanitarias locales e internacionales se desmarcaban de esa verdadera enfermedad que es la indiferencia... La llegada de los primeros cooperantes infectados por el virus nos despertó de nuestra enfermedad,….. Los cooperantes con su sacrificio habían diagnosticado y tratado a todo el mundo occidental de esta terrible enfermedad que es la indiferencia,…. Esa enfermedad de la que se hablaba en los telediarios se resumía en: Pobre, negro y africano,….. muy lejano de nuestros verdaderos problemas, nuestras corruptelas, nuestros separatismos,……

Pero tras este primer tratamiento de choque, las reacciones alérgicas al tratamiento y sus efectos indeseados comenzaron a aparecer,…… Los dos misioneros,  parece ser que no cooperantes como se encargaban de diferenciar todos los medios de comunicación, eran los culpables de contagiar a una tercera persona,.. no han sido pocas las personas, sanitarios muchos de ellos las se pronunciaban a favor de haberlos dejado en ese golfo de guinea, ¡misioneros encima!,….

 Y el tratamiento fue rápidamente abandonado por este enfermo que es nuestra sociedad española, aludiendo a esos efectos secundarios,… Que si trajes de un tipo, que si un centro sanitario u otro, que si la sexta planta, que si la mascota, que si el protocolo, el contagio de un profesional, su marido la peluquería, el consejero, la ministra… Si en España la atención se centró en esos efectos secundarios, el resto del mundo perseveró en el tratamiento, y de este comenzó a llegar los primeros síntomas de recuperación: El reino unido en medio de su crisis separatista, consiguió recaudar 5 millones de libras en un fin de semana para las organizaciones de cooperación, EEUU, enviaba a su ejército ( si he dicho ejercito) y su extenso cuerpo médico a desplegarse en la zona,…. Y así muchos más países

Esos dos cooperantes, religiosos y católicos, entregaron su vida,  cuidando de aquellos enfermos desahuciados, allí donde el resto de organizaciones no gubernamentales no se atrevían ni siquiera a cercarse,…... Ellos y la Hermana Paciencia con su discurso de amor y perdón, de fraternidad, humanidad y sacrificio son un ejemplo de lo que el amor a Dios, en sus hijos hombres y mujeres puede y debe ser…Ese es el verdadero tratamiento de nuestra enfermedad ,… el amor.

Gente sin prejuicios

 

Por Enrique Alonso

Abogado

 

La semana pasada encontré una traductora de nacionalidad rumana que más allá de su cometido como traductora, fuera de un horario normal de trabajo, con actitud humilde, sin ninguna pretensión de reconocimiento, se ofreció a acompañar a un detenido que quedaba en libertad, ya entrada la noche, sin posibilidad de regresar a su casa.

La autoridad logró una plaza de emergencia en el Albergue Betania y ella no dudó en acompañarle para seguir haciendo de traductora, esta vez de forma altruista y mientras su marido y sus dos hijos la esperaban en casa. Tampoco faltó, dos días después, a la entrevista con el trabajador social que se exige en el Albergue, para seguir haciendo de traductora para aquel desconocido. 

Es posible, es seguro, que vivimos tiempos de desconfianza, de incertidumbre, pero también es seguro que vivimos rodeados de buena gente, gente valiente, alegre, disponible, sin prejuicios. Cuánto daño nos hacen los prejuicios, cuando nos dejamos llevar por las apariencias o los comentarios, que solo reflejan nuestros propios límites. Cuando cortamos las alas a los demás, cuando, por ejemplo, no les escuchamos porque ya sabemos lo que van a decir, nos privamos de descubrir grandes cosas.

Situación de la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE)

   

Por Santiago Moranchel

Delegación de Enseñanza

 

Una vez que ya estamos bien entrados en cursos escolar y pastoral, desde la Delegación de Enseñanza os hacemos llegar este “noticiario” para compartir nuestra andadura por los vericuetos que atraviesa la situación de la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE). Año tras año, ¡y ya son muchos años!, vamos viviendo con problemas nuevos y antiguos, lo cual nos dice que nos encontramos en un terreno de duda, incertidumbre, olvido, y al mismo tiempo, de continuo esfuerzo, dedicación y entrega.

Estas primeras palabras que pueden suponer una queja no impiden que la programación de la Delegación continúe adelante.  Y así:

  • El 23 de Septiembre, presididos por D. Atilano tuvimos la entrega de la “missio” canónica a todos los profesores de la EERE, tanto de los colegios públicos como concertados. Como siempre fue un acto lleno de corresponsabilidad y de ambiente eclesial.   
  • Los días 3 y 4 de Octubre, en las Jornadas del Pueblo de Dios, también hubo presencia de miembros de Delegación, en este nuevo empuje al servicio del “Amor de Cristo que nos urge”.
  • Siguiendo las orientaciones del Nuevo Palan Pastoral de la Diócesis, y centrados en el Sacramento del Bautismo, del 13 al 23 de Octubre, hemos celebrado el primero de los Cursos de formación para profesores. Hemos abordado este tema desde las tres dimensiones fundamentales de todo sacramento: dimensión teológica, dimensión litúrgica y dimensión moral. En total han asistido 38 profesores.

En medio de todo esto, no falta la atención personalizada a cada situación del profesorado de ERE:

  • La recogida del envío de estadísticas y horarios poro parte de los profesores…..
  • La reducción o ampliación de horas, de clases, lo que supone aumento o disminución de profesores que puedan trabajar.
  • El interés y el diálogo continuo con la Administración intentando alcanzar unas condiciones dignas para los profesores, como ha ocurrido con los de Bachillerato (como muestra un botón: han tardado casi dos meses en contratar a los nuevos profesores. Eso no pasa en ninguna otra asignatura).
  • La visita a los profesores en sus centros en su horario lectivo, asistiendo a sus clases.

Y como no podía ser menos, de cara al futuro, y a corto plazo, ya se están preparando las próximas convocatorias como pueden ser visitar por zonas a los profesores de ERE juntos con los párrocos, al servicio de conseguir una mayor relación entre Parroquia, Escuela y Familia, nuevos cursos de formación, retiros, encuentros….  O a largo plazo, convocar una Jornada de encuentro con alumnos de Primero de la Eso….

 

Toda esta descripción de actividades y convocatorias, no es solo un elenco de la movilidad y trabajo de esta Delegación, sino el empeño por seguir anunciando el Evangelio en medio de la Escuela, que es la motivación principal. Tarea no fácil, pero si satisfactoria. Como diría San Pablo: Llevamos este tesoro en recipientes de barro para que parezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros; atribulados, pero no aplastados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos (ninguneados) pero no abandonados; derribados pero no aniquilados (2 Corintios 4,7-9). Mientras tanto nuestra cultura, seguirá disfrazando a pequeños y a mayores de Hallowen…

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