Por Sandra Pajares
(Maestra)
La vida de nuestros mayores debería ocupar buena parte de nuestras horas y de nuestros quehaceres. A ellos les debemos todo lo que sabemos y casi todo lo que somos. Ellos caminaron antes por este mundo y nos han ido allanando el camino, nos han ayudado a vencer, a superar y a hacer más fácil alguna dificultad. Por otro lado, de ellos ha dependido nuestra educación, nuestra salud nuestra primera socialización, todo esto lo hemos recibido gratis de ellos.
Nuestros mayores, nuestros abuelos, actualmente llenan las plazas, los parques y las calles. Ellos han sido hijos, hermanos, padres y ahora abuelos. La mayoría realiza una nueva tarea muy hermosa: cuidar y acompañar a sus nietos y lo hacen con tanto amor como el que pusieron por y con sus hijos.
Seguro que todos recordamos anécdotas de nuestra infancia con nuestros abuelos. De vez en cuando vuelven a mi mente los paseos al centro, las chuches que nos compraban malcriándonos, las comidas de mi abuela, su tortilla de patatas, el olor de su perfume, las manos de mi abuelo, su facilidad de dar solución a las preguntas más difíciles, sus besos tan sonoros… Mil recuerdos que me hacen sentir, que de algún modo sigo siendo una niña.
Y ahora que media diócesis está de fiesta, recuerdo cómo mis abuelos me enseñaron a vivir muchas historias en torno a la tradición. Es gracias a ellos que hoy vivo lo que acontece en mi ciudad de una manera intensa.
“¡Tírale un besito a la virgen!,” me decía mi abuela “y pídele algo que ya verás como María ayuda a todos los niños que son buenos”. Ella fue la primera que me dio a conocer a la Madre, y ahora, después de muchos años, cuando pasa la Virgen en su procesión y la miro a la cara ocurre algo especial: me acuerdo de mi abuela y entiendo enormemente la palabra Madre. Mi abuela me mostró a María Y María me ha hecho admirar a mi abuela.
Admiro a la gente que trabaja incansablemente con nuestros mayores: enfermeros, cuidadores, asistentes sociales, animadores, terapeutas, fisioterapeutas, rehabilitadores y muchos más. En sus manos están sus cansancios, sus inquietudes, sus alegrías y decepciones y la esperanza.
No sólo el que tiene un amigo tiene un tesoro, el que tiene un abuelo también lo tiene, además de un amor incondicional. Deberíamos cuidar más y mejor de nuestros mayores, ellos merecen más que nadie nuestro tiempo y cariño.



Por Álvaro Ruiz Langa
Y por encima de la llamada está el viaje a Cuba y Estados Unidos. Del 19 al 22, Cuba, en donde merecen atención varios encuentros. Por encima del anecdótico con Fidel Castro hay que poner la reunión con los obispos cubanos y el encuentro con las familias, además de las tres celebraciones eucarísticas. Y en Estados Unidos estará del 23 al 27. En la ciudad de Filadelfia se cumple el motivo principal del viaje: el VIII Encuentro Mundial de las Familias (“El Amor es Nuestra Misión: la Familia Plenamente Viva”), al que el papa dedicará sábado 26 y domingo 27. De los tres días anteriores sobresalen la canonización del beato Junípero Serra, el miércoles 23 por la tarde; la visita al Congreso de los Estados Unidos, a la mañana siguiente; y el mensaje que pronunciará ante la Asamblea General de la ONU en la mañana del viernes 25.
Por Juan José Plaza
El tiempo en que le tocó vivir a Santa Teresa de Jesús ella lo calificó de “tiempos recios”. Efectivamente, la herencia que recibió la Iglesia, por parte del Humanismo de los siglos XV y XVI, fue una contaminación doctrinal, a la vez que una contaminación mundana en la manera de vivir, que afectó gravemente al clero y a las órdenes religiosas, que se alejaron del compromiso de vivir evangélicamente.
Por Jesús Montejano
El pueblo de El Casar celebra con gran solemnidad, el primer domingo de septiembre, la fiesta de su patrona, la Virgen de la Antigua. Dicha cofradía es ejemplo de colaboración y coordinación con la parroquia en múltiples aspectos, especialmente en el culto que se da en el triduo preparatorio y en el día de la fiesta. Este año ha predicado en la función mayor D. Fernando Marcos Ayjón, sacerdote diocesano, hijo del pueblo y actual párroco de El Buen Pastor y Sta. Teresita del Niño Jesús de Bilbao.
Cerca de Campillo de Dueñas se encuentra la ermita, en donde hubo un poblado, que guarda la Imagen de la patrona del pueblo. Su fiesta celebrada tradicionalmente el día de la Natividad (aún hoy día tiene su celebración), se trasladó al 24 de agosto para facilitar la asistencia del mayor número de fieles. Dicha fiesta está precedía de la novena que da comienzo el 15 de agosto y concluye el 23, antes de los espectaculares fuegos artificiales. Es la patrona de la localidad caracterizada por ser cuna de numerosos sacerdotes y que vive fundamentalmente de la agricultura.
La capital alcarreña tiene como patrona y alcaldesa de honor a la Virgen de la Antigua. Devoción que se remonta siglos atrás, y cuya cofradía tiene su primer libro de actas de 1600. La novena y la fiesta se celebran en la bella iglesia de San Francisco el fuerte, a donde es trasladada desde su santuario.













